CAPITULO FINAL
Capítulo dedicado a todas y en especial por su cumpleaños a Karlita :)
CLARK
Mi herida, casi sanó y ya puedo pisar completamente con el pie.
La sonrisa del médico en mi última revisión fue su firma final, mostrándome los resultados y seguido a eso, la bota que usé los días anteriores, ya no más.
Quedando solo por unos meses la rehabilitación para poder de nuevo bailar y como recuerdo de ese día, una cicatriz con sus buenos centímetros.
Y con ello, ayudando en la tienda de papá y Fresita, porque la parte del casamiento estaba hecho, ya que querían algo íntimo y con la familia, eligiendo el mismo salón que festejaron su aniversario los mismos Fresita y Connor tiempo atrás.
Y como se hace en estos casos, las mujeres nos encargamos de la novia y en Sacha llegando el día, sus hermanos, mientras el resto espera la llegada de ellos.
Decidiendo en nuestra casa nuestra parte con ayuda de Hope y Fresita que no se lo querían perder y en la 38, los chicos.
SIDHARTA
- ¡Quieres parar! - Por el constante movimiento y nervios, Sacha no me deja terminar de anudar su corbata.
No eligió un traje convencional como cualquier novio.
Mi hermano es todo jeans.
Sí.
En su corte sastre y tres piezas, es ese género con parches brillosos localizados en parte de la vestimenta, con su camisa y corbata en colores vibrante.
- ¡Estoy nervioso! - Me reclama y se lo comprendo.
Yo también lo estoy, pero por otro provecho, maldita sea.
Y no es que desestime el gran día de mi hermano con su boda.
Pero diablos, mi lado mezquino me supera.
Me alimenta.
Ya que este día fue el tiempo que Clark me dijo como fecha de caducidad en nuestro silencio de lo que somos, para que podamos gritar a todo el puto mundo que somos novios.
Y lo que conllevaría a eso.
Supongo que comprenden.
Que es consolidarlo.
Mucho.
Bastante.
Y varias veces si es necesario, luego de la fiesta y cuando los novios se vayan de luna de miel.
Por eso y aparte, porque adoramos a nuestro hermano con Saimon, me postulé para ayudarlo y llevarlo.
Porque jodidamente, no quiero contratiempos y si tengo que movilizar de ser necesario hasta los camiones bomba con mis compañeros para ningún retraso abriendo paso, créanme que lo hago.
Todo fríamente organizado al pedir hacerme cargo, cosa que llamó la atención mi ferviente necesidad, cuando siempre demostré ser hostil y en mi mundo.
Pero y creo que justamente por eso, festejaron con exagerados aplausos, tras unos minutos de silencio procesando mi pedido la familia y hasta recibiendo un abrazo muy emocionado por parte de Sacha, conmovido.
Y con eso sin perder tiempo que apremiaba por ser la fecha en días, me convertí en un jodido experto en Wedding Planner sin pérdida de tiempo.
Sí.
Porque lo hice, hasta en pleno trabajo.
Como el pastel y catering, designando a papá para que contrate un excelente servicio.
Él creo y como ya saben, mejor que nadie para eso.
Mientras bajaba de la camioneta de la estación y con otro compañero en servicio, conversar con el viejo sin soltar mi teléfono de la elección de sus sabores, como aperitivos sin dejar de cargar la escalera, para luego apoyarla en un árbol y sosteniendo esta, mi colega subir para rescatar un asustadizo gatito en su alto.
Otra, en pleno viaje en el autobomba a un siniestro.
También, con mi móvil pegado a mi oreja.
Pero a Caos.
Contándome sobre su vestimenta para la ocasión y cual solo le pedí.
Ya saben el motivo, repito.
Que sea corto.
En realidad le rogué que lo sea, escuchando de su parte y del otro lado, su bonita risa alegre por mi pedido, siendo suficiente para mí, colgar y poniéndome el casco como mis compañeros, bajar del camión y correr a sofocar el incendio como gente.
Al ambiente musical nadie mejor que a mi madre, que lo hizo a la perfección por su pasión a la música, contándome en detalle una mañana poniendo alta voz para terminar de cepillarme los dientes y lavarme la cara en el baño.
En cuanto a la decoración al tío Fresita, mientras veía por unas capturas de imágenes que me envió, como estaba quedando todo con la colaboración de Marthita, mientras con una manguera lavaba el frente de la estación y regaba las plantas que decoran sus lados.
Y por último, la confirmación de la lista de invitados y quién mejor que el abuelo para eso, que por detestar el cúmulo de gente, armó a la perfección y en detalle, lo justo como necesario de invitados con ayuda de la abuela en la ubicación de las mesas.
Y sonreí feliz como satisfecho, tumbado en mi sillón.
Porque todo, marchaba a la extrema perfección.
Quedando solo el tema de movilidad y por eso, mi coche destinado a la novia para que decoren a gusto al llevarla al salón.
Con Sacha usaríamos el de Saimon, siendo último modelo y por eso, cero probabilidades de cualquier contratiempo.
- Gracias, hermano. - Me sorprende, Sacha con un abrazo de golpe.
Y se lo devuelvo con cariño, como él.
