CAPITULO 21
SIDHARTA
Abro la puerta con fuerza y con la misma, como sin siquiera dudar, mi vista se clava a los tubos para ver.
No puede ser...
A Clark abandonando su muleta y hasta olvidando su pierna herida, ya que esta, está perfectamente como la otra rodeando el caño con presteza al igual que sus manos y sin notar mi presencia, escucha con atención a uno de mis compañeros a su lado dando algún tipo de consejo.
Y quiero correr, contradictorio.
Decirle que no se atreva.
Pero una mano en mi hombro me detiene.
El Capitán que jamás noté su presencia a mi lado, aferrándome y en silencio negando, apoyado con todo su cuerpo en una pared.
- Sabes que no lo permitiría, si viera algún tipo de necesidad de peligro. - Volteo a él, sin dejar de mirar a Clark que intercambia palabras con mi compañero con indicaciones.
- Está herida, Capitán... - Le recalco su pierna y se sonríe, cambiando la fuerza de su mano reteniendo mi hombro a un par de palmadas.
- Pero, está curando... - Habla y viendo como yo su pierna, cosa que también y focalizando por la manera en que lo hace y duela o no, su postura enroscada en el tubo, admito que, no solo lo hace bien.
Asimismo por la actitud como posición, siendo pura ansías y ese anhelo.
Todo indica que su lesión está curando.
- ...la herida interior de esa muchacha es lo que sangra, Sidharta. - Me mira. - La de la pierna, está sanando...
¿Eh?
Y ahora soy yo el que lo mira fijo y se sonríe más.
- No pasaron muchos años... - Calcula mentalmente. - ...es la misma niña que pasaba por la estación varios días de la semana e inclusive algunos domingos si mal no recuerdo para verte de lejos, solo un poco más alta y sin su uniforme escolar. - Se cruza de brazos y su barbilla la indica. - ¿Sabe eso?
- ¿Qué cosa?
Y me mira como el mayor imbécil del mundo.
Que lo soy, aclaro.
- Que tú, también esperabas eso, pendejo...
Y no respondo a eso, pero sí, con otra duda.
- ¿Cómo sabía de eso?
- Soy el Capitán, idiota. Ahora... - Golpea mi hombro. - ...vas a permitir que otro la reciba abajo y entre sus brazos o serás el desconsiderado, pero siempre pendiente a ella, muchacho?
Y no espera mi respuesta.
Yo tampoco.
Apurando mis pasos y con los ojos de Clark en mí por mi presencia de golpe, me cuelgo del otro tubo.
- Te espero abajo, Caos... - Musito como toda frase y su semblante de susto por mi negativa de antes por esta mierda y creer que mi iba a negar, cambia rápidamente.
Y carajo nuevamente, causando que mire a otro lado.
Porque me sonríe, afirmando feliz al mismo tiempo.
Putas mejillas rosaditas y ojitos de alegría.
CLARK
Sabía que iba ser motivo de una gran pelotera con Sidharta, mis ganas de lanzarme por uno de los tubos por más de las docenas de excusas que me dio en cuanto a su peligrosidad.
El baile desde que tengo uso de razón y con ello, años de acrobacias incorporándolos con Sacha al hacerlo profesional, no me daba ni pizca de algún tipo de pánico.
Menos por mi pierna lastimada, porque solo era deslizarme y más, cuando aprovechando su ausencia sobre esta gran tentación y consultando al Capitán aprobándolo, uno de los chicos más otro dándome las directivas que muy atenta escuché, me esperaba abajo para recibirme.
Pero el único temor que podía existir, era Sidharta con su presencia y lo hizo en el momento de los últimos consejos de su compañero.
Sorprendentemente y aunque su actitud decía a gritos no muy conforme, su disposición y aferrándose con presteza del otro tubo, me decía lo contrario.
Achino mis ojos.
Y hasta parece avergonzado mirando para el lado contario a mi sonrisa de felicidad.
¿Pero, de qué?
Ni idea y me encojo de hombros.
SIDHARTA
En un segundo mis pies hacen contacto con el piso acolchado de abajo y rápidamente me posiciono en el caño siguiente y con mi vista hacia arriba, esperando el turno de Caos, bajo el aliento de mis compañeros a que lo haga, incluso dejando sus tareas.
Y para mi asombro pese a que dudaba, lo hace a menor velocidad por.
Mierda, extiendo mis brazos.
Ir girando por el mismo inclusive con una de sus piernas.
La lastimada.
Totalmente extendida, pensando, para el no roce de ella con el acero.
Pero su empeine estilizado, me acusa lo que me sobra.
Sonrío.
Que es toda una bailarina, bajo el aplauso y clamor de mis amigos con silbidos.
