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El estómago le crujía de los nervios, había bebido un montón de agua y por eso no dejaba de parar en el baño, iba de un lado para otro mientras sentía como sus manos temblaban. Era normal que estuviera nervioso el día de su boda, siempre pasaba, pero Jungkook estaba aterrado, después del día de hoy absolutamente todo cambiaría.

Su vida se uniría a la de Jimin después del día de hoy, pasaría los días a su lado mientras crían a su hijo, pasaría los fines de semana con la familia de Jimin y pasaría el resto de la semana despertando al lado del omega.

Y debería ser algo que le ponga emocionado, se casaría con el hijo de alguien muy importante en la justicia del país, ahora tenía las puertas abiertas para tener una exitosa carrera en su rama; debería estar emocionado por poseer a aquel omega angelado que le miraba con devoción; debería sudar de emoción al pensar en la luna de miel. Pero no pasaba, temblaba como un perro muerto de miedo.

"Hijo, tranquilo." Le dijo su mamá mientras posaba su palma en su frente. "Tienes temperatura."

"Debe ser la emoción." Dijo su padre mientras arreglaba su corbata.

"Esta temblando aterrado." Menciono su mamá. Una madre notaba cada mínimo detalle del hijo que con tanto amor había criado. "¿Todo bien, Kook?"

"Sí." Mintió.

"Aún estás a tiempo de no hacerlo."

"¡Suyeon!" Su padre le llamo la atención. "No le digas eso, lo pones más nervioso."

"Pero aún puede hacerlo, este matrimonio está arreglado y aunque Jungkook me diga lo contrario se que es así, quiero lo mejor para nuestro hijo y casarse no lo es." Tenía razón, una mamá siempre la tiene.

"No, ma, solo estoy nervioso, es normal." Se defendió, haga lo que haga no podía dar un paso atrás, no cuando ya había avanzado mucho.

"Kook..." La beta hizo una mueca mientras acariciaba la espalda de su hijo, se sentía enojada por como la situación estaba yendo, algo en ella le decía que ese matrimonio sería la causa de la infelicidad de su hijo.

Y estaba en lo cierto.

"Mejor déjenme solo, por favor, esperenme en la iglesia así ya no tengo tantos nervios." Se levantó de su asiento arreglando su corbata y soltando un suspiro.

"¿Seguro?" Pregunto su madre.

"Seguro."

"Lo oíste Suyeon, vamos." Su padre tomo a su madre del brazo y después de un abrazo a su hijo salieron del departamento de Jungkook.

El alfa soltó un suspiro viendo la puerta y sintiendo el silencio de su departamento, camino por el lugar hasta llegar a la habitación principal donde una cama matrimonial le esperaba; había hecho cambios los últimos días para que así Jimin se sintiera en su hogar, con otro suspiro fue a la habitación de al lado donde yacía una cuna y muchos peluches para su hijo. Se recostó en la cuna y comenzó a jugar con un oso de felpa, sonrío enternecido al imaginarse al pequeño que dormiría y jugaría allí.

Al imaginarse a su hijo le entró valentía, hacía todo por aquella vida que Jimin llevaba en su vientre, así que no podía estar aterrado pues sabía lo que venía por él en cuanto acepto casarse con Jimin.

El timbre sonó unas dos veces, supuso que eran sus padres porqué algo habrán olvidado, con las manos en sus bolsillos fue a abrir y nada le preparo para ver a quien estaba esperándole.

Su corazón se agitó y sintió las mariposas en su estómago volando. Al ver a Yeri frente a él su mundo se detuvo.

"¿Puedo pasar?" Pregunto ella.

Jungkook solo asintió lentamente mientras le daba paso. Cerro la puerta y escucho el palpitar de su corazón en sus oídos. Estaba haciendo algo mal.

Pero la razón se nublo con sus sentimientos, su lobo agitaba su cola como un loco a la presencia de la omega. Estaba mal ver a la dueña de sus pensamientos antes de su boda, pero no le importaba, quería memorizar sus pestañas antes de dejarla.

"Te ves bien, tu traje es muy lindo." Dijo Yeri aún dándole la espalda.

"Gracias." Miro al piso nervioso, soltando una bocanada de aire para acercarse a Yeri. "¿A qué -" Fue interrumpido.

"No te cases." Se dio la vuelta en sus talones, sus ojos brillaban por las lágrimas que retenía. "No te cases con él, Jungkook."

"Yeri..." Sabía que ella venía por eso, ¿por qué más vendría? ¿Para felicitarlo? Claro que no, aún quería salvar algo de su amor.

Y Jungkook quería lo mismo, pero dejar a Jimin el día de su boda sería caer demasiado bajo, sería un cabron y el omega jamás podría perdonarle, le había dado su palabra y la cumpliría a pesar de que al hacerlo condenaba a su alma.

"¿Me amas, Jungkook?" Las lágrimas comenzaron a correr una maratón sobre las mejillas de la rubia. La pena se adueñaba de su cuerpo porque todo sería en vano.

