Capítulo 19: La demostración

— ¿Papá? ¿Crees que mamá volverá a sonreír de nuevo, aunque ya Dylan no vaya ser mi hermanito? —pregunto sentándome sobre las rodillas de mi padre y acurrucándome sobre él. "Tiene un olor tan agradable..."

—Claro que lo hará, ¿sabes por qué? —dice mientras me toca la punta de la nariz con el dedo índice, pero yo niego con la cabeza. —Porque tú eres la única capaz de hacerla feliz... Eres como un hada, puedes hacer magia.

—Preciosa, ya hemos llegado. —la aterciopelada voz de Steve me aparta de mi ensoñación con tiento. —Te has quedado dormida...—murmura mientras contempla mi aturdido rostro tras el sueño.

—Siempre lo supiste papá...—cuchicheo atontada incorporándome, en el asiento trasero, junto a Steve.

— ¿Papá...? ¿Qué me he perdido? —pregunta frunciendo el ceño confundido.

— ¡AIRAAA! —el eufórico de Sam abre la puerta y me saca del coche para apretujarme entre sus brazos, eso sí con cuidado de no lastimarme, interrumpiendo las dudas de Steve y espabilándome del todo. —Casi nos matas de preocupación. —Me riñe sin dejar de abrazarme y yo, dichosa lo abrazo con las mismas ganas agradecida por haber conocido alguien como él.

—Yo también estaba preocupada por vosotros. —aseguro mientras, mi hombre favorito, baja del coche para reunirse con nosotros.

—Vamos dentro, estás pálida y tienes los labios resecos... ¿No te han dado nada de comer ni beber en veinticuatro horas? —protesta mi capitán rodeándome por la espalda para darme calor.

— ¿Dentro? Pero si esta es la presa de un embalse...—parpadeo extrañada.

—No todo es lo que parece. —Ríe Sam quién comienza a caminar delante de nosotros.

—Tengo mucho que contarte. —Asegura Steve orientándome hacia una puerta, subterránea secreta, a los pies de la presa.

— ¿En serio? Creo que estoy descubriendo más cosas en dos días que en toda mi vida... — niego con la cabeza en un gesto cansado. "Estoy agotadísima..."

Hablaremos mientras comes, no pienso tenerte ni un minuto más desnutrida. —Dice en un tono tan autoritario que me encanta. "¿Es un calambre de deseo lo que acabo de sentir o es que me voy a desmallar por inanición?"

Natasha... ¿Está bien? —pregunto desviando el rumbo de mis pensamientos. "No es momento de ponerse caliente, bonita" protesto a mi cerebro. "Pero es que ese maravilloso uniforme se ajusta tan bien a su cuerpo... ¡BASTA YA! ¿Acaso la falta de alimento te ha subido la libido?"

—Sí. —Afirma acariciando mi magullado rostro cuando por fin entramos en esta especie de refugio. —Ahora la verás, pero primero debes alimentarte. —susurra muy cerca de mis labios, atraído por mis revolucionadas hormonas que deben de habernos rodeado a ambos. "¡Tierra trágame o no respondo de mis actos aún debilucha como estoy...!"

***

Mientras el agua caliente de la ducha borra todo rastro de dolor, sangre y sufrimiento de mí ser; cierro los ojos y me concentro para recordar con detalle lo que Steve me ha contado mientras comía hace apenas media hora.

— ¿Cómo conseguisteis escapar del furgón? El soldado de invierno dijo que alguien os había ayudado desde dentro... — pregunté disfrutando del sabor del montón de comida que me prepararon.

—Bucky...—susurró con cara de preocupación. —Sí... en realidad no fue nada planeado, de hecho vinieron en nuestra ayuda sin haberla solicitado si quiera. —Dijo pasándome un vaso lleno de zumo de piña. —Bebe. —ordenó sin posibilidad de aceptar reproches.

— ¿Me contarás quién es Bucky? —pregunté con tiento tras dar un sorbo a mi zumo.

