〔 13 〕Especial 8k

Especial San Valentine - 14 de febrero de 2022

El pelinegro de ojos negros se encontraba pensativo, este día había sucedido tan inimaginable que si se lo preguntaban a sus 17 años: ¿Cómo se sentiría si encontrara a su compañera y alma gemela a sus casi cinco siglos de vida? Su respuesta sería, jodido hasta los huevos. Ya que por mucho tiempo pensó que estaría solo, que su alfa y mayoría de amigos estarían usándolo de sujeta-velas, y eso, sinceramente lo ponía melancólico.

Recordaba que los guerreros de status menores se burlaban de su desdicha, claramente lo castigaba con el quíntuple de ejercicios en el entrenamiento; pero sabía que su mayor inseguridad y tristeza iba dirigido al tema de no encontrarla y que no lo aceptara con camaleón incluido. Su vida se trataba más en permanecer facialmente imperturbable, pero internamente destruido por cada dificultad que la vida lo hacía atravesar, uno de ellos había sido el resurgimiento del Yang, del cual perdió a sus parientes mas queridos y sus padres, a los mejores amigos de la familia; pero nadie podía prever que Maxam se descontrolaría por una malcriada o que la mocosa esa se atreviera a lastimar a su mejor amiga. La mayoría de las veces, suponía que habían cosas que escaparían de sus manos y solo estaba en la persona, aprender a como sobrellevarlo y seguir adelante.

Para su dicha, siempre tuvo a Leo a su lado, e igualmente intentó estar para cuando ella pudiera quebrarse por la perdida; sin embargo, la cuestión no sucedió, Leo reprimió y calló tantas cosas, luchaba por mantener la cabeza en alto, sus capacidades de "elegido" a raya, y por sobre todo ser agradecida, pedía ayuda para cuando no daba mas de si misma, aunque la carga que tenía en los hombros era mas pesada de la que todos veían. Lo comprendió casi en su totalidad al no mantener su maldición a raya los primeros tres siglos, un gran poder tenía una gran responsabilidad. La vida que les había tocado tener era la de los líderes, ningún líder tenía la vida resuelta, y ellos mas que nada lo comprendían.

—¿En qué piensa, mi camaleón?

—En cómo mi vida sigue mejorando y siendo tan distinta a lo que pensaba cuando era niño. —admitió abrazando a su pareja albina entre sus brazos.

Ese 14 de febrero, su impronta, mate o compañera como quieran llamarla, había llegado a sus brazos con un buen pedazo de carne con una bolsa de chocolatinas. Sin duda verla en vestido fue la sorpresa de su vida, y mas cuando terminaron la comida y su novia tuviera el antojo de mucho sexo. Por lo que era normal, que ambos hayan acabado envueltos en las sábanas y ella estuviera tan cómoda entre sus brazos.

—Eso siempre cambió, el destino es tan impredecible. Pero no me quejo, soy feliz con este presente y futuro. —añade acurrucandome sobre el torso.

—¿Yiara...?

—¿Si?

—Quiero que tengamos el desafío de fuerza y cargo. No porque no quiera ceder te el puesto que te corresponde, sino que... Quiero que la manada nuevamente te reconozca por lo que vales —añade pensativo, mientras besa la coronilla de su albina.

Yiara se encontraba muy sorprendida, tal vez había subestimado la madurez de su chico. Sin embargo, tan sólo se dispuso a pensar antes de tomar una decisión tan repentina, siendo así como iba dibujando garabatos en el torso de su hombre; que sin querer iba soltando roncos ronroneos.

—Me sorprende tu capacidad de enfrentar a los problemas. Pero... Se que tarde o temprano debe suceder ese enfrentamiento, por mucho que seamos pareja, eso no quiere decir que quiera mantener mi posición y orgullo en lo alto. —añade pensativa, pero mueve su cara y deja el mentón sobre la piel de su hombre, quien tan solo sonríe divertido. —¿de que te ríes...?

—De nada en especial, cariño.

—Hmp.. Dime.

Luca volvió a sonreír más ampliamente al descubrir otra faceta de su novia, por lo que tan solo desliza suavemente su mano por la espalda desnuda de su pareja.

—Es que me gusta tu forma de dejar en claro, quien manda; que eres, serás y sos una mujer de armas tomar. Eso claramente, no quiere decir que deje exponerte siempre al peligro, sabes que eres mía y yo tuyo, pero si puedes evitar en confrontamiento, hazlo.

—Sé y amo que te preocupes por mi. Pero sabes que antes de ti, daría mi vida por Leo. —añade con total sinceridad en su voz y rostro.

—Es nuestra líder, es normal que la pongamos por encima de nuestras prioridades cotidianas, cariño.

—No sólo por eso, sino... Porque es la única familia que tengo viva.

—Ahora ya no estas sola, ¿eh? Que yo no soy un tubérculo.

Unas suaves risas se escuchan de la garganta y amortiguadas por la nariz de Yiara Klinsmann.

—Tienes razón, a tu más que todo. Eres ese deseo de siempre y mi regalo para toda la vida. —sonríe, apoyándose en sus pies como resorder para llegar hasta los labios de su pelinegro.

—Feliz día de los enamorados, mi vida. Mi osita polar —murmura embobado entre el beso y los labios de su cariñosa y especial mujer.

—Feliz día, un día mas que me demuestras cuando crece nuestro amor. Se que no necesitamos de regalos, con nosotros cerca ya es mas que suficiente... —susurra perdida en aquellos ojos onix.

—Mas que suficiente, eres mi estrella.

—Mucho más que suficiente, mi cielo.

Ambos perdieron su romanticismo en ese beso tan ansiado por ambos ante tales declaraciones, puras y sólidas, un amor del bueno y que aún seguiría creciendo con el tiempo. Luca y Yiara eran la pareja más dispareja pero que se complementan con tanta pasión. Y ambos estarían dispuestos a dar su vida por la mujer que los liderara, la única Ginonix que existía al menos hasta que la luna no sea reclamada y tuvieran un hijo, fruto del amor.

¿Hasta que punto llegaría esta historia, y varias que se iban formando?

#¡ya son 8k de lecturas! Soy muy feliz. Además que tenía ganas de dar un especial de esta parejita en especial. ¿Que les está pareciendo la historia? ¿Los personajes se están desarrollando bien? ¡Un saludo y un abrazo virtual para todos!

Publicada: 19 de febrero de 2022

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