•Carabobo•

A petición de MikanMikitan quién me dió la idea (^^)

Cómo cuando llevas desde abril sin tocar Saiouma XD

No estoy normalizando este tipo de "romance". La obsesión es una enfermedad, no algo que se deba aspirar.

Contiene lemon. Espero que te guste!

Adult Version

Allá dónde fuera Ouma, llamaba la atención. Ya sea por su aniñada apariencia o por su manera monocromática de vestir, el pequeño dictador se roba la mirada de todos y todas. A la gente le gusta los contrastes y Ouma es el perfecto ejemplo de ello.

O al menos así fuese si sería importante. Pero no, Kokichi Ouma no llama la atención, ni es un contraste. Sólo es un alumno normal fan de Danganronpa.

Puede que tenga un rostro angelical, su estatura baja le da un toque más infantil. Pero casi siempre viste de su aburrido uniforme escolar negro, por lo que no destaca sus delicadas facciones. Pero Ouma no está solo, de hecho, está acompañado. Acompañado las 24 horas, los 7 días a la semana, los 60 segundos de cada minuto; Siendo vigilado por una sola persona.

Su pretendiente, o mejor dicho, su enfermizo, obsesivo y acosador pretendiente.

Shuichi Saihara, otro fan de Danganronpa, lleva siguiéndolo ya un par de meses. Se le ha declarado más veces de las que puede recordar pero la respuesta es la misma.

–No, aléjate.

En una persona normal o como mínimo cuerda, un rechazo sería más que suficiente para dejar en claro que tú "crush" no te quiere cerca. De hecho, hasta asco que tiene. Alejarse sería lo habitual, pero claro, sólo si esa persona esta cuerda y Shuichi Saihara ni está cuerdo y mucho menos es normal.

–No te preocupes mi amado Kokichi, daré mi mayor esfuerzo para que te enamores de mí y podamos vivir felices.–Dice con una sonrisa, mirando a Ouma con total fascinación.

–¡Ni siquiera me conoces enfermo!

–Es por ello que te sigo, para conocerte más.... además, tú tampoco me conoces y ya me estás criticando, odio que hagas eso.

–¿Eh?

–Juzgar a las personas sólo por la primera impresión, me has asqueroso.–Su expresión se vuelve más seria y su voz más firme.–Ouma, para mí eres bello en un 98.99%, si quieres ser hermoso al total deberías cambiar esos defectos tuyos, opacan tu belleza.

–Vete...¡Vete y déjame en paz!

Casi siempre las conversaciones entre ambos terminaba así. Saihara se alejaba pero no lo suficiente. Por más que Kokichi huyera, él le vigilaba desde las sombras. Oculto, mirándolo con fascinación, dejando volar su mente con cada pequeño detalle; creyendo firmemente que él y Ouma están destinados a estar juntos.

–(Por favor Kokichi...no quiero hacerte daño...no quiero que me mires con esos ojos llenos de odio y asco).

Los días pasaban. Ouma volvía a casa de la escuela. No era un día especialmente malo ni bueno. Sólo un día más. No había visto a Saihara desde su último encuentro, sabía que el acosador seguiría ahí pero le gustaba pensar que se fue y que finalmente lo dejará tranquilo. Más que un pensamiento positivo, es una mentira pero Ouma no tiene problema en mentirse así mismo.

Sacó las llaves de su bolsillo, las puso en la cerradura y entro. Fue directo a su habitación. Subió las escaleras y abrió la puerta sin más dilación.

–Kokichi, bienvenido a casa.–Saluda Saihara con una sonrisa.

–...–Ouma se queda en la puerta.

El pensamiento de "se fue, me dejará en paz" se esfumó de la mente de Ouma. Esto llegó a un nuevo nivel. Hasta ahora, Saihara le espiaba en la calle o en la escuela y las pocas veces que hablaron era porque Ouma lo pillaba espiando. Shuichi nunca había tocado propiedad privado de Kokichi, pero hoy esa barrera fue destruida. Ahora mismo, Saihara está sentado en la orilla de su cama, de seguro el hijo de puta ya rebuscó en los cajones y olió su ropa. Ouma no pudo evitar sentirse asqueado.