"Lo hago."

"¿Entonces por qué?" Se acercó a él, lo tomo de los brazos y le miró a los ojos desde su altura, Jungkook veía el alma rota de su ex novia y eso fue suficiente para que la primera lágrima corriera. "¿Por qué?"

"Tengo que hacerlo, Yeri."

"¿Por qué te hacen esto?" Sollozo abrazando a Jungkook, manchando su camisa con sus lágrimas.

El abrazo fue correspondido, entre sus brazos sostuvuefon juntos los pedazos que se desmoronaban con cada lágrima salada.

"No lo hagas, Kookie, no lo hagas." Le miró a los ojos, sostuvo su rostro con ambas manos y limpio la lágrima silenciosa del alfa. "Él no es un buen hombre, te lastimara, ya lo hace antes de estar casados."

"Yeri, por favor, para."

"Acepto que algún día podrías dejarme, nada, ni las promesas son eternas, aceptaría que seas feliz al lado de otro pero....se que no serás feliz al lado de él." Dijo. "Si sacrificas todo quiero que sea por una felicidad asegurada."

"Seré feliz."

"¿Y si no lo eres?"

"Aprenderé a serlo."

Yeri volvió a abrazarlo pero esta vez más fuerte, memorizando los latidos del corazón del único hombre al que había amado.

"Sin importar todo el infierno que él te haga pasar, tienes que ser feliz porque tú escogiste esto." Dijo contra su pecho. "Tenías tantas opciones, pero te fuiste por la que tenía luces rojas, Jungkook yo solo espero que seas feliz."

"Ya no llores." Susurró acariciando sus cabellos.

"Lloro porque quiero que seas feliz. Lloro porque te amo."

"Y yo también te amo, siempre lo hice."

"¿Y siempre lo harás?" Le miró con sus ojos grandes llenos de lágrimas e hinchados.

Pero Jungkook no respondió, no era justo hacerle una promesa, no cuando estaba apunto de ir a un altar para jurarle amor eterno a otro omega.

La falta de respuesta heló aún más el corazón de Yeri, abrazo una última vez a Jungkook y acarició por última vez su rostro, ambos lo hicieron, se acariciaron y abrazaron una última vez.

Y.

Se besaron por una última vez, entre el sabor salado de sus lágrimas y la sacudida que tenían sus corazones. Se besaron como siempre solían hacerlo, llenos de amor e ilusión, una última vez no le hacía mal a nadie.

Juntaron sus frentes viéndose a los ojos para decirse una vez más adiós.

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El sueño de Jimin comenzó, entre aplausos y pétalos de rosas salió tomado de la mano con su esposo.

La sonrisa en su rostro brillaba, sus ojos se habían iluminado y sus mejillas tenían un color vivo que contagiaba a todos.

"¡Vivan los novios!" Escucho a lo lejos a su prima gritar, todos le siguieron mientras tiraban más pétalos.

Miro a Jungkook y él tenía una sonrisa en su rostro, estaba tan feliz como él y por eso es que se acercó a su esposo para pedirle un beso; el cual fue entregado en bandeja de oro. Le sostuvo de la cintura y le beso tiernamente mientras todos les aplaudían.

Era el día más feliz de su vida, al fin había unido su camino con el de Jungkook.

La pareja de esposos entraron al carruaje que los esperaba para llevarlos al salón donde tendrían su primer baile como pareja, tomados de las manos fueron viendo el hermoso paisaje que les acompañaba.

Lo más hermoso que Jimin veía era la sonrisa de Jungkook tan de cerca.

El omega se recostó en el hombro de su alfa mientras había entrelazado sus manos.

"Estoy tan feliz." Susurró Jimin.

"Me alegro mucho." Apretó la suave mano del omega recostando su cabeza en la de su esposo, soltando un suspiro.

"El vuelo sale a las seis, así que no nos quedaremos tanto como queremos con nuestros invitados."

"Tokio nos espera." Sonrío. "Mañana será un buen día."

"A tu lado si."

"Al lado de ambos." Jungkook llevo su mano al vientre de Jimin, acariciando un vientre vacío.

Arribaron al salón y como todo un príncipe de cuento Jungkook bajo primero para sostener a Jimin. Era un sueño hecho realidad, sobre todo el baile que les esperaba.

Con una sonata acompañandoles y siendo el foco de atención de todos bailaron juntos, pegados el uno al otro mientras se veían profundamente a los ojos sintiendo los latidos de su pareja muy de cerca. El mundo se había detenido y solo eran ellos dos, ambos en su mundo mientras se observaban con una ligera sonrisa.

El baile terminó con un beso sobre sus labios y muchos aplausos, era un cuento de hadas.

Antes de irse Jimin dejo que Jungkook converse con sus amigos, los vio irse al bar para compartir unos cócteles y jactarse de lo afortunado que era. El omega se quedó conversando con sus amistades y familiares, platico de su gran luna de miel y como todo se sentía igual que un sueño.

