CAPITULO 15
CLARK
La siguiente hora tras irse Sacha con papá del departamento y este, prometerme que solo unos días y vuelvo a casa, con un cariñoso besito en mi frente.
Sidharta, ya serio y sin dejo de esa gran como hermosa sonrisa sonora que antes nos regaló y amainó lo que sucedía, cual ahora, se dedica muy concentrado y con mi pierna herida sobre su regazo en curarme con mucho cuidado, mientras yo también en silencio y en el sillón, dejo que lo haga.
- Siento que tengas que cuidarme... - Miro todo. - ...y quedarme por eso, acá...
No alza su vista de sacar despacio la venda vieja que me cubre, pero niega a modo respuesta, bajo y otra nueva desenrollando de su empaque y a la vez, un frasco con el antibacterial sin dejar de mirar mis puntos con cuidado y que con su largo, será a futuro una linda decoración en mi pierna, recordándome lo sucedido.
Higieniza suave el lugar, pero se detiene unos breves segundos, aunque no eleva su vista.
- Clark. - Murmura. - Yo, no te odio... - Retoma el curado.
Le sonrío por más que no me ve.
- Lo sé. - También miro mi pierna. - Odias lo que sucede con ellos... - Me interrumpe su mirada de golpe al elevarse, dejando a medias el nuevo vendaje.
Y otra vez, niega.
- Soy muy feliz por Sacha y Angie, solo que... - Analiza, volviendo al vendaje. - ...no lo imaginé a esto.
- ¿De que seamos familia? - Me incomodo por ese viejo recuerdo que fui testigo de él con Hope en la cocina.
Su berrinche ante eso.
Y por eso apuro en sacar mi pierna de su regazo, notando que finalizó.
Me acomodo en el sofá y por más calor que siento, mezcla de tristeza y enojo por ello, me arropo con la cobija de siempre.
Cualquier cosa y como si eso, fuera protección.
Y no me importa que Sidharta y por su ceño fruncido ahora, lo note.
SIDHARTA
Trago con fuerza y procuro controlarme, al ver como y sin disimulo, Clark está enojada.
Me acomodo con todo mi peso en la silla que traje y permanezco sentado, mirándola sorprendido.
¿Realmente, cree eso?
Pero, se lo comprendo.
Si soy el culpable de que piense así, y tiene toda la razón.
- Yo no quise decir eso, aquella vez, Clark. - Involuntariamente mis manos las paso por mi pelo, como si eso purificaran mi mente y toda la revolución que tengo dentro. - No, en esa manera...
CLARK
- No te entiendo, Sidharta... - Recostada, le respondo por más que en sí, es una pregunta.
No sabemos mucho del otro, por más que y prácticamente, crecimos juntos.
Aunque yo y reconozco, mucho por mi amor hacia él, sin embargo y por más años, Sidharta no sabe nada de mí, y creo que mis ojos se lo dicen por la forma en que me mira.
Pero, no dice nada y se limita.
Extraño.
Con una sonrisa silenciosa en terminar de arroparme y ahora él, palmearme por sobre ella a modo consuelo, poniéndose de pie.
Repito.
Muy extraño.
Veo como se va a la cocina y otra vez, abre el refri.
Pero, no para darse de cabezazos.
Solo, para tomar de una bolsa de compra oscura con un par de sándwich comprados, como dos latas de gaseosas dentro y regresar hasta donde estoy y en el camino, trayendo su mochila.
Guarda en ella una de cada cosa, seguido a colgársela de un hombro mientras me entrega el emparedado, pero abre la lata por mí, antes de dármela.
- Perdón por la cena austera, pero tengo que volver al cuartel, me llamaron, Clark. - Me dice con cierta pena, mientras miro la lata abierta y a él.
Camina hasta la puerta, pero se detiene antes de abrirla para mirar reflexivo, aún la lata ya abierta y sin beber entre mis manos.
- Y yo sé, mucho de ti... - Finaliza y dice a modo despedida y como si supiera mis pensamientos, tras esta y cerrándola.
