Capítulo 3
GULF
Ha sido la semana más agotadora de mi vida, después de la llamada que recibió Tul todo ha sido un torbellino de cosas por hacer. El departamento de diseño que dirige mi amigo no ha parado de hacer horas extras para estar preparados para la Bienal de este año.
Esta muestra es muy importante, grandes personalidades del gobierno y de los negocios están invitados y podríamos recolectar jugosos donativos que nos permitirían redoblar nuestros esfuerzos en las zonas más necesitadas del país. Tul se ha sumergido de lleno en este reto, es una persona muy comprometida con lo que hacemos aquí, ha sido testigo de las injusticias y del padecimiento de los menos afortunados de este mundo y eso lo hace doblemente apasionado. Su objetivo es minimizar el dolor de las personas, es un hombre ejemplar en todos los sentidos.
Hace un par de días Max nos visitó en las oficinas a las dos de la mañana trayendo comida y café para todos, sé que es una excusa para poder estar con Tul el mayor tiempo posible. Es gratificante la forma en la que lo mira, como si él fuese todo su mundo, un hombre dominante y seguro de sí mismo de rodillas ante el generoso corazón de mi mejor amigo.
Antes de irse ha pedido hablar conmigo y yo lo recibo en mi despacho con mucha curiosidad, no sé de qué puede querer hablar conmigo, no somos lo que se dice amigos cercanos.
—Buenas noches Max — lo saludo invitándole a sentarse conmigo.
—Buenas noches Gulf, gracias por recibirme, sé que están muy ocupados – me responde muy amablemente.
—Es un placer, ¿en qué puedo ayudarte?
—Necesito pedirte un pequeño favor, ya que Tul y tú tienen una amistad muy sólida creo que eres el indicado para ayudarme — me responde.
—Claro, dime de qué se trata y si está en mi mano te ayudaré — le digo.
—Quiero pedirle a Tul que se case conmigo y necesitaría que me ayudaras a preparar algo con lo que no pueda decirme que no — me responde sin atreverse a mirarme.
— ¿En serio? ¡Madre mía! No creo que te diga que no aunque se lo pidas ahora mismo en esta oficina, pero cuenta conmigo para lo que necesites — le contesto entusiasmado.
—No creas que será tan fácil, me costó un mundo que aceptara ser mi sumiso y después de eso me costó otro mundo que aceptara ser mi pareja, es muy testarudo — me dice con un suspiro.
—Tul te ama con locura, solo que simplemente las cosas que valen la pena no son fáciles de conseguir y creo que quería que lo tuvieras claro — le digo con una sonrisa.
Creo que mis palabras alivian un poco la inseguridad de Max porque nuestra charla se vuelve más relajada. Quedamos en hablar después de la Bienal de arquitectura y trazar un plan del que Tul no pueda escapar.
Y ahora después de tenerlo todo atado y en manos del equipo de diseño estoy en mi habitación con una toalla atada a la cintura decidiendo que ponerme para impresionar a Mew. Sí, he dicho impresionar. No voy a negar que dejar con la boca abierta a ese hombre tan perfecto es un reto que pone en movimiento cosas dentro de mí que creía muertas.
Pienso en ponerme un traje clásico azul, pero lo descarto enseguida, con eso no lo haré babear. En el fondo del armario veo el traje de tres piezas que Tul me regaló en mi último cumpleaños, es algo atrevido pero creo que será perfecto. Mi amigo pensó que jamás me lo pondría, pero esta es la ocasión perfecta para estrenarlo.
El pantalón negro se ciñe a mis caderas con gracia, la camisa de raso del mismo color tiene un cuello en V que deja ver mi esternón. Y por último, la guinda del pastel, un abrigo oscuro tres cuartos que se ajusta perfectamente a mis hombros. Aunque no es bonito que lo diga yo, me queda de muerte.
Ahora es el turno de mi pelo, le doy un poco de volumen con la raya hacia un lado, por último busco en el cajón del baño un lápiz negro para delinear un poco mis ojos y por fin estoy listo para mi cita.
Me miro una última vez en el espejo de la entrada antes de salir por la puerta y mi reflejo me devuelve una versión de mí que dejé atrás hace tres años, junto con mis ganas de vivir.
Un mensaje suena en mi móvil devolviéndome a la realidad, es Mew que está abajo esperándome y el estómago se me retuerce de los nervios, cojo las llaves antes de arrepentirme e inventarme cualquier excusa para no ir con él a esa muestra y salgo a reunirme con él.