Y sin sonrisa por eso, los miro feo y amenazante a cada uno, dejando en al instante todos de hacerlo, porque no es club y solo con los festejos de palmadas, continuo a felicitarla al recibirlas mis brazos.
Mi sonrisa vuelve.
Buenos muchachos.
CLARK
Y mi corazón volvió a palpitar por segunda vez al ver como Sidharta, no solo con su uniforme malditamente caliente bajaba por el otro.
Sino, porque y ya abajo hizo lo que no debía para mi vulnerable corazón contra él.
Virgen de los santos y poderosos brazos masculinos.
Extender los mismos para recibirme entre ellos, como si eso fuera lo más natural del mundo.
Y por un instante cerré mis ojos, exhalando con disimulo intensamente, porque si el apenas intangible contacto anterior que tuvimos antes por su mano y la mía envolviendo el caño me había hecho estragos y cual campeona disimulé muy bien.
Ahora y completamente, cabía la cruda posibilidad de hacerme pipí de la emoción, ya que este tubo y los fuertes brazos de Sidharta en la misma oración, era perturbadoramente lindo.
Pero hice a un lado esa emoción y me entregué al otro que también amo, cuando ya decidida me deslicé.
El baile.
Y como tal en esos breves segundos, lo intenté pensando en una bonita coreografía aprovechando que no exponía mi pie lastimado y un poquito de esa magia se hizo a medida que me descendí y mermando la caída, girando a su alrededor.
Para recibirme, bajo aplausos y felicitaciones de sus compañeros, Sidharta al llegar.
Lo hace con cuidado y de la misma manera mis manos rodean su cuello.
Soy feliz y él lo demuestra también, ya que está sonriendo al nivelar nuestras miradas.
- ¡Ay, por Dios! - la voz divertida de alguien desde la entrada, hace que volteemos todo.
Sacha enfocándonos con su celular.
Pero lo baja, guardándolo en sus jeans color verde manzana chillón.
Aclaración aparte, llevando una camiseta de un rojo furioso y en sus mangas, pegadas unas tachas plateadas, formando en cada una la palabra love a su largo, provocando un gran contraste con su pelo rosa.
- Se supone que en esta parte como en Brigdet Jones... - Me señala, arrugando su ceño por llevar pantalones. - ...se filmaría tu traserito para compartir a Youtube. - Ríe.
- Navidad es dos meses. - Sidharta lo mira de arriba abajo. - Nadie pidió un ayudante de Santa a domicilio. - Le dice por sus colores de vestimenta, bajándome con cuidado.
Y todos reímos, mientras mi mejor amigo haciendo caso omiso a su chiste por más risa, saluda a sus compañeros.
SIDHARTA
Los acompaño hasta fuera y apuro en abrir la puerta del acompañante del coche para que Caos suba, mientras mi hermano rodea el suyo.
Ya ellos arriba, hago seña a Clark que baje el vidrio y me apoyo en él una vez que lo hace.
Pero, miro a Sacha.
- Solo trabajo hasta la madrugada...
- No importa. - Me interrumpe, encendiendo el motor. - Clark, también...
Frunzo mi ceño.
- ¿Qué? - No entiendo y mi hermano como si nada.
- Hoy no se queda contigo... - Alegre toma una de sus manos y festeja.
- ¿Y eso? - Clark pregunta sonriente, aunque no sabe el motivo.
Y Sacha es solo felicidad.
- ¡Porque con Angie, decidimos que hoy sea la despedida de soltera! - Exclama alegre y Caos mira asombrada, para luego reír como él.
- ¿En serio? - Le dice.
- ¡Sí! - Le responde animado y Clark se suma a su fiesta.
Muy animados para mi gusto.
Y mi índice me señala.
- ¿Y yo, qué? - Les digo, porque y sobre su algarabía se olvidaron de mi presencia.
- No comprendo.
Y lo miro odioso por eso.
- Hoy trabajo.
-¿Y?
Dios...
Paso mi mano por mi cara por tranquilidad.
- Que yo no puedo ir, idiota... - Murmuro y Sacha sigue mirándome sin entender.
- Es que no estás invitado. - Sereno.
- ¿Qué? - ¿Cómo?
- Fácil. - Prosigue. - ¡Es noche de chicas! - Me da como explicación, soltando el volante para subir sus pulgares a modo baile, haciendo reír a Caos.
- ¿Y tú, qué? - Gruño, porque es una injusticia.
Ríe.
- Solo verificaré que esté todo en orden para su fiesta, que se acomoden y supongo que me voy... - Y quiero decir algo más.
No sé.
Refutar con cualquier cosa.
Acotar.
Pero el puto de mi hermano me deja con mi boca a medio abrir dando finalizada la conversación.
O más bien, mis interrupción.
Marchándose.
Carajo.
Pateo una piedrita de la calle.
Y llevándose a Clark con él.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top