Y miro a un costado, para luego a mi sándwich, porque no entendí ni mierda.
¿Qué, quiso decir con eso?
Reposo en la lata abierta, procurando analizar o recordar en sus siempre desplantes e ignorándome de toda la vida, donde y tanto sabe de mí.
Y créanme, no se me ocurre nada.
Me encojo de hombros, dando un sorbo a mi lata.
Demonios, me tiene fuera de juego Sidharta, porque nunca hizo esto antes.
Y respiro largamente para aclarar mi cerebro.
Ya que y jodidamente, no se me ocurre nada...
SIDHARTA
16 años de edad...
Elevo mi vista de golpe, de mis tareas y de mi escritorio en mi habitación y miro hacia al ventanal.
El que da al jardín trasero de casa.
- ¿Qué fue eso? - Saimon recostado en su cama y casi dormido, deja de hacerlo, al escuchar como yo un grito de dolor, continuo a un llanto.
Y ambos nos levantamos desde nuestros lugares, para ir hacia la ventana y ver a que viene tanto drama afuera.
La tarde es cálida y propia por estar transitando la primavera, cosa que invita si no temes todavía al fresco del agua, a sumergirte en la piscina de casa como los vikingos de Sacha y su mejor amiga Clark lo hacen.
Pero, ahora no están como momentos antes divirtiéndose y chapoteando felices en ella.
Y notando con mi hermano, que el grito de ella, no es por tiritar de frío con Sacha.
Achino mis ojos, para ver mejor.
Es, porque la chica y sin dejar de apretar su mano mientras Sacha la obliga a tomar asiento en una de las reposeras y algo traumado por la sangre que se ve desde acá, cubre su mano herida con una toalla y en el entre tanto, maldice al culpable.
Una lata de gaseosa de cola, responsable de lastimar y parece, hasta cortar los dedos de Clark.
- Creo que se va a desmayar... - Saimon me dice, sin dejar de mirar como yo.
Giro hacia él, a mi lado.
- ¿Esta chica, Clark? - No lo creo, la verdad.
Ríe, negando y a su vez, señalando a nuestro hermano.
- No, lo digo por Sacha. - Responde divertido. - Sabes su pánico a la sangre y el color verde en su rostro, dice que está a punto de desmayarse. - Soltamos una carcajada, porque es es verdad. - Iré al auxilio de ambos... - Y sin más, sale de la habitación, ya que y todo lo contrario, Saimon le apasiona la medicina.
La carrera que terminando la secundaria, va a seguir en la Universidad.
Y yo me apoyo contra el ventanal para seguir observando desde el segundo piso, cruzando mis brazos sobre mi pecho.
Noto como y casi al momento, Saimon llega con un botiquín de primeros auxilios mientras Clark llora, mostrándole su corte que parece y desde donde estoy, bastante grande y Sacha a su lado la conforta con palabras dulces tomando asiento a su lado.
Y yo, resoplo.
Tan fuerte que empaño el vidrio y estúpidamente dibujo algo sobre él con mi dedo.
Pero gruñendo, lo borro con mi puño casi al momento.
Y niego, volviendo a mi escritorio con mis tareas escolares esperándome y mi conclusión.
Esta chica es un caos.
Sí.
Un completo caos toda ella, sin la más mínima precaución a su bienestar por todo su despiste feliz que toda ella es en su vida.
- Caos... - Lo repito, sin mi permiso como en voz alta y como si cada letra fuera seda y sonara lindo.
Y sacudo mi cabeza por eso, aunque sonriendo, pero sin entender mucho tampoco, el motivo que mi corazón se acelere por eso.
No sé, la verdad.
Pero sí, mientras tomo mi lápiz, ya sentado y me sumerjo nuevamente a la lectura de mi libro.
Comienzo a conocerla y es un peligro, abriendo latas de gaseosas.
Anotado, mentalmente...
Me miro raro.
¿Y eso?
- Ni idea... - Me respondo para mí, mismo, dando vuelta una página y sin darle importancia.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top