—Lo haré, pero ahora mismo debes saber cosas más importantes. —carraspeó sin intención de parecer brusco. —En el furgón, nos esposaron y nos mantuvieron vigilados dos agentes ocultos tras un casco negro. Sam, en un momento de histeria sobrepasado por la situación, les grito a los agentes que atendiesen a Natasha porque estaba perdiendo mucha sangre. Y era cierto... estaba muy pálida y respiraba con dificultad por el balazo. —explicaba con todo detalle. —Como era de esperar los agentes nos ignoraron pero, por suerte para nosotros, uno de ellos agredió al otro dejándolo inconsciente en décimas de segundos. Nos quedamos pasmados, cuando se descubrió el rostro deshaciéndose de ese casco...

— ¿Quién era? —interrumpí llena de curiosidad provocándole una sonrisa en su preciosa cara.

—María Hill, una compañera de trabajo, la segunda al mando después de Nick Furia. —dijo muy orgulloso de ello provocándome unos celos asquerosos, que disimulé lo mejor que pude. "No eres la única mujer en el mundo así que relájate leona".

— ¿Y? Entonces, os sacó y os trajo hasta aquí ¿no? —pregunté torciendo el gesto.

— ¿Estás celosa? —me miró con los ojos entrecerrados y una sonrisa socarrona de lobo conquistador que me encendió el rostro y me calentó la sangre. —Parece que ya no soy el único que ha sentido celos... —dijo provocador haciéndome reír. —Pero, volviendo a lo de antes, sí. Gracias a un láser hicimos un agujero en el suelo del furgón y en una parada, nos escapamos. Sam y yo, hicimos turnos para llevar a Nat en brazos, ya que no podía caminar muy deprisa, hasta el punto de encuentro en el que nos recogió el equipo de María.

—Pero... ¿Cómo pudo encontraros ella? —me acaricié la frente confusa.

—Básicamente, porque Nick, está vivo. Fingió su muerte, como hice yo. —resopló mosqueado mientras a mí se me salían los ojos de las órbitas por la noticia. —Está aquí en este refugio, mal herido sí, pero vivo al fin y al cabo. —dijo cruzándose de brazos consiguiendo que se me secase la garganta al contemplar las dimensiones de sus bíceps. —Cuando Nick vino a mi apartamento, herido, para pedirme ayuda y entregarme el pendrive, él ya sabía que el contenido del USB no podía ser nada bueno. Así que decidió quedar fuera de combate para poder recopilar, durante este tiempo, lo necesario para desmantelar HYDRA.

— ¡¿En serio?! ¡Madre mía...! —parpadeé como una desquiciada.

—Sí. Sabía, que si seguía "vivo" irían a por él y no podríamos hacerles frente. Por eso, todo el tiempo que lleva aquí recuperándose de las fracturas de sus costillas y las heridas de los disparos, con la ayuda de María y su equipo privado, han estado vigilando desde la red cada movimiento de HYDRA, como una sombra, sin que nadie se diera cuenta. —Narraba sin andarse mucho por las ramas. —Y, así fue como nos encontraron, pues el ataque del puente ya estaba planeado y si nos cogían el destino al que nos llevarían también estaba previsto, lo cual les dio la posibilidad de venir a por nosotros sin arriesgar la vida de ningún hombre.

Salgo del baño, recordando esa última parte de la conversación, envolviéndome el cabello en una toalla de algodón, del mismo color que el albornoz blanco que cubre mi cuerpo. "Me pregunto qué pensarán de mí cuando les cuente lo referente a mis poderes..." pienso preocupada una vez acabo de vestirme con un uniforme negro parecido al de Natasha. Acaricio la tela impresionada por el tacto firme y protector que demuestra y quedo maravillada con la flexibilidad que tiene. "Es como si no llevase ropa..."

