Fred y Joy se encontraban dando un paseo por el parque, era un sábado por la tarde y decidieron ir hasta una carretilla de helados donde compraban siempre que iban ahí.

—¿Lo de siempre? –Preguntó el hombre–

—Si. –Contestó Fred–

El heladero les entregó la golosina fría: Uno de frutilla con confites para Joy y de limón para Fred.

—Gracias André. –Dijo amablemente la rubia despidiéndose–

—Adiós tortolos. –Se despidió el hombre–

La pareja de jóvenes caminaba hacia su siguiente parada, la casa de Joy, donde Fred se quedaría a dormir.

Mientras deambulaban a su destino, consumiendo sus helados, Fred observaba como su novia tenía los labios llenos de aquel alimento cremoso provocando una idea perfecta para robarle un beso.

—¿Me dejas probarlo?

Joy le extendió el cono al azabache, él solo lo apartó levemente y se acercó a lamer los labios de la chica en medio de un beso, percibiendo el sabor que se combinaba con el del labial de la rubia.

—En tus labios cualquier dulce sabe mejor. –Dijo coqueto–

Ella se sonrojo, comenzó a acercarse a su pareja para robarle un beso corto y acto seguido le dio una lamida al helado del chico.

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Al llegar a su destino ambos se sentaron en el sofá, prendieron el televisor, colocaron Netflix y pusieron una serie.

Ambos estaban atentos a cada episodio, mientras comían más golosinas; Fred tenía unas palomitas saladas y Joy unos skittles.

La serie terminó rápidamente, según ellos, aunque ya llevaban más de la mitad antes de reunirse ese día.

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Para equilibrar los alimentos Joy había preparado una cena balanceada y ligera, ella quería que su Osito aún tuviera hambre para que devorara gustoso la sorpresa que le había preparado.

Terminaron de comer y Fred, como era costumbre, halago el sabor del platillo preparado por su novia.

La rubia le sonrió dulcemente como respuesta. Luego de eso recogieron y lavaron la losa, para que posteriormente Fred fuera conducido hasta la habitación donde se llevaría a cabo la sorpresa.

—Espera aquí, voy a cambiarme, no tardo. –Dijo la chica–

Fred asintió y se acostó en la cómoda cama, la cual tenía el tamaño de una matrimonial.

El sueño se hacía presente en el chico, no había pasado mucho tiempo, pero ese colchón tan suavecito lo hacía caer en brazos de Morfeo.

Justo en ese momento entró Joy con una bata.

Fred la miró confundido por la prenda que ella llevaba puesta, ya que no estaba mojada, por lo que no podía suponer que había tomado una ducha.

—¿Sabes? Siento que a la cena de hoy le faltó algo... Quizá un postre. –Mencionó la oji-celeste mientras dejaba caer la bata que cubría su semidesnudo cuerpo–

Ella traía un pequeño conjunto hecho de dulces, el olor de este era agradable y el tamaño lo hacía revelador.

El azabache sólo la miró, deseoso.

—¿Quieres probar de este caramelo? –Preguntó coqueta mientras acercaba los pechos a su novio–

Fred iba a acercarse más, pero antes decidió hablar:

—Tenias todo planeado ¿Cierto?

Ella asistió.

—Bien, prepárate para ser devorada por el lobo feroz. –Dicho esto, la tomó por la cintura colocándola en el colchón y comenzó a comer el dulce que cubría sus pechos–

Ella sólo se limitaba a gemir y pronunciar el nombre de su amado, ni siquiera se dignaba en ocultar tales sonidos, no le importaba quien la escuchara.

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Al estar ya expuestos los pezones de la chica, Fred los mordió fuertemente, provocando más gemidos y un grito por parte de la rubia.

—¡Oh Fred! Ah~ así... Me gusta.

Él decidió dejar de morder y empezar a succionar aquellos botones rosados.

Mientras, Joy acariciaba por encima de la ropa la espalda de Fred y de vez en cuando soltaba un "Mmmm" por la agradable sensación que le otorgaba él.

Pero ella decidió actuar quitándole las estorbosas prendas al chico.

Estando ya ambos desnudos, el "Lobo" continuó con lo suyo, besando y chupando el abdomen de Joy.

