Cállate y bésame
Les había llevado una eternidad subir al barco, seguidos por las miradas de todos a su alrededor, habían conseguido llegar al camarote del capitán sin ningún accidente. Jack se estaba equilibrando para abrir la puerta, pero le era difícil con el cuerpo del menor a cuestas que no dejada de moverse y de balbucear.
-Jack, soy un dinosaurio...
-claro que si Hic... claro que si... - con una patada la puerta cedió, al mismo paso tambaleante de antes entraron a la estancia, oscura y solitaria, Jack no tenía tiempo de prender una vela. –vamos a la cama pequeño borracho.
Caminaron hasta el fondo donde había otra entrada, un poco más pequeña que llevaba hasta el dormitorio del capitán. Con un ágil movimiento el albino se deshizo del cuerpo de Hiccup recostándolo en la cama. Fue hasta la mesa de noche para alcanzar un candelabro, ahora con el resplandor de las velas iluminando podía verlo, tirado en su cama, despeinado y con las mejillas rojas de tanto beber. Aun quedaban gotas de whisky en sus labios, rosados y entreabiertos que le pedían a gritos que los tomara.
Las manos del castaño fueron hasta los botones de su camisa, ya medio abierta para terminar de sacársela. Una sonrisa surcó el rostro del capitán, que pensaba que solo tenía pecas en la cara, pero resulta que su pecho y hombros también estaban salpicados de ellas. -¿Qué estás haciendo? –preguntó.
-tengo calor... -una extraña corriente lo recorrió de pies a cabeza, no podía ignorar algo como eso, no si tenía al castaño a su merced, tan indefenso, tan increíblemente hermoso... -Jack... ven aquí.
Había extendido los brazos al aire, motivo suficiente para que el albino saltara de su lugar a posicionarse sobre su cuerpo, con brazos y piernas a los lados del cuerpo del menor estaba cayendo en el pozo sin fondo de sus ojos verdes. Hiccup lo rodeó por el cuello, acercándolo cada vez más.
-creí que no te iban estas cosas. –Jack sonrió al borde de los labios del menor
-cállate y bésame.- entonces sus labios se unieron en un lento vaivén, caliente, húmedo y embriagante del que solo ellos eran testigos. El albino se le adelantó entrando con su lengua, saboreando hasta el último rezago de alcohol en la boca de Hiccup, este no se quedaba atrás, pegando su cuerpo al del mayor y recorriendo su espalda con las manos.
-me gustas mucho Hic...-dijo Jack en medio del beso, recibiendo como respuesta el jadeo ahogado del menor. Estuvieron así un rato, probando los labios contrarios hasta que Hiccup dejó de moverse. –¿Hic? ¿Hiccup?
Pero llamarlo sería inútil, el cansancio y el alcohol habían dejado rendido al castaño, cuando los labios de Jack se hubieron separado de los suyos, su cabeza cayó hacia un lado soltando un suspiro placido. Hiccup se había quedado dormido. – sí que eres un niño. –dijo jack negando con la cabeza divertido. Dejo un beso en su frente antes de ponerse de pie y arropar al menor con sumo cuidado para no despertarlo, aunque dudaba que algo lo fuera a despertar. Se quedó de pie en el umbral de la puerta contemplando a su niño con cara de ángel antes de apagar las velas.
~
El insensible sol matutino llegaba a todas partes de la habitación, chocaba sin piedad contra el rostro del muchacho tirado en la cama, enrollado entre las sabanas y luchando por abrir los ojos. Solo entonces entendía a lo que se referían con "resaca". Mal de males, castigo del inferno, Hiccup sentía cada movimiento del barco como un terremoto y el simple ruido de las olas pegando en el casco era una tortura.
Se removió en su lugar sin ánimos, tratando de recordar que había pasado ayer. Imágenes borrosas de una taberna y un par de mujeres a su lado llegaron a su mente, luego el amargo sabor del whisky, y finalmente el rostro de Jack, sus brazos rodeándolo y su perfume invadiéndolo. No era solo un recuerdo, podía sentirlo justo ahora, el aroma tan varonil y característico que siempre llevaba el capitán. Se dio vuelta para quedar boca abajo en la cama y aspirar el perfume de la almohada.
-¿almohada...? – solo entonces recordó que el no tenía una almohada, ni sabanas, ni siquiera una maldita ventana. Hiccup abrió de golpe los ojos y se sentó en la cama. no necesitaba de un mapa para saber donde estaba. -¿Qué estoy haciendo en la cama de Jack...?
Y como si lo hubiese invocado, el albino apareció por la puerta, radiante como siempre y con una bandeja en las manos. Caminó como si nada hasta la cama para dejar todo en la mesa de noche y sentarse junto Hiccup que lo miraba atónito aferrando las sabanas contra su pecho.
-buenos días sirenito, la cabeza debe estar matándote así que te traje café.-el menor frunció el ceño, pero al darse cuenta de que hasta eso suponía un horrible esfuerzo no protestó y dejó que Jack le sirviera. -le pedí al cocinero que hiciera bizcochos, espero que te gusten.
-¿Qué pasó anoche? –lo había ignorado por completo. –ya sabes, después de salir de salir de la taberna
-nos hicimos un tatuaje, asaltamos un orfanato y luego nos casamos
-¡¡¿QUE?!!
-es broma.-le sonrió.-solo nos besamos.
-¡¡¡¡¿¿¿¿QUEEEEEE????!!!! – Hiccup ya se había acostumbrado a que la vida se riera de él en su cara, pero nunca se hubiera imaginado que algo así pudiera estarle pasando.
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*w*/ holi feliz lunes a todos. ¿les gustó el cap?? creo que hoy tengo el día libre as que tal vez suba otro a la tarde.
esto es lo que pasa cuando se van de borrachos!! despiertas en la cama de un pirata, que también te trae el desayuno y te ama y... creo que iré a beber más seguido, ¿como creen que reaccionará hiccup?
por favor déjenme su comentario y su estrellita ¿si siii?? yyyyy nos leemos C: los quiero.
Bye <3 <3 <3
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