La sed le invadió y uso aquello de excusa para ir a ver a su esposo, en el bar encontraría jugo de frutas o agua, también quería saber que hablaban; confirmar que Jungkook andaba presumiendo la ganga de ser su esposo.

Pero la realidad le golpeó tan duro como un roble. 

"Yeri vino a verme y...les juro que estaba a punto de irme con ella, a nada de echar todo a perder." Escucho del otro lado de la puerta, sintiéndose mareado, teniendo que sostenerse de la pared para no caerse. "Nos besamos y nos dijimos adiós."

Se besaron, se repitió una y otra vez.

"Te estás condenando así." Escucho otra voz. "Tienes que hacer las cosas bien, ahora estás casado."

"Lo sé, pero amo a Yeri." Simples palabras lograron que se rompa como un glaciar.

"Pero estás casado con otro."

"Lo sé, se que puedo amar a Jimin en un futuro, es muy fácil amarlo, es tan dulce...pero ahora yo la amo a ella. Solo pienso en ella y en el último beso que nos dimos."

"Tienes que olvidarla o serás infeliz siempre."

"Lo haré, pero ahora todo me duele. Pensar que compartiré mi vida con alguien más que no sea ella....es aterrador."

"Pero si tu esposo es un ángel, suertudo."

Jungkook rió. "Lo sé, es una belleza y disfruto su compañía, puedo disfrutar la intimidad con él pero por ahora mi corazón es de ella."

Era suficiente, Jimin no podía seguir escuchando más, quería llorar y por eso se fue a encerrar al baño, gritó ahí dentro mientras se miraba al espejo. Perdía una vez más, pero él no era de esos, haría todo para ser el ganador.

Ya sentía los síntomas de su celo, pero necesitaba asegurar todo para esta noche porque quería ser en lo único que Jungkook pensará, quería meterse en su piel y en cada centímetro de su conciencia.

Tomo unas dos pastillas más y molido unas cuatro en una bolsa, como era un omega puro podía incentivar el celo de Jungkook pero necesitaba que esté sea tan arrebatador que le nuble la cabeza con solo su existencia, tenía que ser él y nadie más que él.

Era todo por su amor, lo hacía todo por ello.

;

Durante todo el viaje solo pensó en las palabras de Jungkook, pensó en que el hombre que amaba estaba enamorado de otra mujer, se consumía en rabia por el solo pensamiento.

Debía ser él el dueño del corazón de Jungkook, no la otra.

Pero sería así, después de este viaje Jungkook no podría pensar en nadie más que él.

Llegaron cansados al hotel, Jungkook se tiró de espaldas a la cama soltando un gran suspiro y cerrando los ojos. La champán que el hotel les había preparado estaba esperándoles en copas, aprovecho la distracción de Jungkook para vertir el polvo que le colocaría en celo.

Noto cuando Jungkook le comenzó a tocar un poco más de lo que hacía, su celo se sentía en sus poros y solo era cuestión de tiempo para que el alfa entre en calor también.

"Brindemos." Ofreció la copa. El alfa la tomo en sus manos sentándose y sonriéndole. "Por nosotros."

"Por nosotros." Sus copas chocaron y el líquido refresco sus gargantas.

El poco alcohol que tenía el champán le dio coraje a Jimin, el omega se abalanzó a los brazos del alfa para besarlo y sentarse encima de él, el beso fue correspondido rápidamente Jungkook dejo sus manos pesadas sobre el cuerpo de su esposo mientras lo apegaba más a su cuerpo para así crear fricción.

Suspiraban sobre sus bocas y se sostenían con todas sus fuerzas.

"Hueles tan bien." Le dijo Jungkook mientras se fundía en su cuello, loco por su aroma y con las pupilas dilatadas. "Hueles tan pero tan bien, omega."

Sus celos se habían hecho presentes.

"Solo para ti." Le susurró contra sus labios.

"Mi omega, mi hermoso omega." Le decía mientras le tomaba de la cintura para tenerlo debajo suyo, así podría besarlo y hacerlo suyo mucho mejor. "Tan mio."

"Tuyo, solo tuyo." A comparación de Jungkook, Jimin conservaba su mente, no estaba nublado por el celo pues nunca se había perdido en el, al ser puro tenía más control en su cuerpo. Así que disfrutaba cada segundo de tener a Jungkook tan devoto a él.

Se besaron y follaron toda la noche, el alfa y su gran estamina lleno de marcas el cuerpo de su omega mientras le repetía muchas veces que era suyo.

Y lo era.

Siempre lo había sido.

Pero ahora ambos se pertenecían y para siempre.














































bueno muchachonas ahora yo tengo que hacer una advertencia, de aquí para adelante el au se torna un poco más oscuro, añado los tags de:

- manipulación
- violencia verbal
- violencia física
- obsesión
- marcas sin consentimiento
- Jimin es muy mala persona !!!!

y ya, ya saben lo que se encontrarán en los siguientes :3

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