- No te creas... - Le digo sobre su hombro. - ...te quiero, pero soy egoísta y es a mi propio beneficio, también...
- Lo sé... - Responde, separándose un poco. - ...sin embargo y sobre tu lado interesado, sigue siendo por mí. - Arregla el cuello de mi camisa de vestir. - ¿O crees que soy tan idiota que como hermano o mejor amigo, no me di cuenta que con Clark hay algo?
Abro mis ojos.
- ¿Lo sabías?
- Desde el día 1... - Resopla. - ...siempre supe que la querías por más desplantes tuyos, jodido. Solo había que esperar que madurez, te hagas señorita y lo comenzaste a demostrar con el accidente de Clark...
- Estamos saliendo. - Le digo, para que seguir ocultándolo. - Somos novios, pero no dijim...
- ...hasta que pase nuestra boda. - Termina por mí. - Nos dimos cuenta con Angie y callamos, por comprender lo que deseaban... - Me dice conmovido y lo miro feo, negando muy sincero.
- No te confundas, idea de Clark. - Acoto natural, haciendo que ría. - Si fuera por mí, ni mierda aguanto tanto y tu boda se puede ir a la reverenda... - No me permite terminar de maldecir y largar todo mi sufrimiento.
Y no solo en la demostración pública de nuestra relación ya consolidada, además, la abstinencia como celibato hasta que pase este condenado día.
Quiero quejarme, pero mi cuello por su brazo presionando, obliga a que mi postura se flexione por su torniquete, como reprimir la sarta de burradas que iba a decir, sobre su risa y la mía, lo reconozco, aunque ahogada por no soltar mi cuello.
- Soy el mayor y por más disciplina tuya con tus kilos de gimnasio, puedo todavía ganarte, pendejo... - Me dice en mi oído divertido, sin poder escapar de su agarre.
Cosa que es verdad.
El muy jodido siendo el más delgado como físicamente pequeño de los tres y con su forma de ser, dando fragilidad, nos baja desde chicos con Saimon, siendo imposible ganarle en las luchitas.
Revuelve mi pelo como crío, antes de soltarme.
- Cuida a mi hija y mejor amiga, por favor.... - Es su bendición, mientras me acomodo la ropa y pelo.
Y estoy a punto de mandarlo al carajo, pero lo miro y no hay burla.
Solo, cariño y afirmo, porque sé, que nos quiere a ambos y lo dice de verdad.
Y río con ganas aceptándolo.
Ya que la realidad, es que Sacha aparte de ser mi hermano.
Carajo.
Locamente se convertirá en una hora, en mi suegro también.
- Es extraño... - Su voz me despabila y lo miro. - Se supone que Saimon ya tendría que estar de vuelta. - Me dice interrogante y acercándose a la ventana para mirar hacia afuera.
La noche ya está llegando y chequeando la hora de mi reloj le doy la razón, poniéndome a su lado.
- Solo, era llevar al juez al salón y regresar por nosotros. - Murmuro, notando la calle desierta.
- ¿Le habrá ocurrido algo? - Preocupado me dice y niego rotundo, palmeando su hombro.
- Tranquilo, Saimon va a venir y si se demora... - Lo miro fijo y decidido. - ...no voy a permitir que nada impida que llegues a tu boda, Sacha. - Porque es así.
Despotriqué, me quejé y renegué.
Pero, no voy a permitir que nada suceda el día más feliz de mi hermano.
Por eso y nuevamente chequeando la hora y viendo que la hora se acerca, busco mi celular en el instante que suena.
Es Saimon.
- ¡Lo siento! - Nos dice del otro lado. - ¡La avenida está cortada por gente reclamando! - Jadea con su voz yendo y viniendo, suponiendo por intentar hacer algún tipo de maniobra y buscar un escape en el carril que se encuentra. - Y el congestionamiento es mucho... - Bufa sin poder creer, viniendo a mi mente la situación parecida de Caos el día de nuestra cita y con ello, llegando como tres horas tarde.
- No te preocupes. - Le digo, mirando a Sacha. - Vuelve al salón cuando puedas salir, yo me encargo...
- ¿Podrás? - Me dice.
- Claro que sí. - Decidido respondo, cortando la llamada y tomando la mano de Sacha. - Iremos por un taxi. - Diciendo eso, mi hermano asiente y tomando mi saco, nos encaminamos a la puerta.
Afuera y sin dejar de llamar a los números agendados, buscamos por alguno que circule en la calle.
Pero todos maldita sea, están con clientes y sin ir más lejos, los que llamo me dan ocupado.
Pero al llegar a una esquina, uno me atiende tomando mi pedido, pero diciendo que tienen demora.
Y mierda, no importa.
Lo acepto, dando la dirección.
Mi vista baja a mi reloj y cada vez falta menos y maldigo que no llega, regresando a mi calle por el condenado taxi que pedí y no aparece.
- Voy a llamar a los viejos que vengan por nosotros. - Sacha tomando su móvil me dice, pero niego.
- Van a demorar como Saimon. - Le digo.
- ¿Y qué demoren la ceremonia? - Su otra opción y vuelvo a sacudir mi cabeza.
- Eso los preocupará... - Susurro y me da la razón.
