Quiereme mucho, un lugar de total paz y amor... Este día no era la excepción aún si no era algún día especial, pues cualquier día era amoroso y cariñoso, aunque hoy cierta osita generosa tenía un problema con sus flores.

–Hmmm...– Generosita miraba sus flores algo desanimada. Ella no sabía porque, pero había algunas plantas que se estaban "enfermando", algo bastante raro debido al buen cuidado que ella le da a su jardín... ¿Acaso no era el suficiente cuidado cuál está daba?.

–¡Hola Generosita! ¿Sucede algo?– Preguntó Revoltosito al entrar al jardín de la mencionada, viendo lo desanimada he preocupada que está estaba –Algunas de mis flores... Están enfermandose– Respondió con tristeza he preocupación por sus flores –¿En serio? Que raro, si tú las cuidas muy bien..– Exclamó el oso verde mientras se acercaba a ver las flores, cuáles efectivamente se estaban enfermando.

–¿No has pensado en pedirle ayuda a Gruñosito? El una vez hizo un polvo para que las flores crezcan, podría hacer un polvo para curar las flores– Exclamó el sin insignia. La de insignia con paletas se quedó pensando un rato, hasta que de un momento a otro obtendría una pequeña sonrisa en su rostro –¡Tienes razón! El podría ayudar– Se pararía del suelo he iría a adentró de su casa a por su pequeña bolsa, al cabo de los segundo volvería con Revoltosito, lista para ir al taller de Gruñosito a pedirle ayuda –Vamos–

...

–¿Un polvo para curar plantas?– El oso azúl se quedó analizando lo que la osa morada le dijo –Es que mis plantas están muy mal, tal vez eso las pueda ayudar– Un minuto de silencio hubo por todo el taller, hasta que fue acabado por un suspiro del oso gruñón –... Veré que puedo hacer...–

–¡Yay! ¡Gracias, gracias!– Generosita abrazaría a Gruñosito, al oso gruñón no le gustan mucho los abrazos pero se lo dejaría pasar para no ser descortés –Si, si...–