Al llegar a "La Zona V" de la chica, decidió detenerse un momento para apreciarla.

Su mirada perdida en la lujuria, su rostro colorado por la temperatura de la situación, sus pezones rojizos por los chupones y el abdomen lleno de marcas.

Ella era toda suya.

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Finalmente se acercó a aquella zona, mordiendo los dulces que la ocultaban.

Al ser una de las partes más sensibles de la rubia, ella pudo sentir ligeros escalofríos recorrer su cuerpo al tacto de Fred.

Y cuando cada dulce había desaparecido, llegó la mejor parte.

Él seguía dando atención a la intimidad de Joy, lamiendo su vagina.

Ella suspiraba y gemía excitada.

—Mmm~ Fred~ –Gimió para luego correrse en la boca del chico-

Él tragó todos los fluidos de la oji-celeste que se combinaban con el sabor de los dulces y luego hizo uno de sus típicos comentarios.

—Esa es mi leche favorita.

Ella miró a su novio, con deseo, percatándose de que la "Fredconda" necesitaba atención.

—Déjame ayudarte con eso. –Dijo apuntando hacia abajo–

Acercó su boca a la parte íntima del mayor y la introdujo hasta donde le era posible, comenzando a lamer y chupar la punta del miembro.

Ahora era el azabache quien gemía, pidiéndole a Joy más de ese placer.

—Joy... Mhg~ m-más rápido. –Solicitó con voz ronca-

—Como quieras, Osito. -Dijo apartando un momento el miembro de Fred para hablar–

Ella volvió introducir el pene de Fred en su boca, dando lamidas más rápidas, provocando que él se corra.

Igualmente Joy recibió los fluidos,  ya preparada para el siguiente nivel.

—Ya mételo. -Ordenó-

—A la dama lo que pida. –Y entró de una estocada a ella–

—Ah~ Mmm~

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El contacto era muy íntimo debido a las estrechas paredes vaginales de Joy que apretaban al azabache.

—Estás apretada, Superwoman. –Dijo entre embestidas–

La fémina por su parte sujetaba del cuello al chico, mientras con las piernas rodeaba la cintura ajena.

Un escalofrío recorrió nuevamente el cuerpo de la chica.

—Fred, me voy a correr. –Avisó–

—Que coincidencia, yo también. –Respondió con simpleza-

Ambos depositaron su semilla dentro del otro y él salió de ella.

Joy miró a un lado de la cama, hacia su mesa de noche, ahí estaba un chocolate oscuro.

Recordó porque lo había dejado ahí desde antes, lo tomó, se lo metió a la boca y luego volteó hacia Fred.

—Bésame.

Él lo hizo sin dudarlo y en cuanto sus bocas se juntaron  sintió el sabor del chocolate. El beso se intensificó cuando Fred introdujo su lengua, lamiendo cada rastro de aquel dulce.

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—¿Listo para el segundo raund?

—Por supuesto que si.

—Bien, entonces juguemos al 42.

—¿42?

—Tú en cuatro y yo en dos.

—...

Y así Fred terminó con un consolador en el trasero.

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🍬Extra🍫

Golden llegó a la casa de la rubia al día siguiente, como eran familia él tenía su propio juego de llaves por lo que no necesitó que nadie le abriera.

Pasó por la sala, y al percatarse de que no había nadie, decidió subir hasta la habitación de su prima.

Tocó la puerta y abrió, saludandola.

—Hola Joy, vine a...

El oji-gris se quedó  en blanco al ver aquella escena.

Su prima estaba completamente desnuda junto a Fred y los cubría una mal colocada sábana.

Golden decidió mirar a otro lado, encontrando sobre la mesa de noche un envoltorio de chocolate rodeado de hormigas.

Lo tomó depositandolo en un basurero, recordando las palabras de una pelirroja:

"Voy a comprar caramelos para Joy, por cierto, me dijo que no la visitarás el domingo, ella estará indispuesta"

En ese momento el rubio se lamentó por haber olvidado lo que Abby le dijo, ya no vería los d de la misma manera.

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Holi, este es el primer lemon "decente" que hago, espero que les haya gustado.

No coman muchos dulces niños 7u7

Y sin más que decir...

Bye^^