Corazones No Sabemos (parte 1)

Queria hacerlo

Necesitaba hacerlo

Fui violada maldita sea, por este pueblo de mierda que permite que alguien pueda ser secuestrada en plena calle a la luz del día, por los vecinos que son chismosos cuando ves que llevas a alguien a casa pero no salen cuando gritas desesperada por ayuda, por el bastardo de Eliot al que todos  tenian en un pedestal, por Lauren que supuestamente decia que me queria, pero no estaba cuando mas la necesite y luego me abandono en el hospital apenas pudo, por mi madre que le cree mas a cualquiera antes que a mi y siempre me ignora.

Todos son culpables, esto se pudo haber evitado

Tenía mucha rabia, asco, ira y odio dentro de mi, toco mi cuerpo como se le antojó y me quitó a la fuerza lo único que podía considerar unicamente mio de verdad.

Voy a hacerlo.

Presiono el cuchillo, siento como ella se inclina hacia mi cuerpo, solo tengo que levantar la cobija y enterrarlo en cualquier parte de su cuerpo.

Pero escucho un sollozo de su parte y abro los ojos para comprobar que no estaba soñando.

— Perdón — Lauren estaba cabizbaja, sus hombros estaban temblando conforme seguía llorando y sus manos trataban de limpiar inútilmente su cara. — si no fuera este maldito desastre hubiera estado más al pendiente.

— Que bueno que lo reconoces — ella levantó la mirada, con la oscuridad no podía apreciar sus ojos pero pude notar su rostro de sorpresa al verme despierta. — ¿qué haces aquí? — enciendo mi lámpara en la mesa de noche, aun apretaba el cuchillo con mi otra mano bajo la sábana.

Estaba hecha un verdadero desastre de verdad, tenía un yeso a medio cortar en una mano, un corte en su ceja y una venda en su cabeza, según Dinah también cargaba una muleta, pero de hacerlo no hubiera llegado al segundo piso, seguro exageró la situación como siempre.

— Quería verte. — ahora sí podía notar bien sus ojos, estaba drogada. — así sea dormida.

— Llorar como una estúpida al lado de la cama de alguien dormido no hará que se mantenga dormido.

— soy una idiota, lo sé.

— y de las más grandes — doy una gran respiración — ¿por qué me dejaste en el hospital?

— por qué estabas herida.

Tratar con Lauren drogada antes me hubiera parecido tierno, pero ahora solo me irrita, apretó el cuchillo volviendo a sentir odio por ella.

Te abandonó, te dejó como una basura.

— por qué me dejaste sola ahí — siseo, necesitaba una respuesta. — ¿no disque me querías mucho? — me burlo.

— no te quiero. — abro la boca indignada y sin saber por que mi corazón pareció saltarse dos latidos provocándome un ligero dolor — te amo.

Miente.

— mentirosa — susurro y por fin hago el movimiento que tenía rato planeando.

Pero soy muy torpe o lenta, a ella solo le bastó con echar dos pasos hacía atrás, volver uno, tomar mi muñeca con una mano y con la otra quitarme el cuchillo para soltarse y volver a retroceder .

Parecía que todo lo hizo por reflejo, por  el movimiento, cai de la cama antes de que lo pudiera evitar  y quede sentada frente a ella que tenía una cara total de incredulidad y sorpresa.

— ¿Querías…— comenzó a tener una respiración rápida muy irregular — ibas a matarme?

— ya sabes que fue tu culpa — mi voz suena dura, quería lastimarla — ¿que te sorprende?

— Te creia mas inteligente — niega con la cabeza y lanza el cuchillo por la ventana abierta, estaba enojada — ¿que ganas matandome a mi?

Me mira directo a los ojos, pese a que los suyos estaban en un movimiento totalmente insano se veían severos.

— ¿que ganas tu con venir a verme en esas condiciones después de ser la culpable de que Eliot me llevara? — pregunté de vuelta.

— me gusta verte, siempre gano seretonina cuando lo hago.

