Segunda parte: El árbol de la ardilla
Eleanor y Salty caminaban en el bosque, en búsqueda de una salida. Los arboles era sumamente estorbosos, a su vez que no tenían sentido alguno, algunos estando desnivelados, emergiendo como una lombriz de la tierra, otros se habían generado de los troncos de otros, sin embargo, al estar concentradas las dos en los árboles, por su simpleza bizarra, no se percataron de que no iban hacia ningún lado; era como si caminaran por círculos.
-Espera – Dijo Salty – Creo que ya pasamos ese árbol tres veces.
- ¿Qué te hace decirlo? – Preguntó Eleanor.
-Lo digo porque la ardilla de allí nos está viendo fijamente; hace dos viajes ya la había visto.
Una pequeña ardilla, mirándolas fijamente, comía una bellota, la cual, como un vulgar y defensivo impulso, la lanzó hacia la cabeza de Eleanor; cosa que no le dolió.
-Espero y no te dé hambre después – Dijo Eleanor pisando la bellota.
La ardilla corrió hacia otros árboles.
- ¿Era necesario pisar la bellota? – Preguntó Salty.
- ¿Acaso te importa mucho lo que sienta esa ardilla? – Le preguntó Eleanor.
-No... un momento... ¿Por qué no seguimos a la ardilla? – Dijo Salty, en un momento de lucidez.
-¿Para qué? – Preguntó Eleanor.
-Si seguimos a la ardilla, podremos saber donde queda la salida del bosque.
-¿Cómo puedes estar tan segura de eso?
-Mi antigua tutora me dijo que las ardillas siempre buscan lugares donde escapar, o predicen ciertas cosas, algo así me dijo.
-No creo que sea buen idea.
-Vamos Eleanor.
Eleanor lo pensó un poco, y más aun debido a que Salty era una niña sin mucho conocimiento del mundo real, pero ya había pasado demasiado tiempo desde que se mantuvo atrapada con Adriel en el socavón de Luther,
Posiblemente las cosas habían cambiado radicalmente y no lo sabía, todo podía ser una posibilidad; era como apostar doble o nada en el hipódromo, cosa que ella tenía ya por costumbre.
-Lo haremos, y espero que tu teoría sea cierta.
Salty sonrió, tomando a Eleanor por su mano y caminando las dos, lentamente, a espaldas de la ardilla.
Se ocultaron las dos en un arbusto, para presenciar con mayor detalle como la ardilla corría de un lugar a otro, sin sentido alguno. No obstante, en un momento, la ardilla se metió en unos arbustos aledaños a un trozo de pradera de color verde más claro que la tierra y las hojas de los enormes pinos que había sobre y debajo ellas.
Siguieron el camino de la ardilla, tranquilamente, sin equivocarse en nada. Llegaron al arbusto con pastizal verdoso claro, más brillante que un sol, topándose con una decepcionante realidad; no era más que un pequeño trozo de tierra.
-Creí que...
-Creemos muchas cosas, niña – Dijo Eleanor algo encolerizada, aunque con calma para no molestar a Salty,
-No soy tan ingenuo como ustedes creen, señoritas.
Una voz elegante habló detrás de ellas, haciéndose pasar por un hombre de corbata y un enorme sombrero con monóculo, según sus descripciones. No obstante, no había nadie en el bosque además de ellas.
-Aquí arriba, señoritas.
Ambas moraron hacia arriba, en una de las ramas del árbol frente a ellas. Se dieron cuenta que la ardilla que perseguían tomaba vino de una copa de cristal, tenía un enorme sombrero, un monóculo y un pequeño moño puesto, como si fuera un adorno de navidad, en su cuello.
- ¿Tu eres...?
-Así es, pequeña. Por si no me conocían, mi nombre es Hermann Krugther. Ya conocieron a mi hermano, Luther. Quizá no creerían cuando les digo que el socavón es, de hecho, mi hermano.
