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El sol en mi ventana pega directo a mi cara, lo que significa que debería despertarme. Calculo que son las 8 de la mañana, si fuera por mi seguiría en mi cama, durmiendo, pero sinceramente mi estómago esta vacío
Me levanto y la mezcla entre el hambre y el cambio repentino de posición me provoca un mareo. Me froto los ojos en busca de estabilidad y después de unos pocos segundos mi cabeza deja de dar vueltas. Bajo las escaleras en dirección a mi cocina, se me antoja una tostada así que pongo dos panes en la tostadora antigua que pertenecía a mi mamá y espero exactamente un minuto y medio para que el pan salga humeante y dorado
Lo acompaño con un café con crema y unas gotas de licór. No suelo tomar, es decir, estuve borracha un par de veces pero no creo ser alcohólica, simplemente condimento mi café con unas gotas de licór para tener una mañana más tranquila, principalmente porque suelo despertarme con pesadillas. Afortunadamente hoy no soñé con nada que sea memorable o que me haga despertar gritando y llorando, por lo que a este punto, el alcohol es pura costumbre
Cuando termino de desayunar, me pongo mi traje para el agua, (un entero tornasolado negro) agarro mi arpón de pesca, mi tridente color azul y violeta y salgo. La vista deja mucho que desear, son sólo muchas casas grandes y modernas que apestan a Capitolio y a pescado, aunque lo último ya es costumbre. Nunca me agradó La Aldea de los Vencedores, mi casa solía ser mucho más pequeña al igual que la aldea, pero había mucha más gente. Aquí solo conozco a Annie, a Mags y a Finnick, y mi única amiga es Annie. Mags me agrada pero nunca tuve un vínculo con ella. Fue mi mentora, pero me es incapaz encariñarme con alguien que me recuerde tanto a ese horror, además, no entiendo la mitad de cosas que salen de su boca
Empiezo a caminar cabizbaja por el distrito 4. Parte de mi sabe que soy afortunada de vivir en el 4, somos el tercer distrito más rico y tenemos muchísimos vencedores que entrenaron para ser profesionales. No me estoy matando de hambre en el 12, nunca fui pobre ni me faltó nada
Sin embargo nunca me gustó el privilegio de darle peces al Capitolio, no me agrada la idea de que personas elijan morir en una arena, tampoco me gusta que me vean como una ganadora aquí cuando lo único que gané fueron horas de insomnio
Se ve que mis pensamientos afectaron mi camino porque cuando me quiero dar cuenta, choco contra alguien
- Oh, lo sien - intento disculparme hasta que veo con quien fue el choque - ¡Finnick Odair! - finjo felicidad mientras suspiro frustrada e intentó seguir mi camino
- ¡Pero si es la queridisima Astromelia Seawood! - dice Finnick con una sonrisa sarcástica y un tanto seductora mientras empieza a seguirme - ¿Sabes que para caminar es recomendable mirar para adelante?
- ¿Sabías que para gustarle a la gente tienes que cerrar la boca?
- ¿De que hablas Seawood? ¿Acaso no soy yo el favorito del Capitolio?
Suspiro frustrada porque tiene razón, porque tanto el Capitolio como el distrito lo aman, a mi nunca me amó el Capitolio, simplemente amaron mi victoria y amaron el papel de niña inocente de 15 años que les di después. Aunque me niego a aceptar mi derrota así que simplemente respondo
- El Capitolio no te conoce, conoce la imagen que quieres dar - explico mientras intento caminar más rápido - no creo que hubieras ganado si les hubieras mostrado al niño insoportable, arrogante y egoísta que eres
- ¿Arrogante yo? - su tono empezó a sonar más molesto - Entonces supongo que fui yo el que se encerró después de los juegos y empezó a tratar a todos como mierda
- ¡Eso no es egoísmo!
