¡Llegamos!

Al llegar a su destino, Carlin, Úrsula, Musta y Valcainen se alegraron mucho, porque realmente estaban muy cansados de tanto caminar por todos esos caminos de árboles. Entonces llegaron los gatos.

- ¡Hola! Veo que pudieron llegar. - dijo la gata blanca.

- ¡Hola! Un gusto volver a encontrarnos. - dijo el gato negro. - Les cuento lo que deben hacer ahora: entrarán en el castillo y pedirán un viaje en el tiempo, luego viajarán hasta el comienzo de su viaje y se dirán a sí mismos a dónde tienen que ir.

- Ok. - dicen todos al unisono.

Inmediatamente después, Carlin se encontraba diciéndose a sí misma lo que tenía que hacer, y entendió que todo este tiempo ella fue la chica misteriosa y que, sin hacer todo ese viaje, no sería posible que estuviesen ahí.

Realmente era muy confuso. Pero bueno, ya quedó atrás.

Ahora debían entrar al castillo y pedir una reubicación. Increíble lo rápido que había sido todo. Todo va tan rápido en parte porque yo, la narradora, cuento esto más velozmente para llegar a territorio cada vez más interesante.

Lograron pedir la reubicación y el dueño del castillo los mandó a su mundo en su línea del tiempo.

- Solo les pido algo, - dijo la gata blanca cuando todos regresaron al lugar que les correspondía - no le cuenten de esto a nadie. Hagan como que nunca pasó, incluso entre ustedes. Esto no debería haber pasado, pero si queda olvidado, se soluciona.

- Está bien. - dijeron todos excepto los gatos, que daban indicaciones con tranquilidad.

- Bueno, que no vuelva a suceder. - dijo el gato negro.

- ¡Nos vemos! - saludaron los dos gatos al mismo tiempo, e inmediatamente después desaparecieron.

- ¿Por qué siento que esto podría continuar? - dijo Carlin.

- No lo sé, pero mejor lo olvidemos. - dijo Úrsula.

- Tienes razón. - dijo Carlin - No más metidas de pata. Retrocedamos el tiempo hasta el momento en el que no sabíamos que esto pasaría.

- Ok. - dijo Úrsula.

- Oh no, creo que no estamos en el momento indicado. - dijo Úrsula. - Estamos en un momento de pleno ajetreo.

Ahí estaban Úrsula y Carlin (las del pasado) como locas con el polen de la flor infestando toda la habitación, buscando la pócima indicada.

- Es verdad - dijo la Carlin del presente. - Vámonos.

A continuación, volvieron al momento después del viaje.

- Será mejor una pócima de olvido. - dijo Úrsula.

- Sí - dijo Carlin.

A continuación todos tomaron la pócima para olvidar esos momentos en particular, y lo lograron. Úrsula y Carlin solo recordaban que estaban conversando y merendando, entonces, retomaron lo que estaban haciendo, sin saber nada de toda la "pequeña" aventura que tuvieron.

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