CAPITULO 3

SIDHARTA

El alboroto es enorme.

Música de la radio pasando música country llena el lugar y se mezcla con el aroma familiar en la habitación de ejercicios.

Una especie de gimnasio improvisado que tenemos en la estación de bomberos en la segunda planta.

Los sonidos estridentes de metal por cada aparato que usamos con mis compañeros, también resuena, bajo nuestro esfuerzo exigido con su alto peso.

Gruñidos, resoplos y sudor en cada uno.

Mucho en mí, por la cantidad de kilos en la prensa, para luego en las dorsales y retomar las series de repetición.

Y sonrío ante la mirada de mi compañero de en frente, que como yo, va y viene la suya con su durísimo peso, ante su mirada frenética por la exigencia y a su vez, se estrechan por más.

Mi respiración se vuelve fuerte como acelerada con las últimas y más ruido a metal, retumba dejando el peso del golpe y finalizar.

Mis ojos vagan por encima de mis compañeros, mientras recupero el aliento y de un lado, tomo mi toalla de mano para secar el sudor que baña mi rostro, pelo y parte de mi pecho.

- ¡Montero! - Mi apellido suena ya camino a las duchas y abriendo a medias mi botella de agua fresca para beber.

Otro compañero y asomando por las escaleras me hace gesto de teléfono.

-¿Una llamada para mí?

Niega, para leer uno de dos papeles que lleva su mano.

- En realidad, mensajes. - Y presto atención. - La primera del Hospital, que  la paciente a cargo ya fue dada de alta... -  Y me mira curioso. - ¿Familia?

Resoplo ante esa pregunta, pero no respondo, solo siendo mi turno de negar, mis dedos le indican que continúe y no pierda tiempo.

Quiero ducharme, maldita sea.

- ...la otra de tu hermano... - Se traga su risa al ver el texto. - ...que atiendas el jodido teléfono a tu hermano mayor! - Exclama exageradamente y lo miro feo.

Se excusa dando vuelta el papel, mostrando las mayúsculas y exclamaciones acompañando.

- Así, dijo que pongamos por favor... - Ríe como el resto.

- Pendejo... - Murmuro dando la vuelta, ya que es Sacha.

El más infantil y a su vez, el mayor de nosotros.

Pero, no lo culpo.

Más bien lo hago para mí, mismo.

Ya que soy malo con el tema celular y rara vez le presto atención y como ahora verificando este, hasta caigo en la cuenta que estaba a modo vibrador.

- Rayos... - Digo camino a las duchas por eso y por su mensaje.

˂˂ Mi hermosa amiga Clark está en su casa, bañada, comida y recostada por mí. Se quedó dormida, si necesitas verificar, una copia de la llave en la maceta con lazos de amor del costado de la puerta.

P.D: No se me olvida que te fuiste sin saludar, marica ( ͡ಥ ͜ʖ ͡ಥ) ˃˃

- ¿Qué diablos... - Sobre la llave de la ducha abriendo, se me escapa al ver el emoticón final o como mierda se diga.

Sin saber, si ponerme a reír o rezar a un Santo por su forma.

Me apoyo en los azulejos para contestar.

˂˂ No hace falta, no tengo por qué ir. Misión cumplida. ˃˃

Pero desnudándome, no se hace esperar su respuesta.

˂˂ ¿Dijiste que eras su tutor y Clark tiene que curar su herida y tomar el medicamento tres veces por día.˃˃

˂˂ Hazlo, tú. ˃˃ Yo.

˂˂ Hoy no puedo hasta la noche, mamá me necesita ( ˘︹˘ ) ˃˃ Mi hermano.

¿Otra vez dibujitos?

No importa, sigo contestando.

˂˂ Yo no voy a casa. Sabes que hay días que voy a la 38. ˃˃

˂˂ ¡Mejor! (>‿◠)✌ más cerca para que la cuides.˃˃ Sacha y como final de nuestra conversación.

Y silencio en el baño, ya que soy el único y por más que le dije que no iba a ir.

Solo, el agua cayendo de la ducha es cortina de todo y mi cara arrugada por eso.

- No voy a ir... - Suelto como resultado final y veredicto, largando el celular entre mis ropas.

- No voy a ir... - Sigo diciendo, mientras me baño con fuerza y como si el jabón me debiera dinero bajo el agua.

- No voy a ir... - Prosigo, ya afuera y envuelto en una toalla, abriendo mi casillero por mi ropa de civil.

- No pienso ir... - Continúo, marcando mi salida y odioso colgando mi mochila de un hombro y saludando a mis compañeros al terminar mi turno.

- Carajo... - Mi último suspiro resignado y nada de acuerdo se me escapa minutos después, apretando por demás el volante de mi coche ya estacionado.

Mierda.

Frente al condominio donde vive Clark con su padre, para llevarla a la 38 y ocuparme de ella hasta que su padre regrese.

O como le digo yo y ella no lo sepa.

A Caos...

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