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🍼 «Un gege orgulloso» 🍼
No había terminado de presentar a su novio, cuando Jongdae se abalanzó sobre la pequeña en brazos del rubio. Seulgi acostumbraba rechazar a los extraños con cara de locos que se le cruzaban en frente, pero de una forma en que ninguno de los presentes pudo explicar, apenas conocer a ese raro, osita cayó rendida ante sus encantos, las risas escapando de su boca y ambas manitas pidiendo ir con el chico.
— Creo que a este lo abdujeron los aliens — espetó Minseok, tan sorprendido como los dos que dudaban sobre dejar ir a la niña con su pareja — ¿No se suponía que odiabas a los niños?
— ¿Quién podría odiar a una princesita como ella? — replicó su casi esposo, fascinando con las carantoñas que la niña le dirigía.
Sehun le tendió a su hija, seguro de que como osita lo pasara mal, serían Luhan y Minseok los primeros en arrebatarle a la niña. Fue una cena increíble, los amigos de su novio eran dos tipos divertidísimos. Le recordaban un poco a su cuñado y hermano aunque la pareja que compartía piso con el ciervo no daba tanta lata y el de apariencia como ardilla cocinaba mejor de lo que Baekhyun haría nunca.
Al rubio le agradó caer en la cuenta del avance que empezaba a mostrar su relación, pues cada día que pasaba ambos se involucraban un poco más en la vida del otro. Esa noche conoció una parte de Luhan que antes no había vislumbrado, se sintió agradecido porque el ciervo tuviera personas tan increíbles a su lado y un poco celoso de que su hija conociera a alguien que le provocaba risotadas escandalosas.
Minseok encontró el momento perfecto para despegar a su novio de la pequeña cuando luego de la comida mandó a Jongdae a lavar los platos sucios, aunque el tiempo con osita le duró apenas unos minutos, pues se hacía tarde y los Oh debían volver a casa. Luhan desapareció entonces, yendo a un lado a otro en su habitación mientras procuraba llenar la mochila con todo lo que pudiera necesitar.
— ¿Acaso piensas mudarte? — se mofó Jongdae, al verlo aparecer con la maleta al hombro.
— Cierra el pico, Dae — Minseok lo riñó desde el sofá — No des ideas o Sehun te tomará la palabra y no volveremos a ver a nuestro ciervo.
— Podríamos intercambiarlos. El niño latoso por la princesa adorable.
— Oh, no. Osita se va con nosotros — intervino Luhan — Ya bastantes pulgas le has pegado en este rato.
Jongdae iba a reclamar, cuando las risas de Sehun inundaron en lugar.
— Pueden ir a verla cuando quieran o invitarnos de nuevo a cenar — espetó — Seguro que le encanta tener más personas con quienes jugar.
— ¡Sí! ¿Oíste eso, princesa? — celebró Chen, emocionado — ¡La próxima vez te tendré un regalo!
Se marcharon luego de eso, Sehun cargó con su hija hasta que montaron el autobús y osita pidió ir con el castaño. Había visitado a su tío, enfrentado a una señora grosera y hecho nuevos amigos, todo en un solo días. Debía estar agotada, porque no tardó en hacerse un ovillo entre los brazos de Luhan, el calor de su cuerpo y el bombear de su corazón sirviéndole como abrigo y nana para echarse a dormir.
Durante el viaje, Sehun le habló de los avances que el proyecto había mostrado en los últimos días, la opinión tan buena de los clientes al respecto de la obra ganándole puntos a favor con su ya-no-tan-amargado jefe/cuñado. Luhan se divertía de lo lindo siempre que mencionaba la idea de presentarlos formalmente y es que a su novio parecía aterrarle lo que pudiera ocurrir cuando Kris se enterara que salía con su dongsaeng.
No imaginaba que esa noche sería él quien fuera a la cama temiendo por encontrarse con su hermano y es que no mucho después de que llegaran a casa y acostaran a osita, Sehun y Luhan se habían acurrucado en la cama, jugueteando como dos tontos en el momento en que el teléfono del chino comenzó a vibrar.
— ¿Qué pasa? — preguntó el rubio, al advertir la expresión angustiada que deformaba su rostro.
— E-Es mi hermano... quiere que nos reunamos, mañana a la hora de la comida.