MEW
A las siete en punto aparco el coche frente a la dirección que Gulf me mandó el otro día. Su casa es una belleza, supongo que es lo normal viviendo en ella un arquitecto. De una sola planta, un jardín bien cuidado alrededor y muchas ventanas que la harán muy luminosa, tanto como el hombre que sale a recibirme.
Gulf está espectacular, tanto que se me doblan un poco las rodillas. En nuestro primer encuentro me dejó atontado con su luz, pero en estos momentos daría mi mano derecha por poder llamarlo mío. Su traje negro es tan especial, le queda como un guante, grita sensualidad por todos lados. Será mejor que respire despacio, no quiero que sepa la capacidad para dejarme sin palabras que tiene, su poder sobre mí es abrumador y si lo nota no podré hacerlo mío.
—Buenas tardes, señor Supassit— me dice con una sonrisa descarada.
—Buenas tardes Gulf, creo que podemos dejar las formalidades, por ahora — le replico adelantándome a abrirle la puerta del copiloto.
—Gracias, Mew — me responde, creo que Gulf está probando mis límites, quiere saber de qué pasta estoy hecho, y por eso creo que ha accedido a esta cita hoy.
Conduzco en silencio el camino hasta la muestra, Gulf me mira de soslayo de vez en cuando sin saber si iniciar una conversación o no. Disfruto con la certeza de que él está tan nervioso como yo, es reconfortante saber que no le soy indiferente.
— ¿Pudieron terminar a tiempo para exponer el proyecto que querían? — le pregunto rompiendo el pesado ambiente que se estaba creando.
—Sí, hemos tenido que trabajar horas extras pero creo que podremos encontrar inversores dispuestos a ayudarnos en este proyecto — me contesta muy orgulloso.
Gulf siente pasión por lo que hace, tiene muy claro su objetivo y trabaja para lograrlo. Es admirable su dedicación al bienestar de los demás, y yo tengo que agradecerle a Max el haberme obligado a conocerlo.
—Cuéntame un poco de qué va, según me han contado lo estáis poniendo en marcha en Kholg Toei — le digo.
—Así es, tras estudiar las casas de los barrios pobres y las condiciones en las que esas familias viven, llegué a la conclusión de que las limitaciones de espacio y coste, hacían clave la funcionalidad. Cada aspecto de nuestro diseño necesitaba tener un fin concreto buscando una mejora más allá del ahorro de espacio — me cuenta entusiasmado.
—Eso es genial Gulf, algo impresionante — le respondo.
—Perdona, no quería aburrirte con tanta charla sobre mí. Se supone que esta cita era para conocernos mejor, cuéntame algo sobre ti — le pido.
— ¿Esto es una cita? — le pregunto sorprendido de que lo admita.
—Sí Mew, esto es una cita, ahora deja de alucinar y cuéntame algo sobre ti, ¿te gusta tu trabajo? — me espeta.
—Sí, me encanta mi trabajo. Desarrollamos tecnología informática y de telecomunicaciones para grandes empresas y en menor medida para el gobierno — le cuento.
—Entonces siempre quisiste ser ingeniero informático — me dice con una sonrisa.
—Bueno, cuando era pequeño quería ser astronauta, pero me mareo en los aviones, con lo que un cohete espacial queda fuera de mis capacidades — le cuento.
Gulf se ríe con ganas de mi ocurrencia y lo veo verdaderamente relajado desde que lo conocí. Con tanta charla el tiempo se marcha volando y cuando me doy cuenta estamos llegando a la muestra.
Le dejo la llave de mi coche al chico del parking y acompaño a Gulf por la puerta VIP hasta la zona de los stands. Recorremos los pasillos repletos de ideas y propuestas de lo más vanguardistas. Materiales nuevos, más eficientes y el ahorro energético es la clave en los nuevos diseños. No tardamos mucho en encontrar el sitio reservado para su proyecto donde Tul está hablando con un hombre que se lo come con la mirada, pero que al final le firma un cheque bastante jugoso.
—Usando tus encantos a favor de la empresa, me gusta — le dice a su amigo que se acerca con una sonrisa.
—No soy el culpable de sus expectativas, pero no voy a quejarme si podemos hacer una manzana más de viviendas con el cheque que me ha extendido tan fácilmente — le replica, después se va a seguir con lo suyo.
—Si Max estuviera aquí estaría echando humo — le digo a Gulf.
