Uno
Namjoon
Odiaba la presión, me sentía como en un vacio, dijeron que no me afectaría en nada, que no afecto ningún nervio, que la cirugía fue un éxito, pero yo sentía que todo habia cambiado. No podía tocar igual.
Sali de la sala de música, dejando a mi maestro y manager ahí, por mas que me dijo que solo debía seguir practicando, la canción no tenia la misma pasión de cuando la toque la ultima vez. No tiene sentimiento, solo son mis dedos moviéndose por las teclas, el sonido es simple, normal, terrible.
Me pare un minuto para apoyarme en la pared, el aire me faltaba, la mano me dolía, estaba mareado, los oídos me zumbaban, me iba a desmayar.
Una nota...
Un sonido lleno de un dolor palpable.
Me guie por lo que escuchaba, mis pasos eran como los de una persona ebria, que se guiaban por el bello sonido de un violín, por fin llegue hasta la puerta de donde provenía la tonada. El corazón me latia a mil por hora, se combinaba con la canción, cada nota exacta, perfecta, pasional.
Cuando abri la puerta de manera lenta, la luz del atardecer entraba por la ventana, el chico tocaba con los ojos cerrados, sin fallar ninguna nota, pero al mismo tiempo podía notar que el dolor que se reflejaba era de él no de la canción si no de él.
Estaba llorando, se mordía el labio tratando de contener el temblor, la escena era como una obra de arte, el chico es hermoso, de facciones delicadas y angelicales, que hacen querer desgarrarte el alma por saber la razón de su sufrimiento.
No he podido dar un paso mas por temor a interrumpirlo, cuando termino la canción abriendo los ojos y respirando de manera agitada, se dio cuenta de mi presencia de inmediato y trato de limpiarse las lagrimas, para guardar su violín después, tomando las notas del cabestrillo.
—Perdona, no fue mi intención, es que te escuche desde el pasillo y me pareció hermosa la manera en que tocaste — se quedo paralizado por un segundo al escucharme —¿Paganini? —asintió —es admirable, es difícil de interpretar con esa pasión.
Levanto la vista y su rostro enrojecido por el llanto era tan dulce, me analizo por un momento cuando abrió los ojos de par en par, abrió la boca pero ningún sonido salió de su garganta, movió las manos haciendo algunas señas, tomo su violín dio una reverencia y salió corriendo de la sala.
Su cuadernillo con las notas se quedo sobre una de las bancas, lo tome mirando su nombre en la portada. Park Jimin.
Parpadee un par de veces al darme cuenta que el dolor en mi mano y mi ataque de pánico había desaparecido al oírlo tocar...
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