–Vete o llamaré a la policía.–Dice Ouma, todavía parado en la puerta.

–No seas malo conmigo Kokichi, si me encierran ya no podré visitarte.

–(¿Es lo único que te preocupa asqueroso de mierda?.

–Siéntate a mi lado anda.

–No.

–Por favor...

–No, es mi habitación así que quiero que te vayas ahora.

Saihara se levanta, tiene la mirada baja por lo que Ouma no observa bien su rostro, y menos si lleva puesto un gorro que ayuda a cubrirle más la cara. Kokichi se hace a un lado ya que Shuichi camina a la puerta. Al parecer si se va a ir.

–Me voy pues...

–(Por fin).

–...Pero tu vienes conmigo.

–¿Qué?

Saihara se abalanza a Kokichi, tumbandolo al suelo. Shuichi, encima suya, comienza a apretarle el cuello, impidiendo a Ouma respirar.

Poco a poco el oxígeno se va de los pulmones de Kokichi, quién hace todo lo posible por soltarse. Arañó un poco las cara de Saihara pero no sirvió de nada, intentó gritar pero su voz se había ido. No podía respirar, sabía que si se desmayaba caería a merced de Saihara y eso sería su fin.

Su pequeño cuerpo no lo soporto más, se desplomó en cuestión de segundos. Saihara comprobó que no estuviera muerto, una vez vio que Ouma estaba volviendo a respirar lo cargó en sus brazos y lo llevo a su habitación.

No podía salir así, la gente sospecharía algo y eso significa alejarse de su amado Kokichi.
Lo tendió en la cama, le amarro las muñecas con unas prendas y cerró la puerta con seguro. Llevaba tiempo fantaseando esto, finalmente cumpliría todos sus caprichos hasta dejarse satisfecho.

El pequeño Ouma trae puesto el uniforme por lo que desnudarlo será fácil. Saihara le desabrocha la camisa negra, su pecho pálido y sensible le hace tomar Shuichi la iniciativa. Ouma todavía sigue inconciente aún cuando Shuichi le lame el pecho, saboreando uno de sus pezones mientras juega con el otro con su mano.

–(Tú me obligaste, yo no tengo la culpa de nada, sólo te estoy mostrando lo mucho que te amo).

–Mhnn...Aah...–Ouma comienza a gemir un poco, manteniendo los ojos cerrados.

La lengua de Saihara cambia al otro pezón, lo lame lentamente, haciendo círculos. Sus pantalones comienzan apretar por lo que masajea su miembro por encima de la ropa.

–Mmmh...–Ouma poco a poco comienza a abrir los ojos.–¿Qué...?

Mira hacia abajo y ve como Shuichi le está lamiendo el abdomen, muy cerca de su entrepierna. Ouma intenta moverse y ve como sus muñecas han sigo atadas al cabecero de la cama. Podría gritar, pedir auxilio o gritarle a Saihara que pare pero la sensación de placer es tan fuerte que decir que no le está gustando sería una mentira.

Kokichi siente asco de sí mismo, por dejar que un enfermo como Saihara le toque de esta manera, pero su cuerpo está tan caliente que casi prefiere que esto continúe hasta el final.

–Despertaste más rápido de lo que pensaba.–Comenta Shuichi quién lo mira con una sonrisa–Lamento haberte lastimado de esa forma.

–Shuichi...¿Porqué haces esto? ¿Porqué me sigues a todas partes?

–Porque te amo, no verte equivale a estar muerto.

–No me conoces...ni siquiera vamos a la misma escuela, ni siquiera vivimos cerca, entonces...¿Porqué?

Saihara lo piensa un momento. Se acerca a Ouma, le toma la barbilla y le susurra la respuesta con un áspero tono de voz:

–Porque cumples con todos mis fetiches Ouma...

Seguido de eso, Saihara besa a Kokichi con toda la pasión que sus labios pueden dar, saboreando su boca, recorriendo su pecho con las manos, entrelazar sus piernas con las de Ouma. Su máxima fantasía se está haciendo realidad; no va a deternerse da igual las consecuencias.

