Capítulo 4

GULF

Miro por enésima vez la lista de infranqueables que anoche me mandó Mew. Es una lista con tres columnas, una columna con un sí, otra con un no, y la última con un quizá. Me explica en su email, que cuando nos vayamos conociendo las prácticas marcadas con un quizá podrían pasar a la columna del sí o del no. También pasaba con las columnas del sí, en cualquier momento podrían pasar al no o al quizá. Iremos actualizando la lista una vez al mes.

En principio su lista me parece bastante aceptable, así que comienzo a redactar la mía.

Bondage, eso para mí es un quizá. No poder moverme con libertad no me atrae demasiado.

Beso negro, también marco un quizá. Tee lo hizo conmigo en varias ocasiones y es una sensación maravillosa, pero no sé si me gustaría hacerlo a mí.

Pinzas en los pezones, eso lo marco con un sí, nunca lo he probado pero parece bastante excitante.

Azotes, aunque me cueste admitirlo para mí es un sí y me alegra comprobar que para él también lo es.

Sigo rellenando la lista con síes y noes, algunas de las cosas que vienen en esta lista ni siquiera había oído hablar de ellas y he tenido que buscarlas en internet. He de admitir que hay gente con gustos muy raros.

El tema lluvia dorada y demás necesidades encima de otra persona, es un NO rotundo, ¿quién quiere que le meen encima? En fin, yo seguro que no quiero eso.

Sexo en lugares públicos, ese tema es algo controvertido, no me gusta que me miren cuando tengo relaciones sexuales, o eso creo porque nunca lo he experimentado. Contra todo pronóstico lo marco como un quizá.

Tríos, orgías o que me comparta con otro dominante, definitivamente NO.

Cuando acabo de rellenar mi lista se la mando a Mew para que sepa a qué atenerse conmigo.

Esta mañana he ido a hacerme los análisis que Mew me ha pedido, estando en la sala de espera del doctor me he puesto a pensar en todo lo que ha pasado estas últimas semanas. ¿De verdad he accedido a probar una relación D/S? ¿Qué pasará si no llego a las expectativas de Mew? ¿Estoy aceptando para poder escapar del hastío que siento desde que Tee no está? Mew es la primera persona que me interesa desde hace años, su potente personalidad y su arrolladora forma de hacer el amor ha hecho que se encienda algo en mi pecho que no puedo seguir negando. Pero tengo miedo de estar tapando un problema creando otro aún mayor. No quiero que Mew me lastime, pero tampoco quiero llegar a hacerle daño, él no se lo merece.

Decido que este fin de semana tendremos que tener una charla previa a lo que quiera que tenga pensado. Quiero fijar unas pautas claras en esta especie de relación de prueba que estamos empezando. Mis análisis estarán listos para finales de semana, así que solo queda esperar.

Después de la muestra en la Bienal de arquitectura los donativos y las personas dispuestas a invertir en nuestro negocio se han duplicado. En parte se lo debemos a Mew, en cuanto la prensa se enteró de su aportación y lo difundieron en todos los medios, muchos de sus clientes se han interesado por nuestra empresa.

Estoy saliendo de mi despacho hacia la fábrica de paneles solares donde tengo una reunión con el director de ventas cuando tocan a la puerta.

—Gulf, ¿tienes un minuto? — me pregunta Zee asomando su cabecita en mi oficina.

—Tengo una cita en veinte minutos, pero te puedo regalar un par de ellos, ¿qué pasa? — le digo.

—Quería comentarte que después de la Bienal estamos saturados con las solicitudes para invertir en la empresa y necesito que incorporemos al equipo fiscal y legal a un especialista en inversiones, porque no doy abasto. No quiero que perdamos dinero por no poder gestionarlo debidamente — me cuenta.

—Por mi parte no hay problema, háblalo con Tul cuando venga de su visita de campo y redacta el perfil que estás buscando, se lo mandaré a Sophia para que nos busque candidatos – resuelvo.

—Perfecto, entonces te dejo que te vayas a esa reunión, nos vemos luego — me dice y sale disparado a seguir con la ardua tarea de mantener a flote esta empresa, no sé qué hubiésemos hecho sin él. Tul y yo somos unos idealistas sin remedio y Zee tiene un espíritu más práctico que nos ha mantenido con los pies en el suelo y ha evitado que quebremos en más de una ocasión. Supongo que somos el equipo perfecto para este proyecto que está ayudando a tanta gente.

MEW

El lunes por la tarde recibo la lista de infranqueables de Gulf, me tomo mi tiempo en revisarla, no quiero cometer errores. Sé que Gulf ha aceptado probar a tener una relación conmigo, pero también sé que esa aceptación pende de un hilo, se está dejando llevar por lo que siente, sin embargo en cualquier momento algo puede asustarlo y lo perderé para siempre.

Su lista es bastante esclarecedora, y se asemeja mucho a mis gustos. Muchos de los quizá llegarán a estar en el sí, estoy seguro de ello. Cuando termino de leer sus condiciones una sensación de nerviosismo me recorre el cuerpo, es la excitación de la caza que tiene mi sangre ardiendo y mi corazón latiendo a mil por hora. Va a ser una semana muy larga.