Eleanor miró detenidamente a Salty.
-Te lo dije.
Eleanor recuperó la vista hacia la ardilla.
-Bien... ¿Señor Krugther?
-Por favor – Dijo la ardilla quitándose el sombrero – El señor Krugther es mi padre. Pueden llamarme Hermann.
-De acuerdo, Hermann... ¿Sabes como podremos salir de este bosque?
-Lo sé... no obstante no será tan sencillo. El camino para salir del bosque no es uno cotidiano.
- ¿Por qué? – Preguntó confundida Salty.
-Solo hay dos formas de salir. Una de ellas es por la pradera aledaña al instituto donde idolatran a Pamyt Gaaver; esa entrada es por la parte de Luther. La otra es por el limite entre la parte de Luther y la de mi otro hermano... Otto.
-Entonces no podemos cruzar el bosque sin tener que pasar todas las partes ¿Correcto? – Preguntó Eleanor.
-Así es... si quieren salir de mi parte tendrán que hacer algo por mí.
Eleanor miró a Salty, quien dio un paso al frente y le preguntó a Hermann.
-Bien... ¿Qué tenemos que hacer?
-Tienen que conseguirme una de las reliquias mas importantes del mundo mágico; es una piedra morada, y cuando alguien la toca siente un frio atroz por todo el cuerpo; se llama dunmignort.
- ¿dunmignort?
-Si, la necesito tanto yo como mis hermanos para regresar a la normalidad. Es muy desesperante y humillante quedarnos en esta forma. Se que para nosotros fue una lección por nuestra irresponsabilidad.
-¿Cuánto tiempo llevan así? – Preguntó inocentemente Salty.
-Este mes se cumplen ciento treinta años desde que nos convertimos; seguramente nuestra hermana G.... les contó sobre nosotros.
-Yo no llegué a verla.
-¿Ni escuchado de ella?
-Solo sé que vivió por mi tutora, Chio
-Ahhh, Chio... recuerdo que una vez me vino a alimentar con un delicioso pan de nuez bañado en una salsa de canela y manzana. Como sea. Si, necesito esa reliquia. De lo contrario, mis hermanos y yo no podremos volver a ser normales y no podremos descansar en paz.
- ¿Qué? – Dijo Eleanor.
-El hecho de que hayamos sido encantados no quiere decir que no seamos humanos comunes y corrientes. Siento como mis años han pasado, tanto para mi como para mis hermanos. El más joven de nosotros ya tiene noventa años, y está cansado de seguir con su vida siendo parte de un bosque por una maldición. Todos queremos irnos en paz. Cuando consigas esa reliquia, podrás salir del bosque.
-¿Significa que haciendo eso no tendré que atravesar todas las partes de tus hermanos?
-No exactamente. De hecho, tendrás que pasar todas las partes, excepto la de Luther y la mía. Todas las partes son necesarias pasarlas, para así poder hacer que nosotros tengamos contacto con la piedra. Deberás tocar la parte de Luther con ella, luego yo tendré que tocarla, y después a mis otros dos hermanos. Así de sencillo.
-Bien... Acepto ¿Dónde está la piedra? – Dijo Salty.
-No va a ser sencillo. La piedra no se encuentra aquí. Deberás salir por esta parte del bosque y regresar al quinto día de haber salido.
- ¿Qué? – Dijo Eleanor - ¿Quinto día? No podrá ni siquiera salir de aquí en ese tiempo.
Tranquilamente Hermann sacó, de su sombrero, un reloj de bolsillo; este tenía una cadena plateada, todo su armatoste era de plata brillosa y pulida, en el interior, las manecillas eran de oro y los números de bronce, sin embargo, lo más destacable era una especie de mujer en la parte trasera del reloj, la cual tenía varias cortadas; no era ningún tipo de imagen ni nada, porque el ser podía moverse sin problemas. Era algo retorcido ver a esa especie de humana en un liquido similar a la sangre. Salty lo tenía en las manos, ya que se lo pasó la ardilla y con ello pudo notar estos detalles.
