JungKook quiso sorprender a su novio apenas el sol apareció por la ventana de su recámara, había madrugado sin decir nada o renegar por ello, se había mantenido unos momentos en cama apreciando el precioso sueño de su amado, cada que un suspiro se despegaba de sus labios y sus pequeñas orejitas aplastadas se removían en su cabello rubio despeinado, como, un nido de pájaros, finalmente terminó por despedirse de él con un corto beso en la frente.

Se levantó tratando de hacer el menor ruido posible y se dirigió hacia el baño para asearse correctamente.

Hoy era un día que ansiaba, quizá porque volvería a ver a YeonHee, y era consciente que su alfa estaba agarrándole cariño de una manera rápida, a tal punto que comenzaba a reclamar su cercanía como parte de su familia, un sentimiento que hacía que solo tuviera más esperanza en poder estar a su lado cuando estuviera junto a ellos, como una familia.

Ya en la cocina preparó el desayuno sorpresa para su dulce ángel, que incluyeron costillas fritas, arroz con brotes de soja kongnamul bab, pescado guisado picante, sopa fría de pepino oi naengguk, algas marinas sazonadas y kimchi en tiras de rábano moo saengchae, arregló la mesa tomándose su tiempo para hacerla lucir más decente para ambos y lavó lo que usó para preparar todo antes de sorprenderse por las pequeñas manos de su amado que abrazaron su cintura, escucha algunos murmullos escapar de sus labios rechonchos y se atreve a darse la vuelta cuando las pequeñas orejas comienzan ocasionar cosquillas en su nuca.

Lo primero que lo recibe es un adormilado gatito, sus labios entreabiertos y su larga cola meneándose antes de que levantara su polo y acariciara su piel por lo bajo.

"Buenos días, cariño." Susurra olisqueando el bonito nido de pájaros que se forma en la cabellera de su omega, que apenas se atreve a abrir los ojos y actúa por instinto.

"Hmm... ¿Porqué te levantaste tan temprano?" Pucherea frotando su frente contra el pecho de su compañero que mima sus mechones y orejas, escuchando la voz ronca de TaeHyung, quejándose por madrugar.

"Hemos avanzado con nuestro proyecto juntos, y vamos a preparar los papeles para tener a YeonHee con nosotros... Quería simplemente prepararte una sorpresa, para el mejor compañero del mundo, él más dulce y él único que conquistó mi corazón junto a su minino, que estaría feliz de ver a su papá superarse todos los días." JungKook dice, acurrucando a su pareja que parece meditar en silencio con sus dulces luceros finalmente abiertos.

JungKook lo guía en silencio hasta la mesa, besa cariñosamente su frente y se separa para colocarse a su lado.

TaeHyung le devuelve la sonrisa con sus mejillas pintadas en un lindo rosáceo, disfruta cada bocado del desayuno compartiendo con su compañero, susurran palabras de cariño puro mientras se acurrucan y terminan viendo televisión, el suave olor de la comida ayuda a que simplemente todo aquel momento sea más exquisito.

"Compré algunas flores el día de ayer para nuestro invernadero. Creo que te gustarán." Afirma JungKook apagando la televisión y arreglando los platos que usaron para llevarlos hacia la cocina.

Cuando vuelve tiene que aguantar una carcajada al ver a su compañero buscando algún objeto bajo el sillón, pues está con su trasero en pompa, los brazos estirados y quejándose, finalmente cuando se levanta una pequeña trompa en sus labios aparece y nota como amarra una colita en su cabello suelto, ya un poco largo.

"Que lindo bebé" Llama al rubio que rápidamente se voltea a su dirección y niega sonriente.

"Claro que no, tú eres más bonito, Kookie." TaeHyung dice estirando sus brazos, hasta JungKook que se acerca y se voltea, perfecto para un paseo en la espalda.

Apenas TaeHyung logra subirse se atreve a acariciar las orejas de su compañero, han sido solo un par de veces que él ha tenido esa oportunidad; ya que, JungKook suele ser sensible, muy sensible en esa parte escencial de su cuerpo, besa dulcemente su cabellera y luego acaricia la base de las orejas dulcemente, hunde su nariz en el cuello de JungKook y TaeHyung nota que no tiene mucha presencia de su olor.

"¿Qué pasa mi amor?" TaeHyung no demora en restregar su olor en el alfa, omitiendo la pregunta de JungKook.

JungKook camina hacía el jardín dejando a su compañero hacer lo que desea, adora cuando se vuelve celoso de una manera íntima con su aroma a vainilla de mañana floreciente.

