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🍼«Final: Canguros y cangureras» 🍼
Miró el reloj una vez más, sólo para asegurarse de que todos sus cálculos fueran correctos. Iba a buen tiempo, así que podía dedicarse a su labor con tranquilidad y disfrutar un poco más de la sensación que le provocaba escuchar aquella canción. Había pasado un tiempo desde que le pidiera a Luhan que le enseñara la letra y otro más para aprendiera a dominarla.
Se trataba de una melodía suave, acompañada de líneas dulces que encantaban el corazón. No era demasiado alegre y en boca de Sehun sonaba como un canto apenas susurrado, pero le gustaba. Tanto que se había sentido realizado la noche que, bajo las mantas y con la cabeza de su novio reposando sobre su pecho, consiguió entonarla y Luhan lo besó enternecido porque le gustaba oírlo cantar.
— ¿Soy un buen cantante? — Sehun preguntó a su hija, a mitad del baño — Nunca seré tan bueno como papi, pero seguro que lo hago mejor que Chanyeol, ¿verdad?
No pudo percibir la respuesta de la pequeña, cuando el agua mojó su cabecita y ella se sacudió como hacía siempre que le enjuagaba la espuma del champú. Hizo un gran esfuerzo para sujetarla y tirar de la toalla, un momento antes de envolverla y acomodarla entre sus brazos. Un par de semanas atrás, Seulgi había cumplido su primer año, así que se lo veía ligeramente más grande y mucho más hermosa.
Con Luhan, ambos padres habían orquestado una pequeña celebración en la que ningún invitado negó que la niña fuera preciosa como una fina muñeca. Fue una tarde excelente. Baekhyun había llevado un pastel y osita había apagado su velita con ayuda de su papi. Sehun había pensado que la niña pasaría la tarde pegada al lunático de Jongdae, quien solía mofarse de Chanyeol por tener mejor tacto con los bebés, hasta que su cuñado apareció y la niña prefirió ir a sus brazos.
Había compuesto una mueca tan altiva que llevó a muchos a pensar en que más grande, sería imponente como su tío Fan.
— ¿Deberíamos alimentar su ego un poco más? — se preguntó el pelinegro, depositando a su pequeña sobre la cama de su habitación.
Apenas demoró en untar su cuerpo con la cremita humectante y asegurarse que su pañal estuviera perfectamente colocado. Había elegido un vestido nuevo para esa noche, sin importar que Yi Fan se sintiera flotar porque aquel era su regalo por el cumpleaños de Seulgi.
— ¿Estás nerviosa? Porque yo sí lo estoy y ni siquiera es mi evento — suspiró — No debemos preocuparnos, ¿cierto? Luhan es perfecto en todo lo que hace.
Y vaya que lo era. Meses atrás, Sehun no habría creído que tendría la suerte necesaria para conocer a alguien como Luhan, pero lo cierto era que el chino había aparecido en su vida para nunca salir de ella. Se había instalado tan cómodamente en su rutina diaria y robado con relativa facilidad su corazón, que el menor a veces dudaba que todo fuera real, pero lo era.
La familia que eran hoy en día no podía ser sólo un producto de su imaginación y es que Luhan había llegado para brindarle nuevos panoramas y una paleta de sueños multicolores que el arquitecto mantenía encendida cada día. Eran una pareja poco convencional, pero el hecho que hubieran comenzado cuando Luhan apareció como una opción a canguro, sólo volvía más especial su pequeña historia de amor.
Seulgi llamó su atención cuando sus pensamientos consiguieron que enredara los dedos en el listón de su vestido. Era una prenda bonita, muy costosa. Yi Fan no había querido hacer alarde de su dinero al obsequiársela y es que al orgulloso tío nada le gustaba más que hacer feliz a la pequeña osa. Se había encariñado fácilmente y el hecho de que la niña le correspondiera sólo podía conseguir que Luhan se sintiera diminutamente celoso por su excelente relación.