— ¿A qué es muy cómodo? Ahora ya pareces una de los nuestros... —La voz de Natasha, a mis espaldas, se muestra emocionada mientras camino hacia ella para abrazarla.

—Nat... ¡Me alegro tanto de verte! —sonrío mientras la beso en la mejilla. — ¿Cómo te encuentras? El disparo fue horrible y...

—Shhh —me interrumpe. —Estoy bien. Nada por lo que no haya pasado antes. —Resopla como si nada mientras tira de mí para sentarnos en la cama de la habitación que me han asignado. —Me salvaste. —Suelta de pronto y yo pongo los ojos en blanco. —Sí, y no pongas esa cara. Fuiste tú quien disparó, en otra dirección, y despistó al soldado lo suficiente para que Steve acudiera en mi ayuda, así que... Gracias, nunca lo olvidaré. —Me acaricia la mejilla magullada con cariño. — Además...te entregaste dispuesta a salvarnos... fue lo más noble que he visto en mucho tiempo.

—No tienes que darme las gracias, no podía dejaros morir. Tenía que hacer algo, lo que fuera...

—Pero antepusiste tu vida a la nuestra, no vuelvas a hacerlo. —Niega con la cabeza tajante. —Steve se descontroló, nunca le había visto así... Tuvieron que atacarle entre todos para reducirle. —Dice con la mirada perdida recordando el momento. — ¿Vas a contarme como saliste de allí? Steve no me ha dicho nada al respecto. —me mira llena de curiosidad.

—Tendrás que esperar. —le guiño un ojo. —Cuando nos reunamos con Nick, para hablar sobre el plan para detener a HYDRA, os explicaré que pasó y cómo puedo ayudaros ahora.

—Vaya, vaya, la verdadera Aira va a salir a la luz por fin. —Bromea para relajar el ambiente. —Está bien... seré paciente. —resopla. —Pero, creo que deberías alegrarle a Steve la noche...—me mira con ojos entrecerrados. —Ya sabes, el creía que no te iba a recuperar cuando te raptaron... y además, necesitáis liberar tensiones...

— ¿Perdona? —pregunto con los ojos como platos y riéndome como una descosida. — ¿Estás insinuando que me acueste con él? —murmuro en voz baja intentando no ponerme roja como un tomate, "¿Tanto se me nota que estoy ardiendo por él?"

—No lo insinúo, lo afirmo. —asegura en tono socarrón. —Se le nota a la legua que se muere por tus huesos. —Dice mientras levanta la ceja derecha como una seductora. —Toda esta situación nos está afectando a todos, pero a vosotros os está frenando...con lo cual, yo que tú daba un paso más... un paso que os hará olvidaros de esta mierda.

— ¿Pe-pero yo...? ¿Cómo estás tan segura? Precisamente ahora hay mejores cosas en las que pensar y yo no sé si él... —tartamudeo inquieta.

—Es bastante tímido, sí, pero es un hombre al fin y al cabo. —Me guiña un ojo y me entrega un envoltorio pequeñito. —Por si acaso, aquí tienes, no podrá resistirse a tus encantos. —me saca la lengua y yo vuelvo a ponerme color rubí mientras sostengo el preservativo que me ha entregado. "Esto no está pasando..." pienso con una sonrisa nerviosa.

***

Tal y como esperaba, tras presentarme a Nick y María, se ha armado la guerra. Evidentemente Nick, como jefe, les canta las cuarenta tanto a Steve como a Sam y Nat, por haberme introducido en todo este altercado. Pero obviamente ellos explican, cómo pueden, el trascurso de los acontecimientos y como no, Steve asume la responsabilidad de todo lo sucedido.

— ¡Basta! —exclamo en voz alta interrumpiéndoles. —Steve, deja de defenderme auto culpándote, aquí nadie me ha obligado a nada. —me quejo consiguiendo por fin la atención de los presentes. —Fui yo quien decidió ayudar, sin importarme las consecuencias, lo hice sin más y créame ellos intentaron impedírmelo pero, puedo ser muy persistente si me lo propongo. —digo caminando hacia la mesa tras la que está sentado Nick.

