Capítulo 6
Oikawa y yo nos habíamos encontrado en la escuela al día siguiente de nuestra escapada de Iwaizumi. Después de saludarnos fue inevitable hablar sobre aquel momento tan divertido, aunque he de admitir que no me esperaba lo suficiente que él se me acercara para saludarme sin Iwaizumi presente, como para que mi corazoncito pudiera soportarlo y que no me diera una taquicardia.
-¡Ustedes dos! -apenas escuchamos esa voz, Oikawa y yo nos tensamos por completo y nos dimos la vuelta para ver a mi mejor amigo acercándose a nosotros.
-¡Iwa-kun/chan! -dijimos Oikawa y yo a la vez.
Sí, quizás ayer habíamos conseguido escapar de Iwaizumi... pero presiento que ahora ya no será posible... O bueno, para Oikawa.
-¡Tengo que ir al baño, adiós! -exclamé y salí corriendo.
-¡Traidora! -reclama Oikawa.
-¡Lo siento, Oikawa-san! -respondí riendo por lo bajo.
Llegué hasta el baño y me encerré allí, algunas chicas que se estaban arreglando frente al espejo me miraron por mi forma brusca de entrar y de cerrar la puerta. Carraspeé y recuperé el aliento antes de fingir entrar a un cubículo para usarlo, solo permanecí allí el tiempo que creía conveniente.
***
***
-¡Ima, intenta saltar más alto! -dije al ver que apenas conseguía llegar a la pelota al rematar.
-¡Sí!
-Akane... más alto -pedí sonriendo cuando llegó mi turno.
Ella sonríe sabiendo cómo debía hacerlo y asiente. Akane levanta la pelota para mí y bastante más alto que con todas las demás chicas del equipo. Empecé a correr y pegué un salto tan alto que podía ver con tanta claridad hacia el otro lado de la red, golpeé la pelota con fuerza provocando ese ruido ensordecedor que mi equipo acostumbraba a escuchar cuando remataba.
-¡Buen remate! -exclaman ellas con una gran sonrisa que les devolví.
La entrenadora toca el silbato llamando nuestra atención y junto a ella venía la profesora. Nos acercamos de inmediato para escuchar lo que tenía para decir.
-Chicas, hoy tendrán un partido con el equipo masculino -comenta la entrenadora justo antes de que estos entraran al gimnasio-. Están más que preparadas para tener un encuentro en igualdad de condiciones, mejoraron mucho.
Pude ver las sonrisas de las chicas y la emoción en sus miradas, ojalá que fuera por el vóley y no por lo otro que era mi sospecha más acertada. Apenas divisé a Iwaizumi me acerqué corriendo hasta él.
-¡Iwa-kun!
-¡Tú! -escuché a otra persona. Miré a un lado y vi a Oikawa apuntándome con reclamos por haberlo abandonado.
-Oika-san... hola -saludé nerviosa y rascando mi nuca con una mano.
-Traicionera -bufa enarcando una ceja.
No me importa que el amor se mue... okey, mejor no.
-Lo siento -dije juntando mis manos y tratando de no reír por el momento.
Él rodó los ojos, pero sonrió levemente. Los entrenadores nos hacen llamar y nos hacen prepararnos para el partido. Les indiqué las posiciones a mi equipo y la estrategia que usaríamos, pero el verlas algo distraídas me preocupaba para el transcurso de este partido. Nos posicionamos en nuestro lado de la cancha, al menos me habían escuchado hasta este punto. Me acerqué a la red frente a los chicos y me dirigí a mi mejor amigo.
-Les prometo que trataré de no burlarme tanto cuando ganemos -me burlé ocasionando una sonrisa por parte de él.
-Sigue soñando, Chibi-chan -responde Iwaizumi tocando justo un nervio.
-¡No me digas así! ¡Ya te dije que soy tamaño promedio!
-________, a tu posición -ordena la entrenadora.
Yo así lo hice y disculpándome. Ellos sacaron primero, yo conseguí recibir y Akane la levantó, pero me di cuenta que mis demás compañeras no estaban con la mente en el partido como supuse que pasaría, por lo que la pelota tocó el suelo dándoles un punto a los chicos que nos miraron con confusión.
-¿Huh? ¡Chicas! -llamé su atención asustándolas un poco.
-Lo siento... ________ -se disculpan posicionándose. Rodé los ojos al saber con más seguridad el porqué de su desconcentración.
-Concéntrense -ordené volviendo mi vista al frente.
Ellos volvieron a sacar, esta vez algunas reaccionaron, pero solo con un guiño de Oikawa dejaron caer la pelota nuevamente. Maldije por lo bajo, sabía bien el efecto que tenía en las chicas, pero no esperaba que mi equipo tuviera tan poca fuerza de voluntad. Quiero decir... ¡yo también quiero desmayarme por un guiño suyo, pero no lo hago ahora! Así pasaron varios puntos por parte de los chicos y eso comenzó a hartarme, apenas habíamos logrado dos puntos gracias a Akane y a mí.
