-Mirad, creo que se está despertando...

Oigo voces en medio de la oscuridad. Al abrir los ojos, veo a Carla, David, Dani, Carlos y Paula mirándome fijamente.

-¡Mira qué te gusta dormir!-se queja Carla, pero recibe un codazo de Paula.

-¿Qué ha pasado?

-Que has pasado una noche horrible. Has tenido un montón de fiebre, podría haber sido peor y que te ocurriera algo...-me responde David.

-¿Y qué tal estoy ahora?

-Hombre, tú sabrás-sonríe Carlos-, pero la fiebre te bajó hace como una hora.

-Sí, Álvaro estaba súper nervioso. Le hemos mandado que se acueste cuando te ha bajado la fiebre.

-Ya ves... Se pasó toda la noche poniéndote paños para enfriarte.

-Oh...-recuerdo lo que pasó anoche-. Blas...

-Nata, está vivo. Los de emergencias lo rescataron.

-¿Sí?-digo emocionada.

-Claro. Está en una de las habitaciones de la cabaña.

Es en este momento en el que me doy cuenta de donde estoy. En una cabaña, acostada en el sofá. En el otro sofá, efectivamente está Álvaro, dormido.

Me levanto y voy a las habitaciones. A la segunda, acierto. Blas está tumbado en una cama. Parece dormido, pero despierta en cuanto me ve entrar.

-Nata... No pensé que vendrías a verme.

-Pues por segunda vez te equivocas. Estaba preocupada.

-Me han dicho que has tenido fiebre. ¿Estás mejor?

Asiento, seria. ¿Cómo puede ser que quiera abrazarle y matarle a la vez?

-¿Quién es Auryn, Blas?

Voy directa al grano. Él traga saliva.

-Sabes perfectamente quien es. Es más, creo que siempre lo has sabido.

Asiento y me voy corriendo. Si es quien yo creo, tengo que hablar con él.

-¡Chicos!

Me miran y yo observo el saloncito... Ni rastro de él...

-¿Dónde está...?

-Ha salido a dar un paseo. Está algo cansado.

No dejo acabar la frase y salgo fuera. Lo veo apoyado en la verdadera zona del mirador, desde donde se ven unas impresionantes vistas de la huerta madrileña.

-¿Eres tú? Siempre fuiste Auryn, ¿verdad?

Él se da la vuelta, sorprendido.