Rascando mi barbilla sin dejar de pensar, focalizo en mi casa.
En realidad un lateral.
Y no puedo creer lo que voy hacer.
Pero lo hago.
En realidad, corro hacia eso.
La bicicleta de Clark que quedó en casa, luego de su accidente.
- ¿Qué haces? - Sacha curioso, me pregunta al verme con ella inclinado y verificando el estado de sus ruedas.
Perfecto, no están desinfladas.
Me pongo de pie y palmeo el asientito de atrás.
Porque a la mierda el puto taxi que no llega.
- ¿Quieres llegar a tu boda, no? - Me monto adelante y sin dejar de analizar el camino por tomar más rápido y sin colinas que jodan con su subida, como evitar la zona del congestionamiento donde Saimon quedó varado.
Y pensando que un juramento saldría de mi hermano, todo lo contrario.
Divertido, sube a la parte trasera como cuando lo hacíamos de chicos y me rodea la cintura, feliz.
Ambos de trajes.
Él con sus colores, parches y brillos y yo, con la sobriedad para la situación.
Y lo no, menos importante.
Montados en una bicicleta de mujer en color pastel, con frenado a contra pedal y canastita de mimbre adelante.
Pero sin dudar y tomando velocidad con ayuda de la cuesta abajo, pedaleo con ganas.
- ¡No me vayas a soltar! - Le grito en nuestra vertiginosa carrera y contra viento a Sacha.
- ¡Como si se me fuera la vida en ello! - Me exclama atrás, riendo.
Pedaleo, jadeo y sigo pedaleando.
Esquivo una moto que sale de la nada y comprobando que a Sacha no lo perdí con el movimiento, potencio en el llano.
Zigzagueo entre coche y coche al llegar a una calle concurrida y con una frenada en una detención de semáforo por rojo, logro que estemos delante de todo.
- ¡Me voy a casar! - Escucho que mi hermano por pura felicidad, le dice al auto a nuestro lado esperando y señalándose.
El matrimonio o lo que sean, nos mira a ambos con sorpresa.
Pero la mujer que acompaña al hombre, reacciona primero y nos grita emocionada.
- ¡Qué sean muy felices!
¿Eh?
¿Cree acaso, que nosotros dos...
Pero, no tengo tiempo de aclarar o en su defecto ahorcar a Sacha por el malentendido, ya que la luz en verde da paso y sin perder tiempo, retomo mi acelerada pedaleada.
Lo hago sin parar o descansar y casi escupiendo un pulmón y hasta perdiendo un riñón en el trayecto.
Ya falta poco, me digo y consuelo, sintiendo como y por el esfuerzo que ejerzo, sudor ya cubre casi todo mi rostro, como espalda.
- ¡Rayos... - En otro cruce y obligado a parar, blasfemo.
- ¿Qué? ¿Qué pasa? - La cabeza de Sacha asoma por mi hombro y le señalo hacia adelante.
- Por más que eludí con calles secundarias, la arteria siguiente es obligatoria para llegar al salón... - Digo, procurando divisar un taxi libre entre la multitud de automóviles.
Pero Sacha niega, viendo mi intención.
- No puedes dejar la bicicleta de Clark...
- No lo haría. - Le respondo sin dejar de buscar alguno. - Tú irías, yo...
- ...nada... - Me interrumpe rotundo y aferrándose más a mi cintura. - ...esto lo terminamos como empezamos. - Agrega. - Juntos.
Y sonrío por sus estúpida decisión.
- Okey. - Resoplo, buscando de mi bolsillo mi celular para una llamada. - Como hermanos, entonces... - Lo pongo en mi oreja, comenzando a pedalear. - ...Capitán? - Lo nombro, cuando siento que me atiende del otro lado.
¿Dije que iba mover todo por mi hermano, no?
CLARK
Y bajo las palabras del juez declarando esposos a mi papá y Sacha fue el cierre con el beso que se dieron, bajo el festejo de todos en el salón.
Abrazos, felicitaciones y más besos se sumaron por todos, cuando el oficio terminó y los recién casados voltearon hacia nosotros.
Y mucho y por más cansancio, al hacerlo Sidharta con Sacha cuando el chico que amo, aún no se recomponía de la travesía que hicieron con mi bicicleta para llegar a tiempo.
Que lograron llegar con tiempo a favor y gracias a la ayuda de sus compañeros de la estación de bomberos, que ante la orden de su Capitán, movilizaron unos de los camiones bomba y a la espera de ellos kilómetros adelante, para abrir paso en una confluencia obligatoria tomando la delantera.
Y a modo gratitud por mi papá preparando, una suculenta guarnición de cosas ricas del catering, antes de marcharse nuevamente a la estación para que degusten y felicitar a los novios.
SIDHARTA
Despidiendo como agradeciendo a mis compañeros afuera del salón, voltee y me encaminé al mismo para encontrarme una linda realidad que me dijo, que todo valió la condenada pena por más que me dolía hasta el alma como cada hueso de mi cuerpo.
No solo ver la familia completa disfrutando todos juntos y como siempre con cada acontecimiento que empezó este clan, el gran abuelo que tanto queremos y fue con la abuela, cúspide de todo con el abuelito Rodo y Mel.