- Entonces tomaste en cuenta los sentimientos de los que te rodeaban ¿No? Los de Annie, tu amiga que incansablemente intentas poner en mi contra, los de tu madre ¡Fuiste tan egoísta que ni siquiera te des-
- ¡No menciones a mi familia Finnick! - había explotado en ira, Finnick había mencionado algo que sabía que me hería, algo de lo que nunca hablaba, y algo en mi dice que el rubio se dio cuenta, que solo quería hacerme enojar pero se pasó. No me importa
¿Quien es para mencionar a mi familia de esa manera? Estoy pensando en tantas cosas que decirle, tantas cosas con las que lo puedo herir, pero me siento tan enojada y tan herida que no soy capaz ni de desearselo a el. Así que suspiro
- Vete Finnick - Veo que Finnick me mira desafiante, pero no estoy de humor para sus juegos, no después de lo que hizo - ¡Que te vayas!
- Esta bien... - sonríe victorioso - Pero gano esta vez, Seawood
- ¡No me importa!
Empiezo a correr rápido hasta que llego al mar. Es invierno y casi las nueve de la mañana por lo que no hay muchas familias en el mar, solo algunos pescadores buscando el almuerzo.
Me siento en la arena notando como una lágrima corre por mi mejilla e inmediatamente la quito. Inhalo el aire salado con mis ojos cerrados buscando paz. Una paz que no tardo en encontrar
Me transporto a la puerta oxidada de mi casa antes de los Juegos. Tenía un solo piso pero era grande. Tenía un suelo de madera y las paredes de color aguamarino. Teníamos un sillón de cuero esmeralda y muchisimo olor a sal y pescado. Definitivamente no necesitaba nada más.
Abro los ojos antes de que pueda recordar a mi mamá y dejar escapar más lágrimas e inmediatamente me paro y empiezo a pescar. Me doy cuenta que no tengo nada donde guardar los peces así que busco a algún pescador cerca que me pueda prestar una bolsa. Encuentro al señor Calfius, quien solía ser mi profesor de historia de Panem cuando iba a secundaria. Está encantado de verme de nuevo ya que no me veía desde que mi nombre salió elegido en la cosecha (8 años atrás) y me hace prometer que le devuelva la bolsa el lunes. Sinceramente no se donde vive asi que supongo que tendré que volver a la escuela.
Le agradezco y empiezo a pescar y después de una hora ya pesqué un total de 10 peces: 5 atunes, 2 salmones y 3 calamares. Sonrío al pensar en el almuerzo que tendré hoy. Agarro algunas caracolas de la arena que me parecen bonitas (como suelo hacer siempre) y me voy de la playa
Al volver a la aldea, me encuentro a Annie de espaldas. Su pelo rojizo está decorado con algunas caracolas muy bonitas y su vestido es de una tela verde suave. Está hablando con alguien que no logro ver y mientras más me acerco lo veo a el
Finnick, el mismo hombre con el que pelee en medio de la calle hace una hora, se tensa un poco al verme, probablemente del enojo, o de la culpa
Lo ignoro y le toco el hombro a Annie, quien se da vuelta como si la hubiera asustado
- ¡Astro! - dice Annie con una sonrisa leve - Me asustaste
- Lo siento - digo sería - ¿Podemos hablar?
- Estábamos hablando - Finnick tiene un tono de voz irritado
- Eso demuestra que no te estaba hablando a ti, Odair
- ¡No puedes solo interrumpir conversaciones!
- Astro... - me dice Annie en voz baja, no como un susurro, como si no quisiera hablar fuerte - ¿Podrían...
- Si, lo siento Ann - me disculpo, porque nos empezamos a pelear con ella en el medio - ¿Podemos hablar?
- Termino con Finnick y hablamos - responde sin una gota de enojo en su voz, a veces me sorprende la paciencia que tiene - ¿Ok?
