CAPITULO 26
CLARK
Si mi vida siempre la sentí con movimiento.
Ahora, más.
Anoche me costó dormir, prácticamente no lo hice por solo pensar o imaginar cuando llegue este día y lo utilicé en gran parte, hablando con papá.
No estaba con Sacha en casa, con esto de esperar hasta el matrimonio de ambos, desvelada como yo y si fuera charla de chicas al teléfono.
Ella conversaba mientras cocía nuevos diseños, cuales un par y muy feliz, me dijo que eran para una clienta nueva.
Alguien que conoció de casualidad y sin contarme mucho como lo hicieron, cuestión, que la invitó a nuestra casa y al ver fascinada su mano para los vestidos, le encargó dos para una fiesta.
¿Yo del otro lado?
Bajito por Sidharta durmiendo y en compañía, aún del televisor encendido con alguna película.
Pero, relatándole en la supuesta cita que en unas horas tendría con él, aunque, obviando lo sucedido cuando me llevó al local del beso.
Este existió y la salida va a suceder, pero no le quiero confirmar nada, porque ni yo estoy segura de todo esto hasta que finalice.
Con Sidharta es así.
Asimismo lo del local, feliz dentro de una tristeza, ya que Fresita se lo ganó en muy buena ley.
Pero siguiendo nuestra propia felicidad de papá con su boda con mi mejor amigo muy enamorados como sus nuevos pedidos y yo con la cita, su voz alegre y suave, me dice del otro lado.
- Tengo un vestido ideal para que lleves mañana con Sidharta, cariño.
¿Respuesta?
Contener un grito de emoción contra la frazada que apretaban mis manos, porque los vestidos de papá son los mejores y más lindos.
Y como me lo describe, que es algo muy femenino para una primer salida con el chico que te gusta y siendo escenario de todo, el verano transcurriendo.
¿Qué mejor que disfrutarlo con uno soleado, de colores cálidos y diseño casual?
Por eso, temprano en la mañana soy la primera en estar de pie, preparando el café como unas tostadas, encontrando pan y un frasco de mermelada en el refri, seguido a buscar mi mochila con saltitos por una idea que me pongo con ello, mientras desayuno y saco unas hojas como mi bolígrafo.
No.
No es otra carta de confesión de amor.
Pero sí, para Sidharta.
SIDHARTA
Aroma a café recién hecho llega hasta el nivel de arriba cuando despierto y me incorporo como puedo de mi cama y con ayuda de mi brazo sano.
La espalda me hace respirar fuerte por un dolor localizado, gracias al golpe de esa mampostería protegiendo a la mujer ayer, haciendo que me palpite más cuando procuro acomodarla.
Solo me pongo una vieja camisa por comodidad para mi brazo y con el pantalón de dormir mismo, me encamino a la escalera descalzo.
Que y llegando abajo, me recibe la mesa con un desayuno hecho.
Sí.
El café recién hecho está en la cafetera y todavía humeante para ser servido, al igual que unas tostadas con dulce arriba para acompañar.
Pero, mirando a todos lados.
No veo a Clark por ningún lado.
Pero sí, señal de ella y que estuvo.
No solo por el desayuno, si no y al acercarme para servirme en la taza, un papel sobre la mesa y al lado una paletita de fresa.
Es amarillo e igual como el de la carta que me escribió.
Sonrío, porque debe tener varios.
Pero en este no hay sticker como su declaración con palabras de amor, por más que es motivo de nuestra cita.
Elevo una ceja, mientras leo.
Solo escrito y rasco mi mandíbula analizando, para luego servirme el café.
Con indicaciones.
Sí.
Doy un sorbo a mi taza con la disyuntiva, de reír o no.
Pero tales que tengo que seguir al pie de la letra para nuestro próximo encuentro hoy y con un post data final que no me preocupe por su ausencia, ya que se fue temprano con Angie para alistarse hasta que llegue el momento, seguido a unas direcciones.
Sentado y con mi barbilla en un puño, releo y decidiendo reír por sus órdenes.
Indicaciones:
"Desayuna como Dios manda, que así sanas más rápido."
- Lo estoy haciendo... - Le respondo al papel, tomando la primer tostada.
"Nunca gozas de tu día libre por amar tu profesión, por eso hoy y hasta que sea la hora de la cita, pondrás tu música preferida mientras te duchas (evita mojar el brazo lesionado)."
Suelto una risa, sin dejar de leer.