–Te amo Kokichi...Te amo, te amo, te amo...–Susurra Saihara mientras le desabrocha los pantalones a Ouma.

–Mmmm...Aah... Shuichi...

Saihara tenía al centro de sus fantasías gimiendo su nombre. Eso se la puso dura. Ouma está solo en ropa interior pero todavía no está del todo excitado. Shuichi besa su vientre y desciende llegando su cadera. Mira las facciones de Ouma inundandose en el placer. Le baja la ropa interior a Kokichi y observa su tierno y delicado miembro. Lo toma con ambas manos y comienza a estimularlo.

–Aah.. Aah...S-Shuichi...

–Que lindo, tan perfecto, definitivamente eres sólo mío.

–(No...no cedas...por nada del mundo cedas ante él).–Para Ouma le es difícil concentrarse al sentir toda esa atención en su intimidad.–Aaah...

–¿Acaso nunca te has tocado Kokichi?

Ouma niega con la cabeza. No fue una mentira. Aún con 17 años, no había despertado esa curiosidad sexual por su propio cuerpo, por ende, nunca se había masturbado.

–Jeje eres tan inocente.–Comenta Saihara mientras mueve sus manos más fuerte.–Siento ser yo quien te está robando la inocencia.

–Aah.. Shuichi... detente...m-me voy a...

–Házlo, llevo tanto tiempo esperando esto...

–¡Aaaah!

Ouma llegó a su primer orgasmo. Se vino en las manos de Saihara quién no despejó su mirada del rostro de Kokichi. Shuichi espero a que Ouma recuperará el aliento para poder continuar.

Se levantó y se desabrochó la camisa dejándola caer al suelo. Ouma no quería admitirlo pero Saihara físicamente es lindo, quizás algo atractivo pero no puede olvidar que le lleva haciendo la vida imposible un buen tiempo. Lo que siente por Saihara siempre será odio, nada ha cambiado.

Shuichi se posiciona encima de Kokichi y le besa todo el rostro y el cuello. Ouma se deja pues no puede moverse mucho con las muñecas atadas.
Saihara se termina de desnudar, Ouma no puede evitar mirar su erección, un poco asustado porque dentro de unos minutos, esa cosa estará dentro suya.

–No voy a lastimarte pero también tendrás que poner de tu parte.–Dice Saihara.

–¿Cómo qué?

–Bueno necesito que lamas mis dedos.

–¡No qué asco!

–Te dolerá sino lo haces, además...no es justo que yo haga todo.

–¡Me tienes amarrado hijo de puta!

–Kokichi...–Se acerca demasiado–No quiero hacer esto por las malas, haz lo que te digo.

No fue una petición, es una orden. Saihara le acerca un par de dedos a Ouma, este los lame con algo de vergüenza. Shuichi se fascina con la imagen de Ouma lamiendo algo fálico con sonrojo en las mejillas.
Retira los dedos y le abre un poco las piernas a Ouma, quién se asusta un poco.

–Shuichi...no quiero hacer esto...

–Oh por favor, tu cuerpo me está gritando que te la meta, Kokichi, no puede ignorar estás señales.

–Pero... Aaahh!

Un dedo se ha colado en su trasero. La espalda de Ouma se arquea un poco, se siente extraño, no es del todo cómodo. Shuichi no está teniendo cuidado con él, sólo es una excusa para no verse como una mala persona (que lo es).

–Shuichi! Aah! Sácalo! Me duele!

–Shhh, pronto te acostumbraras.

Un segundo dedo entra, Ouma vuelve a estremecerse. Saihara le besa e incluso masajea su miembro para compensar un poco el dolor. La entrada de Ouma se estrecha un poco pero no es suficiente. Saihara mete un tercer dedo.

–Aaaah...–Ouma gime del placer, no del dolor.

–¿Ves como si lo deseas? No te preocupes, yo te complacere.

Shuichi juega con la entrada de Ouma, simula embestidas y abre cierra provocando que Kokichi chille con un poco de lágrimas en los ojos.
Saihara le sigue besando, jugando con su pequeño cuerpo a su gusto. Saca los 3 dedos de golpe.

