1 año después...

Sentados los tres en el jardín de nuestro nuevo hogar, Layne miraba atento las burbujas que yo soplaba con entusiasmo y Joey me observaba amándome con todo su amor.

Yo le sonreí y luego miré a Layne quien volteó a verme y me sonrió con ternura.

—Te amo — me dijo y yo me derretí al instante.

—Yo también te amo, mi Layne — los miré a ambos — Los amo a los dos, más que cuando los conocí hace un año atrás.

—Yo también te amo, mi Anaïs. En un principio pensé que todo esto no funcionaría, pero luego me di cuenta de lo equivocado que estaba, en especial contigo, Layne — Layne le sonrió y yo me alegré por ambos.

—Yo también reconozco que no fui nada amable contigo, amigo, y me alegra mucho que hayamos solucionado todas nuestras diferencias en este tiempo — Joey también le sonrió y los dos se estrecharon la mano.

— ¡Qué bien! ¡Me alegro mucho por ustedes dos!

Me les acerqué, me senté en medio de ambos y los dos me sonrieron.

—Nada de esto hubiera pasado, si tú no hubieras llegado a nuestras vidas, angelito.

—No sé qué haríamos si no estuvieras a nuestro lado.

—Pienso lo mismo de ustedes. Ya no me imagino, ni un solo momento, si no los tengo a mi lado. Ustedes alegran mis días y mi vida cambió por ambos. Los adoro con el alma.

Los dos me vieron con destellos y Joey me besó primero, luego me besó Layne. Oh dios, amaba cuando me besaban, los dos me tenían loca, loca por ambos. Nunca me imaginé que me enamoraría de dos hombres y que podría vivir mi historia de amor junto a ellos. A los dos grandes amores de mi vida.

Al cabo de besarme con ambos, Layne le sonrió a Joey y los dos se pusieron de pie. Yo los miré extrañada.

— ¿Van a alguna parte? — sonrieron al unisonó.

—Sí, pero usted, nuestra hermosa y querida dama, nos va a hacer el honor de acompañarnos — mencionó Joey y me tomó todo caballeroso la mano.

— ¿A qué motel iremos esta vez? — Layne rio.

—No, ángel mío. Esta vez no iremos a ningún motel.

—No. Iremos a un lugar más hermoso y especial, único para ti — me dijo Joey y yo les sonreí.

— ¿Qué lugar? ¿Qué lugar es ese?

— ¿A caso, ya olvidaste que fecha es hoy? — me preguntó Layne y yo de pronto lo recordé. Le sonreí contenta.

—Es catorce de Febrero.

—Correcto mi vida. Ahora démonos prisa, antes que se nos haga tarde...

No lo podía creer, la emoción se me salió por los poros y más que feliz y ansiosa, Layne me tomó con cariño de la mano. Era la primera vez que celebraría el día de San Valentín y lo celebraría con mis dos hombres, a quien amaba demasiado, lo que más me hacía ilusionarme y Joey tomó mi otra mano.

—Sabemos lo importante que es este día para ti. Por eso queremos consentirte y celebrar, en este día, que estamos juntos.

—Oh, mi Joey. Te amo. Los amo a los dos — ambos me miraron perdidamente enamorados y yo los contemplé con idilio y amor.

Los dos me llevaban abrazada al medio, lo que me fascinaba. Amaba sentirme al medio de ambos, ya que ellos eran muy altos, y yo muy bajita, lo que me hacía sentir protegida por ellos, y tanto como Layne y Joey, lo sabían.

Los tres abrazados, llegamos a mi cafetería preferida, la que por ser ese día tan especial, estaba toda decorada con la temática de San Valentín.

Los dos me vieron profundamente enamorados y yo le sonreí embelesada, amándolos con ilusión y todo mi corazón.

Layne me observó con ternura, con sus profundos y enamorados ojos celestes y me tomó en sus brazos y comenzó a darme vueltas y vueltas, lo que me llenó de dicha y anhelos.

Joey nos sonrió contento y su corazón vibró de ternura y amor por mí.

—Feliz día, mi amada Anaïs.

—Mi amado Layne. Feliz día para ti también. Te amo tanto.

—Y yo a ti.

Nos sonreímos enternecidos y chocamos nuestras frentes amándonos.

Los dos vimos a Joey y Layne me soltó y yo corrí a sus brazos. Joey me vio locamente enamorado, y acarició mi mejilla, la que se estremeció de amor por su suave contacto.

Yo lo vi perdidamente enamorada.

—Te amo tanto. Feliz día, amor mío.

—Feliz día para ti también, mi Joey. Agradezco cada día de que hayas llegado a mi vida.

—Y tú que hayas llegado a la mía.

—Te amo.

—Y yo.

Me susurró y levantó con ternura mi mentón y comenzó a besarme. Yo feliz de que me besará, le acaricié su cabello y él me cargó en sus brazos.

Los tres sentados en una mesa, que quedaba fuera de la cafetería, reímos con anécdotas graciosas y luego nos sonreímos. Layne me contempló fijamente; yo lo miré con amor y acaricié su barba chivato, que me encantaba y él me sonrió enternecido.

Joey tomó de su café cargado, me sonrió y tomó mi mano con cariño.

— ¿Qué les parece si seguimos comentando el libro "Yo antes de ti"? — sugirió Layne y yo le sonreí entusiasta.

— ¡Sí! Amo ese libro.

—Creo que lo leí en alguna ocasión y me pareció bastante interesante para yo no leer historias de amor.

—Pero mi Joey, este libro es muy bueno. Te aconsejo que vuelvas a leerlo, ya que yo lo leí dos veces, gracias a Layne y me enamoré de su historia las dos veces — Layne se regocijó al recordar cuando nos vimos por primera vez y hablamos de aquel libro y Joey nos sonrió.

—Entonces comenzaré a leerlo para unirme a su club de lectura — bromeó Joey y los tres nos pusimos a reír.

Plenos, los tres, comentamos algunos capítulos del libro, y de vez en cuando, nos reíamos de situaciones graciosas, y a la vez nos llenábamos de suspiros y vibrábamos con ilusiones al estar juntos celebrando aquel bonito día.

No podía ser más feliz de lo que ya lo era con mis dos hombres, a quien amaba y amaría siempre. Joey Tempest y Layne Staley llegaron a mi vida y me hicieron inmensamente feliz.

Les sonreí a ambos con todo mi amor, cuando de pronto, volaron unos tiernos y coloridos globos rojos, con forma de corazón, por los azules cielos, y los tres, los miramos con detenimiento y fascinación.

Layne y Joey sonrieron con dulzura frente a aquellos mágicos e inexplicables globos con forma de corazón y me abrazaron, felices, amándome los dos con anhelos, y yo al medio de ambos, los amé profundamente y miramos, así, abrazados los tres, volar aquellos bonitos globos, rojos, por nuestro inmenso cielo.

Fin.