Nueva rutina
Carlin ya había llegado a Madelandia y estaba yendo a su alojamiento, el castillo abandonado.
- Qué extraño lugar, ¡me da escalofríos! - dijo la gata blanca cuando entraron en el castillo.
- He visto cosas peores - dijo el gato negro - no creo que esto sea para que te den escalofríos.
- Yo no estoy tan acostumbrada a los sustos y los viajes como tú...
- A mí, como ya te dije antes, no es que me guste viajar, pero no me asusta.
- ¡AHH! Una araña...
- Es inofensiva.
- ¿Soy yo, o no te asusta nada?
- Hasta ahora, casi nada me asusta (salvo las tormentas marinas y las serpientes), pero esa araña no tiene veneno. No hay de qué preocuparse.
- Está bien...
- Creo que ustedes van a dormir muy cómodos aquí - dijo Carlin cuando llegó a su nueva habitación. - En la cama hay suficiente espacio para una persona y dos gatos, y hasta más... Pero está todo lleno de polvo. Vamos a tener que limpiar.
- El piso está tan polvoriento que mis huellas se marcan - dijo la gata blanca.
- No te preocupes, supongo que Carlin va a limpiar - contestó el gato negro. - A propósito, tengo hambre.
- Yo también - dijo la gata blanca.
A continuación, los dos gatitos se pusieron a maullar y caminar alrededor de las piernas de Carlin.
<<Parece que tienen hambre>> pensó Carlin, entonces, les dió un poco de comida.
Después de darles de comer a los gatitos, se puso a limpiar el castillo: barrió, sacudió las alfombras, lavó el colchón de la cama y las sábanas, limpió los vidrios, quitó telarañas, lustró los muebles, y en un día terminó de limpiar y ordenar. Por suerte, el castillo no era demasiado grande.
Después de limpiar, preparó una cena rápida para ella y los gatos, ya que los sandwiches que había hecho su tía se habían terminado. Luego lavó los platos, se puso su camisón y se fue a dormir. Le esperaba un día ajetreado.
A la mañana siguiente, Carlin se levantó muy temprano,
un poco antes que los gatos y preparó un huevo duro de codorniz para ella, con pan y jugo de naranja, y para los gatos leche con un filete, que les iba a encantar.
Luego de preparar los desayunos, levantó a los gatitos y los tres comieron. Después, preparó un almuerzo para llevar a la academia y también les preparó uno a los gatos.
Se puso el uniforme, se peinó, guardó sus cosas en un bolso y esperó a que llegue la hora de irse a la academia.
Ya había llegado el primer día de clases.
Dos horas después, ya tenía que irse, así que alzó a los gatos y los subió arriba de su bolso, como había hecho durante todo el viaje.
- ¿A dónde vamos? - dijo la gata blanca ya encima del bolso.
- Tontita, vamos a la academia ¿No escuchaste a Carlin? - contestó el gato negro.
- ¿Qué es una academia? ¿Vamos a comer pescado gourmet y filete?
- No, claro que no. Vamos a estudiar.
- No tengo ganas de <<escudar>>.
- No se dice ESCUDAR, se dice ESTUDIAR.
- Pero ¿qué es estudiar?
- Es saltar de una pared hasta hacerlo perfecto.
- ¡Guau! ¡Cuánta sabiduría!
- No es nada.
- Cuántos árboles, ¿estamos cerca de la academia?
- No lo sé, pero, probablemente sí.
- ¿Qué es ese gran castillo?
- Debe ser la academia.
- Me pregunto si Carlin podrá saltar de la pared...
- No es tan buena como nosotros haciéndolo.
- ¡Podría lastiñarse!
- Se dice "lastimarse".
- Perdón...
- No hay problema. Es mi culpa por no haberte enseñado tanto.
- Ya llegamos, muchachos - dijo Carlin ya en la entrada de la academia. Luego, respiró profundo y pensó <<por fin llegamos>>. Y entró a la academia.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top