〔 O2 〕Especial 600 Vistas

La vida de Leongina Runirix de la manada Ginonix, llamada así por cada generación de alfas milenials que era el Ying Yang en cuerpo y alma, es decir, que poseía cuerpo de mujer y alma de hombre, en la mayoría de situaciones la virilidad del alma varonil era quien hacía distintos a esta raza de Alfas, que no nacían necesariamente hombres como tal más bien era de las primeras raras distintas y de valores igualitários para hacer justicia para ambos géneros o de dos en uno, como era los transgeneros. Cada milenio nacía un Alfa Hembra para liderar el equilibrio de las razas y géneros, elegidos por la diosa Luna para evitar cualquier confrontación u odios innecesarios o desagradables de muertes de almas gemelas alrededor del mundo y justo en el mundo liderado por lobos.

Todo esto debido a que la igualdad de condiciones sea cual fuera el género con el que se nacía fue de gran importancia cuando en 1996 estalló una guerra homicida a todas aquellas razas que tenían como alma gemela en su mismo género y no del contrario como era 'lo sano' de entrar en convivencia, todo este capa nació de aquellos viejos alfas de mentes cerradas al cambio e igualdad, querían mantener su pureza pero no veían necesario ni muy bien visto el procrear un hijo en un nido donde hubieran dos madres o dos padres. A eso lo veían como aberración, la diosa Luna al ver tales pensamientos tan ruines, pidió ayuda al sol y la nocturno Dios de la oscuridad, para traer al mundo a una criatura y raza igual que pudiera traer la paz junto al equilibrio que se necesitaba el mundo. Siendo así que, una raza de metamorfos de lobos, nació de entre el poder del Yin Yang en el vientre de un metamorfo lobuno; esta cría de lobo tendría la capacidad de procrear más no ser el gestador de su camada.

El portador del Yin sería una mujer en cuerpo, el carácter digno de mantener la compostura sea cual fuera la situación pero que supiera gozar de la vida que la luz pudiera proporcionarle, y portador del Yang en alma, un alma varonil impulsivo, destructor capaz de conseguir la victoria de innumerables guerras tras actos tan oscuros e irreversibles, el yin debía saber utilizar para bien, contenerse lo necesario cuando el yang quisiera consumir la locura al que pudieran arrastrarlo. En este caso, la pareja destinada por la Diosa Luna, debía ser la intermediaria de ambos lados del individuo. Lograr que ambos estuvieran en mismo equilibrio tal y como lo lograba en su entorno, pero nada sería fácil debido a que dos personalidades en una y con necesidades tan fuertes, emociones y carnales debían ser consumidos a no ser que tuviera que sufrir los estragos de la inquietud y malestar que el lobo albino fuera a sacar para liberar tensión.

La Luna de cada generación del Alfa Hembra cumplía y no su misión, algunas morían por el camino y por consiguiente, el equilibrio también moría, el mundo sufría de la falta del mismo hasta que el tiempo me guara y diera de nuevo al mundo con otro nacimiento a la guerrera y portadora del equilibrio de igualdad de condiciones y protección de la paz entre las razas sobrenaturales. Así también como a los humanos, que fueran a ser parte del mundo sobrenatural, al resto sólo debían hacer que el mundo que conocían no fuera afectada por la cadena alimenticia de los vampiros.

Al nacer la nueva generación de Alfa hembra, siendo Leongina Runirix la elegida para dicha misión, su vida no iba a ser la menos llevadera como era de esperarse. Muchos incultos y mentes retrógradas querían la extinción del fenómeno poderoso que amenazaba con su propia integridad. Pero eran seres egoístas con fines tan ruines, que tristemente siempre terminaron en las fauces del lobo malhumorado que poseía la princesa albina d eojos celestes. El lobo era conocido como Maxam, una mezcla entre Max y Yang, y realmente era el mejor nombre que pudieran haberle puesto debido a que su carácter impulsivo irradiaba tanto miedo, perdición y muerte que era respetado en cuanto tomaba su forma.

Pero como la princesa como tal era buena, al principio no pudo ejercer ese respeto como tal porque la pequeña no quería ganarse al pueblo a base de amenazas de vida o muerte. Su misión no era esa, su misión era buscar un equilibrio de soluciones que pudieran beneficiar en más cosas buenas que malas, y eso sólo podía lograrse si lograba soportar los malos tratos, las dificultades de la vida y cómo último punto, ser paciente para que el destino se apiadara de su vida para que se encontrara con su luna.

Pará mala fortuna, su luna recién llegó a sus 475 años, cuando Leongina estaba de luto por la pérdida de sus padres, y ya era parte del reinado de la manda Ginonix, una gran y magestuosa manada que residía en Forks, la cuestión estaba en que, tras la muerte de sus padres un don había logrado manifestar. Ese era el control de la estación del Invierno. Todo aquello que estuviera relacionado con los Estados que involucrara a la nieve ella lo podría controlar. Por lo que sus emociones debían mantenerse a raya, sus decisiones seguras y firmes, y nunca legar su estado a uno inseguro, débil e incontrolable. Porque era en ese punto cuando Maxam luchaba por salir y buscar venganza matando a todo el/la desgracia de ser que había humillado a su portadora en cuerpo. Por más que el Yin y Yang no se llevaban del todo bien, siempre buscarían cuidarse el uno con el otro, después de todo, juntos eran invencibles.

En fin, a los 475 años, la luna había nacido en tiempo y a buena hora, la alfa albina la había percibido en el tiempo de gestación en el vientre de su madre. Una humana, y no por ser distinta o considerada por mente idiotas, la más débil del eslabón, ella no se dejaría llevar por esos estúpidas creencias sino que sólo lucharía de buena mano, actitud y compromiso por el amor de su Luna. No exigiría desde el momento uno que el bebé que aún siquiera hubiera nacido ya le perteneciera, le daría la opción de elegir aunque le dolería un Perú de porción. Porque era más de conseguir por los mas leales y puros sentimientos la verdad de la situación a vivir en un mundo sin elecciones propias, tristes y siendo encarcelados sin siquiera tener el beneficio de la duda. Sus ideales eran justos.

¿Pero sería la Luna? La bebé? Capaz de sobrellevar la situación, calmar a la bestia de Maxam, calmar y reavivar las emociones guardadas de Leongina tras las muertes de sus padres, y hacer de su alfa una mejor versión para el equilibrio de mundo?

Nadie lo sabía, pero esperaban que la Luna tuviera las de ganar. Porque en verdad su Alfa Hembra se lo merecía por los sacrificios que realizaba por el bien de la manada de forks y el equilibirio del mundo.

#¡Me fascina que rápidamente lleguemos cada vez a tener más vistas! Quiere decir que voy por buen camino en este proyecto. ¡Saludos y muchas gracias!

Publicada: 14 de enero de 2022

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