También y es imposible, no emocionarme.
La otra familia que ahora nace, como varios lo hicieron con el tiempo pasando.
El de mi hermano Sacha con Angie.
La música, comida y bebida con conversaciones alegres, dominan el salón y me sumo a ellos recibiendo un vaso y algo para comer.
En un sector y a modo pista improvisada, ya los viejos bailan como de jóvenes, cual se suman mis primos con sus parejas y rodeando a los novios en el centro, mientras el abuelo Hero y por la edad, lo hace desde su silla en compañía de la abuela que nunca lo abandona con palmas de sus manos, felices.
Más invitados se acoplan y yo también por tomarme la mano Clark, apareciendo de la nada y sonriente, me jala a la pista.
Me dejo llevar, pero lo hacemos lento a como el resto que bailan la canción de moda, por su pie en recuperación.
Cual no me quejo, porque soy malo para eso del baile y hacerlo despacio, permite abrazarla y tenerla para mí.
- ¿Ya puedo? - Le digo, notando que no pasamos desapercibido al ver como acaramelados bailamos.
- No te van a escuchar. - Me responde por sobre la música y como un sí, riendo.
- No hace falta gritar... - Le digo y me inclino para besarla en los labios y delante de todos, dejándose.
Y lo hago a mis tiempos.
Por fin y como se debe, después de acatar su pedido.
Rozando sus labios con los míos sonriendo, cepillarlo con cariño, para luego profundizar y haciéndose cargo mi lengua con demanda.
Y con eso una ovación de todos, obligando a reír y abrazar más a Clark, tan feliz como yo.
CLARK
Resultó que todos esperaban expectante nuestro beso.
Mi amor por Sidharta no lo cuento, ya que por años fue siempre latente y para la familia como amigos, mis sentimientos muy demostrativo por él.
Lo que nos asombró, fue que creyendo que lo habíamos disimulado muy bien hasta que pasara la boda de papá con Sacha, resultó ser, que muchos lo habían percibido por el cambio de Sidharta comenzando a reflejarse, luego de mi accidente.
Dándome cuenta, que la única que sufría por él y su bipolar carácter de rechazo, era yo.
Porque, siempre fue por sentir cosas por mí.
Renegado, es cierto.
Pero, por quererme.
Como lo demuestra ahora sin alejarse de mi lado y soltar mi mano, feliz de hacerlo frente a todos, mientras nos despedimos de papá y Sacha, casi finalizando la fiesta, porque su vuelo para llevarlos a su luna de miel, está a pocas horas y disfrutarán de unos días en un lugar paradisíaco, solos.
Papá con su bonito vestido de novia me mira por última vez antes de subirse en el coche, donde ya mi mejor amigo y ahora nuevo papá, la espera.
Y yo emocionada como sonriente, le lanzo un beso y en el aire, además le digo que la quiero mucho.
También cambia mirada con Sidharta y me encuentro con que ambos y vaya a saber la conversación si tuvieron una y nunca me enteré, los dos afirman al mismo tiempo cómplices.
Supongo.
No lo sé.
Lo que sí, y tras ver el coche marcharse, regresando como el resto de invitados al salón, Sidharta entrelazando más mi mano a la suya, me lleva hasta donde están sus padres sentados en la mesa, juntos a sus cuatro abuelos.
Y por nuestra aparición repentina de lo que sea que conversaban, dejan de hacerlo para prestar atención a Sidharta de pie conmigo y frente a ellos.
Y ver eso, me hace sentir nerviosa, ya que no tengo idea con que va a salir.
Más.
Cuando Hope como su abuelo Hero, jodidamente sincronizados de cada lado de la mesa.
Dios...
Ponen en simultáneo los brazos sobre la mesa, entrelazando sus dedos y descansando su barbilla en ellos en modo analíticos y con sus miradas del mismo color, puesta en nosotros dos.
Solo en nosotros dos, reitero.
- ¿Qué hay? - Nos dice alegre y comiendo su primer porción de pastel.
O tal vez dos o capaz tres.
El abuelito Rodo como si nada y rompiendo el silencio que se hizo sobre la risita de la abuela Mel, alcanzándole un vaso de jugo para que le circule lo que no deja de masticar con gusto.
Yo no respondo, porque no tengo idea que hacemos frente a ellos y tampoco Sidharta me lo permite, por ser el primero en hablar.
Muy decidido.
- Yo, ya hablé con Angie. - Suelta, captando el interés. - Y como habrán notado... - Me abraza por sobre un hombro. - ...con Clark estamos de novios. - Continúa y sobre mi timidez, sus abuelitos y padres afirman.
- ¿Entonces, nieto? - Dice el abuelo Hero, natural y sin asombrarlo.
- ¿Algo más? -Hope agrega tan seria como su padre, pero con cierto brillo en sus ojos que no termino de comprender.
- Que no me importa si Sacha por casarse con Angie... - Me indica. - ...convierta en un loquero y desorden, el árbol familiar. - Determinante y haciendo reír a sus abuelas que se miran entre ellas. - Por eso, familia... - Les dice con su mirada tanto en sus abuelos, para luego a sus padres. - Yo me voy a casar con Clark bien la ocasión se presente, tras el regreso de su padre y mi hermano.
