🦷🦷🦷🦷🦷🦷🦷🦷🦷🦷🦷🦷🦷🦷🦷🦷🦷🦷🦷

Chaeyoung abrió la puerta con fuerza y la azotó estruendosamente detrás de sí. Con pisadas fuertes se direccionó a su habitación.

—¿Ya volviste? —El ruido hizo que Soobin se asomara desde el fondo— Je, creí que no llegarías a dormir —La siguió— ¿Cómo te fue? ¿Ya tienes no... —No pudo concluir, la puerta le fue cerrada en la cara.

Sorprendido, el joven quedó ahí por un momento sin decir nada.

—¿Chae? —Dió un golpecito— ¿Todo bien? —No, no lo estaba y pensó que lo que fuera que hubiera pasado Chae no querría hablar de eso o al menos no ahora— ¿Pasó algo? —Insistió— Chae. Estaré por aquí por si quieres hablar.

Nunca la había visto muy molesta pero, como dicen, siempre hay una primera vez y si este era el caso prefería esperar a que se calmara.

Pero difícilmente eso pasaría. Son sentía que hervía de tanta ira, su cuerpo recostado boca abajo mientras lloraba ahogadamente con los ojos rojos eran prueba de que estaba muriendo por dentro. Tenía los ojos bien abiertos, la respiración descontrolada y una herida en la frente por chocar con el buzón de alguien, herida que no podría doler, no como el corazón que le sangraba como un pedazo de carne roja en una carnicería.

"Mina... se fue lejos. Nunca regresará".

Apretó la sabana con mucha fuerza hasta volver blancos sus nudillos.


La mujer sentía la mirada reprensiva de su amiga cada tanto y el doble mientras actualizaba su CV en la laptop.

—¿Algún problema? En cuanto encuentre un trabajo me iré, solo...

—Sabes muy bien que eres bienvenida en mi casa. Sí hay un problema y sabes bien cuál.

La menor de las dos suspiró cansada luego de volver la vista a su computadora portátil. Sabía que sería inútil tratar de evitar el tema.

—Dime.

—¿Quieres que te diga lo que ya sabes y quieres hacer?

—Yo no-

—¿No qué? ¿No quieres ir corriendo a los brazos de esa muchacha? ¿No quieres estar con ella luego de haberse comportado por semanas como dos imanes? Te conozco lo suficientemente bien para saber que no soportas no ver su nombre en tu teléfono.

—Yo fui quien la bloqueó-

—Y te arrepientes, de lo contrario no llorarías mirando su foto, te escucho todas las noches. Por favor no seas terca y llámala. ¿Qué ganas haciendo todo esto?

—Le doy la oportunidad de que tenga una vida más "normal", supongo —Murmuró la última palabra para sí misma.

—¿Normal?

—Sin mí podrá encontrar a alguien más acorde a su edad, podrá hacer cosas de su edad, equivocarse las veces que hagan falta y así madurar a su debido tiempo hasta encontrar a la persona correcta, podrá casarse y formar una familia. Envejecer... —Su corazón se apretó—... La gente no hablará mal de ella ni de su familia a sus espaldas. Ella no la ha pasado bien en su preadolescencia, ha estado muy sola y necesita amor, y cree que es lo que siente por mí.

—Mina...

—También debo pensar en mí. Conmigo se aburrirá en un par de años, me dejará y ¿qué voy a hacer entonces? Si me enamoro más será como la muerte no tenerla a mi lado. Me marchitaría como una flor mientras veo como se va con mujeres más jóvenes.

—Siguiendo esa lógica nadie tendría que buscar pareja ya que nada te asegura que esa persona se quedará contigo para siempre. La ruptura es un riesgo que todos asumimos al empezar una relación, al menos la gente adulta como nosotras lo sabe bien, todas las parejas tienen altibajos pero eso no significa que no vaya a durar para siempre, que el amor sea más fuerte. En tu caso me parece inútil toda conversación porque esa dongsaeng ya te eligió, te ama con locura.

—Yo...

—Debiste verla aquella vez, te buscó cuarto por cuarto y se volvió loca al no encontrarte en tu habitación. Te llevó un obsequio-

—Los chocolates —No lo había olvidado desde la primera vez que se lo contó.

—Sí, los chocolates que destrozó.

Y esa parte le dolía escuchar.

—Amiga mía, le rompiste el corazón y te lo rompiste a ti misma. Siempre he admirado tu inteligencia pero si renuncias al probablemente amor de tu vida te creeré la persona más estúpida que conozco y será decepcionante. No se merecen esto, ¿sufrir por qué? ¿Por el qué dirán? ¿Por la diferencia de edad? Mi exnovio y yo tenemos la misma edad, hasta cumplíamos el mismo día y qué pasó, me engañó con una de dieciocho con la que ahora resulta que se casará. Pésimo ejemplo, lo sé. A lo que voy es a que estar con alguien de mi edad por años no me aseguró nada. Del mismo modo puedes obligar a tu amada a estar con alguien de veinte y ella la engañará con el pensamiento porque seguirá pensando en ti.

—¿Cómo lo sabes?

—¡Por dios, Mina! A esa chica le brota el amor por los poros cuando está contigo. Si estoy presente me vuelvo automáticamente una tercera rueda. Pero como dije, no seas estúpida, por una vez no pienses solo con la cabeza sino con el corazón. No renuncies a la felicidad cuando lo único que tienes que hacer es tomarla. Sé valiente y no me decepciones pero sobre todo no te decepciones a ti misma.