Ok, estoy molesta con ella, pero eso me sonrojó.

Que linda.

— Te  hubiera venido a ver sin estar drogada, pero me dolía todo el maldito cuerpo, ahora mismo no siento nada. — explica.

— No te pedí explicaciones — me defiendo ante su acusadora mirada, no le gusto nada que trate de apuñalarla. Ella parpadeó dos veces.

— Estoy drogada Camila, no pendeja. Acabas de pedirlas, estoy segura — levanta su dedo.

— no, no lo hice. — Lauren frunció el ceño bajando su dedo.

— que raro, me pareció que sí. — se habla asi misma y con el mismo dedo se rasca la cabeza.

Pendeja.

— solo… — suspira un momento sin quitarme la mirada — perdón, si. Se que tengo parte de culpa Camz, pero — quiso tomar mi rostro entre sus manos como siempre, pero la empuje fuerte al sentir el primer roce.

— no me toques — gruñó, ella si apenas retrocedió dos pasos atrás. — mira como estoy Lauren — me señalo mi rostro golpeado — si tu eres un maldito desastre  ¿que demonios soy yo? — grito.

Lauren iba a responder pero las luces encendidas en el pasillo y los pasos apresurados me recordaron que tengo padres.

La ojiverde con la misma agilidad de un gato corre hasta la ventana y se lanza tan rápido que ni tiempo para parpadear me dejo.

Abrí los ojos alarmada, quise correr a ver si estaba bien pero antes de dar un paso la puerta de mi cuarto fue abierta revelando a mi padre quien aparentando estar preocupado por mi.

— ¿estas bien, Mila?

— tengo el maldito rostro desfigurado, te parece que estoy bien, Alejandro.

— no me hables así.

— te hablo como se me dé la gana, fuera de mi cuarto— grito, lo empujo fuera aprovechando su shock y cierro la puerta con seguro, escuche sus fuertes golpes y gritos al otro lado.

No podía importarme menos.

Si no se la pasara todo el día trabajando tal vez mamá no fuera tan amargada y no defendería a un violador.

Sin importarme los gritos y amenazas que seguro despertaba a todo el maldito pueblo corro hasta la ventana. Lauren no se había lanzado completamente, estaba sosteniéndose únicamente con sus manos del marco de la ventana.

— tú y yo no hemos terminado de hablar. — pronuncia las palabras sin esfuerzo alguno.

¿Que tanta energía le da esa mierda que consume?

Quiero probar.

— nunca debí cruzarme contigo, eres un error en mi vida Jauregui. — fue apenas por un segundo que note que sus ojos brillaron por tristeza, pero se le fue rápido, muy rápido.

— lo sé , ven a mi casa — sin más se suelta y cae de pie en el césped de abajo.

— pudrete Jauregui. — iba a cerrar la ventana, pero volvió a hablar.

— ¿quieres vengarte de Eliot? — vuelvo a mirarla — ven conmigo y terminemos de hablar.

Miro la puerta que seguía retumbando por los golpes de mi padre, ahora madre y el llanto de Sofía que no sabia que pasaba.

— solo lánzate, cobarde. — abro los ojos sorprendida por su manera de hablarme.

¿No que me amaba?

— ¿sabes que?  Olvidalo, no puedes ni apuñalar a alguien a 5 centímetros de distancia. No podrás hacerle ni cosquillas a Eliot.

La ira volvió a encenderse en mi cuerpo y sin pensarlo me lancé directo a su cuerpo, la intención era aplastarla, pero recién en el aire es que me di cuenta de la estupidez que hice.

Ella me sostuvo en sus brazos evitando que mi cuerpo diera de lleno contra el suelo, me dedico una sonrisa ladeada antes de dejarme a salvo a en el piso y alejarse un paso.

Admito estar hipnotizada por ella en todo ese momento, pero ni bien ella se alejó mi cerebro volvió a funcionar y comienzo a golpearla.