Y pestañeo.
Lo hago fuertemente y volteando a Sidharta por la sorpresa de sus palabras, siendo la única que exclamo.
- ¡Qué! - Y miro por eso al resto por encontrarme sola, diciéndolo.
Sí.
Ni sus abuelos como padres, se inmutan ante eso.
Nada.
Únicamente, su abuelito Hero.
Porque el abuelito Rodo, sigue disfrutando de su pastel.
Muestra movimiento por frotar pensativo con dos de sus dedos, su labio inferior sin dejar de mirarnos.
Continuo a sonreír, recolocando mejor sus lentes en el puente de su nariz.
- A la mierda, si nuestro árbol genealógico es un puto zoológico. - Maldice, bajo el beso en su mejilla por la abuela Vangelis, dándole la razón y la risa de todos.
- ¡Otra boda! - Exclama feliz, la abuela Mel.
- ¡Y más pastel! - El abuelo Rodo festeja, siendo su turno de recibir beso por su hijo que lo adora como la abuela Mel, sentados a ambos lados.
Y hope sumada a la alegría de todos, me mira reflexiva, todavía.
- ¿Sabías de esto, Clark? - Me dice, ya que y aunque, sonreí al igual que todos, aún no puedo reaccionar por como Sidharta lo largó.
Y niego sincera, por tomarme por sorpresa esto y pese a que siempre soñé mi vida completa con Sidharta a mi lado, no proceso todavía que tengo la bendición de la familia, como a él.
Poe eso, lo miro y me encuentro con la suya, expectante y feliz.
Y con eso, docenas de cosas vienen a mi mente.
Me invaden y colman mi mente, siendo escenario de todo, él y yo desde que nos conocimos hasta lo vivido últimamente y como cierre de todo, lo que hizo para la boda de su hermano y mi papá.
Y sonrío, porque termino de comprender y por eso, me aferro más a su mano unida a la mía con un apretón.
Ya que, no tengo ningún tipo de duda en cuanto a lo nuestro y como él lo hizo recién, yo he comprendido que siempre hizo cosas por mí, y muchas veces no me di cuenta.
Sidharta, siempre me iba a cuidar como defender.
Giro a Hope y Caleb, sus padres, esperando mi respuesta.
Y afirmo tan ferviente como su hijo, segundos antes.
- Sí. - Les digo. - Yo quiero casarme con Sidharta.
SIDHARTA
Sonrío ante la respuesta de Caos.
En realidad todos, pero la que lo hace de una forma espeluznante y por tal, siempre el apodo de papá, es mamá y no me gusta ni mierda.
Porque, está a modo Anabelle.
Me indica con el dedo sin dejar de mirar a Clark.
- ¿Estás segura, cariño? - Le dice. - Tuve tres y ya uno, no te puedo ofrecer por obvias razones... - Señala el salón. - ...pero, todavía queda Saimon...
-¡Mamá! - Exclamo y se sonríe divertida como el resto, sin dejar su pose analítica muy el abuelo.
Y sonriente, Clark niega y mamá mirando a papá suspira, descansando un lado de su mejilla en una mano.
Ambos se sonríen, mientras vuelve a nosotros.
- ¿ Sabes que te elegiste al más asno de los tres en carácter y lidiarás con eso, el resto de tu vida?
Clark no se inmuta.
- Lo sé, Hope. - Responde.
- ¿Y como habrás visto, no sabe cocinar? - Insiste.
- También, lo sé... - Clark le dice.
- ¿Y que a veces no entiende razones?
Me mira, pero sin vacilar, sigue contestando.
- Puedo con eso.
- ¿Y que por ello, toma decisiones precipitadas que te dan ganas de ahorcarlo más de una vez?
- ¡Mamá! - Vuelvo a quejarme, sobre la risa de los abuelos.
- Lo sé. - Sin embargo, Clark replica sin dudar.
Y cuando estoy a tres segundos de caer de rodillas para rogar a mamá que siga con mis nefastas virtudes, una hermosa sonrisa dibuja su rostro para los dos que jamás soltamos nuestras manos.
- Sidharta es todo eso, pero... - Se emociona. - ...es un chico que tiene agallas, mucha valentía y a pesar que no demuestra ni la cuarta parte cuando quiere, sé que hizo mucho por ti. - Se pone de pie y rodea la mesa para llegar a hasta ambos. - Es dedicado y como todo Montero, cuando ama... - Nos eleva un dedo. - ...es para siempre y únicamente a una persona. - Prosigue y tiene razón, porque nuestra familia es así, con claros ejemplos desde el abuelo paterno, el tío Camilo y papá. - Quiéranse mucho y sean muy felices... - Finaliza abrazándonos.
CLARK
Después de semejante bendición por parte de la madre de Sidharta con felicitaciones y más abrazos de la familia.
Una mía, ahora.
Escapamos del salón y en dirección al estacionamiento, donde su coche nos espera.
- ¿Vamos a mi casa? - Pregunto, ya arriba y abrochando el cinturón de seguridad.
- No, a casa.
- ¿La tuya?
Niega y no entiendo.