—Suerte que todavía no ha llegado entonces — me responde con un guiño.
—Vuestro proyecto es muy interesante, ¿qué finalidad persiguen? — le pregunto.
— Con este diseño, podemos trasladar seguridad y salubridad a estas comunidades. La finalidad de este proyecto no es construir casas para gente pobre, queremos crear casas y barrios donde una familia pueda vivir y prosperar en comunidad. Para conseguirlo, las casas se distribuyen alrededor de un patio central donde se colocan los paneles solares, cocina solar, depuradora de agua y cisterna. Además, cada casa estará equipada con una estufa y una lámpara LED, ambas alimentadas por energía solar — me explica con mucho orgullo.
—Es un diseño muy innovador, ¿y estos locales de aquí? — le pregunto señalando en su diseño.
—Las fachadas que dan a la calle, contarán con espacios pensados para el comercio. Así, los futuros inquilinos podrán instalar sus negocios sin necesidad de desplazarse o pagar un alquiler extra por un local. Contamos con que estos espacios estimulen el desarrollo de la economía local y puedan crearse lugares seguros donde puedan vivir con dignidad.
—Me has convencido — le digo sacando mi teléfono móvil.
— ¿Convencido? — me pregunta sin saber de qué hablo.
—Roger, por favor transfiere de mi cuenta personal 5.000.000 de bahts a la cuenta que te acabo de mandar al email. Sí es una inversión en arquitectura ecológica. Roger tú hazlo y punto, gracias — mi secretario es muy tiquismiquis.
—Mew, no es necesario que hagas eso, yo... — intenta decirme que el dinero no hará que decida ser mío, pero eso ya lo sé.
—No es por ti Gulf, es por tu trabajo. Creo que es fantástico y una oportunidad para invertir mi dinero, no te estoy comprando, por favor no pienses eso — le explico.
—Nunca pensaría eso de ti, sé que no eres así — me dice muy seguro, y entonces me permito tener un poco de esperanza.
Después nos entretenemos visitando el resto de la muestra, hay ideas muy interesantes pero ninguna como la del equipo de Gulf.
Son casi las once cuando decidimos irnos a casa, conduzco un poco más lento de lo normal para así alargar nuestro tiempo juntos.
Al llegar a casa de Gulf tengo intención de proponerle que sea mi sumiso, aunque sea de manera temporal hasta que pueda convencerlo de que soy su mejor elección, pero él se me adelanta.
—Mew, no sé cómo es vivir en tu mundo, ni siquiera sé si puedo darte lo que tú necesitas, pero si aceptas ir poco a poco creo que puedo intentarlo — me suelta.
Estoy tan en shock que por un momento no sé qué decir, por mi mente pasan mil escenarios que pueden salir mal, pero tantos otros que pueden salir realmente bien, así que respiro hondo y le respondo:
—Bien, pero tendremos que poner unas reglas — le digo.
— ¿Cómo cuáles? — me pregunta, por lo menos no me ha dicho que no.
—Tus fines de semana serán para mí, desde el viernes por la tarde al domingo por la noche.
—Me parece bien.
—Nos quedaremos en mi casa de la ciudad, no hace falta que traigas ropa o productos de aseo, yo te lo daré todo. Por otro lado no te acostarás ni verás a nadie más que a mí — concluyo.
— ¿Alguna cosa más? — me pregunta.
—Bueno, necesito que hagas una lista con tus límites infranqueables, yo te enviaré la mía por correo electrónico. Además quiero que te hagas análisis de sangre para poder prescindir del condón, quiero sentirte sin nada de por medio. Te enviaré los míos también.
Gulf se ha quedado callado todo el rato que he estado enumerando mis reglas, espero no haberlo asustado.
—Hace tres años que no estoy con nadie, pero me haré los análisis si con eso te quedas tranquilo. Lo de los límites me parece bien, veré los tuyos y te mandaré los míos. Ahora bien, soy tuyo el fin de semana, pero el resto del tiempo es de mi propiedad y podré hacer lo que me plazca. Por supuesto no voy a acostarme con nadie más, ese no es mi estilo, ni tampoco me veré con otro hombre, pero espero lo mismo de ti — me dice muy serio.
—Gulf desde que te conozco no he pensado en nadie más, mi interés por ti es auténtico y espero que cuando me conozcas mejor aceptes un contrato a largo plazo, ese es mi objetivo final — le explico.
—Poco a poco Mew — me dice y yo asiento, no puedo pedirle nada más.
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