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Como la mente maestra de su propia vida ya tenía todo listo para que sus padres se enteren de su embarazo. Busco la prueba de embarazo que se había tomado y la coloco en su librero, justo al lado del libro de deontología que su padre le había prestado, en tan buena posición que al mínimo movimiento las pruebas caerían al piso revelando su noticia; Jimin sabía que su padre necesitaría el libro.
Sus clases habían sido ligeras, solo tenía una este día martes por lo que llegó temprano a su casa, se pudo encontrar con sus papás desayunando. Sus padres trabajaban en la tarde, por eso no los veía muy seguido.
"Buen día." Sonrío mientras tomaba asiento junto a su madre.
"¿Ya desayunaste, hijo?" Le pregunto su padre.
"Sí." Sonrío asintiendo, sirviéndose un poco de agua para hidratar su seca garganta. "¿Ya se van?"
"No, queríamos tomarnos el día libre, iremos de compras al mall, ¿no quieres algo?" Le respondió su madre mientras mordía la galleta de agua que se había servido.
"Nah, estoy bien." Sonrío. "Y papá, ya terminé de leer el libro, gracias, tome apuntes para mi examen."
"¿Ya no lo necesitas más?"
"No no, todo lo que necesitaba ya está hecho." Dijo en doble sentido.
"Entonces lo tomaré de vuelta." Dijo planchando con sus manos el suéter que tenía puesto, levantándose de la mesa mientras bebía lo último de su té.
Su padre era alguien muy responsable, le gustaba el orden y la pulcritud, sus libros siempre estaban por orden de letra, limpios y al día, cuando prestaba algo suyo tenía que tenerlo el día en que le prometieron devolvérselo. Jimin aprovecho la rectitud de su padre, aprovecho que fuera un hombre correcto a su mayor beneficio.
"¿Donde esta el libro?" Pregunto.
Jimin retuvo la sonrisa enorme que se dibujaria en su rostro. "En mi librero."
Vio como su padre subió a su habitación para recuperar su libro, soltó un suspiro aliviado porque creyó que su padre le pediría que él trajera el libro, pero no. Ahora solo tenía que esperar mientras termina de beber su vaso de agua.
Conversaba vagamente con su madre sobre las cosas que comprarían, harían la despensa y comprarían antojos, tal vez comprarían vajilla o alguna planta. Su madre le pregunto por la universidad, le respondió que todo bien; le pregunto sobre sus días y le respondió que de maravilla.
Su conversación se vio pausada en cuanto su padre bajo con las pruebas de embarazo en sus manos, espantado y decepcionado. Jimin quería sonreír, pero tenía que espantarse, fingir que le aterraba que sus padre supieran de su error.
"Hijo." Llamo con voz fuerte y dura. Jimin le miró a los ojos como un cachorro perdido, apunto de llorar con las mejillas rojas de vergüenza. "¿Que es esto?"
A la pregunta su madre también le miró, soltando un jadeo de sorpresa y cubriendo su boca con la mano. Sus padres le veían con la cara pálida de sorpresa.
"Yo..." Susurró, se levantó de su asiento para ir a su padre, para rogarle, fingir, perdón. "Papá..."
"¿Por que no nos lo dijiste?" Dio un paso atrás de las manos de su hijo, su amado hijo.
"Papá..."
"Jimin." Hablo su madre. "¿Cuanto tiempo tienes de embarazo?"
"Casi un mes." Dijo en voz baja, ni él lo sabía.
"¿Y quien es el padre? ¿Por qué no ha venido a presentarse? ¿Por qué aún no pidió la bendición para que se casen? ¿ah?" Alzó la voz.
Otra característica de su padre era su anticuada forma de ver la vida, era alguien de la vieja escuela que había querido que sus hijos se casarán, le dieran nietos y vivieran felices. Creía que el matrimonio y la familia eran los pilares de la sociedad, por eso es que era el peón perfecto para el juego de Jimin.
Sabía que su padre no permitiría que llevara a cabo la desastrosa relación paternal con Jungkook, sabía que su padre intervendría por sus intereses, como el buen padre que era.
"¿¡Quien es!?" Ante la falta de respuesta de su hijo no pudo evitar gritarle en desesperación.
