Hechizos de tía Sarah

- ¿No sospechas de alguien? - dijo Úrsula.

- ¡Oh! Sí, sí. Arnold ha viajado a su época. Ahora esto sí que es un papelón. - dijo Carlin. - Por cierto, tengo una idea: cuando terminemos de solucionar esto, vamos a escribir cómo solucionar un problema del tiempo y luego vamos a tomar una pócima de olvido.

- ¿Ya piensas en ese momento? Increíble.

Carlin soltó una carcajada.

- Bueno, no hubieron muchos más inconvenientes, pero no debería estar eso en la memoria de mi tía.

- Igual no podemos hacer algo mejor para solucionar el problema.

- Cierto... Qué mal.

- La realidad nunca fue lo mejor, Carlin. Pero es lo que hay que conocer.

- Muy sabias palabras.

- Bueno ¡ese problema temporal no se va ha solucionar solo, VAMOS!

- ¡SI!

Todo quedó en silencio.

- ¿Por dónde empezamos?

- No tengo ideas.

- Leamos los hechizos de tu tía.

- OK.

Después de unos minutos terminaron de leer todos los hechizos.

- No sé si tu tía debería recordar eso.

- Tal vez lo anotó antes de tomar una pócima de olvido.

- Puede ser...

- No deberíamos saber nuestro fututo... No deberíamos saber de su existencia en este momento de nuestras vidas.

- Cierto... Apenas terminemos de solucionar esto tomaremos pócimas de olvido. Pero hay un detalle importante: tenemos que evitar que otras personas además de nosotras sepan de esto. Si no, por lo menos 30 litros más de pócima de olvido habrá que preparar.

- Bueno ¡manos a la obra! Comencemos por lo básico: encontrar a Arnold.

- Ay, Carlin... Como si fuera tan fácil, ¿dónde buscamos?

- En el tiempo, Úrsula, en el tiempo.

- Ajá, sí. ¿Arruinamos otros años más?

- ¡NO! Hay que buscar bien.

- Bueno, empecemos. ¿Dónde podría estar Arnold en este momento?

- ¡En nuestro futuro!

- Vamos allí entonces. ¿Cuál futuro?

- Cuando ya nos graduemos de la academia.

- OK. Vamos entonces.

Después de un rato intentando llegar a esa época, por fin lo lograron.

Úrsula bostezó y luego hizo una mueca de disgusto. Finalmente dijo:

- Me tienen harta estas aventuras. Es demasiado para mí... Ah, bueno, igual hay que seguir. ¿En dónde buscamos, Carlin?

- Seguro está muy bien escondido. Busca en los escondites más fáciles y yo en los más difíciles. Los gatos se encargarán de buscarlo por las calles.

- ¿Dónde están los gatos?

- En mi bolso - a continuación soltó una risita y los sacó del bolso.

- ¿DÓNDE ESTÁ TU BOLSO?

- Ah, magia, amiguita.

- Bueno, empecemos. No demos más vueltas.

- OK.

Buscaron y buscaron por todas partes. Nada por aquí y por allá. Nada. ¿Y si buscaban bajo tierra? Nada tampoco. Sin embargo, no se rindieron todavía. Recorrieron todas las casas rincón a rincón. No, nada. Nada, nada, nada ¡¡¡NADA!!!

- ¡¡NO PUEDE SER!! - gritó Carlin. - ¿¿CÓMO ES QUE NO ESTÁ??

- Hay que seguir buscando, Carlin. No te desesperes.

Úrsula sintió que alguien tocaba su hombro.

Miró atrás y allí estaba Arnold.

- ¡¡AHÍ ESTÁ!! ¡¡ATRÁPALO!! - gritó aún más fuerte Carlin.

Corrió hacia Arnold y tomó con brusquedad su brazo.

- Vuelve a tu época. - dijo Úrsula mientras sacaba de su bolsillo un reloj mágico. Trató de conjurar el hechizo, pero... Arnold desapareció, literalmente como por arte de magia.

- Oh Dios mío - dijo Úrsula con calma. - A seguir buscando.

- Creo que vamos a tener que cambiar la técnica - dijo Carlin - buscar manualmente nos va a tomar mucho trabajo con este niñito travieso.

Carlin tomó su libro de hechizos y dijo:

- Por aquí estará nuestra respuesta.

- Carlin... Creo que es peligroso...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top