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Después de explicarle a Tay todo lo ocurrido con respecto a la cafetería y mis problemas con Lara, hasta lo que me ha traído a tomar esa mala decisión de enfrentarla a golpes, me entero de que los padres de Lara llamaron a los míos está mañana y que lamentablemente fue Penny quien tomó la llamada, ambos están furiosos y le han ordenado a Taylor que no me permita conducir mi auto, esta vez hasta nuevo aviso, creen que así no podré ir a la Zona Norte. Probablemente esta vez si haré caso.

Papá es quien ha tomado la llamada de la Decana y es quien se lo comentó a Taylor, sin embargo ha prometido no decirle nada a Penny, para no preocuparla, no quiero ni saber cómo se van a poner cuando vean mi nuevo look y se enteren de que no ha sido por desicion propia.

—Lo siento mucho escarlata, pero tú te lo buscaste —Llegamos a la residencia y mete la camioneta al garaje, bajamos de ella y entramos por la puerta que da al recibidor —. Afortunadamente las clases ya
terminaron —menciona cuando caminamos por el pasillo—. Y mañana solo tienes que ir a la competencia, yo te voy a llevar...

—Un momento —interrumpo de golpe cuando estamos entrando a la sala—. ¿Y el resto de las vacaciones? — cuestiono cruzando los brazos sobre el pecho—. ¿Si quiero salir y ninguno de mis amigos puede acompañarme? No voy a...

—Tendrás que caminar chiquilla —interfiere sentándose en uno de los
sofás—. Pero también está la opción de que yo sea tu chófer —Me guiña un ojo y no puedo evitar sonreírle.

—Tienes razón —Me siento a su lado y me abraza por los hombros—. Así podemos pasar tiempo juntos, como en los viejos tiempos, antes de que llegue Cloe y te rapte —Ambos reímos porque sabemos que es verdad.

La novia de mí hermano es un amor, pero una vez que están juntos, no hay poder humano que los separe, a excepción de las compras, Cloe adora pasar tiempo en los grandes centros comerciales y siempre que puede, me lleva con ella, soy como su conejillo experimental.

—Bien señorita, por qué no vas a ducharte, que aún hueles a cafetería —propone poniéndose de pie y lo sigo sonriente—. Voy a preparar la cena para que vayas a dormir temprano, que tienes que estar lista para la gran carrera.

—Solo si es tu lazaña especial —pido saliendo de la sala, rumbo a las escaleras.

—¡Te sorprendere! —grita entrando a la cocina.

Después de una buena ducha, me pongo un pijama caliente y Taylor sube con la cena lista, dos grandes platos con su lazaña especial, una receta que nunca ha querido compartir, pues es un viejo recuerdo de su infancia.

Cenamos en mi habitación mientras vemos The Good Doctor, una de mis series favoritas.

No sé en qué momento me he quedado dormida, pero me despierto en la madrugada por el ruido que hacen las ramas de un árbol, que se encuentra junto a mí ventana.

Veo la luz azul parpadeante de mi celular, que indica que hay un mensaje o alguna notificación nueva. Extiendo la mano hasta la cómoda, donde seguramente lo dejó Taylor, antes de marcharse a su habitación.

Es un mensaje de...

Buenas noches muñequita, espero
no despertarte con mi mensaje, sólo quiero que sepas... que sé que
mañana es el gran día y mis mejores deseos están contigo, sé que darás todo de ti, para ganar esa carrera.

No olvides que tú puedes lograr lo
que sea, mi Scar.
Cuidate mucho hermosa, que
descanses.

💙Siempre tuyo, Paul.💙

—¡Oh por dios! —susurro en un hilo de voz, estoy tan asombrada, que no sé cómo debo reaccionar, es justo como lo dijo Tay—. Después de todo,no se rinde...

Vuelvo a dejar el celular en su lugar y cierro los ojos.

—Quédate conmigo por favor...

Respiro profundamente dejando que el sueño me lleve, un sueño donde unos hermosos ojos marrones me persiguen.

La alarma de las siete me sobresalta.
Debería ser un pecado levantarse tan temprano.

—¡A levantarse dormilona! —grita Taylor desde su habitación.

Para él no es problema levantarse a esta hora o inclusive antes, siempre ha sido aficionado al box y con su entrenador tomó la disciplina de levantarse de madrugada sin problemas, por eso es que es tan bueno para pelear, aunque no lo hace en las calles, lo de Paul fue la excepción.