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«Apégate al plan y tal vez sobrevivas» se dijo, temiendo el momento en que el ascensor se detuviera en el último piso. Había accedido a reunirse con su hermano para no hacerlo enfadar, aunque al final fuera justo así como aquello terminaría. Sehun intentó consolarlo diciendo que su gege todavía iba por la oficina con una sonrisa extraña en los labios, pero en opinión del ciervo eso podía deberse al castigo que Yi Fan hubiera ideado para cuando lo viera.
Nadie que le viera temblar debido a un simple encuentro dejaría que fuese solo a la oficina, como si en lugar de su guardián se estuviera dirigiendo al sitio en donde habrían de darle muerte. Era exagerado, pero no podía evitarlo después de haber pasado los últimos meses recibiendo nada más que regaños y miradas inquietas por parte del mayor. Igual no era culpa de su gege, Kris esperaba que alcanzara la meta y cumpliera sus sueños.
«Me aterra la idea de decepcionar a mi hermano» había dicho Luhan, cuando su novio le preguntó por qué la reunión le provocaba tantos nervios. Sehun no veía la forma en que su cuñado podría avergonzarse del ciervo, pero suponía que nada de lo que dijera le haría entender. El único que conseguiría hacerlo sería el que fuera causante de su angustia y por el bien de su chico, el rubio esperaba que aquel fuera el día en que Yi Fan eligiera consolar a su hermanito.
— ¿Ocupado? — murmuró el castaño, asomando apenas la cabeza al interior de la oficina — Puedo volver luego.
Su gege revisaba un montón de documentos, pero levantó la mirada al escucharlo llegar. Lucía relajado, casi contento. Minseok tenía razón al decir que si Yi Fan sonriera más seguido, se lo vería más guapo y es que aunque el aura de dragón lanzafuego le sentaba genial, pocas cosas en el mundo eran tan perfectas como ver al mayor siendo sólo él.
— Tonterías, nada de esto urge de verdad.
Haciendo a un lado los papeles, Yi Fan lo invitó a tomar asiento en la salita, como si el otro fuera uno más de los clientes a los que estaba acostumbrado a recibir en aquel lugar.
— Entonces, ¿qué has hecho últimamente? — preguntó, notablemente interesado — No he tenido noticias tuyas desde la última vez y faltaste a nuestra reunión del mes pasado.
— Realmente, no. Vine a buscarte luego de la audición, pero el lugar era un caos.
«...si no me crees, pregúntale a mi novio» pensó y se mordió la lengua. El otro asintió con la cabeza, recordando la tarde en que por culpa de un cliente toda la agenda se había ido al carajo.
— ¿Cómo te fue con eso? Si no mal recuerdo, tenías la mira puesta en el papel de Segismundo.
— Me rechazaron apenas cerré la boca — Luhan habló en apenas un susurro — Un novato jamás ha interpretado el rol principal y yo no iba a ser el primero. Admito que fue un duro golpe.
Lo último que deseaba era levantar la mirada y encontrar la expresión ceñuda en el rostro de Kris. Su hermano tendía a cruzar las piernas y prolongar el silencio hasta que un largo suspiro escapaba de sus labios. Entonces le recordaba que la vida no era un juego, hablaba de las responsabilidades que Luhan seguía evadiendo, como si el castaño realmente rehuyera tanto a afrontar la realidad.
— Decidí tomar un descanso de las audiciones — siguió diciendo — Emprendí un... negocio, supongo que puedes llamarlo así. Ya sabes que me agradan los niños, así que quise intentar hacer de canguro. Tuve suerte, un tipo muy agradable se apiadó de mí y me contrató. Su hija es adorable, aunque cuando llora transmuta en demonio de Tasmania.
No se había dado cuenta de que hablaba sin detenerse a respirar, hasta que el oxígeno en sus pulmones escaseó y tuvo que hacer una pausa para recuperar el aliento. Sólo entonces se fijó en su hermano, quien lo miraba como si estuviera intentando descifrar todo cuánto acababa de escuchar. Lo siguiente que hizo, estuvo cerca de provocar un cortocircuito en su dongsaeng.
— Eres adorable, niño — sonrió Yi Fan — Admito que me cuesta imaginar a un crío cuidando de otro, pero tienes razón. Siempre has sido bueno con los niños.
— T-Tú... ¿no dirás que ser canguro es, no sé, una pérdida de tiempo?
