Tercera parte: Melancólicas damas del velo amarillo
Las nuevas noticias venían de parte de Salty, quien repartía muestras de la cerveza de raíz de Triple T en todo el pueblo, el cual parecía desolarse conforme pasaban las horas. No es que no tuviera clientes, es que el pueblo iba rápidamente a sus casas cuando el sonido de un cantar de cuervo, unido al cambio de azul opaco a negro en el cielo, se manifestaban frente a ellos. No se trataba únicamente de una especie de condicionamiento por el clima, sino de algo más fantasmagórico y un tanto sobrenatural. Salty no sabía que ocurría, pero Triple T le pidió que fuera hacia su puesto de forma apresurada. Salty no desobedeció esta orden y fue hacia su despacho. Todo el puesto fue cubierto con tablas de madera, en forma de cubierta de una caja, para que nadie pudiera ver el interior. Dentro del puesto había dos huecos, que servían de mirilla, para que Triple T pudiera notar lo que había en el exterior.
Salty no sabía que pasaba y solo miraba con ternura a Triple T, quien sudaba fríamente mientras veía el exterior. Salty preguntó a Triple T que era lo que ocurría, cosa que él respondió haciendo que guardara silencio y le dijo en voz baja:
-Es el grupo de las Medalmas.
- ¿Medalmas?
-Es un nombre que acorta a las melancólicas damas de velo amarillo.
- ¿Qué son ellas?
-Son un grupo de mujeres que transitan todas las calles de todo este pueblo y de los más lejanos, no situados en los pueblos de los dioses de las estaciones, mostrándose siempre como almas en pena, en busca de algo. Algo que ningún mortal ha sabido de que se trata.
- ¿Puedo verlas?
- ¿Jamás las has visto?
Salty movió de lado a lado su cabeza.
-Entonces... míralas - Triple T le dio espacio a Salty para que viera por la mirilla, levantándola un poco para que pudiera ver cómodamente.
Las mujeres que caminaban de forma fantasmal, lenta y agobiada por la ciudadela abandonada, tenían los brazos de colores pálidos y sin vida. Había brazos grises, brazos blancos y oscuros. Vestían como una novia de una boda, excepto que portaban una gabardina negra, con bordados de oro reluciente, con espinas que servían de muñequeras. Portaban un velo amarillo pardo en el centro de su cabeza, como si fuera una tiara, unido con unas mascaras sin expresión, completamente sin alma, sin ojos, oscuridad allí, labios rojos y un blanco deslumbrante en todo su rostro, con algunas grietas que reflejaban desesperación. Tenían un cantar que las caracterizaban y no parecían tener buenas intenciones.
- ¿Son ellas? – Dijo Salty – Pensé que solo eran una leyenda.
-No lo son, en lo más mínimo, pequeña – Dijo Triple T – Es más factible que mi cerveza sea un mito antes que ellas.
-Recuerdo un poco sobre ellas, pero no sé qué sean.
- ¿Ellas? – Dijo Triple T - ¿Las Medalmas?
Salty asintió.
-Te contaré que son ellas. Jura por mí que no se lo dirás a nadie. Mucho menos quiero que lo comentes en público ¿Lo prometes?
-Lo juro.
Fue entonces que Triple T empezó a contar una historia. Una historia de tiempos pasados y de almas olvidadas.
-No se sabe que son ni de donde vienen. Bueno, al menos no todos lo saben. Ellas son de las primeras mujeres que llegaron al planeta. Fueron, por decirlo así, los primeros especímenes humanos que habían llegado aquí después de la enmienda en contra de los magos. Eran personas que se sentían frustradas y con sueños dilapidados. Los motivos para dejar al pueblo devastado, destruir la tierra y controlar todo eran inmensos. Sin embargo, vieron oportunidad en el nuevo planeta, en Plutón, un sitio que hoy en día tal vez no sea un planeta, pero lo fue y lo es para nosotros, los seres mágicos o los humanos exiliados...
...Muchas de ellas se enamoraron de hombres y seres extraños que emergieron gracias al mestizaje entre criaturas mágicas y humanos terrestres. Los magos no estaban de más mencionarlos...
...Esas damas tenían asegurada una vida de felicidad a lado de los que más amaban. Sin embargo, todo cambió cuando la guerra de la primera aparición de cerbero comenzó. Muchos de estos hombres fueron convocados para la artillería pesada. Esto devastó a muchas de ellas, debido a que todos los hombres, elfos, minotauros, ghouls, trolls, entre muchos más, fueron convocados, dejándolas solas. Ellas, al igual que sus maridos, decidieron pelear, por buscar, aunque fuera un atisbo de libertad...
...Lo horrible vino cuando fueron convocadas. Ninguna de ellas, que en total eran veinticuatro mujeres, estaban preparadas para las torturas en las que serían sometidas. Primero tuvieron que desprender todo tipo de contacto con el sol durante un periodo de cuatro años, en la cámara Hexon, tomando un total de cuatro segundos, que para ellas fue una eternidad. después, sus cuerpos fueron parasitados por gusanos de la luz, los cuales consumieron todo su organismo hasta dejar un cascarón vacío, que fingía ser un ser vivo. En otras palabras, las damas conservaron su vida, siendo más una mente colmena entre ellas que seres individuales...
