-¿Y le echó la bronca?

-Oh, sí... Se quedó fatal.

A mi lado, las reacciones eran adversas. Carla estaba partiéndose el culo por lo sucedido con el pintalabios, mientras que Paula estaba más colorada que un tomate.

-Bueno, aquí está nuestra clase. Nos vemos luego, nena.

Carla se despide con la mano y arrastra a Paula dentro del laboratorio de Bio. Yo me río. Pobrecita, de verdad. Espero que mi madre no se lo tome muy mal.

Entro en Tecnología, con el dibujo a medio hacer en la mano. Álvaro ya se ha sentado en su sitio. Yo que quería que no apareciera... No dibujo mal y podría hacerlo sola perfectamente.

Me saluda con una sonrisa. La profesora dice que es día libre para hacer parte del trabajo en clase. La mayoría se ponen a empezar.

Yo empiezo con el presupuesto mientras Álvaro sigue dibujando. Voy viendo en internet cuanto cuesta todo y lo coloco. Pero me aburro demasiado.

-Álvaro... ¿Podemos cambiar?

La profesora se levanta, me asusto un momento, pero luego dice que va a salir al baño. Pone a Blas de vigilante mientras tanto.

-¿Por qué? Yo estoy bien haciendo esto.

-Pero yo me aburro haciendo el presupuesto. Encargate tú un rato. Yo también sé dibujar-le suplico.

-A ti sí, pero a mí las matemáticas, no tanto. Y no creo que te apetezca que hayan fallos.

Resoplo. Es muy mala persona.

Sigo haciendo las cuentas controlando precios. Encuentro una página para comprarlo todo y que te lo llevan a casa. Lo compro y pongo mi dirección.

-No, la forma del barco debería ser más ovalada.

Por primera vez, es él quien me mira mal. Lo cambia. Le ha molestado. Punto para mí.

-¿Qué hacéis?

Ahora sí me asusto. Blas está en nuestra mesa. ¿Qué le digo? ¿Qué hago?

-¿No se nota? El trabajo, empollón.

Gracias Álvaro, por quitar cualquier posibilidad de comunicación. Menudo seco...

-¿Qué me has llamado?

-Empollón. Ya sabes... Persona muy inteligente que se pasa la vida estudiando sin hacer nada más.

Blas aprieta los puños. Oh, no... Se avecina tormenta...