"Jungkook." Susurró mirando el piso, avergonzado y triste.
"¿Jeon Jungkook?" Pregunto con el ceño fruncido, empuñando los puños en rabia. "¿Es por eso que querías tanta ayuda para él? ¿Es tu novio?"
"No." Negó con la cabeza.
Su padre llevo sus manos a su cabello para tirarlo de la frustración.
"¿Y por qué no es tu novio? ¿Por qué no ha venido a pedir tu mano? ¿¡Qué acaso no piensa hacerse cargo!?" Tomo a Jimin de los brazos, haciendo presión en su agarre por el enojo del momento.
"Kyungho basta." Intervino su madre para tratar de calmar las cosas pues su hijo ya comenzaba a soltar lágrimas pesadas de vergüenza.
Lágrimas de cocodrilo.
"Se va a hacer cargo." Jimin retrocedio, limpiando sus lágrimas y levantando la mirada. "No estaremos juntos como una pareja normal pero se hará cargo, él ya me acompaño a mis controles médicos."
"Ya hasta fuiste a tus controles." Soltó una risa burlona. "¿Y por qué no se haga cargo como tú pareja? El embarazo de los omegas es complicado cuando no tienen a su alfa al lado."
"Porque no está disponible." Desvío la mirada, fingiendo vergüenza.
"¿Y por qué?" Fue su madre quién pregunto ahora.
"Porque él ya tiene novia." Y esa era la cereza del pastel, la gran bomba que terminó con toda la paciencia de su padre.
Su hijo omega iba a tener un hijo fuera del matrimonio con alguien que ya tenía una pareja, su peor pesadilla, el derrumbe de la sociedad pasaba frente a sus ojos.
"¿Qué?" Pregunto incrédulo, creyó que había escuchado mal.
"Que tiene pareja, pero se hará cargo de nuestro hijo."
"Tu eres un estupido." Soltó sin pelos en la lengua. "¿Me dices que tuvo la disponibilidad para embarazarte y ahora pondrá sus intereses por encima de ti? De ninguna forma, Jimin." Dejo las pruebas en la mesa y salió del comedor, con pasos firmes se dirigió a la mesita de la entrada para tomar sus llaves.
"¿Que haces?" Su madre seguía sus pasos.
"Voy a qué ese bastardo cumpla con nuestro hijo, eso haré." Dijo mientras metía las llaves en su bolsillo.
Jimin podría gritar Eureka, pero necesitaba seguir en su papel de pobre víctima/padre soltero/omega desamparado, así que siguió a su padre siguiendo los pasos de su madre.
Su madre tomaba del brazo a su padre mientras le repetía "mantén la cabeza fría", sabía que estaba furioso porque una vena estaba apunto de saltar de su frente. Jimin también lo tomo del brazo y al momento de hacerlo su padre le agarro la mano.
"Tú vienes conmigo, me dirás dónde vive."
"Papá no hagas esto." Rogó con lágrimas en los ojos.
"¡Vendrás conmigo, quieras o no!" Gritó dejando en silencio el ambiente, ante el grito Jimin no tuvo más opción que hacer lo que le decía -no es como si quisiera hacer otra cosa-.
Se subió al auto e indico a su padre la dirección de Jungkook, Jimin esperaba que Yerim se encontrará con él para que así las cosas sean más interesantes y entretenidas para él. Mantenía la expresión de tristeza en su rostro pero por dentros sonreía y reía por como todo iba como quería.
El camino fue corto pues su papá tomo muchos atajos para llegar lo antes posible, cuando estuvieron frente al condominio la típica melodía matrimonial sonó en su cabeza. Su padre y él salieron del auto en silencio, su papá le exigió el número de departamento para así enfrentarlo con sus obligaciones; el elevador era silencioso y se sentía la tensión, el enojo y todos los sentimientos amargos. El timbre le anunció que ya estaban en el piso de Jungkook.
El camino lento y lleno de suspenso se hacía eterno para su ansiedad, el timbre de la puerta se hacía eterno mientras Jungkook se tardaba en abrir. Y cuando Jungkook apareció en el marco de la puerta el tiempo dejo de detenerse y corrió como loco.