GULF

La semana ha pasado volando y ahora estoy de pie en la puerta de Mew sin atreverme a tocar. Estoy de los nervios, expectante y feliz a partes iguales, también me siento un poco culpable. Es la primera vez que estoy en una relación con un hombre después de Tee y aunque solo estamos probando es mucho más de lo que creí posible alguna vez. Tul me ha dicho que Tee me daría su bendición y sé que es verdad, pero una parte de mí todavía no puede dejarlo ir.

Decido concentrarme en este fin de semana y vivir día a día, no puedo dejar por más tiempo mi vida en stand-by.

Poco después Mew abre la puerta y me invita a entrar con un gesto de su mano. Nunca le había visto con un look tan relajado, pantalones vaqueros y camiseta básica. Su pelo cae sobre su frente de forma natural haciéndole parecer mucho más joven.

—Hola Gulf, por favor pasa — me dice señalándome una sala en el lado izquierdo de la entrada.

Yo lo sigo sin decir nada todavía, no sé si quiere que hable o no. Cuando abre las puertas correderas veo una gran sala a diferente altura. En el medio un gran piano de cola de color negro brilla en todo su esplendor. Nos adentramos un poco más y entonces la enormidad real de esa estancia sale a la luz. Una puerta doble francesa da acceso a un pequeño jardín, a su lado grandes ventanales rocían de luz natural todo la sala. Un poco más allá un gran sofá en forma de L delimita la zona de la biblioteca. Grandes estanterías de roble blanco de techo a suelo ocupan tres paredes completas. Es simplemente espectacular, podría vivir en esta estancia toda mi vida. Supongo que mi cara lo dice todo porque Mew se ríe bajito ante mi estupor.

— ¿Te gusta? — me pregunta con una sonrisa.

—Es preciosa, totalmente perfecta — le contesto.

—Pues es toda tuya — me dice así sin más.

—No entiendo.

—Cuando estemos en esta sala seremos completamente sinceros, podrás hablar libremente de lo que sea sin temor a castigos o represalias. En este lugar yo seré Mew para ti y tú serás Gulf, podrás llamarme cómo te apetezca y preguntarme lo que desees — me explica.

— ¿Y en el resto de la casa? — le pregunto, me gusta tener las cosas claras.

—En el resto yo seré tu señor y tú harás lo que te diga cuando te lo diga. No harás nada sin mi consentimiento, no me llamarás por mi nombre y no te moverás si yo no te lo ordeno — me resume.

— ¿Y si quebranto alguna de esas normas?

—Serás castigado acorde al delito que hayas cometido — me contesta fríamente.

— ¿Tendremos un contrato? — me da curiosidad.

—En esta fase de tu entrenamiento no hará falta, tengo tu lista de infranqueables y poco a poco iremos conociéndonos mejor. Si después de un tiempo decides que puedes someterte a mí y ser mi sumiso haremos uno y llevarás mi collar.

— ¿Has entrenado antes a alguien? — me atrevo a preguntar, después de todo estamos en mi sala.

—Nunca, de hecho siempre he preferido sumisos que sepan lo que hacen — me responde.

— ¿Por qué conmigo has hecho una excepción?

—No lo sé — me responde escuetamente.

—Dijiste que podría preguntarte cualquier cosa.

—Puedes preguntar, pero yo tengo el derecho a no responder — me dice.

—Bueno, vale.

—Te enseñaré el resto de la casa, ven conmigo por favor — me dice tendiéndome la mano.

Mew me hace un recorrido por la enorme mansión. Su dormitorio y su despacho están en un ala aparte de la casa principal. De momento su dormitorio es terreno prohibido, dormiré en mi propio cuarto. Según Mew es mejor así durante el entrenamiento, no puedo evitar sentir una pequeña decepción, me había hecho a la idea de compartir una cama con él.

Mi habitación cuenta con baño incorporado, es mejor que una suite de lujo en cualquier hotel de la ciudad. Multitud de antigüedades adornan cada esquina de esta preciosa casa estilo victoriano, en otro momento le preguntaré a Mew por ello, ahora estoy fuera de mi sala y no sé si tengo permiso para preguntar.

—En el armario de la habitación tienes ropa para este fin de semana. No quiero que duermas con pijama, quiero que estés desnudo el mayor tiempo posible. Para estar fuera de la cama tienes un pantalón de lino y varias camisetas. Mañana tengo un evento que no pude cambiar, así que también hay un traje para que puedas acompañarme — me resume.

—Está bien — le respondo.

— ¿Está bien? — me mira duramente.

—Está bien, señor — le respondo en cuanto me doy cuenta de mi error, esto va a ser más duro de lo que pensaba.

—Buen chico, ahora vamos a cenar algo y después empezará tu verdadero entrenamiento — me dice Mew acercándome hacia él para poder besarme suavemente.

—Me alegro de que hayas venido Gulf, te prometo que haré que valga la pena el esfuerzo, solo tienes que darnos una oportunidad — me dice convencido de sus palabras y yo no sé muy bien por qué le creo totalmente.

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