—Ya veo —responde Nick algo más conciliador. —Y por su actitud deduzco que dice la verdad, pero estamos en un punto demasiado peligroso y sé que Steve, como capitán, estará de acuerdo en que esté fuera de peligro. — asegura recolocándose el brazo izquierdo en el cabestrillo.

En otra situación, hubiera retrocedido y me hubiera callado, como una niña buena, pues la verdad es que Nick, aun estando herido impone respeto en cada gesto. La mirada penetrante de su ojo derecho, ya que el izquierdo lo tiene cubierto por un parche negro, haría callar al más rebelde.

—Nick, tiene razón. —dice Steve colocándose a mi lado avivando todavía más mis ganas de dejarles claro que no soy un estorbo. —No puedo permitir que te pase nada, no después del secuestro...

—No fue una experiencia agradable, pero me ha servido para más de lo que crees. —Interrumpo de nuevo haciéndome notar. —Me escapé de allí por mis propios medios, tengo más poder del que yo misma creía. —Aseguro pendiente de que todos me escuchen y silencio a Steve con una mirada antes de que me vuelva a cortar. —Nick, con todos mis respetos. —Me coloco frente a él con seriedad. — No sé si le habrán puesto al día con respecto a mí, pero he de decirle que soy mutante y por eso me secuestraron, así que créame que tarde o temprano habría acabado envuelta en todo esto de un modo u otro. —suelto directa y disfruto al ver su ceño fruncido.

— ¿Por qué no me han dicho nada? —espeta mientras se acaricia su cabeza rapada enojado.

—Porque nadie esperaba este giro de los acontecimientos. —Dice Natasha encogiéndose de hombros.

—Y porque me corresponde a mi decirlo. —Afirmo alto y claro. —Además, ellos desconocen lo que voy a contar. Con lo cual, os sugiero que estéis atentos intentaré ir al grano. —me giro para que todos puedan verme y mantengo mi actitud inflexible. —Tengo la capacidad de influir en las emociones de los demás, soy empática. —hablo mirando a Nick pues él no lo sabe. —He tenido ese poder desde una edad bastante temprana, pero fue después de la muerte de mis padres cuando me di cuenta de ello. Al principio, me cansaba con facilidad cuando ayudaba, en secreto, emocionalmente a algunos de mis amigos, me era difícil mantener durante un rato sus sentimientos a raya, pero con el paso del tiempo se hizo algo normal, sencillo incluso. —explico admirando la tez oscura de Nick. —Creía que eso era lo único que podía hacer, pero me equivocaba...

—Por eso pudiste escapar de manos de HYDRA ¿verdad? — pregunta Sam cruzándose de brazos.

—Exacto. —Allí, gracias a la ayuda de otro mutante que se comunicó conmigo mentalmente, descubrí que no solo podía modificar las emociones sino que también podía controlar u obligar a otra persona a hacer lo que yo quisiera con solo tocarle. —Pongo las manos en alto para pedirles calma a todos pues acaban de quedarse con la boca abierta, y, por supuesto, omito que había otro mutante al que ayude a escapar. —Bien, así después de unos cuantos golpes recibidos por parte de mi propio compañero de trabajo, que resulta ser parte de HYDRA...

— ¡¿FUE BRAD?! Te dije que ese tío no era de fiar... ¡Lo voy a destrozar! —Grita Steve con la mandíbula apretada dejándonos a todos sorprendidos.

—No hará falta, él solito se ha convertido en un problema para los suyos...—digo mientras agarro la mano de Steve y le ruego con la mirada que se tranquilice, pues no voy a usar mis poderes con él. —Cómo iba diciendo, engañé a Brad y cuando lo tuve lo suficientemente cerca como para poder tocarle, lo obligué a soltarme y, para mi sorpresa, lo hizo. —continuo bajo la atenta mirada de todos. —Aproveché para sacarle información sobre mí y descubrí que me seguían la pista desde antes de morir mis padres y todo porque mi padre Eric James, científico de SHIELD y mutante, no quiso formar parte de HYDRA. —Resumo porque hablar sobre su trabajo para proteger a los mutantes es una información que prefiero mantener en secreto, por ahora.

