-Creí que no ibas a venir.

Me mira fijamente a los ojos, con esos preciosos ojos medio azules, medio verdes, medio grises... Aún no me creo que sea él.

Me siento junto a él.

-Es imposible que no fuera, Blas. Estoy enamorada de ti.

Me mira, algo sorprendido.

-¿Qué?

-Aunque no lo creas, llevo enamorada de ti desde que entramos al instituto. Lo que ocurre es que jamás me atreví a decirte nada...

-¿Por qué?

-No sé... Creí que no sentirías lo mismo...-me encojo de hombros.

-¿Estás de broma? Pienso y he pensado exactamente lo mismo... Tú también me gustas mucho, Nata.

Sonrío. Me da algo de vergüenza esta situación. Pero a la vez es increíble...

Él ya me gustaba de antes, pero saber que además es la persona que me escribe esas cosas tan bonitas...

Se me acerca un poco más y nos fundimos en un dulce beso.

-Wow...

Se muerde el labio y a mí me da por reírme.

-Perdona, es sólo que... Sencillamente no esperaba esto. Creí que sería...

-¿Dani? No me mires así-su risa es como una melodía-. Siempre he estado atento a tus movimientos, a lo que hacías... No te puedes ni imaginar lo complicado que es dejarte las cartas sin que te dieras cuenta... Y Dani me lo puso difícil con lo del amuleto.

-¿Lo enviaste tú?

-Nop. Juro que fue pura casualidad...

-Te creo-le acaricio el pelo y le vuelvo a besar-. Pero... ¿por qué decidiste de repente que nos viéramos?

-Porque te vi besar a Dani y creí que lo mejor era decírtelo para que fueras feliz con tu novio.

-Él no es mi novio. Ya te lo he dicho, Blas. A mí me gustas tú.

-Entonces... ¿t-te gustaría ser mi novia?

Lo dice muy nervioso. Yo le sonrío tanto que creo que me desencajará la mandíbula de tanto sonreír.

-Pues claro que quiero, Blas Cantó Moreno.

Y sin esperar una respuesta, lo beso con más fuerza que antes.