-No te preocupes – Dijo Hermann – En realidad no es un humano. Es una extraña clase de seres que habitaron antes en este planeta, los cuales intentaron imitar la forma física de nosotros (en mi caso, antes de ser esto). Tienen apariencia andrógina y son en realidad una especie de criaturas. Puedes conservar el reloj y solamente usarlo cuando sea necesario. Puedes regresar el tiempo desde el momento que tú quieras, sin usarlo irresponsablemente. Tienes que recorrer toda la región de enfrente tuyo y hacer todas las tareas que te lleven a conseguir la piedra. Será complejo y tendrás que adivinarlo. No te preocupes. Si necesitas de una guía me tienes a mí.
- ¿Cómo te voy a tener a ti si no puedes salir del bosque? – Preguntó Salty.
-En muchas regiones mi estatua está tallada; eso fue cuando era un ser humano y podía verlas. Ahora podrás mirar mi estatua y aunque ya no sea un humano podrás preguntarme lo que quieras y no te dejaré sola. Solo hay pocas en toda esta región y en lugares externos o internos de ella. Úsalas sabiamente porque no puedo comunicarme diario.
-Bien... no será muy complicado. Estaré con Eleanor todo ese tiempo.
-Oh cierto...
De repente unas pequeñas ramas emergieron del suelo, atascando y amarrando las piernas de Eleanor, haciéndole imposible moverse. Las ramas subieron lentamente hasta cubrir totalmente su cuerpo de la cintura para abajo.
-¡No! ¡Eleanor!
-Se que no es lo mas adecuado, mucho menos ético. Pero si quiero tener una garantía, debo dejar aquí a Eleanor. SI no regresas dentro de los siguientes cinco días, empezando mañana, ella será tragada por la tierra. No quieres que eso suceda ¿O sí?
- ¡Detente! ¡La necesito! – Dijo Salty.
-Salty, sabía que era mala idea seguirte. Pero vete y déjame aquí. Igual no he querido ya vivir desde hacía tiempo.
- ¡No! – Dijo Salty mirando a la ardilla.
-Entonces ¿Qué harás? ¿Escaparás y dejarás a esta mujer aquí? ¿O harás lo que te pedimos? Se que suena antagónico, pero no hay nada que nos importe más que tener una muerte pacifica, lejos de esta Metamorfosis que nos abruma. Si tengo que hacer lo que sea necesario para que cumplas con ese favor, lo haré.
-Pero no puedo hacerlo sin ella.
-Se que puedes Salty. Lograste salir de mi hermano...puedes lograr cualquier cosa. Pedo confiar y contar con ello eternamente.
Salty se dio la vuelta y miró detenidamente a Eleanor mientras la madera de las ramas se hacía cada vez más negruzca y dura. Caminó hacia ella y le dijo.
-Volveré por ti y por Adriel... lo prometo.
-No prometas niña, eres más estúpida de lo que pareces.
Salty sonrió y miro nuevamente a la ardilla.
-Está bien – Dijo Salty tras un suspiro – Iré en busca de la piedra. No creo que sea tan complicado. Después de todo tengo cinco días y un reloj que puede regresar el tiempo, ¿no?
-Siempre con precaución y con responsabilidad, Salty.
-Está bien... ahora ¿Por dónde salgo?
-Oh, sí. Tienes que ir hacia el norte, derecho hacia el árbol que tiene una huella mía.
-De acuerdo – Dijo Salty corriendo hacia Eleanor y dándole un beso en su mano, con las venas remarcadas y algo sucia.
Allí, Salty se fue rápidamente hacia el interior del bosque, en dirección al norte, no saliendo de la parte de Hermann, y corriendo hacia los árboles, buscando alguno con una huella de ardilla.