— ¡No soy ninguna cobarde! — grito y ella ríe con su risita ridículamente linda de bebé.

— no siento nada, Amor ¿no entendiste? — vuelve a reír. Yo dejé de golpearla.

Ahora si soy amor ¿no?

— eres una bipolar — ella deja de reír y me mira seria.

— yo no soy la que quiso apuñalar a alguien y después se lanzó a sus brazos. — la verdad si estaba muy seria pese a la estupidez que dijo, son casos muy apartes.

Volví a negar y le di una fuerte cachetada.

Hoy no la sentirá pero mañana le va a pesar

Ahora como entro a mi casa de nuevo

— ¡alejate de mi hija, asquerosa lesbiana! — Lauren y yo levantamos la vista, ella apretó sus labios y yo me pregunté cómo abrieron la puerta de mi cuarto.

— vamonos Camz — me dice cuando las luces del resto de mi  casa comenzaron a encenderse, seguro mi padre estaba bajando a toda prisa.

Mierda

— perdón Camz — vuelve a decir, la miro frunciendo el ceño. Ella toma mi muñeca y comienza a correr conmigo a arrastras.

— ¡los amo suegros!

Mi padre finalmente salió de la casa con escoba en mano gritando improperios.

Lauren aun conmigo haciendo más lento su paso no tuvo  problema para esquivar el golpe que le quiso dar mi papá, lanzarle un beso y comenzar a correr por la calle dejandolo atras.

Si hubiera conocido a Lauren en otra situación, si no estuviera vacía por dentro. Me hubiera reído de esta escena.

Definitivamente es muy imprudente.

No me quedó más opción que tratar de correr con ella siguiéndole el paso.

Corrimos varias cuadras entre callejones y casas, nunca soltó mi muñeca que la tenía sostenida con su mano sin yeso, por el calor del momento su tacto no me molestaba.

Hasta que pasamos por un parque que estaba cerca a su calle y ella se detuvo.

Teníamos la respiración acelerada, yo más que ella.

— mierda — se llevó la mano sin venda a la costilla. — tengo que dejar de fumar —pese a lo que dijo dio tres respiraciones fuertes y calmadas. Sacó del bolsillo de sus jeans esa cajetilla de diseño llamativo y encendió un cigarro.

Decido ignorarla.

— perdón por tocarte. —dice luego de dos caladas

— ¿me vas a pedir perdón toda la noche?

— era la intención cuando me colé en tu cuarto, pero trataste de matarme Camila. — reniega.

— ¿y? ¿Crees que eso te absuelve conmigo?

Se acerca a mí de nuevo con su gesto serio y se inclina a centímetros de mi rostro.

— si.

— ¿por qué me trajiste? — no retrocedo.

— quiero hablar contigo.

— yo quiero vengarme.

— no lo harás — la empujó, ella no se inmutó y le dio una calada a su cigarro alejándose dos pasos de mi.

— dijiste que lo podía hacer. — se encoge de hombros.

— quería llamar tu atención. —aún tenía un rostro serio.

— ¿qué hacías en mi cuarto?

— quería verte por última vez y pedir perdón.

Muerdo mi labio enojada.

—¿vas a dejarme aquí botada como trapo sucio luego que me usaron!? — grito — te vas a ir a quien demonios sabe donde solo porque ya no hay nada dentro de mí — mis ojos comienzan a llenarse de lágrimas.

Claro que sí. Ella es hermosa, perfecta, inteligente. No tiene nada que hacer con una cáscara vacía como yo, seguro le da asco verme.

— no.

— ¿no que, Lauren? ¿!No que!?  ¿No que me querías? ¿! Que me amabas, por que mientes!? — mi voz se quiebra, quiso responder pero la interrumpo. — ¿te vas por que te doy asco, verdad? ¡Solo dilo, maldita sea! ¡ Igual ya lo sé!

Cerró sus ojos un momento llevándose la mano a la cabeza como si estuviera aclarando sus pensamientos. Algo muy estupido tomando en cuenta en el estado en el que se encuentra.