- ¿Vivirás con Angie y Sacha? - Me dice y me quedo pensando.
Porque la verdad con tanta movida estas semanas, nunca lo pensé a eso.
Y su rostro por acercarse, roza el mío.
- Las virtudes que te enumeró mamá siguen vigentes, como la propuesta de casarnos cuando regresen Angie y Sacha... - Me dice. - ...y yo quiero caos en la calle 38, siempre... - Termina con un beso y encendiendo el motor.
SIDHARTA
¿Descripción gráfica llegando al departamento, bajando del auto, interponiéndose la jodida puerta hasta que acerté la cerradura, trastabillar los dos por un mueble que no recordábamos en la oscuridad, encender a manotazos la luz, patear una silla que jodía y correr la mesa unos buenos 40cm por mi empuje hacia Clark?
Sonreímos, sin despegar nuestros labios y buscándonos más.
Todo eso, porque le besé hasta la sombra.
- ¡Dios, no jodas! - Exclamé, levantando su vestido a la altura de la cintura y su risa, no se hizo esperar.
Porque Clark, tenía puesto el calzón largo y con moños que le regalé.
¿Lencería con encaje para nuestra primera vez?
Nada.
Sin embargo, me gustó y me excitó, más todavía.
CLARK
Reí al mirar su hermoso rostro por encontrarse con la ropa interior que me regaló y dejé que me inspeccionara unos breves segundos.
¿Su reacción siguiente?
Seguir con su naturaleza impulsiva que todo Sidharta era, sabía y conocía perfectamente, como además, esperaba y soñé.
Tras deslizar el vestido por sobre mi cabeza y lanzarlo vaya saber Dios donde, quedando expuesta y ya lejos como la noche de nuestra cita fallida sin demostración alguna a mi desnudez.
Ahora todo él era lujuria, tomándome por abajo de mis piernas para alzarme y caminar hacia las escaleras en dirección a su habitación, piso arriba.
El suave colchón con sus sábanas recibió mi espalda al recostarme y seguido a eso, Sidharta apoyando sus rodillas, se arrastró hasta llegar a mí, quedando arriba mío, cubriéndome.
Calor y necesidad, colmó mi cuerpo y se lo hice saber con el beso que respondí con la misma intensidad.
Sus labios como los míos, eran húmedos y nuestras lenguas cálidas con cada contacto, roce y pidiendo más.
Nunca besé así, pero dejé como a mi cuerpo, que el instinto me guiara y con mis manos, comencé a desabotonar su camisa como aflojar su corbata, obligando a romper nuestro beso para incorporarse a horcajadas y deshacerse de esa ropa y regalarme a placer, la vista completa del pecho desnudo, tonificado y con su respiración algo agitada de él, esbozando una sonrisa de lado, antes de volver a recostarse encima de mí.
Y con ese contacto, todo cambió.
Por su pecho pegado al mío, sin nada encima.
O mejor dicho, movilizó terminaciones de mi sistema que no sabía que podían estremecerse, aumentando nuestros jadeos y buscándonos con más fuerza.
Gruñó mi nombre soltando mi sujetador y lo hizo más, con la vista de mis pechos desnudos.
Y entrecerré mis ojos con mi espalda arqueándose hacia él, cuando su lengua tuvo contacto con mis pezones, tomándose tiempo con cada uno, provocando que jadee fuerte y a Sidharta también, sin soltarlos.
Toda la habitación comenzó a llenarse de nuestros gemidos en aumento, al aroma de nuestra piel desprendiendo excitación y también sudor por el crecer con cada caricia, el reconocernos mientras su erección abultada, frotaba mi entrepierna con su ir y venir y yo, como si fuera el ritmo de una música, seguí al compás ese movimiento, elevando mi cadera por querer más.
Mis dedos se revuelven en su pelo por sentir el camino de besos que hace hacia abajo, reaccionando mi vientre con temblores donde deposita cada uno y más, cuando Sidharta no deja de mirarme a través de sus pestañas oscuras.
Y siento mojada mi vagina, cuando lame un lado de mi cadera y seguido a eso con sus pulgares, baja mi calzón con moños.
- Lo voy a sacar, Caos... - Susurra, volviendo a arrodillarse para deslizarlo de una de mis piernas y con más cuidado, la de la cicatriz.
Para luego, desde arriba y siempre mirándome, aflojar la hebilla de su cinturón y acto seguido, el botón como cierre de su pantalón.
Y exhalo, al ver como cayendo algo este y por sobre su bóxer, asoma su duro pene golpeando su bajo vientre y ombligo.
Una de sus rodillas me obliga a abrir mis piernas y nuevamente uno de sus pulgares, cepilla hacia arriba mi vagina, continuo a acariciar mis labios íntimos para separarlos algo y arrastrar con él, la cremosidad húmeda que me invade, llevándolo después a su boca, comerlo y soltarlo luego con un suave pop, provocando que gima fuertemente y desee más, mientras comienza a bajar, tanto su pantalón como ropa interior para liberar su hinchado pene.
Tibieza como dureza al apoyarlo sobre mí y sin penetrarme todavía, siento por reanudar los dos ese ritmo dulce, pero castigador de refregarnos e incrementando nuestros gemidos mientras me acorrala más bajo él.
