«La indicada pronto llegará, Edward, solo ten paciencia.»una voz llegó a su mente en cuánto se descuidó.

Podía seguir observando tras varias vidas estudiantiles como sus hermanos eran emparejados, suposiciones o verdades, eran ciertas, y él era el solitario de la familia.

Alice cada que lo miraba le sonreía, le prometía algo que ninguno sabía si era algo próximo de ocurrir, pero la visión estaba latiendo. Una hermosa mujer de cabello castaño llegaba para iluminar su vida y tal vez sacarlo de su atrofiada mente de monstruo sin futuro aparente. Su hermana vidente siempre decía que sus visiones sólo eran atisbos del futuro, ambos no podían observar a detalle el rostro de la posible compañera pero el aspecto físico sí que se lo sabía de memória y quería experimentar prontamente el amor que ya disfrutaban sus hermanos con sus compañeros.

Justo cuando volvieron a Forks después de varios años, cuando ya nadie del antaño los pudiera reconocer, fue cuando su hermana vidente volvió a ver algo de su futuro.

«Ya tomaron la decisión, ella estará cerca pero aún así deberás tener paciencia, no será fácil llegar a ella» pensó nuevamente Alice«¡te ayudaré a conquistarla, ya pronto serás feliz hermanito!»

[...]

Cuando la volvió a ver, aquel lunes por la mañana en compañía de una hermosa e imponente mujer, por la melena albina y piel pálida. Supo que tal vez sería complicado de acercaserle si eran amigas, por obvia razón atribuía que iban a ser inseparables por lo que aprovecharía cada minuto para cortejar la. Esa castaña era su futuro.

Sin embargo, cuando se acercó a la castaña muy a pesar que el aroma de su sangre lo atrajo y sedujo completamente, sintiendo nuevamente esa necesidad de protegerla por encima de su propia vida eterna, también pudo percibir el aroma fuerte de un alfa lobo marcado y entrelazado con la de Isabella Swan.

Aquello de cierta manera lo repelieron, pero en cuanto percibió que por alguna razón la castaña lo rechazaba temió por perder su futuro y la agarró, aunque no contó con que la albina apareciera como si de un príncipe al rescate fuese. Por alguna razón, el aroma a lobo Alfa provenía de aquella mujer, y la prepotencia con la que lo había alejado de Bella había sido tanta que no pudo evitar bajar la cabeza en sumisión, aquello sin duda lo confundió.

«¿Porque bajaría la cabeza ante un lobo? ¿Porqué un lobo protegía a Bella» pensó sin obtener respuestas.

Primero había sido el extraño caso del camaleón protector con Bella, y ahora era esta fuerte imponência de advertencia. «¿Que acaso Alice no le había dicho que ella era su compañera?» pensó consternado.

Tal vez debería luchar por conseguir la amistad y luego tal vez, conseguir ser su protector. Porque Bella Swan parecía ser tan indefensa, quería cuidarla de los peligros de afuera, más que nada porque su especie era una de las más peligrosas, luego de los lobos con humor de perro.

«No lo estropees Edward, Bella es muy importante para tu vida, no la alejes o será complicado que nos proteja» pensó su hermana al notarlo pensativo.

—No lo haré Alice, Bella es parte de mi vida.

Afirmó, conseguiría con mucha honra y esfuerzo la amistad de Bella aunque fuera lo único que hiciera en su larga existencia.