─Yuna es solo una pobre e inocente criaturita. ─comentó Yeonjun con el mentón apoyado sobre su puño, Sunghoon lo miraba con una mueca de desacuerdo con sus palabras.

─Ugh, tiene casi veinticinco años, esa mujer de inocente no tiene una pizca ─el coreano bufó con un tono hartado mientras se llevaba el cabello hacia atrás de manera brusca. ─, quiero hacerlo con ella, pero actúa como si fuese una monja.

Choi se sorprendió un poco por el tono serio en el menor, nunca antes la había escuchado en tales. Pero pensó y tomó consideración en su queja; por lo que sabía, llevaban cuatro años siendo pareja y durante todo ese tiempo jamás habían tenido un contacto íntimo mas allá de besos y uno que otro mimo.

Claro que esto no le molestaba a Sunghoon, pero él quería ir más allá de un simple manoseo cursi.

─Ayer fuimos al centro de paseo y se le antojó un algodón de azúcar ─habló el menor apoyando su cabeza en un puño. ─, me quedé como un idiota observándola mientras se comía tontería y luego...

Se detuvo un momento, no estando segura de contarle a su amigo la vergüenza que pasó con su propia novia el día anterior.

─¿Qué sucedió? Venga, no me dejes a medias. ─exigió Yeonjun acomodándose sobre sus codos con entusiasmo encima de la mesita. Alzó sus cejas esperando a que Park continúe.

─No sé, no quiero que te burles de mí. ─rodó la mirada recordando todas las veces que le contaba sus fallidos intentos de sexo con la menor y que Choi aprovechaba para reírse de su desgracia.

─Ay, no seas tan aguafiestas, dale suéltalo.

Sunghoon hizo un mohín en sus labios y finalmente optó por decirle.