...Durante la batalla, al tratarse de un cuerpo compuesto únicamente de parásitos, no fue fácil derrocarlas, siendo victoriosas y parte de la derrota hacia los terrenos oscuros de los sinscarstij. En el final todas ellas, de algún modo, lograron recuperar su conciencia, viendo en donde se habían metido y lamentando las muertes de los guerreros...
...Cuando terminó el conflicto, solo pudieron seguir un rumbo sin sentido y abandonar toda esperanza. Lo último que se supo de ellas es que se vistieron con se ven ahora, para que jamás olvidaran el corazón que les fue arrebatado...
...Ellas fueron pieza fundamental de la derrota de los sinscarstij, protegiendo los pueblos de los cuatro elementos. No obstante, no eran bien recibidas en ellos, a excepción del custodiado por Ayeza. Ella creía que el amor todavía florecía en ellas, evitando que murieran y fueran desdichadas por los otros pueblos...
...Lo peor vino cuando Ayeza dejó el pueblo, abandonándolo y caminando hacia los pueblos de la comarca; hacia estos pueblos. Les debemos respeto, no obstante, es necesario que nos alejemos, por nuestro propio bien.
Salty había escuchado detenidamente lo que Triple T tenía que decirle, pero no podía creerle completamente, ya sea por lo extraño de la situación o porque era un sujeto que hace unas horas había conocido.
- ¿Hay que tenerles miedo?
-Miedo no – Dijo Triple T mirando a Salty – Respeto.
-Quizá ellas sepan algo – Dijo Salty a sus adentros.
- ¿Qué? – Eso fue lo ultimo que dijo Triple T antes de que Salty saliera corriendo de donde estaban ocultos, escuchando como Triple T intentaba tomarla de regreso.
- ¡No te vayas, niña! ¡Te van a atrapar!
Salty no hizo caso de lo que Triple T dijo y siguió corriendo, lo más rápido que pudo, para poder alcanzar a al menos una medalma.
Cuando por fin se encontró con una de ellas, le dijo.
-Señora – Dijo Salty inocentemente - ¿Puede ayudarme?
La medalma vio detenidamente a Salty, con esa oscuridad de sus ojos, y tan pronto como esto pasó, la medalma empezó a correr desesperadamente por todo el pueblo, evitando chocar con las paredes de mampostería, los puestos abandonados, algunas casas o simplemente, evitaba a toda costa la presencia de algún ser viviente.
Salty, por el contrario, corría para poder alcanzar a la medalma, porque lo que necesitaba era la ayuda de ellas. Si conocían algo sobre el pueblo de otoño, serían de sumo apoyo para ella y para el mismo pueblo, para así, poder regresar con Eleanor y salvarla tanto a ella, los hermanos del bosque y a su escuela. Todo se juntaba en su mente mientras veía que estaba más cerca de una medalma.
Sin embargo, en el momento que Salty pudo acorralarla en un oscuro, grande y angosto callejón, acercándose a ella, tocó su espalda y notó que no se movía, que estaba paralizada. Salty se asustó, por lo que la movió bruscamente, para solo hacer que se rompiera en dos pedazos y así, ver que no se trataba de una mujer, sino de un maniquí.
- ¿Señora? – Dijo Salty, no sin antes escuchar un estruendoso chillido, más bien un lamento, en su espalda. Lentamente la poca luz del exterior del callejón se extinguió, siendo sustituida por una enorme y desastrosa sombra.
Salty quería voltear a ver que era lo que había detrás, no obstante, adelantándose, una enorme mano, con la piel escamosa, venas que resaltaban, uñas largas con suciedad, amarillentas y grises, tomó a la pequeña por el pecho y con fuerza, con otra de las manos, tapó su boca, haciéndole imposible el respirar.
-Pobre pequeña – Dijo una distorsionada y monstruosa voz femenina – Que lastima tengo por ti.
Salty no entendía nada, sintiendo más miedo que nunca, sintió algo húmedo que la tocaba en su cuello, como si fuera una lengua, escurriéndole saliva y manchando su bufanda y su gabardina verde. No pudo mover sus manos, ni sus piernas, todo su cuerpo en general; el terror la había paralizado por completo, no podía siquiera respirar por el fuerte aroma que producía lo que fuera que tenía detrás de ella y la estaba tomando con fuerza.
De forma apresurada, la criatura que tenía amordazada a Salty, metió una de sus uñas en el pequeño cuello de la pequeña, perforando su piel y haciéndola sangrar, sin embargo, Salty no sintió dolor al momento de que esto ocurriera.
La criatura sacó su uña de la garganta de Salty, para perforar con fuerza uno de sus brazos. Al instante, Salty comenzó a gritar por lo dolor que estaba pasando su brazo.
-Parece ser que, aunque no lo creas, recuerdas quien fuiste.
- ¿Qué? – Dijo Salty, aunque sin voz y ahogada por la mano de la criatura.
-No recuerdas, pero eres alguien que ya no está.
- ¿Cómo?
-En otras palabras... has muerto.
Salty, al escuchar estas palabras, intentó con más fuerza apartarse de la criatura, siendo en vano. No obstante, detrás de ella, logró escuchar una voz familiar.
- ¡Aléjate de ella, monstruo!
Sintiendo un golpe, que no era para ella, sino para la criatura, Salty comenzó a sentir como su cuerpo se hacía más libre, sin embargo, las fuerzas se desvanecían, mientras sus ojos se volvían en negro.
-Pequeña – Dijo Triple T – Quédate conmigo pequeña... por favor...
La voz de Triple T se desvanecía junto con la conciencia de Salty.
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