-Si lo dices para herirme por lo que yo he hecho, te aseguro que no tiene gracia-digo con un hilo de voz.

Escucho un trueno y empieza a llover. No podía ir mejor.

-No estoy de broma-me mira, serio.

-¿Por qué? ¿Por qué me mentiste?

-Porque llevo años enamorado de ti, y creía que nunca tendría oportunidad. Cuando descubrí lo de las cartas, no me resultó difícil hacerme pasar por Auryn. Yo escribí la carta para que nos encontráramos.

-Esto es increíble...

-Y aún hay más.

-¿Más? Esto es...

-Cuando creía que nunca tendríamos nada, empecé a salir con una chica. Y nunca rompí con ella al empezar contigo.

-O sea, que además de mentirme sobre Auryn, tenías otra novia.

-Ya he dicho que no merezco tu perdón... Es por eso por lo que debo hacer esto...

Se vuelve a acercar a la zona con pendiente y antes de que pueda decir nada, se tira.

-¡No!-pero llego tarde.

Estallo a llorar. A pesar de todo lo que ha hecho, le he querido mucho. Me acerco un poco más y noto que me cogen de la cintura.

-Ni se te ocurra, Natalia.

Le miro a los ojos. Está tan empapado como yo.

-Blas...

-Lo sé, lo he visto. Pero tú no le vas a imitar.

-Tenemos... Tenemos que llamar, a a ambulancia, a la policía, a los bomberos, ¡a quién sea, pero tenemos que salvarle!

Me retuerzo entre sus brazos mientras lloro. Pero él es más fuerte que yo.

-Nat, mírame a los ojos-le hago caso-. Es bastante probable que Blas no haya sobrevivido a la caída, ¿sí? Vamos a avisar a emergencias, pero no te ilusiones. Es casi seguro que haya muerto.

-¡No! ¡No va a morir!

-Nat, por favor... Ahora mismo, lo importante es salir de aquí. Despacio, para no caer por el barranco, ¿entiendes?

Asiento y cojo la mano de Álvaro. La cabeza me empieza a dar vueltas.

-Alv...-es lo único que digo antes de caer en sus brazos.

-¡Nat! ¿Qué ocurre?-me da un beso en la frente y me mira, asustado-. Tienes mucha fiebre, hay que volver al coche. ¡Nat!

Es lo último que escucho antes de verlo todo negro.