"De mi casa traje unas paletitas que encontré, come una mientras te relajas luego de la ducha en el sillón (tienes buenos libros bajo el televisor por si te faltó terminar uno)."
Levanto el dulce y juego con él entre mis dedos, comprendiendo su misión.
- Ok. - Le digo a la hoja.
"Perritos calientes al mediodía en un lugar y al aire libre, renueva las energías (dirección de uno de mis lugares favoritos, te adjunto abajo) para que lo hagas y disfrutes sin pensar en tus obligaciones."
Sonrío.
- Lo haré, entonces... - Vuelvo a decirle al papel amarillo.
"Caminar sin rumbo por un lugar bonito, también despeja, renueva los pulmones, nos hace considerar mejor las dudas tomando mejor las decisiones y ayuda con el perrito caliente que te comiste antes (también, te adjunto otra de mis direcciones favoritas)."
Niego divertido tomando de mi café y descubriendo que voy por la tercer tostada.
Guau.
Y la última indicación.
"En ese lugar espérame, yo iré por ti..."
No dice la hora, pero lo deduzco y voy hacerlo.
Esperarla.
Y seguir sus pistas como ella quiere.
Porque, ya es hora...
CLARK
Frente al espejo de casa y girando sobre mi lugar, el vuelo del vestido y que llevo puesto, hace lo suyo con su caída, haciendo que chille de alegría, por lo lindo que es.
Es delicado con lo justo y necesario en su colores claros y largo, muy veraniego y cómodo.
Papá detrás y también mirando, festeja conmigo muy satisfecho por su calce e inspeccionando cada detalle que esté perfecto con él puesto.
Alisa con la suavidad que toda ella es, su mano detallista un lado, sin dejar de observar mi imagen reflejada.
- Sabía que te quedaría hermoso... - Acomoda los hombros y volteo a él.
- Pero es muy lindo, papá... - Dudo. - ...podrías venderlo, si lo uso le saco esa exclusividad... - Se sonríe besando mi mejilla.
- Lo confeccioné pensando en ti, amor. - Acaricia mi mejilla. - Un regalo para un momento oportuno, que resulta que es hoy. - Camina a un estante con más géneros, todos doblados uno arriba del otro con cuidado, junto a su máquina de cocer.
Encima de este, abre su cuaderno y me muestra las docenas de diseños que tiene para esas telas.
Hasta ella misma, llevando uno replicado de un dibujo.
Hasta las rodillas y estilo campana con finos breteles, cual con su pelo siempre bien peinado, castaño y solo sostenido en un lado, parece una muñeca.
Lo reconozco y la abrazo.
Papá es pura feminidad delicada como esas divas de los años dorados de los '40 y del siglo pasado.
- Guau... - Sale de mí, por mirar con más detención las telas.
Salgo de nuestro abrazo para tocar el género que llamó mi atención entre varios.
Uno lleno de estampas de flores.
Cientos, pero entre ellas, destacando los girasoles.
Demasiadas y para mi gusto debo decir.
Papá se acerca y también la toca.
- Otro encargo. - Me dice y la miro, cosa que le hace sonreír y supongo por la cara que puse.
Ya que y lo digo muy en serio, es mucha estampa de flores.
Ríe.
- Del abuelo de los chicos... - Me contesta, mientras busca la página de su cuaderno, cual al encontrarla lo gira para que vea.
- ¿Quién? - Digo, tomando el cuaderno para ver mejor el dibujo.
- El señor Herónimo. - Oh. - Me mandó llamar y me pidió, siendo de mucho secreto hasta su confección, un regalo para su esposa para esta navidad próxima... - Me dice con su índice con esmalte rosa, me indica sobre el dibujo que papá hizo, las indicaciones del abuelo de los chicos.
Reconozco su letra en los laterales con específicas indicaciones.
Es largo hasta los tobillos.
Extremadamente holgado como suelto y con un pequeño detalle de frunce en la parte baja del busto y como final de diseño, unos finos breteles de los hombros.
Y nada más.
No hay caída.
Tampoco una bonita espalda descubierta.
Y de igual manera un escote que sugiera algo.
Nada de nada.
Solo eso y esa cantidad descomunal de flores estampadas.
- No es muy agraciado... - Murmuro para no decir que bastante feíto el vestido. La miro. - ¿Estás seguro, papá? - Con una mueca. - ¿Esto es lo que quiere?
Se encoje de hombros.