Instintivamente me elevo, porque necesito que esté dentro mío y eso nos hace jadear fuerte, porque se resbala hasta mi centro y su punta se empapa con mi humedad.
- Dios, Clark... - Se contiene. - ...es tu primera vez...
Pero, yo no quiero calma.
Tampoco consideración.
Y mis ojos nivelándose con los suyos, creo que claramente y menos aún le dicen, consideración.
SIDHARTA
Quería hacerlo lento y con cuidado, pero toda la intención por parte de Clark, es lo contrario y busco sin saber si reír o no, el condón del cajón junto a mi cama.
Y mientras los abro con mi boca, le suspiro.
- ¿Estás segura? - Beso su barbilla mientras le muestro como lo soplo, lo extiendo y sobre eso, envuelvo mi pene con su largo, para volver a posicionarme arriba suyo y que mi punta, descanse en su entrada, cosa que me hace respirar fuerte para contenerme.
Y Caos me imita exhalando a su vez, por sentir como la invado.
- Quiero sentirte... - Sus manos se colocan alrededor de mi cuello. - ...y que seas el desconsiderado como lindo Sidharta que amo... - Carajo, con su forma sucia y dulce de decirme que sí, causando que lata más mi pene contra ella.
Y eso hago, callando su voz al penetrarla.
Y más, saliendo de ella para volver a entrar y profundizar cuando lo que me impide seguir, se rompe por mi presión, robándonos una exclamación.
A Caos una porción de dolor, apretándose más a mi cuerpo sin dejarme ir.
Y a mí, abrazándola más y buscando sus labios para ahogar su grito y por ser al fin mía.
Sus labios presionan más contra los míos y mi lengua la busca, comenzando a moverme dentro de ella.
Exclamaciones de los dos y gemidos fuertes, inundan la habitación.
Me gusta escucharla.
Me excita más.
Y por eso acelero mis embestidas, ya que solo quiero escucharla gemir, mientras la jalo más contra mi cuerpo y nuestras frentes chocan.
Su aliento jadeante se mezcla con el mío y sus dedos me recorren sobre mi espalda sudada, mientras en cambio la mía tomando su trasero, lo empujo más y con cada estocada a nuestra unión.
Mi labios vuelven a capturar uno de sus duros pezones y lo sumerjo dentro de mi boca, siguiendo el movimiento de mi lengua succionando a la de mi pene cogiéndola.
Clark se curva más por eso, contrayendo su vientre y bajo otro grito de placer, enrosca sus manos al cabezal de mi cama y con eso, mis caricias se intensifican como mi boca reteniendo su pezón.
Me empujo más dentro suyo y contra su vértice dolorido, pero lleno de necesidad que me haga cargo.
Me alejo, rompiendo mis labios amamantándose de su pecho y sin perder nuestro contacto, me giro recostándome y la obligo a quedar ella a horcajadas mío.
Esta postura sé, que le va doler más, porque la lleno completamente.
No hay vacío por salir y entrar.
Sin embargo, comienza y con mi manos rodeando sus caderas, en moverse al ritmo de la mía presionando que ella baje y suba.
Y soy yo el que ahora jadeo fuerte mientras me cabalga, porque todo ella me envuelve estrecha y bombea mi miembro empapándolo, sintiendo su orgasmo en camino.
Uno que acarrea con mi Caos mucha humedad, comenzando a mojar mis muslos y los suyos, como parte de mi bajo vientre.
Fluido de su esencia que quiero, apretando con mis manos su trasero, porque no consigo saciarme de eso y le pido más.
Sus pechos van y vienen.
Su pelo está revuelto y transpirado por el esfuerzo exigido.
Y sus ojos son un mar castaño abrumada por el mar de sensaciones que experimenta.
Clark, es un completo caos.
La atraigo contra mi pecho, cuando siento que su orgasmo la alcanza.
Pero siempre, mi caos.
Y la envuelvo en un abrazo fuerte, cuando en un último empuje, se derrumba sobre mí y explota en su clímax.
Sus gemidos son fuertes como su pecho desnudo y revolucionado por su respiración entrecortada, palpitando contra el mío sudado.
Mis labios se curvan besando por sobre su pelo desprolijo, mientras su interior y con los últimos vestigios de su orgasmo, me ordeñan con cada latido.
Y la vuelvo a llevar como acomodar sobre el cochón, mientras me empujo y me lleno de ella, acariciando sus rostro, para luego palpar sus labios hinchados y de dos tonos más oscuros, que le sucede a toda mujer al correrse.
Clark es hermosa así y quiero grabarlo en mi memoria.
CLARK
Todo Sidharta es lujuria y amor mirándome, comenzando a penetrarme sobre mi orgasmo y mi cuerpo, reacciona a eso por más agotamiento.
Sus ojos azules, pero ahora más oscuros por excitación, no dejan de sostener los míos con cada embestida que me da, al igual que su mandíbula se tensa con cada acción y yo acuno con mis manos.
Sus manos otra vez vuelven a sostener mis caderas para sostenerme con firmeza, mientras su boca juega con la mía sonriente.
