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Se puso bálsamo de cerezas para mantener sus labios hidratados, arreglo sus cabellos mientras se miraba en el espejo de bolsillo que llevo con él. Sonrío soltando un suspiro, le dio un sorbo a su malteada mientras esperaba paciente a Jungkook.
Las malteadas que había pedido para ambos eran de fresas, el típico sabor que bebía en el pasado cuando observaba a Jungkook desde lejos, el mismo sabor que probó cuando le hablo por primera vez y el sabor del día que pondría las cosas de cabeza, o donde debían estar.
Sonrío y sus mejillas se sonrojaron cuando vio a Jungkook entrando a la cafetería, por alguna razón la mirada del alfa era cansada y apagada, Jimin se preocupó, aunque no debería estar preocupandose por el alfa sino por sí mismo.
"Hey." Saludo Jungkook sentándose frente a él.
"Kookie." Devolvió el saludo. "Nos pedí malteadas."
"Oh, gracias, pero no tenías porqué hacerlo."
"Solo quería invitarte una." Sonrío. "Ya en otra tú me la invitas."
"Ah, si." Asintió.
"¿Cómo estás?" Preguntó Jimin dándole un sorbo a su malteada mientras mantenía su mirada clavada en Jungkook, sabía lo que causaba al mirarle en cierta posición.
"Bien, bien." Suspiro. "Tenemos que hablar..."
"Ah." Su expresión era de sorpresa. "¿Qué pasa?"
Por la expresión de estrés del alfa, Jimin supo que no era algo fácil de decir, su corazón comenzó a latir fuertemente en su pecho y lo escucho como tambor en sus tímpanos. Jungkook frotó su frente y paso su mano por su cabello, demostrando el gran estrés por el que pasaba, logrando que Jimin solo escuché el pitido en sus tímpanos. Pero tal vez solo estaba sobre pensando y en realidad no era nada grave o malo.
Aunque...
Uno sabe cuando le van a disparar, es algo que se siente desde el fondo del alma. Jimin lo sabía, la ansiedad de Jungkook solo era una señal de malas noticias.
Pero quiso mantenerse sereno, llevo su mano a la de Jungkook para así calmar el estallido que parecía suceder dentro de él y cuando la quiso tomar el alfa solo la retiro sentándose erguido mientras la espalda la tenia pegada en el respaldar de la silla.
Solo alertando al omega que pronto podría tener un ataque al corazón por lo rápido que este latía.
"Jimin." Llamo su nombre de forma amarga, si le iba a llamar así era mejor que le siguiera diciendo por apodos. "Todo...lo que sea que tenemos, teníamos, tiene que terminar."
Fue como Jimin escucho los miles de pedazos romperse en su corazón, el batido le hizo mal en el estómago y sentía que iba a vomitar en cualquier momento, su cabeza daba vueltas, su garganta se había cerrado en un nudo y sus manos temblaban.
Jimin sentía que moría por dos factores: 1) Jungkook terminaba sus lazos y 2) Jungkook no podía darle un nombre a la relación que tenían.
Moria por Jungkook.
Se iba a volver loco.
"¿...Qué?" Soltó en un suspiro, sin fuerzas o color.
"Volví con mi ex, ahora estamos juntos de nuevo y creo que sería injusto para ella que tú y yo sigamos con lo que sea que tenemos." Esbozo una sonrisa plana, más que todo para tranquilizar a Jimin, pero no lo lograba.
Ella, ella, ella, ella, ¿y por que no yo? Pensó, sentía que ya su mirada se nublaba con las pesadas y gordas lagrimas que querían caer por su rostro.
"...Entiendo." Dijo en voz baja. "Por ella, ¿no?"
"Por nuestra relación, más que todo."
"¿La amas?"
Jimin no debía preguntar eso, no debía ser tan masoquista y duro consigo mismo, pero la curiosidad se apoderaba de él. Quería saberlo todo, no para hacer entrar en razón a su corazón sino para cultivarse en aquellas espinas que ya se apoderaban de su corazón.
"Sí, la amo." El omega posó sus ojos sobre la mirada tan melosa que Jungkook tenía, era increíble que de la ansiedad pasará al enamoramiento, le daba asco. Le daba tanto asco que todos esos sentimientos lo experimentara con alguien que no era él, le daba asco, celos, envidia, tristeza y rabia.
Tenía celos, quería que fuera por él aquellos ojos de corazón, quería que Jungkook se derritiera de amor por él. Que muriera de amor como él lo hacia ahora.
"Que bueno." Sonrío ligeramente.
"Podemos seguir siendo amigos." Dijo. "Me caes muy bien y no quisiera perder contacto contigo."
¿Amigos? Jimin no quería ser aquella excusa de consuelo, quería ser el corazón entero de Jungkook.
Pero peor es nada ¿Ah? Después lo será todo.
"Claro." Se obligó a sonreír, sentía que vomitaría en cualquier momento. "Amigos."
