Primera parte: Problemas incognitos
Salty subió las escaleras, hacia la biblioteca, tomando impulso hacia un librero que en realidad era una puerta oculta. Traspasó el librero y tranquilamente entró al mirador invertido.
Subió por la escalinata en forma de caracol que tenía la biblioteca o santuario de objetos y libros desconocidos, algunos prohibidos al publico en general y llegó hasta la punta del mirador, donde Chio y Yec veían en el telescopio del mirador.
Salty se acercó a Chio mientras Yec tomaba una bolsa de papas del interior de su túnica, poniéndola en el suelo y apareciendo a Deltha.
Salty se sorprendió, Chio se río de la expresión de Salty, Deltha se acarició la cabeza mientras reía y Yec veía con un tono alegre a los pequeños
-Bien – Dijo Chio – Ustedes dos, pequeños, son de suma importancia en esta cruzada que estamos a nada de iniciar.
- ¿Cruzada? – Preguntaron Deltha y Salty al unisono.
-Si – Dijo Yec – Hemos tenido problemas con desapariciones, muertes y algunos reportes de perdida de Getz.
- Reportes de perdida y desapariciones, son lo mismo, ¿no? – Preguntó Salty.
-Lo que quiere decir – Dijo Chio – Es que hubo alteraciones en los reportes de desaparición. Por lo que, en resumen, hay dificultades con desaparecidos, asesinados y no registrados, si hablamos de los Getz.
- ¿No ha pasado con los demás animales?
-No ha ocurrido con las medusas de aire, no ha ocurrido con los perros de hierva y tampoco hay pruebas de que haya ocurrido con los mismos magos, ni un animal y tampoco un mago. Todo parece indicar que los Getz son la única prioridad.
-Y...
-Espera Salty – Dijo Yec – También hay algo que Chio debe comentarles y es esencial para lo que estamos por hacer.
-Gracias Yec – Dijo Chio, quien sacó una bitácora hecha en servilletas – Somos testigos de una cronología Hexon. Puesto a que han desaparecido especímenes en esta época, como en años anteriores y también de los ancestros de los Getz; los Gythezg.
-¿Cómo? ¿Y eso acaso no altera la fisiología de los Getz? – Preguntó Salty.
-En realidad, ya lo ha hecho, pero solo con aquellos que, en efecto, fueron decendientes directos del Getz secuestrado, desapareciendo como si jamás hubieran existido; el inventario es aprueba de estas divergencias temporales. Por ello, podemos estar seguros de que no es mera imaginación, si no que alguien está viajando a través del tiempo, en el espacio, comercializando con Getz o simplemente, en un sentido vil y cruel como ningún otro, intentando desvanecer a la especie más importante y representativa para la cadena alimenticia, la cultura, la sociedad, la economía y política de los magos en Plutón.
-Como dice Chio – Dijo Yec – Esto es algo serio.
-Esto era algo que no veía desde hacía muchos años – Dijo Chio entre dientes.
- ¿Cómo?
-Si Yec – Dijo Chio – Recuerdo a dos personas, humanas en realidad, que podían controlar el tiempo, pero no de esta forma.
- ¿Crees que sean ellas? – Dijo Yec
-No – Dijo Chio decepcionada – Una de ellas murió asesinado por la otra persona. Sobre la segunda persona, quien sabe que fue de él.
- ¿Él? – Preguntó Yec con un semblante asombrado.
-Si – Dijo Chio tragando un poco de saliva – Era un viejo amigo de una amiga. Una verdadera amiga, que tuve en el pasado.
- ¿No hablas de Li...?
- ¡Ni siquiera se te ocurra decir su nombre! – Dijo Chio enfurecida, interrumpiendo a Yec – Y no – Contestó más tranquila – Hablo de otra amiga. Su nombre era Angelica.
-Oh – Dijo Yec – Ya se de quien hablas.
-Si – Dijo Chio secándose el sudor de la frente – Pero esto es diferente. Hasta donde yo sé, ninguna de los rubies de sangre llegaron a este mundo.
- ¿Rubies de sangre? -Preguntaron Deltha y Salty al unisono.
-Una larga historia – Dijo Yec.
-Además – Continuó Chio – Nos han robado muchos artículos de todo el mirador invertido, entre ellos varios libros. Tal vez en uno de ellos se encuentre el Pieagrumot.
- ¿El qué? – Preguntaron Salty, Yec y Deltha.
-El Pieagrumot – Dijo Chio – Ese libro fue escrito hacia muchos años con investigaciones hechas por un cercano amigo de Pamyt Gaaver; Jean Paul André.
-¿Acaso no fue...?
-Si – Dijo Chio – El es el caso "JG – 2002" y con ello la perdida de nuestra más importante estudiante de magia de aquella generación. No obstante, no es malo usar su información recolectada, que mucha de ella es de suma importancia; hechizos, conjuros y el uso de ciertas herramientas para viajar a través del tiempo. No me parecería extraño si alguno de los bibliotecarios hubiera tomado el libro, ya que no era usado.
-¿No lo tenían en ningún lugar especial para evitar su uso? – Preguntó Salty.
-No – Dijo Chio – El libro era puesto como uno más del montón para despistar. Ya sabes, supersticiones. "Si un libro está afuera en la nada debe ser algo inútil o para rellenar".
Salty se sorprendió.
-Bien – Continuó Chio – La única forma de corroborar lo que estoy diciendo y saber que fue lo que ocurrió con el libro o si siquiera el libro está involucrado en esto, se es necesario que, de las catacumbas del instituto, saquemos un artefacto de suma importancia para esta investigación.
-Y ese aparato es...
- El ojo de "BIclatukth"- Dijo Chio.
- ¿Acaso no...?
-Se había perdido – Dijo Chio a Yec, quien se sintió anonadado al escuchar como ese objeto seguía con ellos.
En el vasto cosmos aledaño a Plutón, se había encontrado un objeto en la orbita de las lunas, que afectaba su transcurso normal y afectaba a los relojes del planeta.
Dicho objeto fue encontrado por miembros del congreso; a diferencia del mundo humano, aquí tienden a involucrarse de forma útil, benéfica y sincera a las actividades referentes a la sociedad mágica.
Sin embargo, por cuestiones de situación mayor, el ojo fue puesto en búsqueda por segunda vez, ya que, un miembro de la llamada "Gearsins" lo tomó para crear una variante de los rubies de sangre; sin mucho éxito.
Después de haber sido robado y recuperado por segunda ocasión, por Jolie Garnier, quien años más tarde, se le restringiría de todo poder mágico, debido a una multa relacionada con problemas internos y daños en el sistema judicial de Plutón.
-En fin – Dijo Yec - ¿Entonces, a las catacumbas?
-A las catacumbas – Dijo Chio – Solo les pido que esto, solamente esta vez, quede fuera del conocimiento del congreso, del instituto y de cualquier conocido de ustedes; es algo de importancia y solución personal.
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