- Con su puño, directivas y letra, hijita. - Me lo confirma, seguido a sonreír con cariño y abrir la tela con flores para acariciar esa porción. - Hay cosas que no necesitan respuestas, porque ellas mismas cuentan una historia y me parece que en este caso... - Me mira. - ...esta, cuenta la suya propia...
No entendí mucho, pero asiento mientras la veo como vuelve a doblar y guardar ese género florido con respeto.
SIDHARTA
La música con mi banda favorita suena mientras me visto.
Hoy no me apuro y tampoco escojo lo primero que encuentro en el armario.
Hasta me encuentro eligiendo cual camiseta como el jeans.
Entre uno negro o el azul prelavado, al igual que el cinturón de cuero.
CLARK
En el baño y bajo la ducha cayendo bajo mío con su agua calentita, enjuago mi pelo sacando cualquier resto de enjuague, para luego tomar decidida y elevándola, pensando si tengo que hacerlo o no.
La maquinita de afeitar en color rosa para este tipo de casos.
Escupo el exceso de agua de mi boca y buscando el jabón.
- Que sea lo que Dios quiera... - Me digo decidida y comenzando a enjabonar las zonas con mucha espuma.
SIDHARTA
Ya vestido, abro la envoltura de la paletita, lo introduzco en mi boca y saboreo, leyendo el papel de Caos por lo que sigue.
Me encamino a sentarme, pero no al sillón de un cuerpo.
Voy a su sofá.
Porque, ahora es de ella.
Sin antes, optar por unos de mi libros olvidados debajo del televisor.
Y me recuesto a placer en su largo, haciendo memoria que lo tengo leído un poco más de la mitad.
Aroma a fresa por la golosina y el propio perfume de Clark, me colma e impregna.
Sonrío feliz dando vuelta una página, comenzando a leer.
CLARK
Sobre mi cama y envuelta aún en una toalla, me paso crema por todos lados, seguido a mi perfume de siempre.
Papá me llama por el almuerzo casi listo y le contesto que ya voy, mientras verifico que mi herida mejoró mucho más, pasándole con cuidado la pomada, para luego vendar el lugar y finalizar feliz que con mi pie nada hinchado ya, unos cómodos zapatitos bajos puestos no me molestan.
Miro el vestido desde la percha de la ventana de mi habitación, colgando y esperando por mí.
Porque ambas cosas con muleta o no, hacen una linda combinación.
Y tarareando una canción de muchas que bailamos con Sacha, me deshago de la toalla para ponerme el sujetador, pero en vez de mi calzón con rodajas de sandía nuevo, agarro el largo y con listones rosas en los lados que me regaló Sidharta, ya lavado y seco.
SIDHARTA
Mirando el papel amarillo de Caos, elevo mi vista al llegar al lugar con una de las direcciones que me dejó.
No necesito caminar mucho, donde me dejó el taxi.
Podría haber llegado hasta aquí manejando, porque mi brazo herido no me lo impide.
Pero y siendo un día de disfrute como me lo catalogó Clark a su cargo completamente, creo que hacerlo así, viene al caso.
Es un lindo parque y por el día cálido como soleado, muchas personas transitan por él y cerca del gran estanque que corona en su centro.
Supongo.
Y sonrío al descubrir al puesto de hot dogs no muy lejos.
Un agradable carrito con ruedas y sombrilla a cuadros, como el hombre que lo atiende, cual algunos niños con sus padres.
Otra vez, calculo.
Se abarrotan a su alrededor haciendo sus pedidos, llevando globos de colores en sus manos comprado a lo mejor en otro puesto, cargando patinetas o simplemente, jugando sobre el lugar y entre ellos.
Y minutos después, yo también me deleito de uno con ganas y hambre, sentado en el borde de la fuente y bajo el sol, mirando lo que me rodea, gustoso y sorbiendo de vez en cuando de mi vaso de gaseosa de naranja con el sorbete.
CLARK
Papá volviendo a sus costuras y ayudando a lavar todo después del almuerzo y ya con el vestido, prosigo con lo siguiente.
Alisar mi pelo.
Y lo hago de a mechones, planchando una y otra vez con ayuda de hebillas, frente al espejito sobre la mesa.
Cuando estoy conforme, paso a lo siguiente y como final de todo.
Maquillaje.
Algo suave.
Pero antes preparo un poco de té y sirvo en dos tazas, llevando uno a mi padre que me lo agradece con un beso y con la música de siempre de su máquina de cocer funcionando, cual nos acompañó desde que tengo uso de razón por su pie yendo y viniendo bajo ella.
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