CAPITULO 8

SIDHARTA

Caos, llora.

No sé mucho que decir.

Pero recalco, no es un llanto de desespero estilo la llorona como tantas veces Marthita burla de uno de sus padres.

Específicamente del tío Fresita y siendo motivo de risas por todos, por una vieja anécdota del tío Connor en la juventud de ambos.

Es suave, pero con la connotación.

Y no miento.

Que Clark, hasta lo hace con ritmo.

Sí.

Porque es armonioso sobre sus lágrimas.

Como con notas musicales.

Confirmando que Caos hasta cuando llora.

Sonrío para mí, mismo.

Ella danza.

En el estacionamiento del centro comercial me dijo que  Angie había desaparecido.

En realidad, que nunca fue a su pueblo como había mencionado y su celular sobre su regazo y aún con su pantalla encendida, nos mostraba las 17 llamadas perdidas como mensajes sin contestar de su parte y cual Caos, le había hecho.

Miro a mi hermano que sentado como yo de cada lado de Clark en el sillón de mi departamento, está tan asombrado por la noticia.

Su rostro siempre alegre ante esto, no sonríe y solo serio como pensativo, consuela con palmaditas con su mano libre en la espalda de su mejor amiga, ya que la otra es usada a modo pañuelo por Caos.

Como leen.

Y sé, que no sería bueno reír en este momento, pero ilógicamente.

Con mi vista en la caja de pañuelos descartables en la baja mesita frente nuestro y sin sacar ninguno.

Clark prefiere llorar con medio rostro oculto en el antebrazo extendido que mi hermano le ofrece y usando el género de la camiseta del mismo.

Miro sin poder creer.

Para limpiar su nariz floja como ojos lagrimeados.

Vuelvo a sonreír para mis adentros.

Son tan raros y lindos.

CLARK

El olor a jaboncito con enjuague de ropa de la camiseta de Sacha, algo me reconforta.

Algunos para consolar y contener a un amigo querido, usan las palabras bonitas o un abrazo cálido con aroma a amistad y a hogar.

Sí, es extraño, pero créanme que eso existe.

Soy de las lágrimas fácil.

Yo, lloro si veo un perrito o gatito abandonado en la calle.

Por una película rosa y pochoclera con su final predecible como romántico, que pasan los domingos por la tarde.

Por la publicidad hasta de una gaseosa conocida, mostrando esas familias completas al rededor de la mesa, felices y hasta con los abuelitos tomados de las manos.

Y la no, menos importante.

Siguiendo la bonita letra de una canción que me conmueva, pasando en la radio.

Y con Sacha aprendiendo eso a lo largo de nuestra infancia y careciendo de llevar tanto él como yo de pañuelos, ya es moneda corriente y del corazón cuando ocurre esto.

Limpio mi nariz con su brazo, nuevamente.

Que me preste tal, para eso.

- No sé, donde puede estar... - Les cuento. - ...nunca pensé que papá podría mentirme...los pocos amigos que tiene, no saben de él y ya... ya... - No tengo idea que más decir. - ...a quién preguntar... - Miro a Sidharta y a Sacha, seguido a llorisquear contra el brazo que sigue extendido frente mío, otra vez.

Y la humedad de la tela ya está muy mojada por mi llanto y lo miro suplicante a Sacha, que entendiendo y natural, baja ese brazo para cambiarlo por el otro, así tengo para seguir secando mis ojos y mi nariz.

Y lo hago, mientras veo como su mellizo.

El chico que me gusta.

Fugazmente y supongo por no entender esto con Sacha de toda la vida, sorprendido o a lo mejor, poco convencido por su ceño arrugado, mira la acción y disimulando, los suyos luego.

Pero algo imaginando de golpe, hace que eleve mi cabeza a ellos.

- ¿ Y si papá está saliendo con alguien y le da pena decirme? - Suelto de la nada por esa loca idea, pero a su vez, no me parece tan descabellada.

Aunque, creo que a los hermanos Montero, sí.

Ya que me gano la mirada abierta de Sidharta, marcando más sus ojos tan azules y herencia de Hope a un claro asombroso por mi dicho.

Y en Sacha y pese al mismo color, se oscurezcan.

Pero, por el ahogo que le agarra por estar en ese momento bebiendo de un vaso de agua que me había traído para mí, pero le dio sed.

Tose violentamente, haciendo que Sidharta y al ver que no se recompone por más que agarro sus brazos y los elevo, y con la seria posibilidad que vomite sus pulmones, lo sacuda con una fuerte palmada en su espalda que por un momento y ante el grito de su hermano, le haya bajado los intestinos a los pies.

- ¡Quieres...parar! - Lo detiene a la segunda intención y como si nada de Sidharta de darle otra zurrada. - ¡Vas a reemplazar mi pecho por pulmones! - Chilla, cubriéndose.

Le eleva una ceja.

- Te estabas muriendo. - Tranquilo y sacudiendo sus manos entre sí, muy satisfecho que reaccionó y viendo que signos vitales y color, volvió a su semblante.