—¡Anda escarlata, o llegarás tarde a tu propia competencia! —llama detrás de la puerta—. ¡Date prisa y baja en 10, voy a preparar un desayuno ligero!

—¡De acuerdo! —hago lo posible por levantarme y camino directo a la ducha, si no me doy prisa, soy capaz de regresar a dormir.

Hoy solo asistiremos a la competencia, así que la mayoría de los alumnos ya se encuentran
de vacaciones, pero mis amigos más cercanos y los amigos del resto
del equipo, así como familiares y profesores, asistirán a darnos apoyo.

Se trata de una carrera de relevos, varias universidades han competido esta temporada y hoy asistirán seis equipos; incluyendonos a nosotros, de esta competencia depende cuáles son los cuatro equipos que pasan a las finales en mayo.

El uniforme de la universidad es muy elegante; consta de una playera de manga corta tipo sport en color azul marino, tanto para hombres como para mujeres, lleva un bordado con hilo plateado en la parte de la espalda, que anuncia el apellido de cada participante y un short que llega a la mitad de los muslos, es del mismo color que la playera, ambos llevan el escudo de la facultad en la parte delantera derecha.

Me decanto por usar una coleta alta, subo la cremallera de la sudadera y me pongo el pantalón de algodón sobre el short, ambos son parte del uniforme del equipo.

—¡Scarlett, baja ya, el desayuno está listo! —escucho a Tay, llamando desde el primer piso.

—¡Enseguida voy! —contesto tomando mi pequeño bolso de Givenchy, y lo cruzo entre mi hombro izquierdo y mi cintura.

Bajo hasta la cocina y tomo el desayuno con las palabras de aliento que me regala mi adorado hermano y después de media hora, logra calmarme.

Es hora de irnos, así que tomamos una de las camionetas de papá y nos ponemos en marcha a la facultad, llegamos en cuestión de treinta minutos y caminamos directamente hasta la pista de carreras, mientras voy retocando mis labios con el bálsamo, solo para tener las manos ocupadas.

Los nervios regresaron, Taylor puede encontrarse con Drew o con Paul y no sé cuál de las dos situaciones me preocupa más, aunque para el caso es lo mismo, ambos me lastimaron y Tay esta dispuesto a desaparecerlos.

Cientos de banderines en plateado y azul marino, adornan la pista de inicio a fin. Alcanzo a distinguir a mi equipo cerca de las gradas, con algunos familiares y amigos, que comienzan a tomar su lugar, este año hay mayor asistencia que en otras ocasiones.

Carola y Aldo están sentados en primera fila, junto a Mateo y James, inclusive algunos profesores están aquí. Debo admitir que me pone un poco triste no ver a Paul en el público.

—Vamos Scarlett, ahí están tus amigos —señala con la cabeza y caminamos hasta ellos.

—¡Scarlett, llegaste! —Lía y el resto del equipo me saludan, no tengo que presentarles a mi hermano porque ya lo conocen, tanto que Drew se aleja de nosotros—. ¡Vaya Taylor, que sorpresa verte! —Se dan un beso en la mejilla a forma de saludo—. No sabía que andabas por la ciudad.

—Llegué hace poco, alguien tenía que cuidar a la pequeña Scarlett —Choca los puños con los chicos y sólo puedo rodar los ojos, es muy lindo, pero tiene que entender que ya no soy una niña—. Además me enteré que tu hermano también viene de visita.

El hermano de Lía se llama Leo, y tiene la misma edad que Taylor, prácticamente crecieron juntos y se hicieron muy amigos, otros dos chicos se suman al cuarteto, los cuatro se la pasaban de arriba para abajo todo el tiempo.
Cada año hacían su famoso "reencuentro", el año pasado no pudieron lograrlo, pero parece que este año sí sucederá.

—Leo y mis padres están en el estacionamiento, seguro no tardan
—explica Lía levantando la mirada—. Mira, ahí vienen —agita la mano en alto para llamar la atención de su familia y lo consigue.

—Mientras llegan, te presento, Tay—Lo tomo de la mano sin esperar respuesta y nos acercamos a Carola—. Hola chicos, quiero presentarles a mi hermano —saludo orgullosa—. Ella es Carola Snow, la hija del doctor Snow; uno de los colegas de papá y él es su novio; Aldo Fuentes —señalo con la palma derecha.

