Capítulo 89 - El truco de escapismo



 –Hoy Eric está mejor –me soltó Eloy de repente.

–¡¿Sí?! –exclamé entusiasta. Era una verdadera alegría saber que mi correría nocturna había cumplido su objetivo–. Qué bien, los medicamentos han hecho efecto al fin.

–Eso ha dicho él –remarcó el policía.

–Claro, ¿qué iba a decir si no? –contesté, retándolo a pronunciar algo que no fuera cuerdo, sensato y sujeto a las leyes naturales conocidas por todos.

En sus ojos vi que él sospechaba que la muerte del asesino grimoso, mi escapada nocturna y la recuperación de Eric estaban relacionadas, pero no podía sostenerlo con argumentos lógicos.

–He intentado hablar con él. No ha dicho mucho –reconoció Eloy.

–Normal cuando lo que te ha pasado es terrible y la gente erigida como cuerda insiste en que es culpa tuya por estar loca –respondí muy seria.

–Tú acabaste contándomelo.

–¿Vas a ganarte su confianza también? Tendrás que venir todas las semanas para eso –me regocijé–. De todas formas, todos aquí sabéis que lo que te conté no fueron más que una sarta de alucinaciones fruto de una mente traumatizada, que en realidad no hubo demonios de por medio y que maté a toda esa gente con mis manitas de niña.

–¿Y mataste anoche con tus manitas de adolescente? –planteó Ana, incapaz de contenerse.

Le eché un vistazo antes de decidir divertirme un poco. Hice que las luces parpadearan un segundo y, en la oscuridad, con un silbido me solté las manos, que utilicé para hacerles un infantil gesto de burla que los sobresaltó. Otro parpadeó y volví a esposarme las muñecas. Cuando regresó la luz al instante siguiente, Ana me apuntaba a la sien con su pistola.

–¿Vas a devolverme ya al Infierno? –pregunté sin alarmarme–. Eso no les gustaría a mis amigos.

Eloy la apartó de mí y después se inclinó sobre la mesa.

–Vamos, cuéntame la verdad –pidió con un susurro–. Como cuando eras pequeña.

–Era un hombre malo, nadie lo echará de menos –me decidí a contestarle en el mismo volumen–. Mató a mucha gente muy consciente de lo que hacía, pero se fingió loco y acabó aquí, donde no le iba tan mal. Esperaba su momento, ansiaba repetir. Anoche escuché que se había escapado, supe lo que iba a hacer y le fui detrás. Todos aquí lo saben. Pero también saben que es imposible que yo abra pestillos.

–Las cámaras habrán captado lo que acabas de hacer.

–Nah, aquí las cámaras fallan a menudo –aseguré serena.

Eloy suspiró resignado.

–¿Y Eric? –preguntó a continuación.

–Tendrás que ganarte su confianza para que él te cuente su historia.

Eloy asintió y decidió que era suficiente.

Antes de marcharse, me escribió una dirección en un papel, jurándome que era la de su apartamento. Por otro lado, silenciosamente pero con mucha claridad, Ana me dejó claro que no se fiaba de mí y que me tendría vigilada.

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Y parece que el interrogatorio se salda sin víctimas, aunque no por gusto de Ana, que se ha quedado con ganas de pegarle al menos un culatazo a la loca X'D

https://youtu.be/UprcpdwuwCg

No he visto la película, pero tiene un par de canciones que me molan, ésta es una de ellas.

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