Volví a mirar al frente sintiendo mi sangre hervir, pero me tranquilicé al saber que Eshima sacaría, por suerte ella es la mejor en eso, jamás había fallado. Miré a Oikawa, podía escuchar a Eshima haciendo rebotar la pelota un poco antes de lanzarla hacia arriba. Oikawa sonríe en su dirección, ni siquiera le estaba coqueteando, notaba cierto respeto por la forma profesional en la que mi compañera sacaba, pero solo eso hizo falta para desconcentrarla.
-¡Ay! -Chinami cae al suelo luego de recibir el balonazo de Eshima.
-¡Perdón!
Bajé la mirada tratando de no estallar allí mismo, Akane se me acerca pero me di la vuelta hacia mi equipo y las vi reunidas alrededor de Chinami. Me acerqué a ellas y le tendí la mano a mi líbero.
-¿Estás bien? -pregunté.
-Lo estoy, no se preocupe, capi -me sonríe para tranquilizarme. Asentí en respuesta y la ayudé a levantarse, pero entonces miré a las demás-. O se concentran en el partido o corren veinte vueltas al gimnasio. No pueden estar perdiendo un partido por un chico lindo.
-Gracias, _______-chan -dice Oikawa.
-Tú te callas, Shittykawa -respondí apuntándolo con advertencia.
Vi como Iwaizumi se aguantaba la pequeña risa, mientras Oikawa me reclamaba por el apodo y a Iwaizumi por reírse y por ponerle ese apodo en primer lugar. Resoplé volviendo la mirada a las chicas, las miré con tanta severidad que algunas bajaron la mirada por no poder aguantar la mía.
-Mientras no están dispuestas a jugar de verdad, entonces no jugaremos. Me avergüenza que mi equipo actúe así, creí haberles enseñado a tomar en serio el deporte, pero veo que no es así. Está bien, de todos modos, no puedo obligarles a que les guste, así que son libres de hacer lo que quieran. Incluso dejar el equipo -sentencié cruzándome de brazos.
Ellas se ven algo sorprendidas, pero no dicen nada, se miran entre ellas con preocupación. Me di vuelta y me acercándome a los entrenadores para luego inclinarme.
-Lo siento, pero así no podemos seguir. Lamento hacerles perder su tiempo de entrenamiento -hablé dirigiéndome hacia el entrenador de los chicos.
Levanté la cabeza luego de unos segundos y caminé hacia la banca, guardé mi toalla y mi termo en mi bolso. De igual forma ya iba a ser la hora de terminar con la práctica, habíamos pasado horas en un juego absurdo que solo demostraba que mi equipo no podría estar a la altura del equipo masculino. Quería demostrarles lo contrario... quería que reconocieran al equipo femenino como reconocen al masculino. Veo que no podrá ser posible y da igual en verdad, mantengo mi postura de no obligar a nadie a hacer algo que no quiere.
Todo estaba en silencio, me colgué el bolso en el hombro justo antes de sentir la mano de Akane sobre este, la miré notando su sonrisa de apoyo, hasta que apuntó hacia atrás con la cabeza.
-¡Lo sentimos! -me di la vuelta junto a Akane y vimos a las chicas haciendo un reverencia frente a mí.
-Nos concentraremos de ahora en más.
-De verdad lo sentimos, capitana.
-No queremos dejar el equipo, queremos seguir jugando contigo. El vóley... ¡nos gusta mucho gracias a ti!
Las vi mantener la reverencia sin titubeos. Miré un segundo a la entrenadora quien sonríe levemente y asiente con la cabeza. Di un largo suspiro y volví a dejar mi bolso en la banca.
-Igual harán las veinte vueltas -sentencié. Las chicas levantan la cabeza finalmente, tenían una gran sonrisa de alivio-. Si los chicos están dispuestos a seguir después de todo este teatro, entonces seguiremos.
Todas miramos al entrenador y a los chicos quienes se habían juntado en su banca para beber agua mientras presenciaban todo como si fuera un teatro de verdad. Se miran entre ellos con sonrisas seguras, Oikawa asiente estando de acuerdo en seguir al igual que su entrenador.
-Bien, seguimos entonces -dice la entrenadora antes de hacer sonar el silbato.
Todos nos posicionamos de nuevo en la cancha, cada uno en su lado. Hice acercarse a las chicas antes de comenzar, para hablarles y advertirles un poco.
-Si se desconcentran una vez más... serán cuarenta vueltas, ¿entendido? - todas pasaron saliva nerviosas y asintieron-. Bien.
Nos separamos para volver a nuestras posiciones, el partido vuelve a empezar, esta vez nos tocaba a nosotras pasar. Oikawa vuelve a sonreír, pero yo lo hice aún más cuando a pesar de esa sonrisa que sí era una coqueta, Eshima hizo un saque como solo ella sabe hacer, uno que nos dio un punto directo. Los chicos miran el lugar de la pelota con sorpresa, incluso Oikawa. Le dediqué un guiño antes de felicitar a mi compañera.
Por fin, habíamos vuelto.
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