"Hola." Saludo ligeramente sin tener una respuesta, solo una arrinconada por el padre de Jimin.
Quien entro al departamento y empujó a Jungkook contra la pared cercana, tomándolo del cuello de su camisa para comenzar a reclamarle.
"¡Papá basta!" Jimin se metió detrás de ellos, tomando el brazo de su padre para que soltara a Jungkook.
"¡Embarazas a mi hijo ¿Y no quieres hacerte cargo?!" Le reclamo en la cara. "¿¡Quien te has creído tú!?"
"Señor..." Trato de sacarlo de encima, pero sin usar toda su fuerza como para lastimarlo.
"¡Lo embarazas mientras tú sigues normal con tu vida! ¡Mientras que mi hijo tiene que ser padre soltero!"
"Papá basta..." Pidió Jimin.
"Escúchame bien." Soltó a Jungkook, dando un paso atrás cerrando la puerta de un portazo. "O te haces cargo propiamente, o seré yo quien mueva mar y cielo para que nunca tengas contacto con tu hijo, ni con el mío."
"Papá..."
"Te vas a casar con Jimin, o no serás parte de la vida de tu hijo." Amenazó. "Y también te arruinare la carrera, porque es muy fácil para los bastardos como tú renunciar a los deberes parentales y rehacer su vida como si nada."
Park Kyungho era un fiscal con una trayectoria jurídica amplia, había sido dos veces juez y parte de la cámara de senadores, era un pez gordo de la justicia coreana y podía deshacer con solo un chasquido. Jungkook sabía que sus palabras eran ciertas y que lo alejaría de la vida de su hijo, como también le arruinaría la carrera que apenas comenzaba a construir.
Estaba contra la espada y la pared, un paso en falso y terminaría desangrado en el piso.
Al casarse con Jimin tendría la vida al lado de su primogénito, tendría accesibilidad a diversas fuentes de trabajo, sería infeliz al no estar con la mujer que amaba; pero si no se casaba con él tendría una muerte civil y estaría alejado de su primogénito, aunque era consuelo estar con la mujer que amaba, pero no tanto pues tendría la amargura de no ser nadie para su hijo.
Así que solo había una sola respuesta y salida.
"Esta bien." Dijo con la cabeza en alto, mirando a los ojos a su jefe y futuro suegro. "Me casare con su hijo."
"No es a mi a quien le tienes que decir eso." Dijo Kyungho.
Jungkook miro a Jimin y sintió pena, él no merecía eso, no merecía ser una excusa y una obligación pesada para alguien que él amaba, era injusto que se casará con él por puro interés. Pero era lo que había.
"Me casare contigo, Jimin." Las lágrimas que rodaron de las mejillas del omega rompieron su corazón. Porque conocía la ilusión del amor, conocía el anhelo de unir la vida con el ser amado y no debía de darse de esa forma.
Jimin merecía que alguien se arrodille frente a él con toda la ilusión en sus ojos, que tomaran su mano y la besaran para colocar el anillo de promesa. Merecía amor y ternura, no gritos y fuerza.
O tal vez sí.
"Papá, vámonos." Pidió Jimin mientras miraba el piso, sorbia su nariz y limpiaba sus mejillas con su manga.
"Que la entrega del anillo de compromiso no pase esta semana, ¿me oyes?" Fue lo último que dijo, abrió la puerta y salió sin mirar atrás.
"Esta bien." Suspiro golpeando su nuca con la pared, veía de reojo a Jimin quien se iba con pasos lentos y arrastrados.
"Lo siento mucho, Jungkook." Susurró Jimin en el marco de la puerta dándole la espalda. "No quería que las cosas fueran de esta manera, no era mi intención arruinarte más la vida, yo-yo...lo siento mucho." Sollozo.
Quebrando el corazón de Jungkook al punto de hacer que caminara hasta llegar a él para así abrazarlo por la espalda, coloco su mentón sobre la cabeza de Jimin mientras acariciaba los dedos del omega.
"No llores, Jimin." Dijo. "Todo estará bien."
Y todo estaba bien, todo salió perfecto para la pequeña historia que Jimin había hecho.
estoy en exámenes, por eso desapareci pipipi
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