Cuando decides pensar en nada,
lo sientes todo,
los aguijones venenosos del miedo
te atraviesan los ojos,
con tanta intensidad.

Cuando decides no sentir nada,
las fotografías vuelan de meseta en meseta,
van acumulando recuerdos
en el valle de la impotencia.

Cuando decides abandonarte,
cuando los jirones ardientes de tus brazos ya no toleran arrastrarte,
todo cae a plomo,
te hundes y nadie se da cuenta...

¿Será el caos más hermoso?
¿O será que a nadie le interesa?

Entonces,
es preferible sentirlo todo y recordarlo todo,
pensar en todo, curtir el rostro, ahogarse en las llamas del dolor.

Es necesario dejar arder esa furia
que incinera la coherencia y la benevolencia
y, cuando seamos polvo, ✧*。｡*ﾟ*.✧｡*ﾟ*.✧
dejarnos desaparecer con el primer soplo.

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