Sus muslos se tensan y su cabeza se echa hacia atrás, cuando la fuerza de su propio orgasmo inminente, anuncia que está por llegar y mi cuerpo comienza a temblar al mismo tiempo por acarrear otro segundo mío, en aumento.
Se inclina sobre mí con profundidad, arrancándonos a los dos un grito de placer y nuestras bocas se empujan, acelerando nuestros impulsos y ritmo castigador de piel golpeando contra la otra piel.
Su mentón acaricia mi cuello.
Mis manos rodean el suyo.
Las suyas, me hunden más contra él.
Y mis piernas entrelazan su cintura, temblando y corriéndome nuevamente.
Todo eso, mientras sus caderas comienzan a chocar en mí, con más fuerza y Sidharta se estremece, golpeando su clímax y terminando en mi interior.
Giro mi cabeza y lo atrapo mirándome, seguido a hacer un lado mi pelo que cubre uno de mis ojos.
Me besa y con un último impulso saliendo de mí, se recuesta a mi lado, pero me atrae contra él.
Mis ojos pesan por cansancio y sé que Sidharta lucha contra ello también, más después de lo que hizo para que Sacha llegara a tiempo a la boda.
Bostezo y se contagia, haciendo que riamos entredormidos, mientras nos cubre con las sábanas sin importarle, donde una parte y al igual que los dos, están mojadas por mi primer orgasmo.
Pero y pese a eso antes de quedar dormida, puedo escuchar como sus labios me susurran que me ama y sonrío feliz, entregándome al sueño.
FIN.
SIDHARTA
8 meses después...
Sigo con mi vista y expectante, el último movimiento de la mano de Caos extendida y dando final con su postura, a su baile arriba del escenario.
Y sonrío feliz, porque pude llegar a tiempo para ver su presentación.
No quería perder tiempo y por ende en la última vuelta de rutina, le pedí a mis compañeros que me dejen en el teatro sin volver a la estación para cambiarme.
Y por eso, me gano al seguir vestido de bombero, ciertas miradas curiosas del público, bajo los cientos de aplausos con los míos arrancando de pie y eufórico, colman el teatro por su danza, cual agradece sonriente y con una reverencia a todos, radiante y como solo es mi esposa con su juventud y timidez.
Sí, nos casamos.
Nada nuevo, porque cumplí mi promesa frente a mi familia, la noche de la boda de mi hermano.
Y lo hicimos un par de meses después en la capilla del barrio y con cercanos.
- ¡Fuera de mi camino! - Le gruño a Sacha que apropósito me impide pasar por la fila para llegar hasta Clark.
- No seas tan molesto... - Se burla, guiñando un ojos a Angie a su lado, divertido. - ...deja que mi hija se aliste tranquila para salir, posesivo yerno.
- Vete a la mierda... - Le gruño al jodido por siempre recordarme eso, mientras me abro paso sobre ellos y a la gente siguiente desde sus butacas.
Y no demoro mucho en encontrarla sorteando un lateral del plató, ya que Caos camina en dirección mía, tras agradecer a unas personas que la felicitan por su baile y la sofisticada coreografía que con mi madre armaron en nombre de la academia.
No es un concurso, tampoco un certamen individual.
Solo el espectáculo anual y de fin de año, que el gran teatro central de la ciudad da y con lo recaudado en sus ventas de entradas, para el Hospital General.
Clark, necesita aún recuperarse como continuar con su terapia por su piernita rengueando, mientras viene con cada paso que da hacia mí.
Una pequeña secuela que le quedó del accidente, pero que valientemente no la detiene en seguir cumpliendo su sueño y me hace adorarla más.
Y no pierdo tiempo y me adelanto a ella, para recibirla entre mis brazos y levantarla, haciendo que ría.
- ¿Te duele? ¿Necesitas algo? - Digo, procurando encontrar en su mirada, vestigios de dolor por ser la primera vez que baila, aunque entrenó a sus tiempos y con ayuda de los viejos.
Y sus pies en el aire, se mueven feliz como la sonrisa que me regala, adueñándose de mi cuello sus brazos y por sobre mi uniforme, por envolverlo.
- No. - Su cabeza niega. - Pero, tengo hambre...
- ¿Pizza? - Mi nariz juega en el espacio de su nuca y ríe.
Dios, como la quiero.
- ¡Sí! - Afirma convencida por mi propuesta y es suficiente para mí, colgando su bolso en mi hombro y llevarla conmigo totalmente negado a bajarla, hacia la salida.
Ni siquiera se cambió o se sacó el trajecito de baile que su padre diseñó.
Sonrío.
Porque, yo me encargo de eso personalmente en casa...
FIN.
Final de la novela, que no quita con el tiempo algún extra de ellos a futuro.
Re gracias por leer mis obras y santa paciencia a mis actualizaciones, dando la bienvenida a lectoras nuevas, como a las antiguas y que a la par mía, me acompañan de siempre.
Eternamente, mil gracias por eso.
Se les quiere banda.
CRISTO.
Próximamente para el 2022, novela estreno:
Y a continuación este año, pero sin actualización hasta que la registre, por cansarme que hagan copia a novelas que me rompo la cabeza con su trama (no, las pochocleras y rosas).
5to A, escuela secundaria.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top