Memorándum V

El Emperador Kare Vespasian murió tres años después del Eclipse. Su esposa y su hija hicieron cuanto pudieron por intentar alargar su vida, pero la marca que le había dejado Harkon Vandalyen era demasiado profunda. La oscuridad crecía en su interior día tras día, imparable, y tras un año de lucha, finalmente murió dejando en manos de su esposa Vanya Vespasian la Corona de Albia.

Pero Vanya Vespasian no era el líder que necesitaba el Imperio del Sol Invicto. Vanya Vespasian era una antigua pretor de la Casa de las Espadas, la mujer que había decidido darle la espalda a Lucian Auren convencida de que Doric Auren seguía con vida e iniciar así la primera gran guerra. En definitiva, era una guerrera. Alguien que, junto a Kare Vespasian, había logrado brillar como la más preciada de las estrellas, pero que en soledad empezó a apagarse. Por suerte, en Albia aún quedaba un poco de esperanza: Tyara Vespasian. La hija de Kare y Vanya crecía rápidamente y su concepto de justicia la prometía como la solución a todos los problemas del Imperio. Tyara era lo que necesitaba el país, una digna heredera de su padre que con el tiempo podría cambiar las cosas...

Alguien peligroso para los intereses volkovianos.

Por suerte, Iliana Fedorova era nuestra arma secreta. La joven volkoviana estaba jugando bien su papel, encandilando al Emperador Lucian Auren hasta el punto de lograr atraerlo a Volkovia. Personalmente hubiese preferido enviar a una de mis arpías para que se encargaran de él y asegurarnos así el éxito, pero lo cierto era que la volkoviana estaba cumpliendo bien con su misión. Más de lo que jamás habría imaginado. Por desgracia, convencer a Lucian Auren para que atravesara el océano no era sinónimo de éxito. Mejoraba notablemente las cosas, por supuesto, pero quien realmente podía cambiar el futuro eran los auténticos señores de Solaris, los Regentes, y convencerlos a ellos para que mejorasen su visión sobre Volkovia después de lo acontecido con Harkon Vandalyen no iba a ser fácil.

Pero confiaba en Leif. Sabía que si alguien era capaz de llevarse a su terreno a Loder Hexet y a Nyxia De Valefort ese era Leif, y más con las circunstancias que en aquel entonces vivía Volkovia. Y es que, aunque el enfrentamiento con Albia y Solaris había llegado a su fin hacía diez años, las cosas en el continente no eran tan fáciles. Cydene estaba aprovechando su incursión en la Alianza de Hésperos para provocar a Volkovia en la frontera sur, para volcar toda su rabia e ira contenida durante los últimos siglos contra nosotros, y aunque por el momento el Imperio de Hierro permanecía en silencio, tarde o temprano la paciencia de Leif iba a llegar a su fin. Era cuestión de tiempo que Volkovia respondiese a las provocaciones del país sureño. El problema era que si lo hacía, todo cambiaría. Atacar a un aliado de la Alianza de Hésperos comportaría la reacción por parte del resto de miembros del pacto, desde Talos hasta Albia, y eso, señores y señoras, era sinónimo de guerra.