♥︎ ❪OO2❫

𝟬𝟬2. 𝙲𝙰𝚁𝙳𝙸𝙶𝙰𝙽 ✦˚ .
⋆ ࣪.☆ ̲a hermione granger fanfic ִֶ ⊹ 𝟷𝟿𝟿𝟻

La fogata de la sala común de Gryffindor ardía con intensidad, consumiendo rápidamente la carta que Maeve había recibido de sus padres. La joven de cabellos rubios y plateados observó cómo las llamas devoraban las palabras escritas en el pergamino, como si así pudiera apagar el peso de las emociones que este cargaba. Con un suspiro silencioso, limpió una lágrima que rodaba por su mejilla y enderezó su postura. Ajustó su uniforme de Gryffindor con precisión casi mecánica antes de apresurarse a seguir a sus amigos.

—¡Hola, mis chicos favoritos y mi chica favorita! —exclamó con su habitual energía mientras alcanzaba a Harry, Ron y Hermione. Sin previo aviso, pasó un brazo por los hombros de los dos chicos, tirando de ellos en un amistoso abrazo.

Ron soltó una pequeña risa nerviosa, mientras Harry esbozaba una sonrisa.

—Buenos días, Mae —saludó Hermione, devolviéndole la sonrisa con calidez.

Maeve respondió con un guiño juguetón antes de preguntar:

—¿Qué clase toca primero?

—Pociones con Snape —respondió Harry, con una mezcla de desánimo y resignación.

Maeve rodó los ojos dramáticamente mientras caminaba al ritmo del trío. De camino al aula, su mirada se desvió al campo de Quidditch que se veía a lo lejos desde los ventanales. Una sonrisa apenas perceptible curvó sus labios. Desde pequeña, soñaba con estar en algún equipo de Quidditch. Gracias a su tío Aerys, había aprendido todo sobre el deporte, y deseaba con fervor alcanzar la grandeza de sus padres en los aros y las escobas.

( . . . )

En el aula de Pociones, el aire estaba cargado de la habitual tensión que acompañaba las clases del Profesor Snape. Su voz grave resonaba mientras daba uno de sus extensos discursos, pero Maeve, agotada, no pudo evitar que el sueño la venciera. Apoyó la cabeza sobre la mesa y cerró los ojos, intentando ignorar las palabras del profesor.

Snape, al percatarse, detuvo su explicación y entrecerró los ojos. Sin dudarlo, tomó uno de los libros de su escritorio y lo lanzó con precisión hacia la cabeza de la peliblanca.

—¡AUCH! —gritó Maeve, incorporándose de golpe con el ceño fruncido—. ¡¿Qué le pasa?!

La clase estalló en un murmullo contenido. Snape se acercó lentamente, con las manos cruzadas tras la espalda.

—Señorita Leighton —dijo, su voz gélida como un trueno—, parece que venir de una familia de tanto renombre en la magia no le ha enseñado a prestar atención. Dígame, ¿qué obtendría si mezclo polvo de raíz de asfódelo con una infusión de ajenjo?

Antes de que Hermione pudiera responder, Maeve lo miró fijamente y sonrió con audacia.

—Un Filtro de Muertos en Vida —respondió con voz clara—. Mis disculpas por dormirme, profesor, pero le aseguro que no hay nada que me pregunte que no pueda contestar.

Un destello fugaz de irritación cruzó el rostro de Snape mientras se inclinaba hacia ella.

—La testarudez no le será de utilidad, señorita Leighton. Más le vale estar preparada cuando llegue el momento. Preste atención.

Maeve sostuvo su mirada, incómoda pero desafiante. Después de unos segundos, bajó la vista y comenzó a prestar atención, aunque las palabras del profesor resonaron en su mente durante el resto de la clase.

( . . . )

Esa noche, Maeve encontró a Hermione en la sala común, con la castaña completamente absorta en un grueso libro.

—Hola, Hermione —saludó Maeve con su voz cantarina, inclinándose sobre el respaldo del sofá.

—¡Maeve! Hola —respondió Hermione con una sonrisa, cerrando el libro brevemente para prestar atención a su amiga.

Maeve se sentó a su lado con entusiasmo y la observó con curiosidad.

—Oye, tengo una idea. ¿Qué te parece si esta noche salimos a ver el cielo? Podemos hablar sobre el mundo muggle; me intriga muchísimo.

Hermione frunció el ceño con nerviosismo.

—Pero... no podemos salir, Maeve. Las reglas...

Maeve hizo un gesto despreocupado con la mano.

—Tranquila, sé cómo hacerlo. Tú solo confía en mí, ¿vale?

Hermione la observó con cierto escepticismo, pero al final suspiró.

—Está bien, acepto.

La sonrisa que iluminó el rostro de Maeve fue suficiente para hacer que Hermione olvidara cualquier duda. Entonces, la rubia se inclinó más cerca de ella, apoyando la cabeza en su hombro.

—¿Qué haces? —preguntó Hermione, sorprendida.

—Nada, solo quiero escucharte leer. Tu voz es relajante —dijo Maeve con un tono casi hipnotizante.

Hermione, con las mejillas levemente sonrojadas, volvió a abrir su libro y comenzó a leer. Su voz, suave y segura, llenó el espacio entre ellas. Mientras tanto, Maeve jugaba distraídamente con los dedos de Hermione, hasta que el peso del día terminó por vencerla. La rubia cerró los ojos y se quedó dormida sobre el hombro de la castaña.

Hermione la miró, una sonrisa tierna en sus labios.

—Dulces sueños, bella durmiente —susurró, volviendo a su lectura mientras la luz de la chimenea bailaba a su alrededor.
































Volví después de años pero ya saben no tener las películas y la inspiración me falla pero ahora tratare de enfocarme en hacer mi historia y solo inspirarme de las películas para poder tener inspiración y ya no tener bloqueos, es corto pero ya hay un poco de contenido de Maeve y Hermione 💗

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top