—Un gusto conocerte, Taylor —Carola le tiende la mano y él la acepta haciendo una pequeña reverencia, para depositar un pequeño beso en el dorso de su mano—. Scarlett... me ha contado mucho de ti... —observa con extrañeza el gesto de mi hermano.

No puedo evitarlo y dejo escapar una risita, parece anticuado, pero cada vez que Tay conoce a una chica, sea quien sea, la saluda de esta manera, de acuerdo con él, esto representa un gesto de atención y caballerosidad, para hacer entender a la dama en cuestión, que puede confiar en él, aunque la reacción de Carola ha sido diferente y es lo que me ha provocado gracia.

—Igualmente, Carola Snow—La suelta y enseguida se dirige a Aldo, con quien estrecha la mano por un par de segundos—. Mucho gusto, Joven Fuentes —Este le asiente sin más—. Me temo que estoy en desventaja, ya que Scarlett me ha comentado muy poco sobre ustedes.

—Ya habrá tiempo —Lo interrumpo tomándolo de la mano nuevamente—. Ahora ven —Lo guio hasta dónde se encuentra el profesor Fritz—. ¡Buen día profesor! —saludo entusiasmada, con una gran sonrisa sincera.

—Buen día, señorita McCarthy ¿Lista para la carrera? —pregunta viendo sutilmente mi mano entrelazada a la de Taylor.

—Más que nunca, y más vale estarlo, después de tantos días de entrenamiento... —Ahora que los nervios se han calmado, me siento
preparada para correr una maraton—. Anyway, profesor Fritz, quiero presentarle a mi hermano, él es Taylor McCarthy Jackson, próximo Maestro en Psicoterapia Humanista, y Licenciado en Psicología Clínica —Los veo estrechar sus manos y la expresión de Fritz se relaja—. Tay, él es el profesor Colin Fritz, quien me da cátedra de Filosofía.

—Mucho gusto profesor —Tay suelta su mano—. Scarlett me ha comentado algunas cosas sobre usted, le agradezco mucho que pueda ayudarla.

—El gusto es mío, joven McCarthy —Su expresión es indescifrable, como si intentase averiguar algo en la mirada de mi hermano—. No tiene nada que agradecer, me es grato poder ayudar en algo a mis alumnos y a decir verdad, he encontrado en su hermana a una buena conversadora —Me regala una pequeña sonrisa y le devuelvo el gesto.

Taylor levanta una ceja interrogante y cuando está a punto de hablar, lo interrumpen.

—¡Scarlett! —Lía llama mi atención y volteo a ver hasta donde esta, me hace señas para que me acerque y le indico con el dedo índice que me
de un segundo—. Debo irme, parece que vamos a calentar un poco —regreso mi vista a Tay y me pongo de puntillas para darle un beso en la mejilla, esto es muy común con él, pues me lleva doce centímetros de altura—. Quédate en primera fila y deseame suerte.

—Tú no necesitas suerte escarlata —Con ambas manos toma mis hombros y deposita un beso en mi frente—. Tú ya eres ganadora.

Sonrío ante su comentario y volteo a ver al profesor Fritz, quien me giña un ojo, es como tener presente una pequeña parte de mi madre, doy vuelta y hago mi camino hasta donde se encuentra el equipo, Drew también se acerca.

—Tenemos diez minutos para calentar antes de que inicie la ceremonia, ya todos los equipos están completos y aunque solo vamos a correr cuatro, los quiero a todos preparados por cualquier cosa —explica Lía quitándose la sudadera y el resto del equipo hacemos lo mismo.

La ceremonia de inicio toma sólo diez minutos, ya que los presentes conocen a todos los equipos, así que de inmediato nos acercamos a la pista y nos acomodamos en orden para los relevos.

El gran día ha llegado, hoy es la carrera en la que competirá mi muñequita y por supuesto que ya voy
para allá.

Iván sigue creyendo que tendrá una oportunidad con ella, pobre iluso, ambos sabemos que Scarlett me quiere a mi. (Por cierto, este espacio me pertenece).

Ahora más que nunca estoy dispuesto a darlo todo por ella, incluso si eso implica hacer a algunas personas a un lado, como ese cretino que la defendió aquel día en que la vi por última vez.

Este es el momento de madurar y sé que con ella puedo tener un buen futuro.
Este es el momento de poner las cartas sobre la mesa y decidir si vamos juntos o no.

Este es mi momento.