Revisando los muebles de la cocina, Zayn rebusco dentro de los mismos intentando encontrar algo con que distraerse para no terminar llorando como un imbecil. No podia creer que cada vez que tenia un encuentro con Liam, él fuese quien terminara llorando mientras el otro solo se enojaba más. Siempre tenia que ser la parte debil y odiaba eso.

Podria no haber luchado las mismas batallas que el hijo de Atenea pero su vida no habia sido totalmente color de rosa. La educación de un miembro de la realeza no se alejaba mucho de la que los guerreros obtenian. Podia haber tenido un par de lujos más pero habia sido lanzado a la arena como todos los demás niños, siendo educado como si fuese algun tipo de muñequito que siempre debia ser educado y verse bonito. Nadie daba nada por él, nadie se habia tomado un segundo durante su infancia para decirle que lo queria.

Era injusto que despues de todo el tiempo que habia pasado, las cosas no hubiesen cambiado para él. Estaba harto de siempre ser el niño bonito al que nadie queria cerca, ni siquiera sus hermanos lo habian aceptado jamás y eso aun le dolia. Nadie habia entendido su necesidad de afecto, amor, una familia. Siempre habia sido degradado y catalogado de cierta manera hasra que llegó a un punto en el que se canso de luchar contra eso y se convirtió exactamente en lo que todos decian que era.

—¿Estas bien? —la voz de Harry fue suave mientras entraba a la cocina con paso lento, Zayn no se giró hacia él.

—Bien. —susurró, sacando un libro de uno de los cajones y colocandolo sobre la superficie de la mesada. Era de cocina, lo que lo hizo recordar que ninguno de ellos habia comido nada aun, podia preparar la comida, no podia ser tan dificil si allí decia todo paso a paso.

—¿Zayn? —la presencia de Harry se acercó aun más.

—¿Mmm?

El rizado se detuvo a su lado, mirando como pasaba las hojas del libro—. ¿Realmente estas bien? No me mientas.

—Estoy bien —le dedico una sonrisa temblorosa—. Estoy acostumbrado a los berrinches de Liam, no te preocupes, puedo con él.

—Eso no fue un simple berrinche y ambos lo sabemos. —colocó una mano sobre la suya, deteniendo sus movimientos bruscos—. Él realmente te lastimo esta vez, ¿verdad?

—Él me lastima siempre, Harry —susurró—. Esta en su naturaleza y yo lo acepto, esta bien.

El rizado sacudió la cabeza—. No tienes que aceptar nada, Zayn, te hirio y tienes derecho a gritarle o llorar, no te tragues lo que sientes.

—Los hombres no lloran. —zafó su mano de su agarre y siguió pasando las hojas.

—¿Quien te dijo eso? —acarició su cabello con dulzura.

—Eso fue lo que me enseñaron.

—¿Quienes?

—Mis tutores —susurró, deteniendose en una receta—. Mi madre, mi familia.

La mano de Harry acarició su mejilla—. ¿Cuantas mentiras más te dijeron?

Zayn se apartó del toque—. No me trates con lastima —masculló—. No soportaria eso de ti.

—No es lastima, Zayn, es impotencia.

Parpadeo hacia el de rizos—. ¿Que?

—Me siento impotente por no poder cambiar sus pasados —susurró, mirandolo con ternura—. Daria todo porque ustedes dos no hubiesen sido heridos como lo fueron.

—Hay cosas que no se pueden cambiar y con las que debemos aprender a vivir.

—No, pero se pueden crear mejores momentos para que esos no sean tan dolorosos.

Zayn negó con un gesto triste—. No puedes arreglar lo que esta roto.

Se separó de la mesa para poder ir a buscar los ingrendientes que necesitaba. Harry se quedo en su lugar, mirandolo—. No me voy a rendir en ello.

—¿Cuanto tiempo tardarias en contar las estrellas, Harry? —susurró, mirandolo sobre su hombro y viendo el encogimiento de hombros del chico—. Ese es el tiempo que tardarias repararme.

—Entonces, será mejor que pase esa prueba y pueda quedarme cerca mucho tiempo.

El moreno volvió a acercarse dejando las cosas sobre la mesa, cerca del libro—. Si pasas la prueba, en poco tiempo olvidaras nuestros nombres.

—¿Realmente crees que no tengo sentimientos? —elevó una ceja—. Tenemos un vinculo, ¿recuerdas? Eso no se va a romper con facilidad.

—Si lo hará.

Liam entró a la cocina en ese momento y Zayn se tensó al instante, esperando el ataque que nunca llegó. El castaño solo se deslizó en una silla de la mesa y jugueteo con una daga entre sus dedos, sin levantar la mirada hacia ellos.

Harry sacudio la cabeza con tristeza—. Ustedes dos estan tan rotos que no se dan cuenta de que la felicidad estuvo al alcance de sus manos por mucho tiempo.

—He sido feliz. —susurró Zayn.

—Ser feliz no es sonreir de vez en cuando —musitó—. No es reir de un chiste o lograr que otra persona lo haga.

—¿Entonces que es? —Liam elevó una ceja.

—Para mi, la felicidad es el sentimiento de pertencer, de ser querido y querer de la misma manera. De sentirse bien en el lugar que ocupa, obtener paz y tranquilidad al ser tu mismo sabiendo que las personas que te aman te aceptaran como eres.

—Amor —apuntó Liam, girando la daga—. Bonita palabra.

—¿Tienes algo que decir?

Se mordió el labio, mirando el filo del arma en su mano—. El amor es igual que esta daga —la giró—. Puede verse bonita pero siempre terminaras lastimandote con ella en algun momento.

—Existen varios tipos de amor, Liam —llamó su atención—. El amor no correspondido, que siempre termina con un corazón roto. El amor imposible, que termina en tragedia. Y el amor de las almas gemelas, que a pesar de cualquier obstaculo siempre encuentran la manera de unirse.

—Eso no existe. —el moreno lo miró por el rabillo del ojo.

—Porque tu no lo hayas probado, no quiere decir que no sea real, Zayn.

—Hablas como si supieras de ello —Liam estrechó sus ojos en su dirección—. ¿Alguna vez has amado de esa manera?

—No encontrado a mi alma o almas gemelas. —se encogio de hombros—. Aun asi, creo que podré sentirlo en algun momento.

—Eres un iluso.

Harry estrechó los ojos en dirección al castaño antes de mirar a Zayn, quien tenia los labios apretados en una delgada linea—. Me causa demasiada tristeza que ustedes dos hayan perdido la fe de esta manera —susurró antes de tomar un respiro—. Pero desde este momento mi misión será que la recuperen, ambos. Talvez logré que saquen las cabezas de sus culos en el proceso.

Zayn sacudió la cabeza incredulo al escuchar al niño pero no agrego nada. Habia veces en que solo dqebias dejar que la corriente te llevara y creia realmente que Harry los llevaria en la dirección correcta.