La mañana es refrescante, el sol brilla hermosamente, y la brisa es suave, TaeHyung ronronea y finalmente es bajado por JungKook cuando se lo pide.

"¡Me olvidé de algo, ya vuelvo!" Grita corriendo rápidamente, JungKook ríe por lo olvidadizo que es su compañero y se arrodilla para agarrar uno de los martillos para comenzar el trabajo matutino que hacen diariamente desde hace un par de semanas.

"¡Regresé!" Chilla tiernamente el omega apareciendo entre la puerta de vidrio.

JungKook desearía en ese mismo instante besarlo para toda la eternidad, pero a decir verdad tiene todo el tiempo del mundo para darle el afecto que cree que se merece su dulce amor.

Él omega viste una camiseta amarillo bebé, tiene un contorno de tela en dobladillo en las mangas, un overol azúl marino completo, unas zapatillas del mismo color y su linda coleta que ahora luce de lado, su bebé luce muy adorable.

"Kookie, Kookie ¿Me oyes?" TaeHyung pregunta preocupado cuando nota a su compañero mirando un punto fijo.

JungKook no sé resiste al sentir a TaeHyung tan cerca, él finalmente le termina robando un beso a su compañero, quién jadea sorprendido.

TaeHyung termina sonrojándose furiosamente antes de terminar sobre el alfa.

Y en entre la preciosa mañana fresca, peonías, rosas, jacintos, ranúnculos, flores de cerezo, gardenias, pintura, coqueteos leves, suaves besos y desbordes de pintura con brochas se mantuvieron martillando y taladrando la madera, esperando que pronto puedan terminar aquel proyecto juntos.

La tarde llegó, y JungKook se aseo rápidamente para seguir con los planes que aún tenían pendiente, no demoró en preparar el almuerzo que esperaba que le agradara a YeonHee.

TaeHyung se aseó aprovechando que JungKook preparaba el almuerzo y luego ayudó envasando la comida en empaques.

La sonrisa de los dos futuros padres no desapareció de sus rostros, apenas llegaron al antiguo orfanato emprendieron la visita a la niña, quién chilló abalanzándose sobre ellos. Los tres tuvieron el permiso de salir al jardín donde jugaban los demás niños con algunas parejas.

YeonHee preparó la mesa apenas supo que habían traído merienda para compartir con ella, los pequeños luceros de la niña parecieron suavizarse cuando la pareja la cargo y le dieron de comer, aunque, luego pidió hacerlo sola, TaeHyung y JungKook no se negaron, cuando uno de los envases fue abierto, YeonHee arrugó su nariz imitando al omega que realizó el mismo acto al ver los pequeños trozos de marisco.

JungKook se aferró al sundubu-jjigae diciendo que era para él, y que había preparado para ellos bulgogi, samgyeopsal y kimchi, el omega le sonrió agradeciéndole antes con un beso en la mejilla, YeonHee no dudo en imitar el acto ocasionando que JungKook estuviera rojo todo el rato, mientras TaeHyung reía dulcemente con la niña.

Sí, él sabía que esa sería su familia.

Cuando llegó la hora de la despedida, YeonHee se aferró a ambos diciendo que no quería estar sola en navidad, TaeHyung gimoteó sintiéndose mal, abrazó a la pequeña castaña y juró que mañana estarían allí con ella hasta muy tarde, JungKook no pudo evitar, simplemente jugó con la pequeña un poco más, dejándola que esta jugara con sus orejas mientras trataba de abrigarla para dormir, agradecieron cuando ella se negó a dormir y esperó pacientemente hasta que terminaron de hablar con la directora del orfanato, entregándole todo lo que se les pidió para el proceso.

YeonHee se despidió de los dos con un beso en la mejilla, riendo alegre cuando los vio florecer como dos tomates, ella tartamudeó lindamente cuando finalmente la pareja caminó lentamente hasta su auto, su manito no dejó de moverse hasta que desaparecieron de su vista y tuvo que volver a dentro con una de las cuidadoras.

TaeHyung aprovechó esa noche para comprar junto a su pareja un regaló para YeonHee y la comida que necesitarían para la visita que tendrían pronto por la familia de este.

Y ahora que podía pensarlo correctamente, nadie más lo sabía excepto por su terapeuta. Ni sus amigos, ni la familia que tenía con su compañero, y esperaba que cuando se lo dijeran en ambas cenas se lo tomaran de la mejor manera.

Por ellos y por su propia familia.

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