— necesito otra raya — murmuró y pasó por mi lado ignorando todo lo que le dije dirigiéndose a su casa.

Indignación solo era algo cercano a lo que estaba sintiendo en ese momento, luego toda la rabia que recorría mi cuerpo se convirtió en tristeza. No quiso responder pero era más que obvio que yo tenía razón.

Ya tenía su respuesta, lo mas lógico es que caminara hacia adelante y regresara a mi casa a llorar, pero mi parte masoquista afloró y por alguna razón quería oír de su boca con sus propias palabras todo el asco que le doy. La seguí hasta su pequeña vivienda, había dejado la puerta abierta. La encontré en la cocina revisando su mochila de la escuela, seguro que buscando cocaína.

— deja de asumir estupideces — habló sin mirarme aún tratando de que su mochila quedará levantada. — yo nunca sentí nada negativo de ti, Camila. — se rindió y luego de un intento abrió dio con el cierre y abrió su mochila.

— me abandonaste.

— voy a matarlo, Camila — vacio todo lo que había en su mochila sobre la mesa y volteo a verme cruzando los brazos. — yo lo mataré y me iré de aquí, no quiero que te relacionen conmigo y te hagan preguntas.

— no te corresponde.

— me vale mierda — estaba más seria de lo que la había visto jamas. — voy a hacer un charco de sangre con ese mal nacido animal y lanzare sus partes por todo el pueblo y tu seguirás con tu vida normal, yo me iré y podras hacer como si nunca me hubieses conocido. Que es lo que quieres

Me acerco hasta ella limpiandome con los ojos humedecidos, escuchar que se va me afectó más de lo que imagine, es una total desconocida.

— iré contigo. — ella se apoya en la mesa alejándose de mí para respetar mi espacio.

— no.

— no eres quien para prohibirme nada.

— Camila — me llama con seriedad — soy una maldita drogadicta que va a cometer un crimen y va a huir antes de que la policía se de cuenta. No tienes nada que hacer conmigo, no tendrás un futuro.

— no quiero un futuro.

— bueno tu ahora, tu pasado, lo que sea. Pero no vendrás conmigo, no dejare que hagas tal estupidez. — veo hacia la mesa e identificó la bolsa con polvo blanco que ya  la  había visto varias veces.

— es mi vida y yo decido qué hacer con ella — esquivo su cuerpo y tomó la bolsa de polvo blanco.

— dame eso, Camila.

— dijiste que con esto no sentías nada — la abro — yo tampoco quiero sentir nada.

Iba a sumergir la cara dentro de la bolsa, pero a Lauren sin importarle nada me arranca la bolsa de las manos y la riega en todo el suelo.

— escuchame bien, Camila — dice muy seria poniéndose delante de mí y dejándome contra la mesa, estaba muy enojada — tu nunca, jamás vas a probar esta mierda delante de mí. No me interesa que sea tu vida, yo sé lo que es estar en esta mierda y no voy a permitir que tu dependas de eso — levanta su dedo y lo menea delante de mi nariz. Acerca su cuerpo un paso más al mío.

Trago saliva.

Debería molestarme que me prohiba algo sin derecho, debería enojarme su cercanía, deberá golpearla por señalarme, debería gritarle por quitarme algo de las manos.

Pero no quería.

Yo la quiero.

Mi cuerpo simplemente actuó solo y sin poder evitarlo tome su dedo, lo baje y pegue mi boca a la suya.

Lauren quiso apartarse por un momento, pero yo pase mis brazos por su cuello haciendo presión de su cabeza contra mi y enrolle mis piernas en su cuerpo.

Comenzó a seguirme el beso de forma desesperada, su cuerpo empujó al mio contra la mesa y puso sus manos en mi cintura para subirme no obstante mi mente que hasta ese momento estaba en blanco trajo el flashback de cuando Eliot me arrancó el pantalón. Acto seguido  seguido empuje a Lauren tan fuerte que cayó de espaldas.