- ¡Claro! - le sonrió y rápidamente miro a Finnick con odio
Dejo las cosas de pesca en mi casa y enciendo el horno para después cocinar una langosta. Miro a la ventana y observo a Finnick hablando con mi amiga. Tiene esa sonrisa supuestamente encantadora ¿Que le estará diciendo? Solo espero que no la lastime como hizo antes
Me siento nerviosa así que me como una rebanada de pan de algas para alivianar el estrés y sin darme cuenta me lo como todo
Después de 10 minutos veo como Finnick se aleja de Annie y ella se acerca a su casa con la mirada perdida pero no triste, enojada o melancólica, simplemente perdida. Salgo rápido de mi casa y la llamo. Ella se voltea y se que se acuerda porque su boca se abre
- ¡Astro! Lo siento mucho, me olvidé - se disculpa sinceramente
- No es nada - sonrío restándole importancia
- ¿Que querías hablar?
- Finnick mencionó a mi mamá
La cara de Annie toma una expresión de extraño que demuestra que no entiende
- ¿Como? - pregunta
- Estaba yendo a pescar el almuerzo y camino al mar me choque con el y al principio lo intenté evitar pero empezó a presumir su papel en el Capitolio y yo lo llamé egoísta y me dijo que después de los juegos me encerré y no hable con nadie por un año lo cual es verdad pero ¿No puede intentar entenderme? El también estuvo en una arena y a una edad más corta que yo. En fin, mencionó a mi mamá como una de las personas de las que me aleje y dijo... - suspiro mirando a la casa de Finnick - dijo que fui demasiado egoísta como para despedirme de ella
Annie se queda pensando por un minuto, con la mirada perdida. Me quedo esperando ya que suele hacer esto cuando procesa información, o cuando está pensando, o cuando está hablando con alguien, o en cualquier momento, siempre perdía la mirada.
- Bueno - dice por fin - ¿Quieres que hable con el?
- No hay nada que hablar Ann
- Pero no estuvo bien lo que dijo, yo puedo hablarle
- Enserio Annie, no hay nada que hablar
- ¿Sabes algo? - me dice Annie y la miro para que hable - No creo que lo haya dicho con intenciones de herirte
- ¿Enserio? - respondo en tono sarcástico - entonces mencionó el hecho de que no me despedí de mi madre muerta porque quería verme feliz, entiendo...
- No es eso, no digo que no te haya herido, pero sabes que Finnick se llevaba bien con Atabey y que la cuidó cuando...
- Nada lo justifica Annie, podría haberme dicho miles de cosas para lastimarme y decidió mencionar a mi mamá
- Esta bien - se rinde - todavía está la oferta de hablar con el
- Gracias Ann - sonrío - Pero no es necesario, y todavía no entiendo como puedes hablar con el después de lo que te hizo
- Astro, Finnick no me hizo nada malo - ríe levemente - nos separamos hace años atrás
- Y a las dos semanas empezó a salir con otra, Annie
- ¿Recuerdas cuantos años teníamos?
- Eso no importa - digo intentando restarle importancia al detalle
- Es normal que a los trece años no duren las relaciones y terminen así, de maneras tontas
- Pero-
- Yo lo solté, Astro, pasé de página y ahora es mi amigo - sonríe - deberias hacer lo mismo
- Está bien - suspiro - pero olvidate de la parte de ser amigos, no pasará
- Como digas, Astro - se dirige a su puerta, aunque antes de poder agarrar la manija se voltea - ¿Quieres almorzar?
- ¡Claro! - acepto porque me encanta la idea de almorzar con mi mejor amiga, aunque pienso en lo que pesqué en la mañana y en que pensaba en cocinarme un gran almuerzo así que digo - Pero cocino yo, tengo calamares
Annie acepta y voy a buscar un calamar a mi casa. Al volver empiezo a cocinar todo lo necesario, hiervo el arroz, pico cebollas, pelo tomates y cocino el calamar
Ya son aproximadamente las 12 de la mañana cuando suena la puerta. Me extraño ya que Annie nunca mencionó visitas ¿Será algún agente de la paz? ¿Ya habrán llegado los ganadores de los anteriores juegos para su discurso de la gira de la victoria? Descarto la última ya que faltaban unas horas para que lleguen, pero como mi amiga estaba en su cuarto cambiándose, decido fijarme por la ventana
Y en mi cuerpo se forma una mezcla de sorpresa e ira, porque en la puerta de Annie estaba Finnick Odair
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