Pasaron algunos minutos, pero tras buscar en el oscuro y nublado bosque, entre arbustos y nidos de pajarracos, se encontró con un árbol, con lo que parecía ser una huella de ardilla.
-Este debe ser – Dijo Salty emocionada y en voz alta.
Salty se acercó al árbol y más tarde que temprano se dio cuenta que no sabía que hacer. La mirada optimista de Salty se vio dilapidada por la duda de no entender lo que ocurría y también de la preocupación de lo que fuera a ocurrir.
No obstante, metida en sus pensamientos y con nervios, se recargó en el árbol y puso su mano en la huella inconscientemente. Fue entonces cuando el tronco del árbol se empezó a abrir, como si fuera una puerta.
Salty se había alejado del tronco al mirar esto. Lentamente la madera se volvía cada vez mas hacia los lados. Llegó un punto en que era la entrada a un cuarto oscuro. Salty se acercó un poco, caminando lentamente. Después se encontró frente a frente con aquella indescriptible oscuridad que no era ni hacía fácil de ver las cosas. Todo ello, mezclado con voces espeluznantes, no hacían si no poner nerviosa a Salty. De un momento a otro, las voces empezaron a retumbar bruscamente en todo el bosque, a su vez que un viento feroz golpeaba todos los árboles. Era similar a un terremoto.
Las puntas de las ramas y de los pinos se movían violentamente, revoloteando, a su vez que las pequeñas casas de las aves eran arrebatadas por el viento y las familias de pájaros eran destruidas. Era un remolino ventoso de hojas y madera. Algunas aves se estrellaban con las hojas y otras con las ramas. Inclusive había huevos que terminaban golpeándose con los demás troncos y algunos de ellos, ya madurados, rompían el cascaron con fetos de pájaros, los cuales gritaban de terror al salir del cascarón de forma apresurada. La sangre seca hacía que estos se quedaran pegados a la madera y a los árboles. Las cortezas de estos pinos y manzanos se hacían grotescas pinturas de carne y plumas, con algo de cascaras de huevos. Las voces se volvían cada vez más sonoras que parecían lastimar los oídos de Salty.
Los árboles, el viento, las hojas, los fetos de las aves bebés y las aves desnucadas y contorsionadas por el golpe de la madera se volvían en una estela de humo brillosa. Cada vez tomaba más forma en una representación astral de un Getz siendo asesinado por una persona.
Salty se sintió asustada al ver todo eso. Entonces el suelo empezó a temblar, mientras esta estela cósmica se transformaba en Chio, quien le decía, con el sonido inquietante de las voces, que fracasó, que jamás volverá y que nos dejó morir, junto a las esperanzas de todo el mundo. Después la proyección se convirtió en Deltha, quien parecía desmayarse y perecer frente a sus ojos. Salty gritó de terror, mientras el bosque se desvanecía frente a sus ojos y la proyección, como si fuera un enorme guante blanco, la señalaba, y las voces empezaban a gritar "tu culpa" repetidamente.
El sonido de las voces, el temblor bajo sus pies en una tierra diminuta, junto a la nada neblinosa y en un torbellino, hicieron que Salty llorara mientras decía.
- ¡No! ¡No tuve la culpa! ¡Quería ayudar! ¡BASTAAAAA!
De la nada, la tierra bajo sus pies se desintegraba lentamente a su vez que el remolino se hacía mas fuerte y la mano se desvanecía.
Ya no había nada bajo sus pies y Salty cayó hacia el vacío del remolino, al instante que el rostro metálico de Eleanor se mostraba frente a ella como una criatura venida de los sitios más recónditos de la existencia.
Cayendo a la nada, a su vez que sus recuerdos se postraban frente a ella en cadáveres putrefactos, le hizo cerrar los ojos y abrazar fuertemente el reloj de la ardilla.
El viento resoplaba cada vez menos, pero la nada se hacía cada vez más presente.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top