No estoy bien.

Estas enferma, no sirves.

— perdón — dice la oji verde tratando de regularizar su respiración aun en el suelo.— no debi tocarte.

— esta bien.

— solo tengo una pregunta — se levanta. — ¿estas segura que eres hetero? — abro la boca.

¿Eso es lo que le importa en este momento?

— digo, me has mordido la boca y eso, hetero hetero... no es.

— Lauren, no tengo cabeza para eso en estos momentos.— ella asiente. Casi podía ver que su cerebro se esforzaba por aclarar sus ideas y dejar de hablar cosas que ni al caso.

Quedamos un momento en silencio hasta que ella saca de su bolsillo de jean otra bolsa blanca, yo me siento en la mesa viendo como lo prepara con rapidez para finalmente inhalar una raya y guardar lo demás en la bolsa.

¿Que tanta será su necesidad?

Digo, la e visto en varias ocasiones, de las cuales solo una vez no inhalo cocaina en mi cara. Siempre fue una sola línea, podría jurar que del mismo tamaño y que todas esas  veces fue la misma bolsa. No se nada de eso, ¿pero que los drogadictos no se desesperan hasta el punto de temblar para poder drogarse? En la escuela se controla bien.

No creo que sea adicta de verdad, podria salir de eso si quisiera.

— bien, te llevo a casa. — se limpia la nariz.

— no me voy a ir.

—¿qué quieres hacer aquí?

— vas a matar a Eliot mañana, ya te dije que voy contigo. — ni se molestó en averiguar como se eso.

— y yo ya te e dicho que no ganas nada conmigo, solo vas a perder tu vida.

— Ya no tengo vida, Lauren.

— no digas eso, Camz.

— Es la verdad. Desde que desperté en el hospital en el único momento que dejé de pensar en Eliot fue — la miro a los ojos y una idea cruza por mi cabeza.

Esto esta mal

La violacion también y aquí estamos.

— Es cuando nos besamos. — ella se levanta lentamente de la silla.

— ¿qué quieres decir?

—  Que me dejes irme contigo, Lauren. Y después de matar a Eliot… — está mal, no lo sientes — podríamos estar juntas, ya una vez fuera de este pueblo y podremos formar una vida, solo tu y yo.

De un salto se montó en la mesa y gritó muy fuerte, luego comenzó a bailar feliz.

— Por favor dime que no es mentira — se arrodillo aun en la mesa y tomo mis dos manos, sus verdes ojitos brillando de felicidad me dieron un pinchazo directo en el pecho.

No debería sentirme mal. Fue su culpa también, me abandono en el hospital sin dejar información de mi, hace nada me gritó y quiso gobernar mi vida, hace unas horas atrás les grité a mi padre, madre e hice llorar a Sofi sin sentir cosquillas siquiera.

Pero como siempre, Lauren es el punto y aparte.

— No lo es, Lauren — le sonrió para su felicidad — si me gustas y no quiero separarme de ti nunca. — al menos salió una verdad. Pese a que sabía que parte de lo que pasó fue por que ella me dejó sola, una pequeña parte de mi no la quería lejos.

La mente humana es una gran mierda.

Ella no dijo nada, solo me abrazo con fuerza y me dejo un beso en la frente, ninguno de los dos me molesto.

— Te prometo, no. Te juro Camila — me miró directo a los ojos y por primera vez desde que la conozco sus pozos verdes estaban llenos de lágrimas — que te haré la persona más feliz de este mundo. —

“pero tengo que dejar las drogas” — se susurro para sí misma.

“si lo haré, lo haré por mi Camz, ella solo merece lo mejor del mundo” — se respondió de nuevo en susurros.

Yo río y ella al escucharme ríe conmigo. Tomo su mano que aun tenia sobre mi rostro y les dejo un pequeño beso.

Solo es un alma víctima más de este mundo, no merece esto…

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N/A : decidi modificar un poco lo demás, por ahora aquí esta la primera parte del capitulo final.

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