— Dudo que ningún trabajo sea un desperdicio. Claro que algunos son más sencillos y otros más redituables, pero todos enseñan algo. Mientras te satisfaga a ti, no importa lo que hagas. Sólo...
— ¿Qué cosa?
— No vayas a renunciar a tus sueños, Han — le pidió Kris, casi con desesperación — Te he dicho muchas veces lo talentoso que eres, así que antes o después, obtendrás la oportunidad de demostrarlo. Lo del canguro está muy bien, pero sólo mientras recuperas fuerzas para luchar por un sitio en el escenario.
Hacía rato desde que el mayor actuara tan... lindo, de modo que Luhan no pudo evitar preguntarse si acaso su actitud tendría que ver con lo que su novio había dicho algunos atrás. «Tu hermano ha estado raro, nadie en la oficina se explica su buen humor». Antes de que pudiera decir nada, Yi Fan miró el reloj de pulsera y carraspeó suavemente, como para darle a entender que había algo que quería decir.
— Cambiando de tema, la verdad es que quería verte porque me gustaría presentarte a alguien.
— ¿Un cliente?
— Bueno... su padre es el responsable de que la empresa se volviera loca la última vez que viniste, pero no ha venido aquí para hablar de negocios. Hace poco que nos conocemos, es un chico encantador. En realidad espero que se lleven bien, odiaría que hubiera roces entre mis dos personas favoritas.
Alguien llamó a la puerta, Yi Fan lo invitó a pasar con los ojos brillando de una emoción muy parecida a la que el rostro del castaño debía transmitir siempre que se encontraba con Sehun. Un segundo después, el tipo más bonito que Luhan hubiera visto nunca ingresó en el lugar, era bajito y muy menudo. Sus ojos eran dos finas ranuras en su rostro y el cabello de un tono caramelo le caía en picos sobre la frente.
— Lamento la demora, hay un embotellamiento horrible en la autopista — se disculpó, al llegar hasta ellos. Kris se puso de pie, rodeándolo por la cintura con una sola mano, al tiempo que se inclinaba para depositar un beso en su mejilla.
El chico se sonrojó, lanzando a Luhan una mirada avergonzada.
— Perdona mis modales. Un placer conocerte, Fan me ha hablado mucho de ti — le dijo, cuando se hubo quitado al titán de encima — Soy Kim Junmyeon, yo... salgo con tu hermano.
«Oh...» pensó Luhan, comprendiendo a lo que su novio se refería al mencionar la actitud desenfadada que su gege había estado mostrando al mundo. De repente, se dio cuenta de lo que aquello significaba, pues juntarse los tres sólo podía terminar con él siendo una especie de tercera rueda. «Tal vez debí traer a Sehun, mi hermano también debe conocer a su cuñado» se dijo.
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Al final no hubo oportunidad de presentar a su príncipe a su dragón. Yi Fan los llevó a comer para que los dos chicos que más le importaban en el mundo tuvieran oportunidad de conocerse, pero justo cuando Luhan acababa de mencionar que también estaba saliendo con alguien y que el afortunado era nadie más que uno de los chicos involucrados en el proyecto de los Kim, el teléfono de su hermano vibró con una llamada urgente de su asistente.
Lo último que le dijo, antes de disculparse para volver a la oficina, fue una especie de reclamo/amenaza que hizo a su hermanito estallar en carcajadas. «¿Ahora cómo voy a explotarlo? ¡Querrá privilegios por compartir babas con mi hermano!» Junmyeon le prometió evitar que su gege se convirtiera en una molestia para su novio, a quien conocía (y apreciaba) por las reuniones sobre la obra en las que había estado presente.
Fue una tarde amena para los dos, Junmyeon era un chico increíble y estaba genuinamente enamorado de su hermano, así que Luhan no encontró motivos para rechazarlo, mucho menos luego de ofrecerse a cuidar de su novio y llevarlo hasta la casa de Sooyoung, la tía de osita, quien había accedido a tenerla con ella para que el chino pudiera presentarse a su reunión.
El resto de la semana pasó sin pena ni gloria. Luhan no volvió a casa con sus amigos, aunque ninguno se lo tuvo en cuenta. Jongdae hizo un berrinche porque el castaño necesitaba ropa y Minseok accedió a llevársela mientras su novio no estaba. Al hombre le traía sin cuidado que su hyung no tuviera calzones, pero le molestaba que su casi prometido lo privara de la oportunidad de volver a ver a osita. «Ya le darás luego su regalo» intentó consolarlo.