Sacha le gruñe haciendo que sonría su hermano, pero voltea a mí, que por el susto ni dolor en mi pierna herida sentí al moverme para ayudarlo.

- ¿Por qué, piensas eso, Clark? - Me pregunta curioso.

Y me acomodo nuevamente contra el sillón con gesto de dolor en mi pie.

La adrenalina de ese momento desapareció.

Me encojo de hombros, ya que no tengo idea la verdad.

Pero sinceramente, pienso que sería lindo.

Papá, jamás me mostró una situación parecida y si hubo una, yo nunca me enteré.

Siempre menciona a mamá.

Una madrecita que no tuve la dicha de conocer, pero que él se ocupó que nunca la olvide relatándome siempre cosas de ella y él siendo niños, ya que se quisieron a temprana edad y por tal, se casaron muy jóvenes.

Y con eso a los pocos meses, vine yo.

Papá es joven por haber sido padre adolescente.

Y siendo de siempre un hombre muy guapo y lo no menos importante, agradable en su persona como trato y un poco más alto que yo y con la contextura, aunque más grande que yo, pero armoniosa como delicada en rasgos si se puede decir para lo masculino.

Ahora siendo Angie, ella es hermosa y rara vez en presentaciones, creen que es mi mamá papá.

Siempre apuestan los desconocidos, que es mi hermana mayor.

Y con lo romántica y apasionada que es.

Sonrío y lo deseo.

Yo quiero que Angie, sea feliz con alguien.

SIDHARTA

Aunque me sorprendió como a mi hermano lo que dijo Clark, realmente no lo veo absurdo a su teoría.

Pero, si ese es el motivo.

¿Por qué, lo ocultaría llevando a mentir a Angie por eso?

Y esto a su vez, pasar a mi siguiente cuestión mientras llevo el vaso escupido de mi hermano hasta la cocina para enjuagarlo y dando como ejemplo, que jamás mostró una pareja.

¿Si es así, está hace mucho o no con esa persona?

- ¿Nunca menciona por demás a alguien? - Desde mi lugar le pregunto y Caos procura pensar, pero sacude su cabeza.

- Cosas diarias. - Concluye, intentando pensar más. 

- ¿No hay alguien que hayas descubierto que habla agradable y que notaste... - Piensa un poco. - ...que se sonroja al nombrarlo? - Sacha prosigue y yo ruedo mis ojos divertido, regresando a ellos.

Cierto, Sacha también es muy romántico.

Y Caos toca una de sus mejillas con su dedo.

- ¿Cómo los tienes tú, ahora? - Sonríe, olvidando el dolor de su pierna que antes acariciaba por sobre su vendaje y me hace preocupar.

- Lo mío es por el ataque de tos... - Se justifica, limpiando algo inexistente de su hombro y con Clark nos miramos.

Así, es.

Es porque no le creemos.

Porque mi gemelo aparte de exudar alegría, hambre, carisma querible por todo ser viviente del planeta y amistad hasta una piedra que cruza en el camino.

Sacha es idealista en el amor y con eso, lo que a mí, no me sobra.

Pero él, derrocha.

El romance.

- Papá es agradable con todo el mundo... - Caos responde lo de mi hermano, volviendo a hundir sus hombros sin atisbo a pensar en alguien, mientras Sacha contesta un mensaje de texto por vibrar su móvil.

- Tendremos que averiguar... - Mi hermano murmura reflexivo, volviendo a guardarlo en su bolsillo.

- ¿Si tiene pareja? - Me acerco.

- ¿Quieres saber de eso, nena? - Sacha la mira interesado, afirmándome.

Y lo comprendo, ya que también me da curiosidad.

CLARK

Y ni lo dudo.

Asiento, pese a bajar mi vista, porque me hubiera gustado si es así, que Angie viniera primero a mí.

- Insiste con las llamadas y mensajes... - La voz de Sidharta me hace elevar mi rostro. - ...estoy seguro que a tu padre no le pasó nada. - Palpa el bolsillo de su pantalón. - Sería de los primeros en enterarme...creo y sea cual sea el motivo o causa, Angie necesitó estos días... - Me dice, percibiendo y por más conjeturas, mi preocupación.

No somos amigos con Sidharta.

Y menos esa hermandad que tenemos con Sacha y hasta una bonita amistad con Saimon, porque él mismo años atrás, gritó a los cuatro vientos que nunca lo seríamos.

Solo el título fue y será, el hermano poco dócil y que me aprecia, porque no lo niego de Sacha.

Nada más.

Sin embargo y por más concisas palabras de contención a dos metros de distancia donde quedó de pie.

Lo sentí de alivio para aplacar mi angustia mientras Sacha en su modismo de siempre cariñoso, me abraza con amor, ya que necesita volver a la academia para buscar con su madre la pareja ideal de baile para el certamen.

Pero al ponerse de pie y caminar hasta la puerta, se detiene abriendo a la mitad esta para mirar a Sidharta con un dedo apuntándolo.

- Me la cuidas, pendejo... - Sin sonrisita para el chico que amo, pero al mirarme, hay una en todo su esplendor hasta el punto de morderse las orejas que yo devuelvo de igual manera.

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