〔 O6 〕Especial 1K
〔🐾 〕Reina del Invierno, Leongina Runirix. Manada Ginonix.
Tras un 21 de diciembre, en un solsticio de invierno, tras la caída de una lluvia de meteoritos nació la próxima alfa hembra, suceso que ocurría cada 100 mil años. Una pequeña bebé de buena salud y peso, había sido la cachorra de la Luna Leska Runirix, e hija del Alfa Zicam O'Riaver, una perfecta niña de cabellos albinos que perfectamente podían fundirse y perderse con la piel albina de la bebé.
El Alfa Zicam, un hombre fortachon de barba y cejas tupida de color negra, con una frente ancha estaba con la mirada totalmente nublada tras lágrimas con una sonrisa de pura alegría al ver a su mujer de cabellos largo albinos como su pequeña de aquellos ojos ambarinos se le notaba muy cansada pero feliz, Leska estaba feliz de haber conseguido la felicidad más grande para su alfa y amor de su vida, después de todo era una híbrida de brujo-humana con mucha suerte. Sin embargo, la Bruja/o Urana, era la madre de la misma Luna, quien había dado la noticia que a todos había tomado por sorpresa, su bebé sería un Alfa Hembra, poseía las características físicas de uno. Ambos padres se miraron con preocupación y tristeza, sabían que la última generación del alfas tenía la vida más complicada y no querían tanto sufrimiento en su pequeña, ya de por si, ser la princesa del Reino Invernal de Forks era un cargo pesado dentro de la sociedad.
—No importa, le daremos todo el amor que necesite. Siempre la querré, es nuestra cachorra. —las palabras tan firmes y puras de la luna Leska, mientras besaba a su bebé de forma muy protectora.
—No la dejaré desamparada, buscaremos a su guardiana desde ya, no estará sola, mi luna. —añade acercándose protector, mientras su lobo interior Morganous-un lobo negro de ojos ambarinos- estaba preocupado por no tener aún contacto con el lobo interior de su niña, se suponía que sí era la alfa hembra, el yang debía estar despierto.
Desde ese momento, la bruja de sexo ambiguo se encontraba velando por la seguridad de su nieta y el futuro del próximo alfa, sin embargo, nada se podía ver porque un escudo de partículas de nieve la cegaba. La abuela estaba preocupada, por su familia, pero sabía que era mejor vivir el ahora que quedarse estancado en el temor.
Siendo así como los primeros años de la vida de la pequeña niña albina y muy sonriente princesa fue complicado, aprender las reglas básicas para su higiene, la utilizar su manguerita como una persona normal en el orinal. Para el alfa Zicam fue muy incômodo enseñarle la función, se sentía avergonzado pero al escuchar las risas de su mujer tras verlo sonrojado hasta las orejas al estar explicándole a su hija de cinco años como debía ir al baño, era sin duda una situación que nunca se había imaginado pasar. Mientras que para Leska, esas situaciones eran los pequeños pasos de una buena crianza, respeto y amor, nadie dijo que era fácil criar al Alfa hembra.
En la primaria era otra historia, Leska había aparecido con su aura mística para exigir respeto para su cachorra que de ser lo contrario o escuchar algún mal comentario hacia ella, tendrían un castigo domiciliario, porque su cachorra era el alfa que debía equilibrar al mundo y el único que los podría cuidar y salvar de las amenazas pero para ello la gente debía confiar en la pequeña princesa. Leongina, desde el principio no tuvo ningún niña como amiga, ninguna quería estar con una fenômeno, sin embargo, capaz la vida no le dejaría tener amigas mujeres en esta época pero amigos machos llegaron para salvarla de las burlas, los empujones y las ganas de humillarla.
Cuando llegó Jonas O'Reilly a la vida de la pequeña albina fue el destello de felicidad para su vida, con cinco años menor que ella, el híbrido de lobo y fenix se había hecho amigo del próximo alfa, pero entre los mayores sabían que esa gran amistad trascendería para ser eterna. Sin embargo, a los 12 años la princesa Leongina manifestó sus poderes Yin, empezando olas imprevistas de nieblas frescas, nieve intensa en épocas que eran de verano, pero con la ayuda de su guardiana Yiara Klinsmann, pudo manejar con práctica sus cambios temperamentales, ya que la inseguridad o inquietudes, la debilidad hacía que la princesa desatará la estación invernal en mal tiempo. Sin embargo, 3 años después, a los 16 años, presentó su primera transformación pudiéndose ver al hermoso lobo de ojos celestes. Porque si, Leongina, la princesa tenía ojos celestes como el alfa Zicam.