— ¿Eres hija de Eric? ¡Dios mío! ¿Por eso dejó el trabajo? No sabíamos nada, lo siento... —la emoción en las palabras de Nick me agrada y le dedico una sonrisa de agradecimiento. —Tuve la suerte de conocerle, era un gran hombre y un científico brillante, aunque tampoco sabía que era mutante...—dice mientras Steve, Nat y Sam no dan crédito a lo que oyen.

—HYDRA quería que trabajase para ellos pues sabían su secreto, pero él se negó, abandonó el puesto y nos marchamos de la ciudad... aunque claro yo no sabía porque... —carraspeo algo emocionada al recordarlo. —Descubrieron que yo era como mi padre y no dejaron de buscarnos durante varios años, hasta aquel fatídico día en el que provocaron el accidente de coche en el que fallecieron mis padres. —trago saliva y respiro de nuevo al sentir la mano de Steve acariciando la mía, animándome a continuar. —Ellos mismos alertaron a emergencias para que me llevasen al hospital, aprovechando mi inconsciencia, y se encargaron de borrar mis analíticas y pruebas médicas para que nadie más descubriera lo que era, aunque por aquel entonces ni siquiera yo lo sabía... —me doy una palmadita mental para centrarme y no dejarme llevar por mis recuerdos. "¡Acaba ya!" me exijo Después de esto se mantuvieron alejados, observándome, para venir a por mí cuando estuviera preparada.

—Esto es increíble... —murmura Nick presionándose el entrecejo con su mano sana. —Sé que dice la verdad, porque conocí a su padre y su muerte nunca llegó a quedar como un simple accidente a nuestros ojos... y por eso mismo no puedo dejar que nos ayude. Por Eric, la protegeré, se lo merece, se lo debo a él.

—Y yo se lo agradezco, pero no pienso mantenerme al margen. Es mi vida y puedo ayudaros. A ver si después de lo que voy a mostrar sigue creyendo que no podré defenderme. —digo poniendo los brazos en jarras sobre mi cintura.

— ¡Toma ya! Aira, estás imparable. —exclama Natasha soltando una carcajada.

—Traiga a alguien normal, que no sea un luchador. Un médico, un cocinero, un informático,... lo que sea, me es indiferente. Tráigalo, y le demostraré lo que puedo llegar a hacer. —Aseguro sosteniéndole la mirada a Nick.

—De acuerdo. —asiente. —María avise a Jane, mi secretaria. —ordena sin más.

—No tienes por qué hacer esto, Aira. —trata de convencerme Steve preocupado cuando aparece María acompañada de una mujer, algo madurita, con gafas y uniforme de oficina.

—Confía en mí. —susurro mirándole a esos ojos que tanto adoro. —Nat, dame una de tus armas. —le digo a mi pelirroja favorita y sonrío cuando me la entrega a duras penas. — Jane, me llamo Aira. ¿Ha disparado alguna vez con una pistola? —pregunto a la nerviosa secretaria quién se acaricia su cabello rubio con descuido mientras niega con la cabeza. "¡Perfecto!" pienso triunfal al tiempo que le entrego la pistola de Natasha.

Jane, trata de sostener el arma con manos temblorosas, pero ni si quiera sabe cómo cogerla correctamente, lo que pone tenso al personal aquí presente, puedo sentirlo.

—Bien, haz una demostración. —digo sin más mientras cojo un lapicero del escritorio de Nick y lo coloco en una repisa de la pared del fondo de la sala. —Intenta darle al lapicero. —señalo apartándome junto a los demás.

—Pe-pero no le daré, no tengo puntería. —tartamudea y traga saliva.