— Tío Fan tiene buen gusto — admitió, más para sí que para su hija — Pero si me lo permites, su hermano tiene uno mejor. Después de todo, le gusté yo — se jactó, consiguiendo que Seulgi le lanzara una mirada de aquellas que decían «No te metas con mi tío». No agregó nada y se apresuró a tomar el peine para cepillar los largos cabellos de su pequeña.
Minseok le había recomendado un excelente salón de belleza para niños, dónde todas las estilistas estaban capacitadas para lidiar con pequeños y aunque Sehun había tenido intenciones de llevar a su princesa a hacerse un corte, Jongdae se lo había impedido diciendo que con la greña larga, su hija lucía como una versión pequeñita y mucho más bonita de Rapunzel. Luhan se había unido a aquella moción así que el padre había cedido a aprender a peinar y hacer trenzas.
— Papi es mejor que yo para peinarte bonito, pero no se lo digas — le sonsacó, un momento antes de terminar su trabajo y acomodar a la pequeña entre el fuerte de almohadas que siempre construía cuando la dejaba en la cama. El canal musical pasaba un programa de ballet cuando encendió la televisión que hizo a Sehun agradecer, cuando su hija quedó embelesada con las imágenes de la pantalla.
Había tomado la ducha mientras su hija dormía pero todavía hacía falta que se arreglara el mismo para la ocasión. La noche del estreno, el debut oficial de su hermoso actor.
Decidido a usar aquel traje negro que hacía tiempo había comprado, Sehun se enfundó en las prendas combinando el atuendo con una camisa de un blanco inmaculado y el par de zapatos más elegante que había en su armario. Peinó su cabello echándolo hacia atrás y no se olvidó de rociarse con la colonia favorita de su novio. El reloj sobre la mesita marcaba las siete cuando finalmente estuvo listo y no pasó mucho, antes que su hermano llamara para anunciar su llegada.
Luhan había invitado a todos sus conocidos a la noche del estreno y como no podía ser de otra forma, Baekhyun y Chanyeol se habían comprometido a recoger al padre y a la niña en su apartamento. Irían juntos al teatro y luego de la función, el matrimonio llevaría a su sobrina con ellos a su pequeña casa en la colina.
— ¿Lista, princesa? Es hora de ir por nuestra pequeña estrella — le dijo a su hija, mientras se cargaba la mochila de viaje y se aseguraba de no olvidar nada.
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— ¿Se supone que crezcas tan rápido? — Yi Fan preguntó, mientras cargaba a su sobrina — Luhan también lo hizo y antes de darme cuenta, era un adolescente haciendo teatro. Sé una osa buena y deja a tío Fan disfrutar un poco más — pidió. Seulgi se mantenía abrazada a su cuello y sonreía siempre que el mayor pasaba la nariz por su regordeta mejilla.
A su alrededor, eran muchas las miradas que los presentes dirigían a ellos y aunque era un poco molesto recibir tanta atención, Yi Fan no se quejaba porque disfrutaba demasiado de la sensación de tener a Seulgi entre sus brazos. Había perdido a sus padres cuando aún era un niño y tomado la responsabilidad de criar a Luhan como si fuera su hijo. No había sido fácil para ninguno de los dos pero si algo lamentaba el mayor era no haber tenido a su hermano cerca cuando era un bebé.
En aquellos días , cuando Luhan era una masita gorda de llanto y balbuceos, Yi Fan lo había pasado bien solamente mirando a su madre cuidar del pequeño. Le había tomado un tiempo perder los celos y acostumbrarse a compartir a sus padres con aquel bebé, pero no lo había dudado ni un solo segundo cuando ocurrió el accidente.
Recordaba lo difícil que fue lidiar con la responsabilidad, la abuela nunca le pidió que se hiciera cargo de su hermano, pero Kris siempre fue consciente de lo duro que era para ella tener que criar a sus nietos. A pesar de lo que la muerte de sus padres significó, Yi Fan jamás se arrepintió por haber antepuesto a su hermano, en lugar de sólo dedicarse a vivir su niñez. Tal vez fuera incorrecto ver a Luhan como a su propio hijo, pero si se lo preguntaran al castaño, él no dudaría en llamarlo justo así. Quizás, encubriera el rol que desempeñaba bajo uno de sus títulos favoritos. Héroe.