"Que bueno." Jungkook estaba feliz se veía en su sonrisa y en sus ojos redondos. "Bien...ahora tengo clases, podemos hablar luego ¿sí?"
Jimin asintió, levantándose de la mesa junto a Jungkook. Aún mantenía la mirada baja y melancólica, se sentía mal, solo quería llegar a su casa para llorar toda la tarde. Pero antes.
"¿Puedo darte un abrazo?" Preguntó con ojos grandes y mirada triste, como un cachorro regañado.
"Claro." El alfa sonrío abriendo sus brazos y permitiendo que el rubio descanse su cabeza en su pecho. No podría negarle nada a Jimin.
El omega inhaló el aroma y la colonia de Jungkook, quería conservar el recuerdo del día en el que el amor de su vida le rompió el corazón en una cafetería estudiantil.
"Sean felices." Dijo Jimin en cuanto se alejaron, mintió.
"Gracias." Sonrío feliz. "Nos vemos."
Jimin se quedó parado viendo como Jungkook se iba, se iba de la cafetería pero no de su vida.
Miro por la ventana y lejos lo vio a él tomando de la mano a una rubia de cabellos largos, su corazón dolía y su estómago se revolvía.
No era justo el dolor del momento, no era justo que el dueño de su corazón quiera ser feliz con alguien más, no era justo ser infeliz.
Al llegar a su casa paso lo que necesitaba, se encerró y lloro pegado a la puerta de su habitación, lágrimas pesadas caían por sus mejillas arruinando el ligero delineado que se había hecho para Jungkook. Su corazón dolía tanto porque su ilusión le había elevado muy alto, Jungkook le había hecho ver las nubes y le había soltado la mano cuando estaba en lo más alto del cielo así cayendo con una fuerza inhumana, rompiéndose en mil pedazos contra el asfalto.
Tomo su celular y vio las pocas fotos que se había tomado con Jungkook, su vista se nublaba por todas las lágrimas que producía. Se veían tan felices en esas fotos, se veían tan inalcanzables ahora, como un sueño, ahora todo se sentía igual que una pesadilla.
"No es justo." Sollozo. "Te amo. Yo te amo mucho." Le hablaba a las imágenes en la pantalla, como si alguna pudiera escucharle y limpiarle las lágrimas.
Se hacía cada vez más daño releyendo las conversaciones con Jungkook, desde los apodos hasta la última, pronto los sollozos silenciosos se convirtieron en fuertes quejidos, gemia y gritaba por el gran punzor que sentía en su pecho mientras seguía tirado en el piso, lloraba con toda la fuerza de sus pulmones y escondía su rostro en sus rodillas abrazandolas a su pecho, así tendría algo de calor, algo de confort.
Su cabeza comenzaba a doler por el lloriqueo que hacía, su corazón dolía, su omega se revolcaba en agonía y él se caía a pedazos. Se levantó del suelo y se tomó de los cabellos mientras seguía llorando a gritos, no era justo.
Le había dado todo a Jungkook por años, había guardado su virginidad para él, sus más profundos sentimientos para él y su alma para él, pero nada de eso había sido tan importante como el pasado amor.
"¿Qué me falta? ¿No soy suficiente?" Se preguntó en voz alta.
"¿Por qué Jungkook? ¿Por qué?" Siguió sollozando a mares.
Se miró al espejo, se veía destrozado, el corazón se le caía por las lágrimas gordas y pesadas que rodaban en sus mejillas. No era justo.
La rabia se unió a su tristeza, alguien más le había arrebatado su sueño, no era justo y no sería así. Su interior se incendiaba en sentimientos vacíos y agrios, le quemaba todo y quería destrozar al mundo por su corazón hecho añicos.
Era un huracán que quería devastar todo a su paso solo para encontrar la felicidad arrebatada, mirándose al espejo le daba pena verse tan destrozado, su reflejo demostraba el desperdicio que se había vuelto. Tomo su cepillo y con toda su rabia lo arrojó al espejo, así dejaría de ver el triste reflejo.
Aún así con lágrimas en sus mejillas que parecían una fuente sin fin, tomo su celular y se sentó en su cama, aún lloraba pero tenía la fuerza suficiente.
"Hola, ¿Jaehyun?" Mordió su labio para que el sollozo no se escuchará al otro lado de la línea. "Estoy bien, gracias ¿Recuerdas que teníamos una cita pendiente?" Limpio unas cuantas lágrimas en su mejilla. "Claro, gracias, ¿entonces mañana?" Sonrío, aún llorando. "Bien, nos vemos, adiós."
Y la idea de ser infeliz toda su vida solo para que su amado pueda ser feliz se quedaba corta y en una nada, porque él quería ser feliz toda su vida, feliz a su lado, con él, sin importar que Jungkook sea infeliz.
owoooooooo
q tal? q opina mi rasaaaaaaaaaaaa?!?!?!
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