Sehun se apiadó de él la noche del viernes, cuando le propuso a Luhan cenar con sus amigos, tanto el casi matrimonio con quienes compartía piso, como el orejón y su hermano a quienes les entristecía que Seulgi ya no los visitara tan seguido. El restaurante italiano recibió entonces a tres parejas, todas ellas encantadas con la hermosa princesa que pasó la velada yendo de unos brazos a otros y volvió a su hogar con las mejillas tapizadas de besos. Además de un carrito en forma de burrito, cortesía del tío Chen.
— Disculpen un momento — murmuró Luhan, cuando el teléfono en su bolsillo comenzó a vibrar — ¿Hola?
— Song Qian al habla — respondió la señorita, al otro lado de la línea.
Había salido del restaurante para coger la llamada, no esperando escuchar la voz de un miembro de la compañía teatral. El hecho de que lo buscaran de esa forma hizo acelerar su corazón sin que pudiera evitarlo y es que, las veces anteriores, el staff se había limitado a rechazarlo mediante cortos y fríos mensajes de texto.
— Me comunico de la compañía teatral Label SJ con respecto a la audición por el papel de Romeo. ¿Es usted el señor Luhan?
— Sí, sí, el mismo.
— Felicidades. Nos complace informar que ha sido elegido para el rol principal — anunció Qian — En breve recibirá los detalles de la obra en su correo electrónico, incluida la fecha de estreno, el cronograma de funciones y los horarios de ensayos.
— G-Gracias... ¡Por Buda, muchas gracias por esta oportunidad! Y-Yo... juro que haré mi mayor esfuerzo para no defraudar a la compañía.
— Dudo que eso sea posible, los miembros a cargo del casting quedaron realmente impresionados con su actuación. Hace tiempo que no veíamos un Romeo tan bueno como el suyo.
No dijo mucho más, tan sólo lo felicitó por haber aprobado la audición y mencionó que esperaba a verle durante la lectura del guion en la que estarían presentes el director, el maestro de actuación y los otros miembros del elenco. Luhan cortó la llamada todavía sintiendo que el corazón le bombeaba a mil por hora. Lo había conseguido, después de tanto... estaba un paso más cerca de convertirse en un verdadero actor.
Fue imposible ocultárselo a sus amigos. Baekhyun y Chanyeol apenas lo conocían, pero incluso ellos se emocionaron al escuchar que había obtenido el papel. Minseok y Jongdae se habrían abalanzado a abrazarlo, de no ser porque osita jugueteaba con la cadenita en torno al cuello del menor. Sehun no se contuvo y lo besó largo y tendido, susurrando felicitaciones y palabras bonitas que hicieron a su novio desear que estuvieran solos.
Sólo cuando regresaron a casa y Sehun cruzó de largo hasta la habitación de su hija, Luhan se detuvo a pensar en algo que antes no había considerado.
— ¿Qué pasa? Pareces preocupado — advirtió el rubio, apenas girarse y encontrar al otro recargado contra el marco de la puerta.
— No puedo aceptar el papel, yo... debería llamar ahora. Todavía estoy a tiempo para avisarlos y que encuentren otro Romeo.
— Pero, ¿qué dices? — se extrañó Sehun, sin comprender de qué iba aquello — ¡Tú eres Romeo!
— N-No lo entiendes... si me quedo el papel, tendré que presentarme a las reuniones y ensayos. No tendré tiempo para ocuparme de osita y prefiero renunciar ahora a la obra, que dejar sin canguro a la niña.
Sehun permaneció mudo. Había estado tan contento porque Luhan obtuviera la oportunidad de demostrar su talento, que incluso pasó por alto lo que eso significaría para él y su hija. Tenía razón, si el castaño empezaba a prepararse para actuar, ya no tendría tiempo para cuidar de su nena. Seulgi volvería a ir de casa de Baekhyun a la de Sooyoung y las veces que sus tíos no pudieran tenerla...
— N-No es necesario que renuncies. Osita, ella tendrá que ir a la guardería — espetó, entonces — Debió hacerlo hace tiempo, pero me negaba a desprenderme de mi bebé. Supongo que ya no puedo seguirlo posponiendo.
🍼 Continuará... 🍼
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