— ¿Todo bien, Sehun? — preguntó Junmyeon, dejando a su novio y su sobrina disfrutar un poco más de su tiempo juntos.
— Estoy nervioso — admitió el pelinegro — ¿Estoy loco?
— No, no lo estás — repuso y le tomó del hombro — Luhan es un gran actor. Estará genial esta noche, te lo puedo apostar.
— Me habría gustado verlo antes que comenzara. Siempre es mejor cuando él está cerca — no sabía por qué, pero siempre era sencillo charlar con Junmyeon.
Lo había hecho mucho aquellos últimos meses, por eso que el muchacho era la pareja de su cuñado. Al principio le había costado un poco tratar con el que fuera novio de Yi Fan pero entre más pasaba el tiempo, Sehun los reconocía como parte de su propia familia y no podía evitar que Junmyeon le evocara aquel aire maternal que Baekhyun nunca había tenido al ser su hermano mayor.
Las puertas del teatro fueron abiertas y todos los presentes comenzaron a ingresar. No se suponía que una niña pequeña pudiera estar presente, pero el actor principal había charlado seriamente con el director, hasta dejar claro que como su hija no fuera aceptada en el teatro, la compañía podía olvidarse de contar con su actuación. Zhoumi lo había escuchado durante todo el monólogo y sonreído afablemente porque, ni en sueños, habría dejado ir a su actor.
Ocupando su asiento en la primera fila del teatro, Sehun acomodó a su hija sobre su regazo y agradeció que Yi Fan estuviera a su lado para mantenerla tranquila y que Jongdae y Baekhyun — otras dos almas hechizadas bajo el encanto de su hija — se encontraran cerca por si llegaba a necesitar ayuda. Parecía que aquel espacio hubiera sido apartado para los invitados de Otelo y es que, realmente así era como Luhan lo había acordado.
— Recuerda, tenemos que estar callados para que papi se concentre. Cuando la función termine, entonces haremos mucho ruido y celebraremos con Luhan. ¿Está bien? — susurró el padre contra el oído de su nena, quien sonrío al escucharle y se acurrucó contra él.
No pasó mucho antes que las luces se apagaran y la tercera llamada fuera anunciada. El largo telón de cortinas rojas se corrió y una escenografía detalladamente trabajada apareció sobre el plató. Poco a poco, los actores fueron emergiendo hasta tomar sus puestos y los efectos musicales cobraron fuerza según el desarrollo de las escenas. Luhan demoró en poco en salir a escena, pero cuando lo hizo, Sehun no pudo pensar otra cosa que no fuera...
— Hermoso.
Llevaba puesto un traje de época al estilo italiano, el cabello alborotado cayéndole sobre la frente y un maquillaje que acentuaba sus facciones y realzaba su belleza. Casi parecía brillar debajo del haz de los reflectores, pero Sehun bien sabía que los efectos de luz nada tenían que ver con que su novio fuera precioso. Recordaba lo que había pensado la primera vez que lo vio y no podía hacer más que corroborar aquella idea. «Es un ángel... Mi ángel»
Fue una actuación impecable. Luhan sabía exactamente como destacar sus emociones para atrapar al público y transmitía las sensaciones adecuadas para que la audiencia sintiera la piel erizarse. Cuando la obra terminó y Romeo y Julieta encontraron su trágico final (Sehun dio gracias porque su bebé se entretuviera con su corbata para no ver a su papi caído en escena) el teatro entero se llenó de aplausos y alabanzas para el cuerpo actoral.
Seulgi estaba celebrando tanto como podía entre sus brazos, cuando Luhan dirigió la mirada a sus butacas. Tuvo que entornar los ojos para aclarar su visión y encontrar a las personas que habían hecho posible que cumpliera su sueño. A su hermano quien lo había criado y le había dado la oportunidad de estudiar actuación porque creía en su potencial, sus amigos quienes nunca lo habían botado a medio camino entre el éxito y el fracaso y, por supuesto, a su nueva familia.
