U n o

Ella entró al café.

Llevaba su bello cabello castaño recogido en una trenza que hacía resaltar sus mechas californianas, muy de moda para el momento. Estaba preciosa y de negro.

Entonces le dejé una servilleta con un mensaje.

"Ayer te tararear, ¡Vaya que eres talentosa! Y eso que sólo un poco. ¿Me dices tu nombre

Firma, E"


Vi como leía la servilleta y luego la apartaba.

Y continuó escribiendo.

Bueno, es obvio que tener su atención no será fácil, pero seguiría intentando.

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