Una mudanza

Carlin era una chica de 15 años que vivía en una cabaña en el bosque, con sus dos gatos, su hermanita Branwen y sus tíos Finn y Sarah.

Era de una familia de magos.

Se preguntarán ¿Por qué vivía con sus tíos y no con sus padres? Es una larga historia.

Resulta que, cuando Carlin tenía 6 años y su hermanita 2, su padre fue a buscar leña al bosque y no volvió en 4 días.

Entonces, su madre se preocupó y salió con las niñas a buscar al padre. En un momento, la madre entró a buscar en un pequeño túnel, y no regresó. Las niñas la llamaron sin parar, pero no respondió. Volvieron muy tristes a casa, sin saber cómo desaparecieron sus padres.

Dos días después, su tía Sarah fue a visitarlas para llevarles un poco de pan que había hecho ella. Al no ver a los padres de las niñas, preguntó por ellos y Carlin le contó lo sucedido.

Al escuchar esto, como tenía un gran corazón, decidió llevarlas a su casa para cuidarlas hasta que llegaran sus padres. Desde entonces, allí se quedaron.

Llegaba el final de las vacaciones y Carlin comenzó a empacar. Iría a una academia de magia y, como quedaba lejos, tendría que mudarse. Era la tradición de la familia.

«Listo, ya terminé» pensó cuando terminó de empacar.

A continuación, fue con sus tíos y su hermana hasta la estación de tren.

Se mudaría a un castillo abandonado.

- ¡Adiós Sarah, adiós Finn, adiós Branwen!- exclamó mientras se asomaba por una ventana del tren.

<<Voy a extrañar mucho>> pensó mientras acariciaba a uno de sus dos gatos.

Tenía un gato negro y una gata blanca. Los encontró en el bosque cuando era pequeña y los adoptó. Eran inseparables, por eso los llevó a los dos en su viaje. Iban a ser sus familiares de hechicera.

Miró la ventana por un buen rato.

<<¿Cuánto durará este viaje?>> Pensó. <<Parece que será largo>>.

Los gatos empezaron a pedirle comida, entonces les dió un poco de la comida de gato que había traído para cada uno.

<<Supongo que definitivamente será un viaje largo. Tiene sentido, por eso voy a mudarme. Que tedioso sería hacer un viaje así de largo todos los días>> pensó dos horas después de haber partido. <<Que suerte que traje libros y cuadernos, porque si no, ¿Qué haría?>>.

A continuación, tomó uno de sus libros de hechicería básica y se puso a estudiar, haciendo algunos resúmenes y esquemas en su cuaderno. Iba a hacer el examen de ingreso muy preparada. Estuvo estudiando por meses, sacrificando bastante tiempo de sus vacaciones. Pero no quería decepcionar a su familia, así que estaba dispuesta a estudiar todo el día para el examen. Tenía su varita. Sus botellas para pócimas. Relojes de arena mágicos. Lápices. Tinta. Estudio. Sentía que no podía salirle tan mal el examen. Los temas eran:

- Familiares mágicos
- Semiótica mágica
- Pócimas básicas
- Historia de la magia
- Tipos de magia
- Magia dibujada
- Creación de hechizos
- Hechicería básica
- Vuelo
- Comunicación mágica
- Redacción

Era bastante para estudiar, pero Carlin tenía técnicas muy eficientes para ello, y con esas últimas repasadas antes del examen tenía bastante en su memoria.

<<Debería descansar un poco>> pensó después de estudiar media hora <<ya hice suficiente, voy a comer>>, entonces sacó de su mochila un sándwich que le había hecho su tía y le dió un poco de comida a los gatos.

- ¡Que bella montaña! - exclamó cuando el tren pasó al lado una bellísima montaña.

Pasaron varias horas después de eso. Poco a poco se iba haciendo de noche y, aproximadamente a las 9:00 de la noche, Carlin ya estaba en Madelandia (era la ciudad en donde estaba ubicada la academia).

- Bueno, mis gatitos, es hora de ir a nuestro alojamiento - dijo Carlin.

- Que lugar tan extraño - le dijo la gata blanca al gato negro - estoy asustada.

- Yo ya estoy acostumbrado a los viajes, desde que soy un pimpollo de gato - dijo el gato negro - lo cual, no significa que me guste.

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