Ante la manifestación de su forma lobuna, también despertó su genética de parte de la madre, sus dones de bruja se basaban en la capacidad de la tele transportación y comunicación telepática, sin embargo, el don secundario del yin también se había presentado tras un fresco y mentolado sonífero que podía calmar y también hacer perecer en combate en un sueño profundo a su contrincante, lo descubrió tras una discusión con su padre a los dieciocho años, debido a que quería salir con su beta Jonas de viaje por las vacaciones de verano, sin embargo, aún no controlaba su temperatura corporal para estar lejos del ambiente que Forks poseía y beneficiaba a su ser. Por lo que el Rey y Alfa Zicam, denegó la salida, pero al ver que su princesa se mostró rebelde quiso ponerla en su sitio tras el tono alfa, pero en cambio las lágrimas e indignación de la albina fueron más allá, soportando la pesada sensación y desplegando como medio de emergencia un aroma tan fresco y mentolado, logrando dejar somnoliento e inconsciente a su propio padre.
Leska había regañado a ambos alfas, que ni una hija suya ni su alfa nunca debían pelear, que para eso siempre ella estaba, que si la esperaban tan solo un poco a que regresara de sus obligaciones esto no hubiera pasado. Siendo así, como se habían perdido perdón mutuamente, aunque la prácticas y entrenamiento habían empezado a ser más fuertes. Debían preparar lo necesario a su hija para el futuro, Leongina lo aceptaba porque era su destino.
Sin embargo, justo al cumplir los 39 años, ocurrió un trágico accidente. Maxam, el yang del Alfa Hembra se había dignado a aparecer tras una confrontación de gente joven del pueblo y mentes cerradas de mayores que habían empezado a humillar a la próxima alfa tras palabras tan hirientes que por un momento hicieron sentir el monstruo más feo e inmerecido de estar vivo a la princesa Leongina, logrando despertar al yang, a la oscuridad con tanto peso oscuro. El lobo de ojos ambarinos pero actitud imponente se reveló ante gruñidos a la gente que había lastimado a su hermosa yin, a su portadora que nada malo había hecho para merecer tal desprecio.
El alfa quiso evitarlo y la luna quiso calmarlo tras un hechizo, pero ambos se habían encontrado con el yang fuera de control, un Maxam que no entendía ni podía ver bien por el dolor del yin, tanto que no pudo evitarse el cruel final de los reyes tras las garras de Maxam. Y solo así, en ese momento tan cruel, cuando yin sintió la separación de lazo con sus padres fue cuando recobró su compostura sin embargo, ya era tarde.
La vida de sus padres, ya había sido arrancada tras el desequilibrio de su propia fortaleza, la manada Ginonix, desde ese momento supo que no debía subestimar al Alfa hembra, pero vieron el arrepentimiento instantáneo al verla sufrir por la pérdida de sus padres. Vieron cómo su alfa hembra perdía la felicidad de sus ojos inocentes por la muerte que ella había ocasionado, el yang incontrolado, el protector Luca tan sólo podía quedarse estático por miedo a ser el siguiente. Pero Jonas fue el primero en abrazar a su alfa, intentando calmar el dolor y culpa, nadie les contó que sería así de difícil la vida de un alfa hembra.
Tuvo que haber un gran accidente para colocar al alfa hembra en un estado del cual el equilibrio estaba en su lugar, pero tras una pérdida y rotura gigante en el alma más inocente de la manada. Claramente, los integrantes de la manada que Haia ocasionado la persecución del caos, había fallecido a manos de Maxam, que era el lobo más imponente y animal terrorífico pero respetado desde ese momento por todos.
Nadie más quería ver otra masacre. Nadie les contó que sería así como la Reina Ginonix debería subir de rango para cuidar a la manada. Nadie le contó ni el futuro a la bruja Urana que perdió a su hija a manos de su nieta, pero si sabía que habría pronto un sacrificio grande que debía hacer su nieta para conseguir la estabilidad de sus poderes, pero no sabía el costo.
Nadie dijo que era fácil, ella nunca olvidaría, nunca olvidaría que la Reina se había ganado el silencio y respeto de la peor manera, nunca fue fácil la vida del Alfa hembra.
Claramente, año tras año, el Alfa hembra luchaba por su manada, hacia de él un mejor lugar, los protegía y demostraba todo su esfuerzo para ellos con solo la necesidad de pedir perdón por la ausencia de grandes personas que nunca serían olvidadas.
Leongina Runirix, se sentía un monstro, pero sabía que la naturaleza nunca sería fácil domesticar. Que para ello debía matar todas sus emociones y ser cabeza fría para ser el mejor líder para su reino y manada. Comenzando así la vida de la Reina Leongina Runirix, de la manada Ginonix.
Publicado: 7 de noviembre de 2021
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