—Pero...

—Nada de peros —Le cerró la computadora.

—Necesito pensarlo.


Dos semanas habían pasado, dos semanas sin que Chaeyoung saliera de su dormitorio y Soobin ya estaba más que preocupado.

Todas las mañanas, tardes y noches iba a golpearle la puerta pero no abría, la única respuesta que recibía de su parte era "estoy bien" cuando le enviaba un mensaje para que diera señales de vida, y las repetidas respuestas empezaron recién después de la primera semana cuando el joven dijo que llamaría a su madre. Obviamente no estaba bien y eso lo asustaba. 

Ni siquiera salía para comer ni beber agua, la situación ya era grave y lo entendió.

Más que preocupado, fue a golpear la puerta de su amiga como tantas otras veces.

—Chaeyoung —Llamó, pero ante la nula respuesta siguió—. No sé qué está pasando contigo pero te lo advierto, tengo el teléfono en mi mano ahora mismo para marcarle a la policía. Abrirán la puerta y te llevaré al hospital, no puedes seguir así. Si no quieres salir ni hablarlo no me dejas otra opción.

En ese instante la puerta frente a él fue abierta.

—¿Por qué haces tanto ruido? —La joven tenía pinta de recién levantada. Bueno, eran las nueve de la noche después de todo.

—Eh... ¿Estabas durmiendo?

—Sí, me tomé una aspirina para el dolor de cabeza pero en fin, ya me despertaste.

Ahí mismo Soobin avistó los vasitos de flanes y un plato con frutas dentro de la habitación.

—¿Qué haces?

—Me asomo a ver si has estado comiendo algo. No te he visto en dos semanas, estaba muy preocupado, todavía lo estoy.

—Ya te dije que estoy bien.

—¿Cómo esperas que me crea eso? Has estado encerrada dos semanas.

—Solo... necesitaba estar sola. Salía en las madrugadas aprovechando el silencio.

—Algo pasó y no quieres decirme, pero no voy a presionarte. Por ahora me conformo con que hayas salido de tu cuarto. ¡Qué preocupado me tenías! Vayamos al hospital igual, estás más delgada de lo que recuerdo.

—A lo mejor tú subiste de peso.

—No has perdido tu sentido del humor, eso es bueno. Pero en serio, vamos al-

—Tengo una idea mucho mejor. Vamos a divertirnos a un club.

—¿Qué? ¿Así de la nada?

—Estoy aburrida y con ganas de mover el cuerpo. Además creo que todavía no celebramos haber pasado el semestre.

—Tienes razón, aún no lo celebramos, ¿pero se te olvida que tengo novio?

—¿Y eso qué? No es como si fuéramos a hacer algo malo.

—No, claro que no.

—¿Entonces?

—Pues...

—¿Sí o no, amigo?

—De acuerdo, pero solo un rato.

Dos horas después se encontraban en un club nocturno pidiendo tragos en la barra principal. Era el tercer club al que entraban y la noche era joven, joven como las chicas que se acercaron al par de amigos.

Una le quitó el vaso a Son para bebérselo.

—Disculpa, tenía mucha sed —dijo peinando su cabello morado para atrás.

—¿Nos invitan unos tragos? —habló la otra.

—No-

—¡Sí! —Interrupió a Soobin— Mi amigo está borracho, no le hagan caso.

—¿Y tú no? —Le preguntó la pelimorado coquetamente.

—No todavía —Sonrió con los ojos entrecerrados por el mareo.

—¿Cómo te llamas?

—Chaeyoung, ¿y tú?

—Karina.

—Lindo nombre.

—¿Quieres bailar Chaeyoung?

—Claro, pero primero... —Ordenó dos tragos al barman y le dió una a su acompañante.

Ambas bebieron al mismo tiempo y se mezclaron con los demás en la pista de baile.

Al cabo de media hora volvieron a la barra por más alcohol y pidieron más luego de otra ronda de baile. Soobin estaba derrotado sobre la mesa, el alcohol ingerido en los lugares previos a ese club había acabado con él a diferencia de Son que ya tenía la camiseta mojada pero seguía aguantando.

—Voy al baño, ya vuelvo —Le dijo a la pelimorado al concluir la canción que estaban bailando muy sensualmente.

Karina vió divertida cómo se alejaba tambaléandose así que fue detrás de ella.

La encontró con la cabeza gacha sosteniéndose del lavamanos.

—No te ves muy bien.

Chae rió. Sabía que se veía del asco pero poco le importaba, ¿de qué le había servido estar bien si nunca sería suficiente? Ahora solo quería mandar todo al diablo, usar y dejarse usar por los demás, al menos esta vez sería con su consentimiento.

Con los ojos cerrados levantó la cabeza sin imaginar que al abrirlos su corazón dejaría de palpitar por unos segundos. Esa mujer estaba ahí, podía ver a esa maldita mujer a través del espejo.

—Mina...

Pero no era real y lo corroboró al darse vuelta y encontrar a la extraña en lugar de a quien supo amar. La imagen era deprimente.

—Tal parece que quieres olvidar a alguien.

—Sí... —Sonrió restándole importancia—...Yo esperaba que tú me ayudaras con eso.

—Lo haría con gusto —dijo acercándose más.

—Entonces qué estamos esperando, salgamos de aquí.




Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top