Aquel par de cabellos rubios y mirada imponente que había aparecido en su vida cuando su carrera como actor pasaba el peor momento y lo había arropado bajo el título de canguro hasta convertirlo en un miembro más de su cálido hogar. Estaba sonriendo cuando su bebé aplaudió en su dirección y no pudo evitar sonrojarse en el momento en que Sehun se atrevió a lanzarle un beso, despertando en su interior el deseo por abandonar el escenario e ir corriendo a sus brazos.
Tuvo que esperar todo el rato que duró el curtain call y apresurarse en el camerino para sacarse el vestuario, antes que fuera capaz de abandonar la instalación y todavía afuera, demoró brevemente en llegar a su familia por los muchos asistentes que deseaban obtener una fotografía o un autógrafo de él. Había soñado tanto con ese momento que Luhan se sintió un poco abrumado al recibir tanta atención.
— Estuviste increíble. Realmente, estoy orgulloso de ti — susurró Yi Fan contra su oído apenas tenerlo entre sus brazos.
Era el abrazo más fuerte que le había dado después de graduarse y estaba teñido de orgullo, admiración y cariño. Luhan sintió el llanto apoderarse de sus ojos y se negó a derramarlo, mientras hundía el rostro contra el hombro de su hermano.
Uno a uno, sus amigos y cuñado se acercaron a felicitarlo. Baekhyun y Chanyeol lo hicieron posar en varias fotos con él y Jongdae se acercó para que firmara su folleto, dónde se anunciaba el estreno de la obra. Creía que no podría sentirse mejor, cuando Seulgi llamó por él y Luhan la recibió, hundiendo la nariz contra su cuello y aspirando el dulce aroma a manzana y ese toque dulzón propio de los bebés.
— ¡Bàba! — balbuceaba la pequeña, mientras su papi la llenaba de besos porque le había extrañado todo el rato que estuvo lejos de ella.
— ¿Estuve bien, pequeña? ¿Te gustó verme actuar por primera vez? — preguntó, en un quedo murmullo. Sehun, sin embargo, lo escuchó y se acercó a abrazarle mientras decía que:
— Brillas tan intenso como una estrella.
Tenía las mejillas rojas y los ojos vidriosos cuando se volvió a ver a su novio pero incluso si lo que más deseaba era arrojarse a sus brazos y besarlo, Luhan no podía olvidar que sostenía a su hija y que cualquier movimiento podría terminar con ella estrujada entre los dos. Casi agradeció cuando Baekhyun se acercó a ellos, con aquella sonrisa pícara grabada en los labios y las palabras más vergonzosas esperando a ser liberadas.
— Si me permiten... Ven acá, osita. Tus papis están pensando en darte un hermanito. Será lindo, ya verás, pero no tienes que estar ahí cuando lo hagan — se rio Baekhyun, provocando la carcajada general de sus invitados, quienes todavía no se habían alejado.
Silenciosamente, Sehun se prometió que más tarde golpearía a su hermano y en caso que Baekhyun se pusiera de llorón, arremetería directamente contra su marido.
En esos momentos, sin embargo, lo único que hizo fue acercarse donde su pequeño actor, a quien necesitaba besar con la misma desesperación que Luhan lo esperaba. Fue un beso largo, hambriento y recubierto de un sentimiento que había nacido entre ellos cuando solamente eran jefe y canguro, pero que había ido creciendo hasta convertirse en algo tan fuerte y tan potente, que sólo volviendo a nacer podrían olvidar.
🍼 F I N 🍼
Gracias infinitas por acompañarme en esta aventura. A los que votaron, comentarios y añadieron la historia a sus listas de lectura; esas personas que mantienen este fic guardado en sus bibliotecas y en sus corazones... 💕 ¡La vida no sería tan bonita sin ustedes! Espero seguirnos encontrando y compartir más de esta adorable pareja ✨
🌱 Maceto-san 🌱
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