Mi hermano está en medio del patio, con una guitarra y una pancarta en la que pone: "Paula, ¿quieres salir conmigo?"

Paula baja los escalones, medio llorando. David, con un micrófono empieza a cantar "Me gusta", una canción que compuso hace unos años.

Cuando termina de cantarla, Paula ha llegado lentamente hasta donde está él. No escucho lo que dicen, pero por los labios, me da que se lo está preguntando.

Paula asiente y se lanza a sus brazos. David la recoge y la besa. Todos los que estaban pendientes estallan en aplausos y vítores, incluidas nosotras. Bueno, más bien Carla y yo saltamos y gritamos.

-¡Míralas!

-¿Queréis estaros quietas?-mi hermano se avergüenza de mí.

Entre tanta locura, no nos hemos dado cuenta de que han parado de besarse y nos miran.

-¡Tienes envidia de que seamos más guapas que tu novia!-Carla le saca la lengua. Ella lo vale.

-Anda, vámonos a casa.

David gimotea. Ahora que están juntos, no les da la gana separarse. Por suerte soy fuerte, arrastro a David hasta el coche.

Abrazo a Paula.

-Felicidades, guapísima...

-Gracias...-tiene una sonrisa que no le cabe en la cara.

Entro al coche antes de que mi hermano averigüe como salir. Me mira mal, pero arranca.

-Más te vale tratarla bien, David.

-Lo haré. Por eso no debes preocuparte, Nata.

Entramos riéndonos a casa. Mi madre está en el sofá, temblando.

-Mamá, ¿qué pasa?

-Ha sido rarísimo...

-¿El qué? -mi hermano la sienta bien.

-Ha venido un hombre encapuchado y...

-¿Qué? ¿Nos han robado?

-¡No! Y eso es lo más raro... Ha puesto la mesa y ha dejado una carta encima de tu asiento, Nata...

¿¡Una carta?! Pero como...