—Haga lo que le dice. —Ordena Nick asustando a la rubia, que dispara en el acto completamente lejos del objeto diana, y casi sale disparada hacia atrás como me ocurrió a mí hace un par de días.

—Vale. —me aclaro la garganta y, una vez a su lado, coloco las manos sobre sus hombros menudos aprovechando el silencio de la sala. —Cuando cuente hasta tres, disparará de nuevo al lapicero, que estará colocado sobre mi cabeza, y acertará con un tiro limpio. —decreto en un tono hipnótico y seguro dejándome invadir por toda mi energía.

— ¡NOO! ¡¿ESTÁS LOCA?! —gritan todos intentando llegar hasta mí con Steve en primera fila.

— ¡Quedaos ahí! —exijo mirándoles enfadada. —Steve, te he dicho que confíes en mí. —le ruego.

— ¡Joder! ¡Aira, tus ojos!— señala Sam como un loco. "Claro como estaba de espaldas a ellos mirando a Jane, no han visto su cambio de color" pienso sonrojándome al ver la mirada de fascinación que me regala mi capitán.

—Tranquila, está segura de sí misma, muy segura. Dará de lleno en el blanco. —Reitero volviendo a Jane y, me alejo de ella satisfecha al comprobar la convicción con la que agarra ahora la pistola.

Camino tranquila pasando entre mis boquiabiertos amigos, y me situo al final de la sala con el lapicero sobre mi cabeza.

—Uno,... —comienzo a contar.

— ¡Para! ¡Por favor, deja que ocupe tu lugar! —Interrumpe Steve tratando de aguantarse y no sacarme de allí corriendo; pero le dedico una mirada reprobatoria y Nat, mi salvadora, lo agarra del brazo mientras le dice algo al oído que logra mantenerlo quieto, aunque no muy convencido.

—Dos,... y tres. —concluyo y en décimas de segundo, Jane dispara sin titubeos directa al centro del lapicero. Exhalo el aire de mis pulmones y abro los ojos, pues se cerraron inconscientemente por el miedo de tener un arma apuntando encima de mi cabeza.

— ¡JODER!—suspiran Sam y Nat, rodeándome con un abrazo que se ve interrumpido por Steve, quien nos separa y me aprieta contra su pecho mientras me da un profundo beso en los labios que me deja sin aliento.

—Nunca dejas de asombrarme. —murmura sobre mi boca y yo me habría derretido entre sus brazos, de no ser por la interrupción de Nick.

—Bienvenida a bordo. —Suelta de pronto con la mandíbula desencajada por la sorpresa de todo lo acontecido. —Disculpen la interrupción. —carraspea incómodo poniéndose de pie. —Pero ahora que está todo claro, es hora de organizar el plan para destruir HYDRA.

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Gracias a todos mis lectores por su paciencia, y por seguir leyendo mi historia durante mi ausencia. He tenido una serie de situaciones que me han impedido estar aquí y a ello se debe la falta de publicaciones, espero que lo comprendáis. A partir de ahora intentaré publicar más seguido pues el final está cerca.

Gracias a mis niñas, por animarme a seguir escribiendo TifaSteph ItsasoAU AdictaAlChicoDelPan RocioOrt4 xandy547 os adoraré siempre.

A las maravillosas MareiFawn @MaryEstuardo2112 Britger26 esteyciharuhi GraceSeidl20 por leerme.

Fighterprincess6100 por sus consejos y ánimos y por decirme unas palabras tan bonitas que animarían a continuar a cualquiera. Eres un amor.

A las increíbles Natteve12 CapitanaRogers XDabby2003 os echaba de menos.

Y a sentenzia69 Pausy1102r y carolinamorenoguerra por sus votos y sus preciosos comentarios, gracias. 

A todos los demás millones de gracias y espero que os haya gustado el capítulo. Animaos a comentar y a votar si así ha sido. Besos y abrazos. :)

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