–Shuichi...

–Aún falta algo.

Saihara se agacha y lame la entrada de Ouma una y otra vez, introduciendo su lengua lo más que puede. Las caderas de Kokichi bailan, se correrá otra vez si esto sigue así.

–Aaah! Aaah! Shuichi!

Una vez ya lubricado toda la zona, Shuichi toma las piernas de Ouma y las posiciona en sus hombros.

–Lo voy a hacer ¿Listo Kokichi?

–...–Ouma cierra los ojos, esperando el golpe.

Shuichi lo penetra poco a poco; Ouma se quiebra en gemidos. Hecha la cabeza hacia atrás, detrás de todo ese dolor se esconde un placer inmenso, su cuerpo poco a poco comienza a sentir la satisfacción de ser tratado de esa forma.

Shuichi comienza a moverse con firmeza, sacando y metiendo su miembro una y otra vez. Ouma gime con cada estocada, sintiendo una oleada de placer que le recorre cada centímetro de su cuerpo.
Cierra los ojos pues no quiere ver a Saihara pero no puede negar el placer. Y más cuando se aumenta la velocidad.

–Aaah...Aaah...Aaah... Shuichi... Shuichi...

–Kokichi.. Kokichi...

Sin que ninguno de los 2 se diera cuenta, Ouma también estaba moviendo sus caderas para sentirlo más adentro. La cama se mueve con ellos, Kokichi cruza sus piernas en la cadera de Shuichi, el éxtasis está al máximo.

–Kokichi... Kokichi...te amo... Aaahh...

Saihara es el primero en venirse. Su semen llena la entrada de Ouma, gracias a esa sensación él también se viene, salpicando el abdomen de Shuichi.
Caen rendidos en la cama, Shuichi le desata las manos a Ouma e intenta abrazarlo pero este no se deja.

–No... Saihara, has hecho mal, no puedo estar contigo.

–¿Qué?

Los 2 se sientan en la cama. Shuichi lo mira, pero un pico atónito, como si estuviera confundido.

–Pero te gusto...te hice sentir bien...¿Y aún así no me amas?–Pregunta Shuichi.

–Asi es.–Responde Ouma secamente.

–¿PERO PORQUE? ¿PORQUÉ?!!!

–¡!–Ouma se aleja un poco.

Se acabó. La cordura de Shuichi se ha quebrado. Ouma nunca lo va a amar. Si es así como están las cosas, entonces no tiene otra salida.

–Si no eres mío...¡No serás de nadie ¿Me oíste?

Ouma fue más rápido, se levanta y pone en marcha su plan.
Es su habitación, él es el único que conoce lo que hay aquí.

–No me importa... mátame, ¡prefiero eso que estar contigo!

–Yo...yo te amo... Kokichi...si no estarás conmigo, mi vida no tiene sentido.

–Shuichi, lo lamento mucho pero...–Ouma se acerca poco a poco a uno de los cajones.

Antes de que Saihara pueda reaccionar, Kokichi saca una navaja de su cajón. La guarda ahí ya que a veces la puerta de su habitación se atora desde dentro y con esto logra forzarla.

Kokichi corre hacia Shuichi y le clava el filo en el cuello. Shuichi cae al suelo, ahogado en su propia sangre. Kokichi, encima suya, le apuñala toda la cara. Los labios, los párpados, los ojos, el cuello e incluso el mentón.

Lo hace con una ira que Ouma no se reconoce. En unos segundos, en esa habitación sólo se encuentra Ouma y el cadáver de lo que fue su acosador.

–No quería hacerlo por las malas... tú me obligaste...no es mi culpa...no soy un asesino, soy la víctima...

Podrá decirle a la policía que fue en defensa propia. Ouma descubrió un lado que no conocía en su persona. Le gustó, le encantó esa sensación. Lo volvería a hacer un millón de veces si pudiera.

–Gracias Shuichi, ahora he descubierto yo mi fetiche.

Fin.

La gente tiene una pequeña obsesión con el Saihara Yandere XD a mí me gusta más viceversa.

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