Caminos de árboles
- Tengo mucha hambre - dijo Valcainen - pareciera que con todo este lío el tiempo no existiera, pero siguió pasando, y ya pasaron dos horas desde que llegamos a este mundo, es la hora de merendar.
- ¿Qué comemos? No deberíamos comer nada de aquí, porque cada detalle en el que interferimos (ej: sacar una fruta de una planta) puede arruinarlo todo. - dijo Carlin - Mejor será que aguantemos el hambre.
- Lamentablemente, Carlin tiene razón - dijo Úrsula. - Pero en compensación a que no podemos comer ni beber nada de aquí, podemos dormir todo lo que queramos, porque nadie nos va a ver y no vamos a dejar la más mínima marca.
- Bueno, entonces descansemos un momento - dijo Musta. - Valcainen está muy cansada.
- Ok. - dijo Carlin.
A continuación, todos se acostaron debajo de un árbol y durmieron una siesta. Todos estaban muy cansados por el viaje. Dos horas caminando sin parar no son poca cosa.
Después de quince minutos, despertaron y retomaron su tarea.
- Tengo miedo de que el hechizo deje de funcionar en dos horas. - dijo Carlin - Tenemos que ir más rápido.
- ¿No puedes hacer el hechizo otra vez? - dijo Úrsula.
- Es cierto. Tengo mi bolso y adentro... ¡Hay papas y mandioca! - dijo Carlin. - También tengo galletas de pescado y una botella de agua. Podríamos comer unas galletas de pescado.
- ¡Ay sí, por favor! - gritaron todos juntos excepto Carlin.
- Bueno, aquí están. - dijo Carlin dándole una galleta a cada uno. - tenemos que racionar la comida para que nos dure todo el viaje.
- Sí, solo una galleta, así que no más hasta dentro de un rato - dijo Úrsula.
- Bueno, continuemos, ¡vayamos más rápido! - dijo Carlin - Mientras más rápido vayamos, menos racionamiento vamos a necesitar.
- ¡Es verdad! - dijo Musta - ¡Más rápido!
- Bueno, pero no nos separemos - dijo Carlin. - tengo una idea: Musta y Valcainen van a meterse dentro de mi bolso y van a sujetarse bien, y Úrsula y yo iremos de la mano para no separarnos.
- Está bien - dijo Valcainen - el bolso me parece acogedor.
- Todo sea para volver a nuestro mundo y nuestra época. - dijo Carlin.
- ¡Sí! - gritaron todos.
Y así, con toda esa velocidad, atravesaron dos caminos de árboles en tiempo récord, media hora, quince minutos cada uno.
En un momento, Musta trepó un árbol para ver como iban y solo faltaban tres caminos de árboles.
- Tal vez si vamos a la misma velocidad que hace un momento, en 45 minutos ya estaremos en nuestro destino. - dijo con emoción Valcainen.
- Cierto. ¡Qué bien! - dijo Úrsula.
Siguieron caminando a tiempo récord hasta que llegaron al tercer camino de árboles. En ese momento, comenzaba a anochecer, así que Carlin hizo el hechizo que expande la duración de otros hechizos y expandió el hechizo para que nadie los vea por 48 horas. Así, cenaron galletas de pescado y se fueron a dormir todos tranquilos debajo de un árbol, bien juntitos y abrazados para evitar peligros.
Al día siguiente, se levantaron temprano y continuaron su camino, hasta que llegaron al castillo del que los gatos hablaban.
- ¡Puf! Qué cansada que estoy. - dijo Carlin.
- Yo también. - suspiraron todos juntos excepto Carlin.
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